24/11/2024

Venezuela 10 años después. Dilemas de la revolución bolivariana. Prólogo de Aldo Casas

“Con el optimismo de la voluntad  y el pesimismo de la inteligencia…”

Este sugerente libro de Modesto Emilio nos ofrece un análisis de los resultados del referéndum, de sus diversas interpretaciones y las contradictorias tendencias que están en marcha. Reivindica el mérito de subsistir al asedio de los enemigos internos y del imperialismo yanqui, y lo que esto ha significado en términos de progresos sociales, culturales y políticos de los trabajadores desposeídos del campo y la ciudad. Y mucho más que eso: nos sirve de guía para emprender una vertiginosa recorrida por 10 años de revolución bolivariana, con sus logros, con sus fracasos y los inmensos desafíos que tiene por delante.
Puede hacerlo por oficio periodístico. Puede hacerlo por compromiso militante, pasado y presente, con los empeños emancipatorios de nuestros pueblos. Pero por sobre todo puede hacerlo porque elige recorrer los meandros y contradicciones de la revolución tomando como principal punto de referencia la aluvional experiencia ganada con las movilizaciones y organizaciones por “los de abajo”. Incluso el rol de Chávez, al que se le reconoce lo que ha tenido y tiene aún de indispensable, puede ser considerado también con las limitaciones que tuvo y aún impone, precisamente porque en ningún momento se deja de lado la premisa de que lo decisivo es y será cada vez más la autoactividad de ese bravo pueblo en marcha desde el Caracazo.
Modesto se corre de los debates bastante insustanciales entre los apologistas que presentan a Chávez como el garante de  la revolución, o la crítica sectaria de quienes lo erigen en el principal sino único obstáculo para alcanzar el socialismo. Nuestro autor, sin ignorar las disputas palaciegas y sus peligros, nos invita a valorar y discutir los procesos contrahegemónicos gestados en los campos, en los barrios populares y en los lugares de trabajo. Allí se juega el futuro.
Quiero decir, en suma, que es útil y necesario leer y debatir este trabajo, porque nos permite conocer los laboriosos pasos orientados hacia lo que podría ser, según se escribe, “la conformación de un nuevo poder popular y un nuevo tipo de Estado no capitalista, no burocrático”, sin dejar de advertirnos que por ahora “no logran constituirse como una fuerza política nacional, ni adquieren forma institucional que decida políticas públicas”. 
Puesto que si bien existen los “Consejos de Poder Popular”, lo cierto es que “necesitan elevarse a algo superior en el terreno de la política, junto a los otros organismos y comités, dándoles expresión nacional a sus novedosos pesos en el campo y la ciudad. Esa elevación institucional de clase no nace sola, se construye conscientemente en el terreno de la política, que no es el mismo terreno del sindicalismo, el grupalismo barrial, el culturalismo, el parroquialismo de quienes no comprenden que las revoluciones pueden nacer dispersas, moleculares, pero si no se concentran y se elevan politicamente en forma de programa y cuadros capaces, no se avanza al segundo paso… y se devuelven”.
Tenemos pues una pequeña gran obra ajustada a la máxima gramsciana. “Con el optimismo de la voluntad” nos narra la epopeya de los hermanos venezolanos y “con el pesimismo de la inteligencia” se advierte que si no “rearman el poder estatal sobre los movimientos y organismos de los oprimidos y sectores medios no se podrá construir una nueva hegemonía política, social y cultural y todo lo conquistado comenzará a retroceder”.

Esto está escrito con referencia a Venezuela, es claro. También lo es que, salvando las peculiaridades y diferentes situaciones nacionales, todo latinoamericano podría agregar: de te fabula narratur.

Aldo Casas

Antropólogo, integrante del Consejo de Redacción de Herramienta, revista de crítica y debate marxista, y de Darío Vive, portal latinoamericano de crítica social y pensamiento plebeyo.


 

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