19/04/2024

Teoría Crítica: imposible resignarse. Pesadillas de represión y aventuras de emancipación

Por Revista Herramienta

 Stefan Gandler (coord.), MAPorrúa/Universidad Autónoma de Querétaro, México, 2016, p. 259. 

 

Compuesto por once ensayos, la obra que reseñamos se inscribe en el proyecto intelectual iniciado en la década de los veinte del siglo pasado por Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse, entre otros, y que se conoce como Teoría Crítica. Alejándose de ciertas lecturas conservadoras que se han realizado en la mayoría de los espacios académicos, sobre todo europeos, de la producción intelectual de la Escuela de Frankfurt, los colaboradores de este libro reivindican y asumen sin cortapisas su espina crítica, esto es, el marxismo. Sin embargo, como lo proponen los autores de esta obra, la Teoría crítica hoy debe ir más allá de una perspectiva euro-centrada y, en ese sentido, este libro vuelve a poner en el centro del debate las contradicciones inmanentes y las expresiones pseudo-concretas de la forma social hegemónica, pero ahora desde un lugar de enunciación específico: Latinoamérica.

            El ensayo de Martin Jay, titulado “Ungrounded: el fundamento de la crítica o la crítica del fundamento. Horkheimer y los orígenes de la Escuela de Frankfurt”, aborda no sólo la génesis (Hermann Weil y Felix Weil, la “Primera Semana Marxista del Trabajo” organizada en el pueblo turingio de Ilmenau en 1923) de dicho proyecto intelectual sino también la importancia del filósofo Friedrich Schelling en lo que respecta a su crítica al racionalismo metafísico (p. 31). Es evidente que la relación de Horkheimer, de Adorno o de Bloch (éste último llamado por Habermas “un Schelling marxista”) con el pensamiento de Schelling es ambivalente, sin embargo, como lo sugiere Jay, quizá fue precisamente esa desconfianza a la “manía por el fundamento” (funderiungswahn) lo que generó una apertura a sus planteamientos.

            Por su parte, Stefan Gandler retoma en su ensayo “Aportaciones para una Teoría crítica “más allá de Frankfurt”. Sobre Bolívar Echeverría y el paradigma de la comunicación”, la relación entre el proceso de comunicación (estudiado por Ferdinand de Saussure) y el proceso de reproducción material (analizado por el filósofo mexicano-ecuatoriano B. Echeverría). Para Gandler, es en el artículo publicado en 1984 en Cuadernos políticos y titulado “La 'forma natural' de la reproducción social” donde Echeverría pone las bases para la construcción de una teoría materialista de la cultura. Al respecto, Gandler sostiene que: “La aplicación de la semiótica de Saussure a la teoría del valor de uso, tiene entonces el siguiente aspecto: al lado de la langue (idioma), o sea, el conjunto de múltiples producciones y consumos de valores de uso en una determinada constelación histórica, existe además el langage o faculté de langage, la capacidad de hablar (lenguaje). Este es el punto capital. Lo específicamente humano, por lo que Echeverría se pregunta varias veces en el texto “La 'forma natural' de la reproducción social”, no es la langue, o sea un determinado idioma, sino el langage, la capacidad de hablar en sí. No es una forma específica de confeccionar y emplear los valores de uso lo que distingue al ser humano y su autocreación, sino su facultad de hacerlos” (p. 70). Ahora bien, si Echeverría establece un diálogo con el “giro lingüístico” no fue con la intención de abandonar o abjurar del marxismo sino precisamente para radicalizarlo. Por tanto, la reconstrucción del concepto crítico de “valor de uso”, a través de la teoría del ethos histórico, le permitió romper con el productivismo occidental y con el eurocentrismo.

            En “La Teoría crítica hoy”, Aureliano Ortega Esquivel observa el “cinismo como síntoma característico de nuestra época” (p. 81) expresado tanto en el pensamiento posmoderno (Lyotard) como en el “pensamiento débil” (Vattimo) que abiertamente renuncian al relato de emancipación. Colocándose en un posición diametralmente opuesta, Ortega Esquivel retoma los elementos crítico-negativos de la Teoría crítica para reivindicar la categoría de revolución (p. 87). Por nuestra parte, aunque suscribimos a la mayoría de sus planteamientos (importancia de la crítica negativa, rehabilitación del concepto de proletariado, consideración de la relación sujeto-objeto como praxis fundante, acción combativa del trabajo vivo, entre otros), nos distanciamos del autor cuando coloca en el mismo saco al neo-zapatismo con el movimiento de los indignado o con la Multitud, pues si “toda apuesta transformadora no puede, a condición de quedar en lo anecdótico, reducirse a la constitución retorica o mediática de un nuevo agente activo ajeno a toda traza de proyecto anti-capitalista, sino que dicho agente debe mostrar la terrenalidad de su pensamiento justamente a través de lo que -con su sentido inequívocamente anticapitalista- su propia acción transforma” (p. 98). Precisamente, ha sido el movimiento zapatista el que mejor ha mostrado “ese salto del tigre hacia el pasado” como ruptura con el continuum de la historia[1] puesto que su lucha es anti-capitalista y anti-colonial. Huelga decir que mientras buena parte de los intelectuales bien-pensantes celebran la victoria electoral de un social-demócrata en México, el neo-zapatismo sigue pugnando por la organización “abajo y a la izquierda”. Es quizá esa “débil fuerza mesiánica” de las comunidades indígenas zapatistas la que mejor expresa los relámpagos de la historia, en la historia.

            Juan Marcos Acevedo nos presenta un texto titulado “Perspectivas de un renacimiento de la Teoría crítica a partir de la realidad latinoamericana” en donde se rescatan tres elementos fundamentales para la elaboración de una teoría crítica desde América Latina: 1) la categoría del sujeto, 2) la crítica-política y 3) la noción de utopía concreta[2] (en la línea de Ernst Bloch). En ese sentido, los acápites firmados por Marco Aurelio García Barrios, por David Chávez y por Yankel Peralta nos muestran la manera cómo B. Echeverría reflexionó sobre la relación entre la política y lo político. Mientras que García Barrios aborda el vínculo entre la cultura política (y sus aspectos metafóricos y metonímicos) y la teoría del ethos cuatripartito de la modernidad en el pensamiento del filósofo mexicano-ecuatoriano, Chávez analiza la crisis del Estado nacional como consecuencia de la unificación planetaria del proceso de trabajo y la técnica capitalista (p. 139). Siguiendo la lectura (y traducción) que hizo Echeverría del libro Estado autoritario de Horkheimer, Chávez señala que la anulación de la “esfera pública” es consecuencia lógica de la dinámica del capitalismo de ahí que sea imperativo pensar en la reconstrucción política desde la perspectiva del valor de uso. Aunque Chávez no profundiza sobre la posibilidad mesiánica de la revolución comunista, el autor deja indicado el papel de la teología (aspecto que, como bien indica el autor, escapó a la reflexión de Echeverría) en las luchas de los oprimidos[3]. Por nuestra parte, nos preguntamos si después de la experiencia de luchas populares (anti-capitalistas, anti-imperialistas y anti-coloniales) donde no sólo la dimensión religiosa cumplió un papel importante sino que además se creó un pensamiento teológico-político de gran calado y que asumió la perspectiva marxista[4] (el caso de la Teología de la liberación), ¿la teología debe seguir estando escondida? ¿no ha mostrado que también cuenta con una carga explosiva? Finalmente, Peralta García observa la relación (o tensión) entre la libertad y la naturaleza en el pensamiento de Echeverría, concretamente a través de la noción de transnaturalización.

            En “Para un materialismo ecológico”, Alfred Schmidt plantea la necesidad de un principio filosófico que esté por encima de la separación del ser humano y la naturaleza (p. 190). Para ello, y siguiendo las reflexiones de Ludwig Feuerbach, Schmidt considera la posibilidad de experimentar a la naturaleza, no sólo como objeto de la ciencia o materia prima, sino “estéticamente” en el sentido sensorial-receptivo y artístico. Cabe hacer mención que este texto es el prólogo que fue incluido en la edición francesa y alemana de su obra El concepto de naturaleza en Marx y que en la versión en español no ha sido publicado.

            En “Alfred Schmidt y el potencial subversivo de la sensualidad” y en “El materialismo dialéctico de Alfred Schmidt” firmados por Lissette Silva Lazcano y Karla Sánchez Félix respectivamente, las autoras rescatan la importancia de Ludwig Feuerbach en el pensamiento de Schmidt. Mientras que Silva Lazcano se enfoca en la teoría antropológica feuerbachiana y su impacto en los procesos gnoseológicos, Sánchez Félix rescata el concepto de mediación, clave en las elucubraciones de Schmidt puesto que, como bien lo observa la autora, dicho concepto nos permite superar la forma hegeliana de la dialéctica (p. 215). Ambos textos se adscriben en el campo de una teoría (marxista) del conocimiento, en ese sentido, sería interesante un análisis sobre las similitudes y divergencias con otro pensador cercano a la Teoría Crítica, nos referimos a Alfred Sohn-Rethel[5] quien también se enfrento abiertamente tanto al marxismo dogmático como a las teorías demo-liberales.

            Finalmente, David Ruslam Sánchez Pacheco nos presenta un trabajo donde se analiza el concepto de fetichización en la obra de A. Schmidt. Al respecto, Sánchez Pacheco parte de la idea de que el paradigma de la sociedad burguesa se encuentra en la relación mercantil y, por tanto, el concepto de cosificación sigue siendo fructífero para develar las expresiones pseudo-concretas. 

            Por nuestra parte consideramos que es de importancia capital el estudio de la obra de pensadores que siguen cultivando la Teoría Crítica, pensamos por ejemplo en Franz Hinkelammert (quien aborda el estatuto mítico de la razón), en Enrique Dussel (quien hace una lectura radicalmente distinta de Marx y claramente opuesta al marxismo euro-céntrico) o en Milton Santos (quien analiza la relación naturaleza/sociedad/espacio y quien además fue colaborador de A. Schdmit, sea dicho de paso). En ese sentido, Teoría crítica: imposible resignarse cumple cabalmente con su objetivo planteado: explorar la capacidad explicativa de la Teoría crítica para poder ser una herramienta cada vez más afinada para el entendimiento de las crecientes contradicciones de la sociedad mundial.

Luis Martínez Andrade pertenece al Collège d’études mondiales (FMSH/Paris).

[1] Véase, Stefan Gandler, Fragmentos de Frankfurt, Siglo XXI, México, 2009.

[2] Sobre la importancia de la utopía concreta en las luchas anticapitalistas me permito hacer referencia al siguiente trabajo, Luis Martínez Andrade y José Manuel Meneses (coords.), Esperanza y utopía. Ernst Bloch desde América Latina, Taberna Libraria, México, 2012.

[3] Cfr. Michael Löwy, Walter Benjamin: aviso de incendio, FCE, Buenos Aires, 2002.

[4] Sobre las “afinidades electivas” entre el marxismo y la teología de liberación véase la excelente obra de Michael Löwy, Guerra de dioses. Religión y política en América Latina, Siglo XXI, México,1999.

[5] Véase Alfred Sohn-Rethel, Trabajo manual y trabajo intelectual, Dado ediciones, Madrid, 2017.

Encontrá lo que buscás