07/09/2024

Victoria electoral de la izquierda en Francia. ¿Una excepción o un cambio de tendencia?

Tras su derrota a manos de la ultraderechista, Alianza Nacional, RN, en las elecciones para el Parlamento Europeo, sorpresivamente  Emmanuel Macron pidió la disolución de la Asamblea Nacional y convocó a elecciones legislativas anticipadas. El resultado del 30 de junio presagiaba el triunfo final de RN. Los electores  volvieron a las urnas el 7 de julio  y le dieron el triunfo al Nuevo Frente Popular, NFP.

En 2022 después de las elecciones presidenciales, escribí [i]: ”El presidente Macron fue reelegido en la segunda vuelta,  pero no pudo ocultar la debilidad con que transitara  ese nuevo periodo. La mayor abstención desde 1969, y el crecimiento de la extrema derecha de  Le Pen auguran que este gobierno elegido por defecto, con el llamado voto barrera, que incluyo a la izquierda y los verdes,  enfrentará alta resistencia a sus proyectos de mayor ajuste a los derechos sociales”.

Los pronósticos daban por sentado la nominación como primer ministro del ultraderechista Jordan Bardella , el joven presidente de RN, pero  ahora se supone que  después del triunfo del NFP,  el presidente Macron  tendría que elegir un primer ministro de esta coalición,  que a su vez elegiría sus ministros. En la política francesa esto se llama cohabitación.

El NPF, creado el 10 de junio, tiene como integrantes a  los Ecologistas, la Francia Insumisa, FI,  el Partido Comunista Francés, el Partido Socialista, Génération s, la Izquierda Republicana y Socialista, el Nuevo Partido Anticapitalista, el Partido Obrero Independiente y otros partidos y fuerzas  de la  izquierda franceses.

"La gente de izquierda no nos perdonaría no haberlo intentado todo para derrotar a la extrema derecha", señaló días antes Christian Picquet, miembro nacional del comité ejecutivo del PCF y negociador en el aspecto programático. “Unidad significa trabajar sobre uno mismo, especialmente en un momento tan histórico”, reconocía al mismo tiempo Corinne Narassiguin, senadora y miembro de la dirección del PS. Debemos superar la violencia sufrida durante las elecciones europeas porque no podemos posponer las cosas frente a la extrema derecha”

 "Queremos llevar a cabo un programa de ruptura social y ecológica para construir una alternativa a Emmanuel Macron y combatir el proyecto racista de la extrema derecha", declararon  los partidos integrantes,  la mayoría  de ellos ya habían integrado en 2022 la  Nouvelle Union populaire écologique et sociale, NUPES que obtuvo el tercer puesto muy cera de RN.  El pacto de izquierdas  tuvo como objetivo  el acuerdo de  un único candidato de izquierdas en cada circunscripción. Las múltiples candidaturas rivales en las elecciones de 2017 habían dejado a la izquierda francesa impotente frente a la marea del partido neoliberal En Marche del presidente Macron. Pero esa vez, en las legislativas, gracias a la unidad y las  candidaturas conjuntas de la NUPES, la izquierda revivió su presencia en la Asamblea Nacional, ampliando su cuota de escaños de una décima a una cuarta parte, logrando  142 diputados.

Frente al resultado del domingo  30 de junio que ubico en primer lugar a RN, el Frente Popular  llamo a ampliar aún más  la movilización que ya venía creciendo, y  a  ocupar las calles. Las  fuerzas políticas que integran el Frente Popular,  se unieron a los  sindicatos,  que días antes en  una declaración conjunta de la CFDT, la CGT, la Unsa, el FSU y Solidaires pidiendo manifestaciones "lo más amplias posible esta  semana".  Con el mismo espíritu de unión, se celebró una reunión, por iniciativa de la Liga de Derechos Humanos (LDH), para dinamizar a toda la sociedad civil. Estuvieron invitados el  Sindicato de Magistrados, de abogados franceses, de  Attac, la Confederación Campesina y  varias  ONG como Greenpeace. El objetivo fue ampliar la presencia popular ante el riesgo de victoria de RN. Se sumaron organizaciones estudiantiles y LGTB y otros  movimientos sociales, reviviendo el No pasaran.

El  7 de julio, justo una semana antes de la celebración de la toma de la Bastilla,  la noche se llenó de  manifestantes  celebrando el resultado del NFP, donde junto a las banderas francesas, ondeaban las de Palestina libre,  incluso alguna de la Republica española.  Escuchar La Internacional entonada en las calles de Paris, nos aceleró los latidos, nos hizo sentir ese espíritu solidario propio del internacionalismo militante que nos une empáticamente con todos los que luchan por enfrentar  a los enemigos de la vida y por retomar los mejores sueños de la humanidad.  

El presidente Macron anticipo que no renunciara. La cohabitación entre el NFP y Macron significara probablemente un proceso arduo de negociaciones cargadas de tensión y presiones, porque en el presente y  hacia  el futuro, nada  los une. La agenda del actual gobierno es parte del grave problema que aqueja a los trabajadores, a los inmigrantes, a los más vulnerables de la sociedad francesa. A lo cual se le sumara el accionar beligerante y corrosivo de la ultraderecha que si bien perdió en la segunda vuelta, conquisto una importante bancada y una nueva y  considerable legitimación en la sociedad y cuenta al igual que Macron, aunque con posiciones e intereses diversos, con el respaldo de las grandes corporaciones industriales y financieras del capitalismo globalizado, que son factores claves de decisión en materia política, económica y social. Habrá que ver como sostiene el NFP las  promesas  que estimularon la amplia movilización, no solo para frenar a la ultraderecha, sino también para promover los cambios formulados. En base a un programa que los unió, deberán conciliar entre si  las diferencias de posiciones como frente a  la guerra de Ucrania o con respecto a la  Unión Europea. Otro tema aun pendiente será resolver quien liderara  al NFP en el parlamento. La  integración amplia de organizaciones  es  su  fuerza y a la vez  su complejidad, dadas las diferencias a conciliar y   la necesidad mantener el apoyo y el imprescindible protagonismo popular. Los límites de las instituciones de la democracia burguesa son otro de los escollos que le esperan al NFP.        

La des demonización de la ultraderecha francesa

¿Que hizo que una fuerza de ultraderecha  fundada en 1972, que fuera un grupo marginal  en la política francesa, se convirtiera después de cinco décadas en ganador de la primera vuelta electoral?   En los días previos los medios hablaron  de la “normalización desde abajo”, donde sus ideas dejaron de ser tabú. Se ha convertido en muchos territorios en una opción política normal, que no choca, que ya no está sujeta a la desaprobación de un vecino, o de un amigo. Mucho se dijo sobre la estrategia de la líder Marine Le Pen de des demonizar a la ultraderecha. Una táctica que le  abrió las puertas, por primera vez desde el gobierno títere de Vichy durante la ocupación nazi, a un gobierno de este signo. ”De un partido contestatario hemos hecho un partido listo para gobernar” dijo la hija del fundador del Frente Nacional, Jean Marie Le Pen,  un abyecto reaccionario, antisemita, anti musulmán, conservador, enemigo de las libertades. La  líder de RN  sin haber tocado su esencia, su base ideológica,  cambió sus formas, suavizo su discurso pero no su contenido.  El joven candidato de RN, su presidente Jordan Bardella, hizo campaña hablando contra la  inmigración, pregonando mayor seguridad y mano dura frente a la delincuencia  y el terrorismo islámico,  la necesidad de recomponer las fronteras europeas y sedujo con el mensaje  primero los franceses puros,  para ellos  salud, vivienda y educación, reiterando su consigna “los enojados no son fascistas”

Esto fue interpretado como que  el apoyo a RN es ante todo un voto de ira,  sin que existan afinidades ideológicas con el ADN de la  extrema derecha, este análisis es  un grave error. En su raíz de odio se cultiva la xenofobia, la islamofobia, el racismo y la homofobia y es esta dimensión la que unifica a la mayor parte del electorado de RN y  es con matices lo que lo une a  las otras agrupaciones neofascistas del resto de Europa. Es el cemento que liga y atraviesa clases sociales y territorios. Las encuestas  muestran que  quienes no son hostiles a la inmigración,  probablemente nunca votarían a RN.

La inmigración, para los votantes RN, es una cuestión cultural pero también  socioeconómica porque, según ellos, si hay demasiada inmigración, aumentarán sus impuestos con los que se paga la asistencia social, y si hay demasiados inmigrantes, es un riesgo para sus puestos de trabajo. No asocian su situación a las políticas de la  derecha  que da la espalda a lo social y que genera degradación y abandono de los  servicios públicos, desocupación, la reforma  regresiva de las pensiones y  la ausencia de perspectivas de progreso. Son  las tesis racistas, la búsqueda banal del chivo expiatorio,  las  que constituyen  el caldo de cultivo para que prospere  la extrema derecha.

El barco europeo escora  hacia la derecha

¿El triunfo del NFP es una excepción en el océano derechista, o puede ser el inicio de un proceso de recuperación de las izquierdas, un giro en una tendencia que se presentaba como irreversible? Cualquier especulación al respecto es prematura,  todavía las señales hacia  un viraje sustancial  son  insuficientes.

La derrota de  RN en Francia, lleva aire a  los pulmones de una Europa intoxicada por el veneno de la ultraderecha. Marien Le Pen había reiterado su llamado a constituir un bloque regional como lo planteado en la Declaración de Viena de 2008 que en  su momento no logro prosperar, pero ahora con un cuadro más favorable podría madurar. Sus aspiraciones de ser la figura estelar de ese bloque han recibido un sonoro cachetazo.

En el Reino Unido los laboristas canalizaron el ambiente de hartazgo frente a los  14 años de los gobiernos conservadores y su política neotatcherista  y consiguieron una enorme mayoría en el Parlamento. El retorno no  provoca un gran entusiasmo, en el electorado, una parte de la sociedad  aún  tiene presente la gestión de Toni Blair, el laborista más votado de la historia, cuyo mandato termino envuelto en enormes protestas. El apoyo al gobierno de Bush y la participación británica  en la guerra de Irak y su política neoliberal fueron el detonante del repudio de los trabajadores. Ahora el nuevo primer ministro, Keir Starmer, tiene los votos parlamentarios necesarios para cumplir su promesa de reconstruir los servicios públicos, salud, educación y vivienda arrasados por la gestión conservadora y replantearse como hacer frente a un Brexit que hoy el 60 % de los británicos consideran un grave error. No está claro si vendrá un giro serio o solo será un cambio para que nada cambie.

Si miramos el resultado de las elecciones  para el Parlamento Europeo y el avance de la  fuerzas de ultraderechas  el cuadro es alarmante. La ultraderecha directamente o  como parte de coaliciones o con presencia destacada  en las legislaturas gobierna o cogobierna  en la mayoría de los países. El mapa político con este perfil es abrumador. Incluye a Italia, Países Bajos, Bélgica, Finlandia, Suecia, Noruega, Croacia y Eslovenia. En  Alemania la coalición socialdemócrata sufrió una fuerte derrota ante la Democracia Cristiana, el CDU,  y los del partido de extrema derecha AfD obtuvieron importantes avances. Un gobierno socialdemócrata de una  Alemania que es el segundo exportador de armas a Israel (30% del total), y que defiende a Israel contra la demanda de Sudáfrica ante el Tribunal Internacional de la ONU, mientras reprime en su interior  a quienes expresan su solidaridad con los palestinos.

La derecha también triunfó en Austria,  en Grecia, el partido de derecha Nueva Democracia gano las elecciones de 2023 con el 44 % de los votos y Syriza  solo obtuvo menos de la mitad. En Turquía, Recep Tayyip Erdoğan ya lleva  10 años seguidos como presidente. A  esta lista se  suman  los ex estados  del Pacto de Varsovia, Polonia, Bulgaria, Republica Checa y Hungría, y quienes no forman parte de la UE como  Rusia, Ucrania y Bielorrusia,  todos  tienen al frente de sus países figuras de derecha o ultraderecha .Por supuesto  no se debe excluir al presidente de Israel,  el criminal  genocida Benjamín Netanyahu y quienes cogobiernan con él.

En total, 40 partidos de extrema derecha han logrado representación en estas elecciones para el Parlamento Europeo, 15 de ellos por primera vez. El aumento de las formaciones de ideología ultra derechistas en el Parlamento Europeo viene de años atrás, pero ha batido un nuevo récord. La Eurocámara contará con 192 parlamentarios de grupos o partidos de este tipo. Por tanto, en el nuevo Parlamento, que se constituirá el próximo 16 de julio, las formaciones y grupos de extrema derecha ocuparán el 26,67% de los 720 asientos. Bulgaria es uno de los 13 países en los que más de una formación de extrema derecha ha logrado representación. E incluso en dos de ellos, Países Bajos y Grecia, hay tres formaciones distintas de ultraderecha que han conseguido escaños. Los partidos de extrema derecha han logrado el 57,14% de los eurodiputados que elige Hungría. Solo no tienen representantes de ultraderecha  Irlanda y la pequeña Malta y son las dos únicas excepciones de los 27 Estados miembros.

La Ley Europea del Clima,  aprobó en el Parlamento  europeo en octubre de 2020, que tiene el objetivo para 2030 la de reducción de emisiones legua  hasta el 60 %, se encuentra en punto muerto. Con la nueva composición de la eurocámara, con un gran retroceso de los verdes y la izquierda, las esperanzas de su cumplimiento son ahora más remotas.      

No hay ninguna democracia en Occidente en la que un partido de extrema derecha haya accedido al poder sin la ayuda de las elites conservadoras establecidas. De hecho muchos de sus dirigentes migraron  hacia ella desde  la derecha tradicional, al igual que muchos  de sus votantes, sin menospreciar a una franja nueva de jóvenes que se siente atraídos por sus propuestas más radicales.

En el marco de la crisis económica y laboral que imponen los modos de producción del capitalismo globalizado, el discurso de la derecha racista y xenófobo apela a un sentimiento de potente malestar por el presente y de angustia por el futuro, que ha logrado calar en base a mensajes simples y lineales, en su mayoría basados en falsedades. Para el  desvió de la atención a  las verdaderas causas de la crisis  que atraviesan la sociedad, utiliza la nostalgia por una identidad perdida en un mundo cambiante, una lectura  que  atribuye sus males al aluvión migratorio,  que reivindica los derechos y beneficios solo para los pura sangre originales. Esta es la amalgama que une a este universo variopinto de las derechas europeas en todas sus expresiones conservadoras, neofascistas, populistas, nuevas o paridas por viejas estructuras reaccionarias de las elites europeas.

Entre las falacias que han logrado aceptación esta la que atribuye la perdida de trabajo a  la presencia de extranjeros. Según estudios de las agencias especializadas de la UE, de los 450 millones de  habitantes solo el 5 % son inmigrantes. Menos del 6% de todos los trabajadores son inmigrantes.  De los que están en edad laboral, la mayoría realiza trabajo doméstico, recolección de residuos y afines, son ayudantes de gastronomía y preparación de alimentos o se ocupan en trabajos agropecuarios y pesqueros. Todas labores que los blancos de pedigrí europeo no quieren hacer.

En cuanto a las estadísticas del asilo político, según ACNUR,  del total de los 40 millones de  refugiados en el mundo, en la UE viven el 10 % y  Alemania es la única nación europea que está  entre los diez países con mayor recepción. Siendo además que  el principal flujo de  los dos últimos años es  el  proveniente de Ucrania. Los amnésicos obvian cualquier referencia a que quienes  migran a Europa son fruto de la historia colonialista de las potencias europeas, de las políticas expoliadoras de las actuales multinacionales y las guerras que ellas promueven.

El amigo de mi enemigo es también mi enemigo. 

Se equivocan quienes detrás de un cuestionamiento justo a las visiones eurocéntricas, caen en una lectura localista estrecha, una lógica que les impide ver cómo funcionan los procesos globales y como estos  inciden en nuestros territorios. No se trata solo   de reivindicar el acto solidario e internacionalista  con  los que luchan en otras latitudes. Los  inmigrantes latinoamericanos registrados legalmente,  que  viven  en Europa suman más  de 7 millones, principalmente en España, Italia, Francia, países que encabezan las preferencias en cuanto al destino. La mayoría sufriendo discriminación, racismo y realizando los trabajos más duros y peor  pagos, al igual que los que proceden de África y Asia.

El punto es que cada triunfo de las derechas, que significa cercenamiento de derechos y más desigualdad  y pobreza, estimula, encuentra su eco y reverberación  en las políticas ultraderechistas en nuestros territorios.  El caso de Milei es significativo, la itinerancia por Europa del presidente sociópata, sus abrazos con personajes como Giorgia Meloni, Santiago Abascal, Isabel Ayuso y Benjamín Netanyahu son elocuentes en cuanto a la búsqueda de legitimación de sus políticas de ultraderecha y su proyección internacional, a pesar que suma un escándalo detrás de otro. Pensemos que hubiese significado una foto de Milei al lado de  Bardella y  Marine Le Pen triunfantes.

Por otra parte las elecciones en Francia nos dejan varias lecciones, quizás la principal es que a los neofascistas se los debe derrotar  con posiciones de izquierda, con protagonismo de los trabajadores, con el accionar de organizaciones sindicales y movimientos sociales genuinos y democráticos, no con políticas fondomonetaristas, ni con los referentes de esas políticas pauperizadoras, de sometimiento y entrega a los poderes hegemónicos.

Las victorias de la derecha europea, contribuyen también a ir naturalizando sus discursos de odio y sus  prácticas políticas nefastas, consentidas y reproducidas  por sectores opositores, tanto aquí como en Europa. Es el caso de la socialdemocracia que en su afán por capturar votos, asimila las propuestas neoliberales y los patrones socio culturales de las ultraderechas, con la idea fallida y contraproducente de enfrentarlos con su propia medicina. El argumento justificativo de adaptarse al corrimiento de las sociedades hacia posiciones de derecha, esconde el papel que ellos mismos han jugado para favorecer ese desplazamiento político y el retroceso en la conciencia de millones.

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[i] https://silvioschachter.blogspot.com/2022/04/macron-un-gobierno-debil-en-un-oceano.html

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