23/11/2024
Por Wiñazky Alberto
En el primer trimestre de 2022, la población ocupada en relación a la población total se ubicó en el 43.3%, descendiendo la desocupación del 10,2% al 7%. (INDEC)
Pero también en ese informe se señaló que escaló el empleo no registrado: el 35,9% de los asalariados trabajó “sin descuento jubilatorio”, superando el 35% del primer trimestre de 2019, de acuerdo al INDEC.
Si esos índices de los 31 Aglomerados de la ERPH (Encuesta Permanente de Hogares) se proyectaran a todo el país surgiría que los ocupados suman 20,4 millones: los registrados -como asalariados, monotributistas, personal de casas particulares y autónomos- son 12,5 millones, con lo cual habría 7,9 millones no registrados. Y 1,5 millones de trabajadores desocupados.
De los casi 8 millones de empleos informales, 5 millones son asalariados (en su totalidad del sector privado) y casi 3 millones son trabajadores y profesionales que trabajan por cuenta propia.
Del informe del INDEC, surgió que el descenso del desempleo del 10,2% al 7% de los últimos 12 meses y el aumento del empleo se verificó entre los trabajadores no registrados.
Hay que recordar que el empleo asalariado estuvo más protegido por la prohibición de los despidos, mientras buena parte de los trabajadores no registrados no pudieron realizar ninguna actividad y muy parcialmente fueron asistidos por el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia).
Con la actividad un tanto más normalizada, lo que se produjo fue una “recuperación” del trabajo informal, más precarios, sin los derechos de la Seguridad Social. Es así, que poco más del 80% del mayor empleo, en los últimos 12 meses, correspondió al sector informal.
Tomando en cuenta la población urbana, y con datos del IV trimestre de 2021, el INDEC informó que 4 de cada 10 asalariados del sector privado no está registrado. Son casi 5 millones (41,4%) sobre un total de 12.030.000 trabajadores registrados.
En cuatro actividades son más los trabajadores no registrados que los registrados: Personal de Casas Particulares (66,5%), Agro (66,2%), Construcción (55,9%) y Hoteles y Restaurantes (50,4%).
Estos son datos oficiales que marcan el fuerte aumento de la precarización y el empobrecimiento de la fuerza de trabajo. Además, unido al deterioro de los salarios, fue bajando la participación de las remuneraciones del trabajo asalariado en el valor de la producción.
Las actividades con mayores registros de informalidad de fines de 2021 fueron: personal doméstico (1.006.000 puestos de trabajo, construcción (494.000), agro (659.000), comercio (777.000) e industria (562.000).
Los trabajadores no registrados carecen de obra social, no tienen cobertura por accidentes de trabajo y no tienen derecho a los beneficios jubilatorios y/o pensiones provenientes de la Seguridad Social, y es tan alta la proporción tanto en mujeres como de varones que al final de sus vidas activas no reúnen los 30 años de aportes para poder jubilarse normalmente.
Este retroceso laboral fue acompañado de un deterioro en la participación de la remuneración del trabajo en el valor de la producción: de representar a fin de 2016 el 51,2% de la torta, descendió al 43,1% en 2021, mientras el sector empresario pasó del 48% al 54,3%.
Cuando el INDEC publique los datos del primer semestre de 2022, la realidad laboral demostrará que la situación se ha agravado por el impresionante proceso inflacionario.