23/11/2024
Por Durand Natalí
En los últimos días hemos oído hablar nuevamente del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL) a raíz del último atentado cometido en la zona del Valle de los Ríos Ene, Mantaro y Apurímac (VRAEM) por el grupo armado denominado Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), ocurrido el pasado 23 de mayo de 2021, en el cual fueron asesinadas 16 personas entre ellas 2 menores de edad.
Pero, ¿se puede decir que el MPCP y Sendero Luminoso son lo mismo?, o si ¿existe alguna vinculación entre estos grupos subversivos y el Partido Perú Libre? Estas son algunas interrogantes que trataremos de disipar en este artículo.
La llegada de Sendero Luminoso al Ene
El Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso o simplemente Sendero Luminoso (SL), cuyo máximo líder es Abimael Guzmán Reynoso, llamado “presidente Gonzalo” por sus seguidores, comienza su accionar el 17 de mayo de 1980 con un atentado en Chuschi (Ayacucho)[1]. A este suceso se le denomina el Inicio de la Lucha Armada (ILA). A partir de este suceso, la actividad del grupo subversivo de tendencia maoísta fue más activa en la zona andina y costeña, llevando al país a lo que se le denomina “Época de Violencia Política”, la cual duró aproximadamente 20 años y llevó al Perú a una crisis generalizada. Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación se estima que el total de víctimas provocadas por SL asciende a 31.331 personas.
Si bien la entrada de SL en el territorio amazónico, en la Selva Central, data del año 1986, no es hasta el año 1989 que ésta se intensifica, comenzando con los grandes éxodos de poblaciones indígenas, especialmente asháninkas, hacia el monte para iniciar la lucha armada. Este momento se encuentra ligado a dos acontecimientos importantes dentro de SL: 1) la “Época de equilibrio estratégico” y 2) la muerte de Augusta La Torre (c. Norah), ambos estrechamente relacionados:
Tras las múltiples derrotas en Lima y la pérdida del control territorial de Ayacucho, Guzmán le encomienda a “Feliciano” la tarea de reconocimiento de la zona del río Ene, para supuestamente trasladarse ahí, pues ni Lima ni Ayacucho, eran considerados lugares seguros para el líder de SL.
Es así como “Feliciano” ingresa al Ene en el año 1991 acatando con desconfianza la orden de su líder, entrando a territorio amazónico donde habita el pueblo asháninka el cual comprende la frontera entre Ayacucho, Cusco y Junín. “Feliciano” encuentra en la zona de Vizcatán el refugio perfecto para que sea el nuevo escondite de Guzmán, regresando a Lima en 1992 para participar de la tercera parte del Tercer Pleno del Comité Central del PCP, donde iba a comunicar que ya había cumplido su misión: “Yo tenía que estar en esa reunión, pero me retrasé y no llegué a la misma, de lo contrario habría sido capturado en esa oportunidad” (Feliciano pág.74). En esa fecha es capturado Abimael Guzmán junto a otros mandos senderistas en una casa en el distrito de Surquillo. Luego de la caída de Guzmán, “Feliciano” retorna a la selva haciendo de Vizcatán su centro de operaciones, y el centro de la resistencia senderista.
Primera ruptura: del PCP-SL a Proseguir liderada por Feliciano
El 28 de octubre de 1993, Abimael Guzmán junto a cinco miembros de la dirección nacional de SL firman el denominado “Acuerdo de Paz”, en el cual exhortan a sus militantes a no caer en las provocaciones, luchar por la paz del país y pasar a una nueva estrategia: la etapa de “guerra política”. Este momento será clave, pues es considerado como la derrota política y militar de SL, lo que fue aceptado por la mayoría de los mandos.
Entre los que desconocen este acuerdo y rompen dicho pacto está Óscar Ramírez Durand, quien venía operando de una manera intensiva en la Selva Central. Al desconocer el acuerdo “Feliciano” decide romper toda vinculación con el PCP-SL y con Guzmán, y su grupo será conocido a partir de ese momento como “Proseguir” (la lucha popular) o Sendero Rojo.
Las fricciones se agudizan, “Feliciano” acusa a Abimael de traidor, mientras el segundo desconoce que Proseguir continúe su línea política y militar, como narra el propio “Feliciano”: “A mi Guzmán me (ha) criticado de ser guevarista, o de ser benigno con los enemigos de clase, cuando me negaba a dinamitar a los soldados que tomábamos prisioneros” (Feliciano pág.106).
Óscar Ramírez Durand encuentra en la selva un territorio amplio para poner en práctica su estrategia militar, desligada ya de SL, y pasando de la construcción de partido a la “guerra de guerrillas” operando en el territorio denominado VRAEM, principalmente en el valle del Ene, territorio ancestral del pueblo asháninka, encontrando en estos el elemento indicado para iniciar una nueva guerra popular.
El pueblo asháninka es el que más sufre en esta época, miles son secuestrados y obligados a participar del accionar de “Proseguir”. Las sanciones si te niegas a unirte a las filas de “Feliciano” fueron atroces, asesinando a todo aquel que no se les unía o desertaba de sus filas. Esta época de necropoder[3] fue controlada desde la base de Vizcatán, tuvo su punto más álgido entre los años 1992 a 1999 y acabó con la captura de “Feliciano” en Huancayo, a manos de la Policía Nacional del Perú (PNP).
Segunda Ruptura: De Proseguir al Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP)
Una vez capturado “Feliciano”, los mandos políticos y militares se reúnen para decidir el futuro del partido, se presentan dos posiciones; por un lado, los que consideran que la guerra popular ha concluido con la captura de “Feliciano” y por otro los que optan por continuar con la lucha armada. Al no llegar a un acuerdo, la facción que da por terminada la guerra abandona el campo, mientras que la otra facción continúa su accionar esta vez al mando de los hermanos Quispe Palomino. La facción liderada por los Quispe Palomino, tienen una nueva ruptura esta vez con “Feliciano”, dejando de llamarse Proseguir, para adoptar el nombre de MPCP, desconocen el “Pensamiento Gonzalo” y reniegan de Sendero Luminoso, así como del Movadef y Fedepp (organizaciones que piden la amnistía general pos-Conflicto Armado interno), llamando inclusive “sanguinario” a Abimael, quien también los ha desconocido como sus sucesores y ha negado cualquier tipo de vinculación
El MPCP opera principalmente en tres frentes: Ene, Mantaro y Vizcatán, zonas donde los narcotraficantes tienen una fuerte presencia, es así que si bien la alianza con el narcotráfico se daba desde Proseguir, es ya con el MPCP que esta se hace más clara, actuando en muchas ocasiones como seguridad de estos, reflejándose en mandos cada vez menos ideologizados.
El uso electoral del fantasma de SL
En los últimos días en el Perú se volvió a escuchar el nombre de Sendero Luminoso en medio de la polarizada campaña electoral, sobre todo a raíz de un atentado ocurrido en el territorio del VRAEM. Inmediatamente después de este atentado diversas personalidades se pronunciaron al respecto, unos culpando a SL, otros asegurando que no podían ser estos pues no era un clásico atentado de SL por “no haber gritado arengas alabando al presidente Gonzalo, ir vestidos de civiles, utilizar vehículos (motos)”, además de una serie de contradicciones en los panfletos dejados luego de realizar el condenable atentado fueron parte de los argumentos para desvincularlos.
Efectivamente, el grupo que cometió este acto no ha sido Sendero Luminoso, ya que luego de la captura de su máximo líder Abimael Guzmán y la firma del acuerdo de paz con el fujimorismo no ha vuelto a tener ninguna acción terrorista visible en ninguna parte del país, sino el MPCP quienes, por otro lado con cada vez con menos ideología y mayor vinculación al narcotráfico, se mantienen activos en la zona del VRAEM. Desde el año 2016 han realizado diversas acciones en esta zona: por citar algunas conocidas tenemos el atentado de Santo Domingo de Acobamba y Llochegua (11 personas asesinadas), en 2017 el atentado de Churcampa (3 miembros de la policía muertos), etc., y hasta el día de hoy no se les ha capturado a pesar de la fuerte presencia policial y militar (las tres armas) en la zona.
Este atentado salió a la luz a puertas de las elecciones presidenciales, y según el panfleto atribuido al MPCP (aunque estos aún no reconozcan su autoría) se hace un llamado al boicot de las elecciones, llamando al voto en blanco o nulo y haciendo hincapié a no votar por la candidata Keiko Fujimori, quien atribuye al gobierno de su padre Alberto Fujimori la derrota de SL y quien viene a lo largo de su campaña vinculando a su rival, Pedro Castillo, a este grupo subversivo, cayendo en una contradicción, pues ¿no había sido derrotado ya Sendero Luminoso?
Por otro lado, se ha buscado vincular a Pedro Castillo, candidato de Perú Libre, con el atentado y con tener algún tipo de vinculación con Sendero Luminoso. Sin embargo, es miembro activo de las Rondas Campesinas, comités de autodefensa popular formados justamente para derrotar al senderismo y quienes han luchado activamente contra estos, siendo incluso asesinados por el grupo armado. Además, en sus redes sociales el candidato ha deslindado abiertamente con esta organización, llamando a una exhaustiva investigación.
El candidato Castillo hoy en día representa demandas populares y viene en un constante crecimiento que lo perfila a ganar la segunda vuelta electoral, mientras la candidata Keiko Fujimori ha venido reviviendo el fantasma del senderismo, como lo ha hecho cada vez que va perdiendo una elección[4], y particularmente en esta última viene recurriendo a campañas de terruqueo[5] y aprovechándose de la situación que vive la zona para buscar vincular a su rival político con este atentado.
Lo que ha ocurrido en el VRAEM no es un hecho aislado y diversas organizaciones indígenas como CARE (Central Asháninka del Río Ene) o Kanuja (Unión Indígena Asháninca Nomatsigenga del Valle de Pangoa) se han pronunciado haciendo un llamado a las autoridades a derrotar tanto al MPCP como al narcotráfico, pues no es un problema reciente, sino que ya tienen más de 20 años lidiando con este grupo ante la inacción del Estado.
Esperemos que se sancione y se encuentre a los responsables y que deje de utilizarse con fines electorales esta matanza; y ahora que se ha vuelto a mirar al VRAEM es tiempo que el Estado Peruano haga algo, por fin, para terminar con toda esta violencia en una de las zonas más pobres y abandonadas del Perú.
Referencias bibliográficas
Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, (2003) Tomo II Los actores del conflicto, Lima.
Mbembe, Achille (2013) Sortir de la grande nuit. Essai sur l’Afrique décolonisée, La Découverte/Poche.
Ramírez Durand, Óscar (2006) El Mega juicio de Sendero, Feliciano, Lima.
Iván Ramírez César R. Nureña (2012) El pensamiento Gonzalo la violencia hecha dogma político, Minedu, Lima.
Velazco Ricardo (2021) Montaje en torno a una tragedia, Hildebrant en sus trece, Semanario, Año 12, Nº 541, pp. 5-7, Lima.
[1] El 17 de mayo de 1980, en la víspera de las elecciones presidenciales, los senderistas ingresaron a punta de pistola en la oficina del Registro Electoral donde se custodiaban las ánforas electorales y las cédulas de sufragio para los 2000 electores del pueblo ayacuchano de Chuschi. El material electoral fue robado y luego quemado.
[2] El “Pensamiento Gonzalo”, es la doctrina elaborada por Abimael Guzmán Reynoso, líder del grupo subversivo SL, Esta ideología se deriva de una lectura ultra esquemática y simplificada del marxismo, realizada por Abimael Guzmán, quien sostiene una creencia en la supuesta inevitabilidad de un tránsito evolutivo que llevaría a las sociedades humanas del capitalismo al comunismo.
[3] Concepto elaborado por el filósofo camerunés Achille Mbembe, el cual consiste en el control de la voluntad y anulación de la resistencia a través de la muerte.
[4] Keiko Fujimori, ha sido candidata en dos oportunidades perdiendo primero contra Ollanta Humala en el año 2011 y posteriormente contra Pedro Pablo Kuczynski en el año 2016.
[5] El terruqueo es una práctica social y política utilizada por los sectores conservadores y de la derecha que consiste en asignar a algún adversario, con propuestas de izquierda, las connotaciones de ser un miembro afín a comportamientos o ideas terroristas, o de realizar apología del terrorismo, o incluso operar dentro de estos grupos armados, con el fin de desprestigiarle o que su discurso se vea invalidado.