23/12/2024

Sueños en rojo y negro

Estas palabras me sirven a mí, ahora, para ofrecerles las notas que siguen, que son un auténtico pedazo de mi vida.

Hay, sin embargo, un problema: más o menos la mitad de lo que sigue es cierto, la otra mitad, no. Para colmo no hay fronteras entre ambos territorios. Cuando digo “cierto” digo realmente sucedido, con días, pelos y señales. Y personajes no necesariamente disimulados. Pero todos sabemos las limitaciones de lo que es “cierto” para una persona y según el momento en que lo diga. Con esto, la porción fidedigna de la cosa viene renqueando. Por otro lado la mitad ficcional puede no serlo tanto. Siempre nos sorprende lo detrás que va la ficción respecto de la así llamada realidad. Menudo problema éste de establecer las potencialidades certeras de lo ficcional. Ycon esto otro, el segundo ingrediente también pierde su pretendida identidad. Es del todo previsible que, además, uno mute en el otro. Quizás sea un estado de necesidad.

Realidad y ficción. En la militancia revolucionaria, estos dos compuestos eran tan inseparables que pretender hacerlo significaba matar indistintamente a uno de los dos. O a los dos. ¿Se podía luchar sin una dosis de fantasía? ¿Se podía crear aunque más no sea una línea sin que ésta se infectara del delirio de ese mundo?

José “Chiquito” Moya


José Chiquito Moya nació en Punta Alta, provincia de Buenos Aires, en 1947. Residió episódicamente en zonas del Gran Buenos Aires, tales como Berisso y Munro; más documentados son los años de Rosario y un posterior regreso al Río de La Plata en la segunda mitad de la década de los 80; menos datos existen sobre un par de años anteriores a estos en Bariloche; es factible un interregno en algún sufrido país limítrofe, nunca confirmado. Desde 1989 está radicado en Neuquén; los primeros años en Piedra del Águila y luego en Neuquén capital. La mayoría de estas geografías ambientan su escritura, sin que pueda afirmarse una participación directa en las tropelías de sus personajes. Tornero de profesión voluntaria, en los años 60, 70 y 80 fue militante obrero y de la izquierda trotskista. Publicó Sueños de Hormigón, cuentos (2000), Editora Arteletra. Q.T.H. Zanón, novela (2005), edición conjunta de El Fracaso y Ediciones El cielo por asalto. Tiene inéditos: Pobre la Palabra, aguafuertes neuquinas, y Taxi bomba, novela (título provisorio, en franca discusión, de la saga del protagonista de su novela ya publicada). Cabe agregar, porque los estudios académicos más recientes insisten en considerarlos como parte del espacio de las letras, volantes, notas en diversos semanarios y “minutas” de circulación interna, que escribió con distintos seudónimos o con firmas de organizaciones. Permanecerán, imposibles de reunir en antología alguna.

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