26/04/2024

Nicaragua nos duele

Por Revista Herramienta

 

“El hombre que de su patria no exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído, y no sólo ser oído sino también creído. [...] mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza”.

Augusto César Sandino

 

“La modestia facilita, quizás en muchos casos decisivamente, la vida colectiva, la actividad de un conjunto de personas. Precisamente la conciencia colectivista, la conciencia de que es la energía de un conjunto de hombres lo que integra la vanguardia, es imprescindible en el espíritu militante. Ese espíritu colectivista, que lo sustenta la modestia, debe convertirse en una pasión en el militante revolucionario.”

Carlos Fonseca Amador

 

 

Sandinistas históricos, protagonistas fundamentales de la épica revolución de 1979, denuncian la represión: “Ortega traspasó todos los límites morales y políticos”.

 

Henry Ruiz, Dora María Téllez, Luis Carrión Cruz, Jaime Wheelock, Mónica Baltodano, Ernesto Cardenal,  Gioconda Belli, Sergio Ramírez (foto) y Oscar René Vargas, Víctor Hugo Tinoco, Víctor Tirado López, Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy.

 

 

La izquierda no puede callar

Soy parte de la generación de militantes que en los años 80 se apasionaron con la Revolución Sandinista, los que pudimos vivir la emoción de conocer el triunfo de una revolución en tiempo presente. Habían pasado ya dos décadas de la victoria de la Revolución Cubana y cuando en nuestro continente se cernía la oscuridad y el terror de las dictaduras cívico-militares, la victoria del FSLN sobre la dinastía somocista significó un quiebre esperanzador que rompía la dinámica reaccionaria.

Nos identificamos con su juventud rebelde; aprendimos los nombres de sus ciudades, León, Estelí, Masaya, Matagalpa, Jinotepe, Granada, donde se libraron gestas memorables; conocimos la guerrilla que luchó en sus montañas, que, como escribió Omar Cabezas, eran “más que una inmensa estepa verde”. Nos conmovió el esfuerzo heroico por transformar la sociedad nicaragüense, con la reforma agraria, la campaña de alfabetización, los cambios culturales, la voluntad unitaria para contener la diversidad de pensamiento, la amplia participación popular en la vida política y social.

En una tierra devastada por décadas de dictadura y por el violento terremoto que prácticamente destruyó Managua, se construía una original y creativa experiencia revolucionaria, en medio de la feroz agresión del gobierno de Reagan, que armó y financió a los “contra” e impuso un asfixiante bloqueo económico.  Fuimos parte de un vasto movimiento de solidaridad política y material con esa tierra de poetas “tan violentamente dulce”, como la describió Julio Cortázar. 

Por eso nos duele Nicaragua, nos duele ver cómo su juventud es brutalmente reprimida y asesinada por el gobierno de Daniel Ortega, quien decidió acabar con la protesta a sangre y fuego. La represión es su manera de resolver la crisis que él mismo creó.

Ortega ejerce un liderazgo cerril y mesiánico que ahora parece agónico, pero que arranca a fines de los años 90 y es parte de una deriva hacia la conformación de una dinastía autoritaria y corrupta. Uno entre muchos de sus actos regresivos sirve a modo ejemplo: la derogación de la ley que despenalizaba el  aborto.

Lamentablemente, en sectores de la izquierda todavía prima la postura de silenciar y dar la espalda a realidades que erróneamente evita criticar porque favorecen al enemigo, ya que al hacerlo afectarían  nuestra causa.

Se niegan a escuchar las voces de quienes tuvieron un protagonismo destacado en la gesta antisomocista y en los años más difíciles de la recién nacida patria rojinegra.

Deberían ser consecuentes con el axioma: “la verdad es siempre revolucionaria”.  Es conocida la frase del secretario de F. D. Roosevelt, Cordell Hull, al referirse a Anastasio Somoza: “Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”; quienes defienden al termidoriano Ortega deberían abandonar esta lógica maniquea.

Siempre la derecha interna y externa conspira, busca, muchas veces lo ha conseguido, aprovecharse de errores y horrores de las experiencias de la izquierda y de quienes dijeron defender el socialismo y las causas populares. Rechazar con toda  firmeza los planes imperiales y el intervencionismo de EE.UU. no supone conciliar con lo injustificable. Deberíamos aprender que el pensamiento crítico, sin lecturas sesgadas, incluye el ejercicio sincero de la autocrítica, por más dolorosa que sea es un camino  indispensable para hacer creíble una ética de izquierda.

Silvio Schachter

 

Henry Ruiz

Ex comandante sandinista, conocido en la lucha antisomocista como Comandante Modesto, uno de los nueve miembros del Directorio Nacional del Frente Sandinista. En México, entra en contacto en 1970 con Carlos Fonseca, quien venía de ser rescatado de la cárcel de Costa Rica. En el año 1978, baja de la montaña y se encarga, en representación de la Tendencia Guerra Popular Prolongada, del proceso de unidad con las demás tendencias, que culmina con la firma de los acuerdos en marzo de 1978, integrándose a la Dirección Nacional Conjunta.Comandó el ingreso a Matagalpa en julio de 1979. Luego de la victoria revolucionaria, es distinguido como comandante de la Revolución, nombrado ministro de planificación y, luego, de cooperación externa.

“En el gobierno de Ortega ya no hay ideología, no hay mística, no hay normas, no hay debate, no hay nada”.

“Que no se dejen embaucar por un falso credo de izquierda. Y que no se dejen embaucar por una modernidad que no ha ingresado a la conciencia de los pueblos, esta cosa de que son revolucionarios porque lo hablan, lo predican. Aquí que nos juzguen por los hechos, a los nicaragüenses que dicen que el Frente Sandinista es revolucionario y que Daniel es revolucionario, que los juzguen por los hechos. Aquí  no han sido favorecidas las masas, ha sido favorecido el gran capital, en una alianza que lo sostuvo durante once años en el poder. Abran los ojos, y que hagan una lectura honesta, primero con ellos mismos, y segundo con nuestro pueblo y con nuestro país”.

“La masacre de jóvenes de todos los estratos sociales y credos religiosos y trabajadores de todos los oficios es una herida, como estigma sagrado que no cerrará ni debe cerrarse en la memoria del pueblo”.

“De las entrañas de los jóvenes que encabezan la insurrección cívica nació el lema ¡Ortega fuera! La pareja ha igualado a Somoza en muchas cosas y le ha superado en otras, porque dicen por ahí, que la historia se repite bien como comedia, bien como tragedia. Los nicaragüenses de hoy estamos repasando la tragedia de ayer”.

Jaime Wheelock

Miembro del Frente de Liberación Sandinista desde 1967, fue nombrado miembro de la Dirección Nacional en 1973. Fue el líder de la Tendencia Proletaria en la década de 1970 y uno de los nueve comandantes de la revolución sandinista. Después de 1979, se convirtió en ministro de agricultura y reforma.

“Le aconsejo a Ortega que pida perdón al pueblo de Nicaragua porque aquí no solo ha habido errores, sino que han habido excesos que han llevado a Nicaragua a una tragedia, a la pérdida de vidas de la juventud, como nunca se ha visto en la historia del país. El que tiene que resolver todos los problemas debe ser el próximo gobierno, pues no se le puede pedir a este ser otro gobierno”.

Luis Carrión Cruz

Se integró al FSLN en 1972. Fundó la Tendencia Proletaria del partido, se mantuvo en la clandestinidad desde 1974 y en marzo de 1979, en vísperas de la ofensiva final contra Somoza, se incorporó a la Dirección Nacional, de la que formó parte hasta 1994. Entre abril y julio de 1979, dirigió el Frente Guerrillero Oriental Carlos Roberto Huembes. Fue viceministro de gobierno de 1980 a 1987, durante el primer período del gobierno de Daniel Ortega, y ministro de economía de 1988 a 1990.

“Ortega traspasó todos los límites morales y políticos de un gobierno. La paz aquí y la democracia de Nicaragua requieren que Ortega salga. Sin eso no va ser posible la paz, no va ser posible la justicia, no va a detenerse esta represión”.

 

“Desde hace años creo que Daniel Ortega traicionó los principios fundamentales del sandinismo original, y por esa razón yo me separé desde el año 1995. Lo que sí no imaginé, fue que pudiera ser capaz de llegar a estos niveles de crueldad, de represión y de terrorismo que desde el Estado le ha impuesto al pueblo de Nicaragua”.

“Nicaragua, en este momento, se ha vuelto ingobernable para Ortega. La masacre cometida, las violaciones extendidas de los derechos humanos y la persecución que continúa sobre centenares de personas en todo el país, hacen que este país no pueda ser gobernado por Daniel Ortega”

Dora María Téllez

Dirigió, en 1978 y 1979, la insurrección en la ciudad de León, la primera en caer en poder de los sandinistas durante la ofensiva final contra la dictadura somocista y proclamada “capital de la Revolución”. Hace 39 años entró triunfante a Managua, encabezando el Frente Guerrillero Occidental Rigoberto López Pérez. Conocida como Comandante 2, el 22 de agosto de 1978 junto a Edén Pastora y Hugo Torres dirigió la toma del Palacio Nacional de Managua, en la conocida como Operación Chanchera, acción con la que se obligó al gobierno de Anastasio Somoza a liberar a 50 sandinistas presos. Fue vicepresidenta del Consejo de Estado, ministra de salud durante los años 80 y diputada. En 1994, junto a Ramírez y un número importante de cuadros sandinistas, lanzó la proclama del MRS, Movimiento Renovador Sandinista, que planteaba la necesidad de emprender un proceso democratizador dentro del FSLN.

“Debemos tener un partido verdaderamente democrático en todos sus niveles, con amplios espacios de participación, debate y discusión. Un partido en el que los dirigentes electos respondan de sus actos a sus electores; un partido con una dirigencia renovada y capaz de asumir los retos de transformación que el sandinismo demanda. Una dirigencia con nuevos estilos, sin caudillismo de ningún tipo”.

No obstante, ese planteamiento no cuajó en el verticalismo del FSLN ni en el liderazgo de Ortega. Téllez recuerda que concluyeron que no podrían generar ese cambio en el partido, así que fundaron el MRS.

“Daniel Ortega primero copó el poder dentro del FSLN y luego construyó un andamiaje sobre la base de presiones, demolió el FSLN. No hay dirección colectiva, no hay congresistas, no hay debate interno y se consagró como dictador del Frente al concederse la facultad de escoger y nombrar a su compañero de fórmula presidencial en 2016 y escoger a Rosario Murillo, su esposa. Ahí confirmó que no conoce límites”.

“Creo que el orteguismo va a morir, como fenómeno estructurado, organizado, así como desapareció el somocismo como aparato de poder. El orteguismo está totalmente condenado a muerte y quien lo ha condenado es la propia familia Ortega Murillo”.

 

Oscar René Vargas

Sociólogo cofundador del Frente Sandinista y miembro de su dirección en los años 60, “cuando éramos unos 20 chavalos”. Es el director del Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN) en Managua. En julio de 2018, denunció que existe una orden de captura en su contra, por lo que decidió abandonar su domicilio para evitar ser arrestado.

 

“Ortega no está leyendo bien lo que está pasando. Cuando digo leer bien, me refiero a palpar la realidad, que es diferente. A mi criterio dos cosas pueden estar pasando: está ciego, no está viendo, está sordo, porque no oye lo que está diciendo la gente. Y mudo porque no dice lo que tiene que decir. Sigue con la mentira, que iba a investigar, cuando sabe perfectamente bien quiénes son. Creo que se le fue de las manos. No sabe qué hacer. Están improvisando. Y al mismo tiempo creo lo siguiente: ellos crearon los monstruos, son los pandilleros que atacaron a los manifestantes.”

Víctor Hugo Tinoco

Miembro del Frente desde 1973. Fue guerrillero en la zona occidental junto al comandante Omar Cabezas. Luego del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, fue nombrado embajador de Nicaragua en las Naciones Unidas, posteriormente, vicecanciller del gobierno de Nicaragua. En esa condición forma parte de los procesos de negociación de Grupo Contadora y con la Contra en 1989.

 

“Ortega tiene un ‘apego enfermizo al poder’, que contrasta totalmente con Sandino. En 2009, durante una entrevista con el periodista David Frost, Ortega se mostró dispuesto a reelegirse continuamente en el poder. ‘Mi madre vivió 97 años’, amenazó entonces.”

Estimó que hoy el núcleo del partido de Ortega no supera las mil personas.

“La demanda general del pueblo de Nicaragua exige, como primer paso, antes de convocar a elecciones democráticas, terminar inmediatamente con el gobierno Ortega-Murillo. En condiciones normales, una crisis política deber resolverse por medio de elecciones, pero en el caso de Nicaragua, el sistema electoral y el conjunto de las instituciones del Estado son corruptas hasta la medula.”

“Frente a este espeluznante panorama, el régimen y sus secuaces se han quedado virtualmente solos. Únicamente los sostienen el control del aparato represivo (oficial e irregular) y algunos grupos, la nueva clase, que se han visto puntualmente beneficiados por ellos. La conclusión es clara: por el bien de Nicaragua, Ortega-Murillo deben cesar de inmediato la represión y abandonar el poder”.

Mónica Baltodano

Inicia a la edad de 15 años su militancia revolucionaria en el movimiento estudiantil. En 1974 pasa a la lucha clandestina sandinista como responsable político-militar urbana en el norte del país. Sufre prisión y tortura en 1977. Al recuperar la libertad integra el Estado Mayor del Frente Interno, que dirige la Insurrección de Managua y la toma de las ciudades de Jinotepe y Granada. En 1979, recibe el grado honorífico de Comandante Guerrillera. En 1986, fue condecorada con la Orden Carlos Fonseca, la máxima distinción otorgada por el FSLN a las personalidades nacionales y extranjeras que se han destacado en la lucha revolucionaria.

 

“La inmensa olla de presión fue acumulando molestias desde hace varios años. Desde que Ortega pactó con el derechista y corrupto Arnoldo Aleman hizo un claro giro hacia posiciones pragmáticas: Neoliberales en la economía, conservadoras en cuanto a derechos de las mujeres, oscurantista en términos de creencias y supresión del principio de Estado Laico, y dictatorial en términos de democracia.”

 

“Cuando Daniel Ortega comenzó su primer mandato en 2007, construyó una alianza con el gran capital. Es el Modelo de Alianza Público Privado que aplaude la derecha mundial, el FMI, el Banco Mundial y las grandes Corporaciones e Inversionistas. La derecha económica y política, el capital en una sola palabra, es quien gobernaba junto a Ortega, hasta abril de este año en que se produjo la ruptura. Ese modelo permitió que el crecimiento económico favoreciera el enriquecimiento de la oligarquía tradicional de banqueros e industriales, y de una nueva burguesía, la orteguista. Me niego a llamarle sandinista. Nicaragua, aun con crecimiento económico, sigue siendo el país más pobre de América Latina, después de Haití.”

 

Víctor Tirado López

En el año 1964, trabaja en la organización del Frente Interno de la Resistencia (FIR), cae preso con Carlos Fonseca. Liberado es enviado a la montaña a construir bases de apoyo y unidades guerrilleras que operarían en la periferia de la montaña hasta 1977. Coordinador del Frente Sur, integra la junta revolucionara de los 9 comandantes. Es reconocido como Comandante de la Revolución en 1979.

En la década de los ochenta estuvo directamente ligado al trabajo de organización popular, especialmente en el movimiento sindical y en la organización campesina.

 

“Daniel se pone a la par de Sandino, de Rubén Darío. Sacaron a Fonseca, vergüenza le debería dar. Es un hombre inepto, atrasado.La idea era crear un nuevo sistema, un Estado de derecho, pero no se terminó con el somocismo. Pensé que íbamos a destruir al somocismo, pero Daniel Ortega lo hace suyo, todos los métodos son del somocismo. Ortega enterró la revolución.

Ernesto Cardenal

Sacerdote y poeta, su obra ha sido traducida a 20 idiomas. Militante del Frente Sandinista, luchó contra la dictadura somocista. En 1980, fue designado ministro de cultura, cargo que ejerció hasta 1987. Amonestado públicamente por el papa Juan Pablo II en 1986, quien lo suspendió del ejercicio del sacerdocio junto a su hermano, Fernando Cardenal, y a Miguel D'Escoto, debido a su adscripción a la teología de la liberación. Amigo, entre otros, de Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Günter Grass  y García Márquez, es reconocido mundialmente por la creación de la Comunidad Campesina de Solentiname.

 

“‘Exijo que pare inmediatamente esta represión que está sufriendo nuestro pueblo. Desde hace ya varios meses hemos tenido masacres en todo el país, y secuestros, prisioneros, torturas’ [...] El mensaje [...] sirvió para que ‒el sacerdote trapense de 93 años‒ se dejara ver [...] al menos en video, y reiterara sus críticas al Mandatario y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.”

 

“Tanto Rosario Murillo como Daniel Ortega (en) Nicaragua, pareciera como que ellos son dueños”.

“Ahora todo el mundo se está enterando de que en Nicaragua yo soy un perseguido político, me persigue el gobierno que tenemos, la pareja presidencial de Daniel Ortega y su mujer [Rosario Murillo]. Ellos son los dueños del poder, de todos los poderes de Nicaragua”.

Sergio Ramírez

Novelista, Premio Cervantes de literatura. En 1977, encabezó el Grupo de los Doce, formado por intelectuales, empresarios, sacerdotes y dirigentes civiles que apoyaron al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Presidió el Consejo Nacional de Educación y fundó en 1981 la Editorial Nueva Nicaragua (ENN). En 1984, fue elegido vicepresidente de Nicaragua como compañero de fórmula de Daniel Ortega. Asumió el cargo hasta 1990. De 1990 a 1995 encabezó la bancada sandinista en la Asamblea Nacional de Nicaragua. En 1991 fue elegido miembro de la Dirección Nacional del FSLN, del que se retira en 1994.

 

 “Pensar que Daniel Ortega se va a ir mañana por su propia voluntad, que va a tomar un avión con su familia, eso realmente es una fantasía. Principalmente, mientras él siente que tiene este respaldo fanático, porque se trata de fanáticos los que lo rodean, todos estos enmascarados y ellos están allí defendiéndolo bajo el entendido de que él se queda, y no es que se queda hasta el 2021, es que se queda para siempre. Esa es la garantía que ellos tienen, que la única defensa con la que cuentan para los crímenes que están cometiendo es que Ortega siempre estará ahí, protegiéndolos.”

“El día que esa clavija maestra se zafe todo se derrumba; entonces, por eso va a seguir. Esto es un tornillo sin fin, él tiene que insistir en que se queda y así los otros lo respaldan porque va a perdurar, pero eso también es una fantasía, porque esta situación no puede seguir de aquí hasta el año 2021”.

 

Gioconda Belli

Poeta y novelista multipremiada, autora de 18 libros, entre ellos: Waslala, El país bajo mi piel, La mujer habitada, Sofía de los presagios y El país de las mujeres. Durante la dictadura somocista, Belli fue perseguida y se exilió en México y Costa Rica, hasta que regresó a Nicaragua con el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979. Fue miembro de la Comisión Político-Diplomática del FSLN y  desempeñó diversos cargos en el gobierno sandinista hasta su renuncia en 1994.

 

“Las manifestaciones que dejaron decenas de muertos, heridos y detenidos los últimos días en Nicaragua han sido fruto de ‘la arrogancia y la impunidad’ de las autoridades.”

“La solución de este problema es una: el presidente y su esposa deben de tener la valentía para darse cuenta de que se les terminó su tiempo. [...] Deben renunciar. Sin que muera nadie más, sin obligar a los nicaragüenses a volver a las calles, deben renunciar”.

“El pueblo ‘ha salido de su estado de callada condena’ y los están demandando ‘a voces por su mal gobierno, sus arbitrariedades, su falta de ética, los fraudes electorales, el apañamiento de delincuentes, la malversación de las leyes, la entrega de nuestras tierras, la venta de nuestra soberanía, el descuido de nuestros recursos, la arrogancia de su opacidad informativa’”.

“Su negativa a ser transparentes en los asuntos del Estado, la desconfianza hacia sus propios ministros que han tratado como peleles, el abuso de los empleados estatales para obligarlos a ‘rotondear’ (ir a mítines oficiales), bajo amenaza de despedir a quienes no sean sumisos y aduladores. [...] es la hora del juicio. Daniel Ortega y Rosario Murillo han sido juzgados como gobernantes: no son lo que queremos para nuestro país. Se les dio la oportunidad, pero no fueron dignos, los acabó la ambición, los cegó el mesianismo, la arrogancia de sus propias interpretaciones”.

Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy

Son los más importantes cantautores nicaragüenses. Participaron activamente en el gobierno sandinista con responsabilidades. Su obra, de contenido altamente social, es parte esencial de la historia de la música de Nicaragua y Centroamérica. Sus canciones se transformaron en bandera de la Revolución Sandinista, las más conocidas “Las mujeres del Cúa”, “La tumba del guerrillero”, “Himno a la Unidad Sandinista” y “Nicaragua, Nicaragüita”. Crearon el álbum La Misa Campesina Nicaragüense, donde Ernesto Cardenal les brinda un especial apoyo. Son autores de los temas para la Cruzada Nacional de Alfabetización y de la canción homenaje al fundador del FSLN: Carlos Fonseca Amador.

Ambos le prohibieron a Ortega usar su música en los actos de gobierno. Carlos “publicó en sus redes sociales una carta dirigida a Daniel Ortega donde le exige que pare la represión contra el pueblo nicaragüense”.

“Daniel: Quisiera tenerte de frente para mirarte a los ojos y decirte lo siguiente. Sé que esto es muy crudo y expresarlo pone en peligro mi vida. Lo asumo sin temor, porque tengo guardaespaldas más seguros que los esbirros que te cuidan. Esos guardaespaldas son el espíritu de Alvarito Conrado y esa legión de niños, adolescentes y jóvenes que mandaste a matar y que cuidan mis pasos noche y día”.

“Daniel, detené YA este genocidio. Por la sangre de tu hermano Camilo, asesinado por el somocismo en Las Sabogales, pará ya esta barbarie. Se acerca el 23 de julio y el recuerdo de la SANGRE SANTA, de esa juventud aniquilada en León, tiene que llevarte a meditar”.

 Los Mejía Godoy se unieron  al llamado nacional e internacional para que Ortega ordenara parar el ataque en la Universidad Nacional de Nicaragua (UNAN-Managua), obligando a estudiantes a replegarse a una parroquia, la cual mantuvieron asediada con fuerzas paramilitares y agentes de la Policía. Luis Enrique declaró:

“el poder corrompe, el poder absoluto corrompe [...] absolutamente, y corrompe a los demás, inclusive, llega a corromper al pueblo. Entonces, este es un proceso de deterioro, no solamente de una persona, es de un grupo de personas que secuestraron la bandera de un partido, la bandera de una revolución, no sus ideales, no secuestraron por supuesto sus principios, sino secuestraron lo que era una mística y se convirtió en un amor por el poder y nosotros estamos por el poder al amor y no por el amor al poder.”

“Esto no sucedió del 18 de abril para acá, hace muchos años venimos advirtiéndonos los nicaragüenses desgraciadamente del acaparamiento que Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo, y su gente más allegada, sus ministros, su gabinete y su círculo de hierro, han venido provocando en Nicaragua [...] Si por algo luchamos nosotros contra Somoza, fue por eso, luchamos contra un hombre (Somoza) que quería ser el dueño de Nicaragua y tener al país como una finca.”

 

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