Lenin: 150 años

Por Revista Herramienta

El 22 de abril de 1870, hace 150 años, nacía en Simbirsk (Rusia) Vladimir Ilitch Uliánov, más conocido por su nom de guerre: Lenin.

El aniversario pasa casi desapercibido, pese a que, hasta hasta hace algunas décadas, Lenin y la Revolución Rusa no solían ser ignorados. Se podía estar a favor o en contra, admirar o criticar severamente a la URSS y/o a sus dirigentes, pero en todo caso representaban un factor político presente. Incluso para los que pretendían mantenerse equidistantes de Washington y Moscú pregonando una incierta Tercera Posición. Más aún cuando, en la década de 1960, también la Revolución Cubana vino a recordar que la emancipación de nuestros pueblos estaba inscripta en el ciclo iniciado en 1917[1]. Es evidente que, desde el restablecimiento del capitalismo en la URSS, Europa del Este y China, ya no es así. Ni podrá volver a serlo.

Por eso Lenin parece hoy algo del pasado. Sin embargo, como dijera Daniel Bensaïd, no todos los pasados tendrán el mismo futuro, y no debemos renunciar al ejercicio de la memoria, "una característica humana que no se reduce a recordar información desechable, sino que es esencial para nuestra vida, porque nos permite recordar, sentir, pensar, tener emociones y empatía”. Por ello mismo "la recuperación de la memoria de los vencidos y de sus luchas -estoy citando a Renán Vega Cantor- nos permite "iluminar el tenebroso presente capitalista”. Y debemos hacerlo, porque la revolución conservadora de los 80 y el neoliberalismo han impuesto la ilusión real de que "No hay alternativa", de tal modo que parece más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.

Abrimos en ésta página de Herramienta un foro o dossier sobre Lenin para desafiar tan demencial sentido común, porque él fue uno de aquellos irreductibles subversivos[2] que al comienzo del siglo XX redescubrieron la actualidad de la revolución y el socialismo. Más aún, considero que Lenin, recuperando el valor central de la praxis, puede ser considerado el más importante teórico de la acción política revolucionaria[3] (reconocimiento que permite e incluso exige señalar que también cometió graves errores). Nada mejor que unas palabras de Martín Baña para cerrar esta introducción a los artículos que se irán sumando al foro o dossier sobre Lenin:

¿Cómo sería Lenin hoy? ¿Qué diría? No lo sabemos. Pero podemos imaginar con mucha seguridad que seguiría atentamente este momento extraordinario que nos toca vivir, reflexionando y escribiendo. Porque Lenin fue un gran teórico y, entre muchas cosas, nos enseñó que el marxismo no es un dogma y que se lo debe repensar en función de las condiciones materiales que nos rodean. (...). Su legado está en el método, no en las respuestas. Gran parte de la izquierda olvidó esto a lo largo del siglo XX. Pero ante todo, Lenin fue un militante y un estratega: sus reflexiones siempre estuvieron inspiradas por una preocupación constante por la praxis. Un praxis concreta que pudiera cambiar el mundo, lo que en ese momento –y todavía hoy– significaba destruir el capitalismo. Si hay algo que sobrevuelan los textos y, sobre todo, las acciones de Lenin es esa búsqueda, casi obsesiva, por la eficacia de las acciones. Algo que la izquierda no debiera olvidar. Hoy más que nunca.

Aldo Casas, 22/4/2020

[1] A lo largo del "el corto siglo XX" y en casi todo el mundo, las disputas entre socialdemócratas, comunistas, anarquistas, trotskystas, maoistas, castristas y nacionalistas revolucionarios estuvieron inscriptas en un horizonte de sentido marcado por la constelación histórica, política, cultural e incluso geopolítica que resultara de la Revolución Rusa y de Lenin

[2] Entre otros: Rosa Luxemburg, Liev Trotsky, Nicolai Bujarin, Franz Mehring, Antón Pannekoek, Aleksandra Kollontai, Khristian Rakovsky, Nadiejda Krúpskaya, Liev Kámenev, Iacov Sverdlov, Clara Zetkin, Grigory Zinoviev, Karl Radek, Anatoli Lunatcharsy...

[3] Como casi un siglo después, mutatis mutandi, lo hiciera nuestro Che.