23/11/2024
Por Schachter Silvio
La ex guerrillera sandinista Dora María Téllez, una de las figuras claves en la liberación de Nicaragua de la dictadura somocista, ha sido condenada por la justicia de Daniel Ortega a 15 años de prisión, más la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Pocos días después murió en la cárcel, donde estaba recluido sin proceso, Hugo Torres.
Hugo Torres, el emblemático Comandante Uno, falleció el 11 de febrero en la cárcel de El Chipote, estaba por cumplir 74 años. Prisionero durante 8 meses del régimen orteguista , murió sin que se le haya procesado en un juicio. El general en retiro era uno de los más de 20 presos políticos de la tercera edad, varios de ellos sometidos a torturas. Los organismos de DDHH denunciaron que a pesar de estar gravemente enfermo, en diciembre su estado se agravó y perdió el conocimiento, no se le prestó atención médica, ni se le permitió ser ayudado por su familia. Fue sometido a extensos interrogatorios, a una magra alimentación en una celda con la luz encendida 24 horas.
Torres se incorporó al FSLN en 1971, vivió clandestino en la montaña, en la cordillera Isabella, enfrentando la dura represión somocista a los campesinos. En julio de 1974 participó en la operación “Diciembre Victorioso”, en la que secuestraron a funcionarios del Gobierno somocista. El comando exigió la liberación de los presos políticos de entonces. Lograron sus objetivos en menos de 48 horas, entre los militantes rescatados, estaba Daniel Ortega, su verdugo de hoy . En 1978 integró el Comando “Rigoberto López Pérez”, que realizó el asalto al Palacio Nacional, junto a Dora María Tellez. Torres era el único sandinista que intervino en las dos operaciones comando más importantes efectuadas por el FSLN.
Al triunfo de la revolución fue distinguido con el grado honorífico de comandante guerrillero y nombrado viceministro del Interior. Cuando fue integrado al Consejo de Estado, fue trasladado al Ejército. En 1982 le otorgaron la Orden Carlos Fonseca, máxima distinción del FSLN, entregada entonces a un reducido grupo de sandinistas, en reconocimiento por méritos excepcionales. Fue miembro de la Asamblea Sandinista hasta 1990 En el Ejército Nacional obtuvo el grado de general de brigada, con el que pasó a retiro a mediados de los 90.
“Tengo 73 años, nunca pensé que en esta etapa de mi vida iba a estar luchando contra una nueva dictadura (…), pero así son las vueltas de la vida. Los que una vez acogieron principios en favor de la justicia, en favor de la libertad, hoy los han traicionado y hoy son sus principales enemigos… Y cerró diciendo: —Ánimo pueblo, mantener el ánimo en alto que la historia está de nuestro lado. ¡De que se van, se van! “ fueron sus palabras grabadas en un video, poco antes de ser detenido.
Dora Maria Tellez nació en Matagalpa en 1955. En 1973 inició sus estudios de medicina en la UNAN de la ciudad de León donde se incorporó al FSLN. Sus primeros compromisos se centraron en el trabajo de apoyo a los miembros activos en las montañas desde los movimientos estudiantiles.
“Era una decisión complicada, de vida o muerte. No es una decisión que podés manejar superficialmente. Comencé levantando documentos, recortaba noticias, hacía síntesis de noticias, hacía compras para la montaña: gorras, machetes, medicinas. Después ya me fui clandestina. Después de unos dos años tal vez”,
Pertenecía a la tendencia del FSLN llamada tercerista o insurreccional. Fue organizada a mediados de 1976 y su propósito era desarrollar las insurrecciones en la ciudad, llevar la guerra a las zonas urbanas. La Dirección Nacional estaba representada por tres comandantes: Daniel Ortega, Humberto Ortega y Víctor Tirado López.
El primer combate de Dora María fue en el Frente Norte, en las cordilleras de Dipilto y Jalapa. Durante cinco meses lideró pelotones sandinistas en todo el país en escaramuzas con la Guardia Nacional Nicaragüense: primero en el frente sur con las fuerzas de Edén Pastora, y más tarde en el centro y norte de Nicaragua. Según explicó la comandante sandinista Mónica Baltodano, sus incursiones en los departamentos del norte en conjunto con las columnas de la Comandante Leticia Herrera sorprendían constantemente al enemigo y lograban dispersar sus fuerzas sacando ventaja de la situación.
Finalmente, lideró las unidades sandinistas luchando contra las fuerzas de élite del enemigo bloque por bloque durante seis semanas consecutivas hasta capturar en junio de 1979 la ciudad de León, la primera ciudad importante en caer ante los sandinistas en la Revolución, seguida por Managua dos semanas después, donde posteriormente se instaló la Junta de Gobierno Provisional Sandinista
Como "Comandante Dos", a los 22 años, era la tercera al mando en la operación del 22 de agosto de 1978 que ocupó el Palacio Nacional de Nicaragua en Managua, donde la Asamblea Nacional de Nicaragua estaba en pleno período de sesiones. Las demandas incluían la liberación de prisioneros políticos, un rescate monetario y la publicación de una serie de comunicados del FSLN en cadenas de televisión, radio y periódicos. Hubo una liberación posterior de presos políticos sandinistas clave Téllez participó en la gestión de estas negociaciones.
Gabriel García Márquez describió a Dora María Téllez en su crónica sobre el asalto al Palacio Nacional: “La número Dos, única mujer del comando, es Dora María Téllez, de veintidós años, una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le habrían servido para cualquier cosa grande en la vida”
Este acontecimiento conocido como Operación Chanchera, por los chanchos diputados, tuvo repercusiones para la dinastía Somoza al revelar la vulnerabilidad potencial del régimen. También ayudó al FSLN a obtener el apoyo de los gobiernos de América Latina, unir a diversas facciones de la oposición y ponerlos en acción. Tras la operación, miles de jóvenes y mujeres se unieron al movimiento sandinista. Un año después lideró la toma de León la primera ciudad liberada por el sandinismo, y aceleró la caída del régimen de Somoza el 19 de julio de 1979.
Durante el gobierno sandinista (1979-1990) ocupó el cargo de Ministra de Salud. También ha sido vicepresidenta del Consejo de Estado y diputada.
En 1995, tras abandonar su puesto de ministra de salud fundó y dirigió el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), un movimiento político conformado por Sergio Ramírez, Henry Ruiz, Hugo Torres, Mónica Baltodano y Víctor Hugo Tinoco. Con la finalidad de crear una nueva fuerza política que “reivindique los auténticos valores del sandinismo, la democracia y la justicia social” porque consideraba en aquel entonces que “Nicaragua es una dictadura familiar de Daniel Ortega, familia y amigos”. Daniel Ortega ha proseguido su línea represora y en el año 2007 decidió ilegalizar el Movimiento Renovador Sandinista.
La lista de notables militantes sandinistas perseguidos por el régimen es extensa. En agosto del año pasado, la exguerrillera sandinista y exdiputada Mónica Baltodano abandonó Nicaragua junto con su familia, debido al "hostigamiento y persecución política de la dictadura Ortega Murillo; "Si bien desde septiembre de 2018 nos fueron concedidas medidas cautelares de protección por parte de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), las incesantes acciones de espionaje, presencia cotidiana de la inteligencia policial, hostigamiento y persecución política, apuntaban a convertir a toda nuestra familia en prisioneros políticos", señaló Baltodano.
Baltodano, de 67 años, estuvo entre los guerrilleros que dirigieron la insurrección de Managua que llevó a la caída de Anastasio Somoza Debayle el 19 de julio de 1979, integró la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y fue diputada del partido ante la Asamblea Nacional de 1997 hasta 2002, momento en el que fue expulsada por criticar la conducción vertical y autoritaria de Ortega. Su esposo Julio López Campos, también participó en la denominada "ofensiva final y fue responsable del Departamento de Relaciones Internacionales del FSLN en los años 80. Su hija Mónica Augusta es una abogada ambientalista y feminista, quien denuncio el pacto del gobierno con la Iglesia, que incluyo la ley que penaliza el aborto en todas sus formas, aprobada en 2006, y eliminó las pocas opciones que existían para que las mujeres y niñas obtuvieran un aborto legal.
“Jamás pensé que tendría que exiliarme de mi país”. Declaró Luis Carrión, de 69 años quien también debió abandonar Nicaragua. Fue el primer viceministro del Interior de la etapa revolucionaria (1979-1990), y el segundo comandante en jefe del Ejército Popular Sandinista (EPS), posterior Ejército de Nicaragua, también fue ministro de Economía, Industria y Comercio, se separó del FSLN y fue uno de los fundadores del Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Carrión es uno de siete sobrevivientes de los nueve comandantes de la revolución y uno de los tres que ahora son opositores a Ortega. Los otros dos son Henry Ruiz, (el comandante Modesto) y Jaime Wheelock.
Entre los que también enfrentaron al régimen de Ortega estuvo, el poeta de Solentiname, Ernesto Cardenal, (fallecido en 2020), los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez, y Oscar Rene Vargas, Víctor Hugo Tinoco, incluso los autores del himno sandinista Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, quienes le prohibieron a Ortega usar su música.
En el azul nicaragüense Dora María Tellez, es una estrella brillante
En junio de 2008, Dora decidió iniciar una huelga de hambre en la rotonda de Metrocentro, en pleno corazón de la ciudad de Managua, junto a la Catedral, mostrar su “solidaridad con miles de nicaragüenses que padecen hambre, que viven en asentamientos en condiciones infrahumanas, que están desempleados...”
Desde la rebelión de abril de 2018, se vio obligada a resguardarse en al menos seis casas de seguridad, después que su casa fuera allanada.
“Los nicaragüenses invertimos muchísimo esfuerzo, trabajo y sangre para derrocar la dictadura de los Somoza y, evidentemente, los procesos de democratización fueron insuficientes porque volvió a instalarse otra dictadura. Una dictadura forjada en la matriz propagandística de la revolución sandinista. Digo la matriz propagandística porque no tiene nada que ver con el sandinismo lo que está sucediendo. Tiene que ver con un adefesio que se llama orteguismo, una maquinaria de poder político que ha ocupado el Frente Sandinista”
“La revolución sandinista fue heroica en el sentido de que se enfrentó a una dictadura que tenía 30 años y que había sido sólidamente respaldada por Estados Unidos. Era una lucha desigual. Además, se trataba de una revolución triunfante desde la perspectiva de los movimientos de izquierda que habían venido creciendo desde los años sesenta. Coincidió con esta generación que participó en las acciones del 68 en Europa y que tenía en el imaginario cambiar el mundo en África, en Asia, en América Latina. Además, está la imagen de Sandino, que había tenido un correlato importante en materia de respaldo internacional.
Cuando el régimen inició la ola de capturas contra opositores, muchos no eran capaces de creer que Ortega podría irse en contra de aquellos que no menos de una vez le salvaron la vida y que lo acompañaron en los momentos convulsos del sandinismo, cuando era una guerrilla incipiente en contra del somocismo, pero todo cambió cuando el domingo 13 de junio empezaron las denuncias por redes sociales. La policía usó hasta un dron para ejecutar esa captura.
Escribió sobre ella Gioconda Belli “En la inmensidad del azul nicaragüense, Dora María es, sin duda, una de sus estrellas más brillantes. Su trayectoria en la lucha contra la dictadura somocista fue intensa, decisiva, histórica…. Por ahí inicia -desde la mediocridad de Ortega y también de Murillo- el odio, la desconfianza, la mezquindad que todo prostituye, y que hoy asesta un nuevo y cobarde zarpazo, pretendiendo inútilmente juzgarla, humillarla, condenarla”.
El 21 de noviembre cumplió 66 años, en la cárcel, en medio de la soledad y el aislamiento al que ha sido sometida, en una celda oscura donde la llevó aquel compañero de guerrilla al que ella, y muchos otros compañeros, entregados al combate fuego a fuego, le salvaron la vida.
El 22 de febrero se cumplieron 88 años del asesinato de Augusto Cesar Sandino, quienes lo invocan falsamente deberían seguir su ejemplo. Para el General de Hombres Libres, “No había honra mayor que surgir del seno de los oprimidos”.
Murió en la cárcel orteguista el ex guerrillero Hugo Torres
Libertad a Dora María Tellez
Hugo Torres y Dora María Tellez en 1978, durante la conferencia de prensa después de la toma del Palacio Nacional.
Por Silvio Schachter
La ex guerrillera sandinista Dora María Téllez, una de las figuras claves en la liberación de Nicaragua de la dictadura somocista, ha sido condenada por la justicia de Daniel Ortega a 15 años de prisión, más la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Pocos días después murió en la cárcel, donde estaba recluido sin proceso, Hugo Torres.
Hugo Torres, el emblemático Comandante Uno, falleció el 11 de febrero en la cárcel de El Chipote, estaba por cumplir 74 años. Prisionero durante 8 meses del régimen orteguista , murió sin que se le haya procesado en un juicio. El general en retiro era uno de los más de 20 presos políticos de la tercera edad, varios de ellos sometidos a torturas. Los organismos de DDHH denunciaron que a pesar de estar gravemente enfermo, en diciembre su estado se agravó y perdió el conocimiento, no se le prestó atención médica, ni se le permitió ser ayudado por su familia. Fue sometido a extensos interrogatorios, a una magra alimentación en una celda con la luz encendida 24 horas.
Torres se incorporó al FSLN en 1971, vivió clandestino en la montaña, en la cordillera Isabella, enfrentando la dura represión somocista a los campesinos. En julio de 1974 participó en la operación “Diciembre Victorioso”, en la que secuestraron a funcionarios del Gobierno somocista. El comando exigió la liberación de los presos políticos de entonces. Lograron sus objetivos en menos de 48 horas, entre los militantes rescatados, estaba Daniel Ortega, su verdugo de hoy . En 1978 integró el Comando “Rigoberto López Pérez”, que realizó el asalto al Palacio Nacional, junto a Dora María Tellez. Torres era el único sandinista que intervino en las dos operaciones comando más importantes efectuadas por el FSLN.
Al triunfo de la revolución fue distinguido con el grado honorífico de comandante guerrillero y nombrado viceministro del Interior. Cuando fue integrado al Consejo de Estado, fue trasladado al Ejército. En 1982 le otorgaron la Orden Carlos Fonseca, máxima distinción del FSLN, entregada entonces a un reducido grupo de sandinistas, en reconocimiento por méritos excepcionales. Fue miembro de la Asamblea Sandinista hasta 1990 En el Ejército Nacional obtuvo el grado de general de brigada, con el que pasó a retiro a mediados de los 90.
“Tengo 73 años, nunca pensé que en esta etapa de mi vida iba a estar luchando contra una nueva dictadura (…), pero así son las vueltas de la vida. Los que una vez acogieron principios en favor de la justicia, en favor de la libertad, hoy los han traicionado y hoy son sus principales enemigos… Y cerró diciendo: —Ánimo pueblo, mantener el ánimo en alto que la historia está de nuestro lado. ¡De que se van, se van! “ fueron sus palabras grabadas en un video, poco antes de ser detenido.
Dora Maria Tellez nació en Matagalpa en 1955. En 1973 inició sus estudios de medicina en la UNAN de la ciudad de León donde se incorporó al FSLN. Sus primeros compromisos se centraron en el trabajo de apoyo a los miembros activos en las montañas desde los movimientos estudiantiles.
“Era una decisión complicada, de vida o muerte. No es una decisión que podés manejar superficialmente. Comencé levantando documentos, recortaba noticias, hacía síntesis de noticias, hacía compras para la montaña: gorras, machetes, medicinas. Después ya me fui clandestina. Después de unos dos años tal vez”,
Pertenecía a la tendencia del FSLN llamada tercerista o insurreccional. Fue organizada a mediados de 1976 y su propósito era desarrollar las insurrecciones en la ciudad, llevar la guerra a las zonas urbanas. La Dirección Nacional estaba representada por tres comandantes: Daniel Ortega, Humberto Ortega y Víctor Tirado López.
El primer combate de Dora María fue en el Frente Norte, en las cordilleras de Dipilto y Jalapa. Durante cinco meses lideró pelotones sandinistas en todo el país en escaramuzas con la Guardia Nacional Nicaragüense: primero en el frente sur con las fuerzas de Edén Pastora, y más tarde en el centro y norte de Nicaragua. Según explicó la comandante sandinista Mónica Baltodano, sus incursiones en los departamentos del norte en conjunto con las columnas de la Comandante Leticia Herrera sorprendían constantemente al enemigo y lograban dispersar sus fuerzas sacando ventaja de la situación.
Finalmente, lideró las unidades sandinistas luchando contra las fuerzas de élite del enemigo bloque por bloque durante seis semanas consecutivas hasta capturar en junio de 1979 la ciudad de León, la primera ciudad importante en caer ante los sandinistas en la Revolución, seguida por Managua dos semanas después, donde posteriormente se instaló la Junta de Gobierno Provisional Sandinista
Como "Comandante Dos", a los 22 años, era la tercera al mando en la operación del 22 de agosto de 1978 que ocupó el Palacio Nacional de Nicaragua en Managua, donde la Asamblea Nacional de Nicaragua estaba en pleno período de sesiones. Las demandas incluían la liberación de prisioneros políticos, un rescate monetario y la publicación de una serie de comunicados del FSLN en cadenas de televisión, radio y periódicos. Hubo una liberación posterior de presos políticos sandinistas clave Téllez participó en la gestión de estas negociaciones.
Gabriel García Márquez describió a Dora María Téllez en su crónica sobre el asalto al Palacio Nacional: “La número Dos, única mujer del comando, es Dora María Téllez, de veintidós años, una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le habrían servido para cualquier cosa grande en la vida”
Este acontecimiento conocido como Operación Chanchera, por los chanchos diputados, tuvo repercusiones para la dinastía Somoza al revelar la vulnerabilidad potencial del régimen. También ayudó al FSLN a obtener el apoyo de los gobiernos de América Latina, unir a diversas facciones de la oposición y ponerlos en acción. Tras la operación, miles de jóvenes y mujeres se unieron al movimiento sandinista. Un año después lideró la toma de León la primera ciudad liberada por el sandinismo, y aceleró la caída del régimen de Somoza el 19 de julio de 1979.
Durante el gobierno sandinista (1979-1990) ocupó el cargo de Ministra de Salud. También ha sido vicepresidenta del Consejo de Estado y diputada.
En 1995, tras abandonar su puesto de ministra de salud fundó y dirigió el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), un movimiento político conformado por Sergio Ramírez, Henry Ruiz, Hugo Torres, Mónica Baltodano y Víctor Hugo Tinoco. Con la finalidad de crear una nueva fuerza política que “reivindique los auténticos valores del sandinismo, la democracia y la justicia social” porque consideraba en aquel entonces que “Nicaragua es una dictadura familiar de Daniel Ortega, familia y amigos”. Daniel Ortega ha proseguido su línea represora y en el año 2007 decidió ilegalizar el Movimiento Renovador Sandinista.
La lista de notables militantes sandinistas perseguidos por el régimen es extensa. En agosto del año pasado, la exguerrillera sandinista y exdiputada Mónica Baltodano abandonó Nicaragua junto con su familia, debido al "hostigamiento y persecución política de la dictadura Ortega Murillo; "Si bien desde septiembre de 2018 nos fueron concedidas medidas cautelares de protección por parte de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), las incesantes acciones de espionaje, presencia cotidiana de la inteligencia policial, hostigamiento y persecución política, apuntaban a convertir a toda nuestra familia en prisioneros políticos", señaló Baltodano.
Baltodano, de 67 años, estuvo entre los guerrilleros que dirigieron la insurrección de Managua que llevó a la caída de Anastasio Somoza Debayle el 19 de julio de 1979, integró la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y fue diputada del partido ante la Asamblea Nacional de 1997 hasta 2002, momento en el que fue expulsada por criticar la conducción vertical y autoritaria de Ortega. Su esposo Julio López Campos, también participó en la denominada "ofensiva final y fue responsable del Departamento de Relaciones Internacionales del FSLN en los años 80. Su hija Mónica Augusta es una abogada ambientalista y feminista, quien denuncio el pacto del gobierno con la Iglesia, que incluyo la ley que penaliza el aborto en todas sus formas, aprobada en 2006, y eliminó las pocas opciones que existían para que las mujeres y niñas obtuvieran un aborto legal.
“Jamás pensé que tendría que exiliarme de mi país”. Declaró Luis Carrión, de 69 años quien también debió abandonar Nicaragua. Fue el primer viceministro del Interior de la etapa revolucionaria (1979-1990), y el segundo comandante en jefe del Ejército Popular Sandinista (EPS), posterior Ejército de Nicaragua, también fue ministro de Economía, Industria y Comercio, se separó del FSLN y fue uno de los fundadores del Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Carrión es uno de siete sobrevivientes de los nueve comandantes de la revolución y uno de los tres que ahora son opositores a Ortega. Los otros dos son Henry Ruiz, (el comandante Modesto) y Jaime Wheelock.
Entre los que también enfrentaron al régimen de Ortega estuvo, el poeta de Solentiname, Ernesto Cardenal, (fallecido en 2020), los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez, y Oscar Rene Vargas, Víctor Hugo Tinoco, incluso los autores del himno sandinista Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, quienes le prohibieron a Ortega usar su música.
En el azul nicaragüense Dora María Tellez, es una estrella brillante
En junio de 2008, Dora decidió iniciar una huelga de hambre en la rotonda de Metrocentro, en pleno corazón de la ciudad de Managua, junto a la Catedral, mostrar su “solidaridad con miles de nicaragüenses que padecen hambre, que viven en asentamientos en condiciones infrahumanas, que están desempleados...”
Desde la rebelión de abril de 2018, se vio obligada a resguardarse en al menos seis casas de seguridad, después que su casa fuera allanada.
“Los nicaragüenses invertimos muchísimo esfuerzo, trabajo y sangre para derrocar la dictadura de los Somoza y, evidentemente, los procesos de democratización fueron insuficientes porque volvió a instalarse otra dictadura. Una dictadura forjada en la matriz propagandística de la revolución sandinista. Digo la matriz propagandística porque no tiene nada que ver con el sandinismo lo que está sucediendo. Tiene que ver con un adefesio que se llama orteguismo, una maquinaria de poder político que ha ocupado el Frente Sandinista”
“La revolución sandinista fue heroica en el sentido de que se enfrentó a una dictadura que tenía 30 años y que había sido sólidamente respaldada por Estados Unidos. Era una lucha desigual. Además, se trataba de una revolución triunfante desde la perspectiva de los movimientos de izquierda que habían venido creciendo desde los años sesenta. Coincidió con esta generación que participó en las acciones del 68 en Europa y que tenía en el imaginario cambiar el mundo en África, en Asia, en América Latina. Además, está la imagen de Sandino, que había tenido un correlato importante en materia de respaldo internacional.
Cuando el régimen inició la ola de capturas contra opositores, muchos no eran capaces de creer que Ortega podría irse en contra de aquellos que no menos de una vez le salvaron la vida y que lo acompañaron en los momentos convulsos del sandinismo, cuando era una guerrilla incipiente en contra del somocismo, pero todo cambió cuando el domingo 13 de junio empezaron las denuncias por redes sociales. La policía usó hasta un dron para ejecutar esa captura.
Escribió sobre ella Gioconda Belli “En la inmensidad del azul nicaragüense, Dora María es, sin duda, una de sus estrellas más brillantes. Su trayectoria en la lucha contra la dictadura somocista fue intensa, decisiva, histórica…. Por ahí inicia -desde la mediocridad de Ortega y también de Murillo- el odio, la desconfianza, la mezquindad que todo prostituye, y que hoy asesta un nuevo y cobarde zarpazo, pretendiendo inútilmente juzgarla, humillarla, condenarla”.
El 21 de noviembre cumplió 66 años, en la cárcel, en medio de la soledad y el aislamiento al que ha sido sometida, en una celda oscura donde la llevó aquel compañero de guerrilla al que ella, y muchos otros compañeros, entregados al combate fuego a fuego, le salvaron la vida.
El 22 de febrero se cumplieron 88 años del asesinato de Augusto Cesar Sandino, quienes lo invocan falsamente deberían seguir su ejemplo. Para el General de Hombres Libres, “No había honra mayor que surgir del seno de los oprimidos”.
Murió en la cárcel orteguista el ex guerrillero Hugo Torres
Libertad a Dora María Tellez
Hugo Torres y Dora María Tellez en 1978, durante la conferencia de prensa después de la toma del Palacio Nacional.
Por Silvio Schachter
La ex guerrillera sandinista Dora María Téllez, una de las figuras claves en la liberación de Nicaragua de la dictadura somocista, ha sido condenada por la justicia de Daniel Ortega a 15 años de prisión, más la inhabilitación para ejercer cargos públicos. Pocos días después murió en la cárcel, donde estaba recluido sin proceso, Hugo Torres.
Hugo Torres, el emblemático Comandante Uno, falleció el 11 de febrero en la cárcel de El Chipote, estaba por cumplir 74 años. Prisionero durante 8 meses del régimen orteguista , murió sin que se le haya procesado en un juicio. El general en retiro era uno de los más de 20 presos políticos de la tercera edad, varios de ellos sometidos a torturas. Los organismos de DDHH denunciaron que a pesar de estar gravemente enfermo, en diciembre su estado se agravó y perdió el conocimiento, no se le prestó atención médica, ni se le permitió ser ayudado por su familia. Fue sometido a extensos interrogatorios, a una magra alimentación en una celda con la luz encendida 24 horas.
Torres se incorporó al FSLN en 1971, vivió clandestino en la montaña, en la cordillera Isabella, enfrentando la dura represión somocista a los campesinos. En julio de 1974 participó en la operación “Diciembre Victorioso”, en la que secuestraron a funcionarios del Gobierno somocista. El comando exigió la liberación de los presos políticos de entonces. Lograron sus objetivos en menos de 48 horas, entre los militantes rescatados, estaba Daniel Ortega, su verdugo de hoy . En 1978 integró el Comando “Rigoberto López Pérez”, que realizó el asalto al Palacio Nacional, junto a Dora María Tellez. Torres era el único sandinista que intervino en las dos operaciones comando más importantes efectuadas por el FSLN.
Al triunfo de la revolución fue distinguido con el grado honorífico de comandante guerrillero y nombrado viceministro del Interior. Cuando fue integrado al Consejo de Estado, fue trasladado al Ejército. En 1982 le otorgaron la Orden Carlos Fonseca, máxima distinción del FSLN, entregada entonces a un reducido grupo de sandinistas, en reconocimiento por méritos excepcionales. Fue miembro de la Asamblea Sandinista hasta 1990 En el Ejército Nacional obtuvo el grado de general de brigada, con el que pasó a retiro a mediados de los 90.
“Tengo 73 años, nunca pensé que en esta etapa de mi vida iba a estar luchando contra una nueva dictadura (…), pero así son las vueltas de la vida. Los que una vez acogieron principios en favor de la justicia, en favor de la libertad, hoy los han traicionado y hoy son sus principales enemigos… Y cerró diciendo: —Ánimo pueblo, mantener el ánimo en alto que la historia está de nuestro lado. ¡De que se van, se van! “ fueron sus palabras grabadas en un video, poco antes de ser detenido.
Dora Maria Tellez nació en Matagalpa en 1955. En 1973 inició sus estudios de medicina en la UNAN de la ciudad de León donde se incorporó al FSLN. Sus primeros compromisos se centraron en el trabajo de apoyo a los miembros activos en las montañas desde los movimientos estudiantiles.
“Era una decisión complicada, de vida o muerte. No es una decisión que podés manejar superficialmente. Comencé levantando documentos, recortaba noticias, hacía síntesis de noticias, hacía compras para la montaña: gorras, machetes, medicinas. Después ya me fui clandestina. Después de unos dos años tal vez”,
Pertenecía a la tendencia del FSLN llamada tercerista o insurreccional. Fue organizada a mediados de 1976 y su propósito era desarrollar las insurrecciones en la ciudad, llevar la guerra a las zonas urbanas. La Dirección Nacional estaba representada por tres comandantes: Daniel Ortega, Humberto Ortega y Víctor Tirado López.
El primer combate de Dora María fue en el Frente Norte, en las cordilleras de Dipilto y Jalapa. Durante cinco meses lideró pelotones sandinistas en todo el país en escaramuzas con la Guardia Nacional Nicaragüense: primero en el frente sur con las fuerzas de Edén Pastora, y más tarde en el centro y norte de Nicaragua. Según explicó la comandante sandinista Mónica Baltodano, sus incursiones en los departamentos del norte en conjunto con las columnas de la Comandante Leticia Herrera sorprendían constantemente al enemigo y lograban dispersar sus fuerzas sacando ventaja de la situación.
Finalmente, lideró las unidades sandinistas luchando contra las fuerzas de élite del enemigo bloque por bloque durante seis semanas consecutivas hasta capturar en junio de 1979 la ciudad de León, la primera ciudad importante en caer ante los sandinistas en la Revolución, seguida por Managua dos semanas después, donde posteriormente se instaló la Junta de Gobierno Provisional Sandinista
Como "Comandante Dos", a los 22 años, era la tercera al mando en la operación del 22 de agosto de 1978 que ocupó el Palacio Nacional de Nicaragua en Managua, donde la Asamblea Nacional de Nicaragua estaba en pleno período de sesiones. Las demandas incluían la liberación de prisioneros políticos, un rescate monetario y la publicación de una serie de comunicados del FSLN en cadenas de televisión, radio y periódicos. Hubo una liberación posterior de presos políticos sandinistas clave Téllez participó en la gestión de estas negociaciones.
Gabriel García Márquez describió a Dora María Téllez en su crónica sobre el asalto al Palacio Nacional: “La número Dos, única mujer del comando, es Dora María Téllez, de veintidós años, una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le habrían servido para cualquier cosa grande en la vida”
Este acontecimiento conocido como Operación Chanchera, por los chanchos diputados, tuvo repercusiones para la dinastía Somoza al revelar la vulnerabilidad potencial del régimen. También ayudó al FSLN a obtener el apoyo de los gobiernos de América Latina, unir a diversas facciones de la oposición y ponerlos en acción. Tras la operación, miles de jóvenes y mujeres se unieron al movimiento sandinista. Un año después lideró la toma de León la primera ciudad liberada por el sandinismo, y aceleró la caída del régimen de Somoza el 19 de julio de 1979.
Durante el gobierno sandinista (1979-1990) ocupó el cargo de Ministra de Salud. También ha sido vicepresidenta del Consejo de Estado y diputada.
En 1995, tras abandonar su puesto de ministra de salud fundó y dirigió el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), un movimiento político conformado por Sergio Ramírez, Henry Ruiz, Hugo Torres, Mónica Baltodano y Víctor Hugo Tinoco. Con la finalidad de crear una nueva fuerza política que “reivindique los auténticos valores del sandinismo, la democracia y la justicia social” porque consideraba en aquel entonces que “Nicaragua es una dictadura familiar de Daniel Ortega, familia y amigos”. Daniel Ortega ha proseguido su línea represora y en el año 2007 decidió ilegalizar el Movimiento Renovador Sandinista.
La lista de notables militantes sandinistas perseguidos por el régimen es extensa. En agosto del año pasado, la exguerrillera sandinista y exdiputada Mónica Baltodano abandonó Nicaragua junto con su familia, debido al "hostigamiento y persecución política de la dictadura Ortega Murillo; "Si bien desde septiembre de 2018 nos fueron concedidas medidas cautelares de protección por parte de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), las incesantes acciones de espionaje, presencia cotidiana de la inteligencia policial, hostigamiento y persecución política, apuntaban a convertir a toda nuestra familia en prisioneros políticos", señaló Baltodano.
Baltodano, de 67 años, estuvo entre los guerrilleros que dirigieron la insurrección de Managua que llevó a la caída de Anastasio Somoza Debayle el 19 de julio de 1979, integró la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y fue diputada del partido ante la Asamblea Nacional de 1997 hasta 2002, momento en el que fue expulsada por criticar la conducción vertical y autoritaria de Ortega. Su esposo Julio López Campos, también participó en la denominada "ofensiva final y fue responsable del Departamento de Relaciones Internacionales del FSLN en los años 80. Su hija Mónica Augusta es una abogada ambientalista y feminista, quien denuncio el pacto del gobierno con la Iglesia, que incluyo la ley que penaliza el aborto en todas sus formas, aprobada en 2006, y eliminó las pocas opciones que existían para que las mujeres y niñas obtuvieran un aborto legal.
“Jamás pensé que tendría que exiliarme de mi país”. Declaró Luis Carrión, de 69 años quien también debió abandonar Nicaragua. Fue el primer viceministro del Interior de la etapa revolucionaria (1979-1990), y el segundo comandante en jefe del Ejército Popular Sandinista (EPS), posterior Ejército de Nicaragua, también fue ministro de Economía, Industria y Comercio, se separó del FSLN y fue uno de los fundadores del Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Carrión es uno de siete sobrevivientes de los nueve comandantes de la revolución y uno de los tres que ahora son opositores a Ortega. Los otros dos son Henry Ruiz, (el comandante Modesto) y Jaime Wheelock.
Entre los que también enfrentaron al régimen de Ortega estuvo, el poeta de Solentiname, Ernesto Cardenal, (fallecido en 2020), los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez, y Oscar Rene Vargas, Víctor Hugo Tinoco, incluso los autores del himno sandinista Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, quienes le prohibieron a Ortega usar su música.
En el azul nicaragüense Dora María Tellez, es una estrella brillante
En junio de 2008, Dora decidió iniciar una huelga de hambre en la rotonda de Metrocentro, en pleno corazón de la ciudad de Managua, junto a la Catedral, mostrar su “solidaridad con miles de nicaragüenses que padecen hambre, que viven en asentamientos en condiciones infrahumanas, que están desempleados...”
Desde la rebelión de abril de 2018, se vio obligada a resguardarse en al menos seis casas de seguridad, después que su casa fuera allanada.
“Los nicaragüenses invertimos muchísimo esfuerzo, trabajo y sangre para derrocar la dictadura de los Somoza y, evidentemente, los procesos de democratización fueron insuficientes porque volvió a instalarse otra dictadura. Una dictadura forjada en la matriz propagandística de la revolución sandinista. Digo la matriz propagandística porque no tiene nada que ver con el sandinismo lo que está sucediendo. Tiene que ver con un adefesio que se llama orteguismo, una maquinaria de poder político que ha ocupado el Frente Sandinista”
“La revolución sandinista fue heroica en el sentido de que se enfrentó a una dictadura que tenía 30 años y que había sido sólidamente respaldada por Estados Unidos. Era una lucha desigual. Además, se trataba de una revolución triunfante desde la perspectiva de los movimientos de izquierda que habían venido creciendo desde los años sesenta. Coincidió con esta generación que participó en las acciones del 68 en Europa y que tenía en el imaginario cambiar el mundo en África, en Asia, en América Latina. Además, está la imagen de Sandino, que había tenido un correlato importante en materia de respaldo internacional.
Cuando el régimen inició la ola de capturas contra opositores, muchos no eran capaces de creer que Ortega podría irse en contra de aquellos que no menos de una vez le salvaron la vida y que lo acompañaron en los momentos convulsos del sandinismo, cuando era una guerrilla incipiente en contra del somocismo, pero todo cambió cuando el domingo 13 de junio empezaron las denuncias por redes sociales. La policía usó hasta un dron para ejecutar esa captura.
Escribió sobre ella Gioconda Belli “En la inmensidad del azul nicaragüense, Dora María es, sin duda, una de sus estrellas más brillantes. Su trayectoria en la lucha contra la dictadura somocista fue intensa, decisiva, histórica…. Por ahí inicia -desde la mediocridad de Ortega y también de Murillo- el odio, la desconfianza, la mezquindad que todo prostituye, y que hoy asesta un nuevo y cobarde zarpazo, pretendiendo inútilmente juzgarla, humillarla, condenarla”.
El 21 de noviembre cumplió 66 años, en la cárcel, en medio de la soledad y el aislamiento al que ha sido sometida, en una celda oscura donde la llevó aquel compañero de guerrilla al que ella, y muchos otros compañeros, entregados al combate fuego a fuego, le salvaron la vida.
El 22 de febrero se cumplieron 88 años del asesinato de Augusto Cesar Sandino, quienes lo invocan falsamente deberían seguir su ejemplo. Para el General de Hombres Libres, “No había honra mayor que surgir del seno de los oprimidos”.