04/12/2024
Por Schachter Silvio
La actividad beligerante de la Iglesia católica en contra de la ley por la despenalización del aborto, sus virulentas diatribas y desembozadas amenazas, excomulgación incluida, contra los políticos y creyentes en general, que apoyan la ley, vuelve a poner en el centro la necesidad imperiosa de terminar en todos los planos con el maridaje entre el Estado y la Iglesia.
Pero la cuestión no solo involucra la relación entre las instituciones de un Estado laico y su sociedad con la monarquía medieval con sede en el Vaticano ; se trata del rechazo firme y contundente a su condición ética para dictar e imponer normas, leyes, códigos, principios y reglas que involucran la vida de toda la sociedad,de poner en cuestión la autoridad de una corporación que acredita una historia oscurantista y calumniadora, corrupta, parasitaria, esclavista, homofóbica, misógina, machista, pedófila y violadora, torturadora y asesina, cazadora de herencias y vendedora de indulgencias, estafadora y socia de la Mafia, apropiadora de niños, cómplice de dictadores, de secuestros y desapariciones, de regímenes racistas, amiga de nazis y fascistas, genocida de pueblos originarios, mendaz y persistente falseadora de la historia, enemiga de la ciencia, y que a pesar de todo su prontuario se sostiene en el tiempo con una impunidad milenaria.
Si esta lista de atributos parece exagerada, veamos una muy breve síntesis de los actos que a modo sólo de titulares integran los extensos capítulos de su libro negro.
La Iglesia del odio y la guerra.
Desde el siglo tercero cuando Constantino adopta el cristianismo como culto oficial del Imperio, y como ha sucedido con todas las religiones del mundo, en el momento en que se han convertido en culto de Estado,los centros de poder de las Iglesias cristianas fueron ejercidos por individuos sin escrúpulos y astutos, preparados para lucrar a costa de la fe y con el único fin de adquirir riqueza y autoridad, recorrer las crónicas de los papados es escalofriante. Empezando por el propio Constantino que entre otros actos virtuosos hizo matar a su propio hijo, a su mujer, a su suegro , a su cuñado y a miles de súbditos y enemigos. Funda el cristianismo como una religión de Estado adaptada a las necesidades del Imperio, iglesia institucionalizada, católica y romana. Los cristianos, en adelante, no sólo deberían obediencia a Dios, sino al emperador, templo y palacio juntos inauguran la Edad Media.
En estos mil setecientos años es interminable la lista de sucesos sanguinarios que sacudieron a Europa primero y después al mundo, que son consecuencia de las luchas de poder en las cuales la Iglesia se alineó como protagonista entre las fuerzas combatientes. A lo largo de su historia se le acreditan fehacientemente más crímenes que los cometidos en las dos guerras mundiales, incluidos los del propio nazismo.
En las Cruzadas, 200 años de crímenes en nombre de Dios, llevaron hacia Jerusalén turbas de incontrolados asesinos al grito de ¡Dios lo quiere!. En su largo camino avanzaron saqueando incluso las poblaciones cristianas que atravesaban durante el viaje. La IV cruzada, declarada en 1202, en vez de ir a Tierra Santa tomó al asalto la cristianísima Constantinopla, la conquistó saqueándola y exterminando a buena parte de la población. El héroe cristiano San Bernardo de Clairvaux convocó a la II Cruzada al grito de "¡Maldito sea quien no manche su espada con sangre!"
Uno de los hechos de mayor crueldad, se registró en 1212, cuando 30.000 niños centroeuropeos partieron a las cruzadas, solos y sin armas. Muchos de ellos fueron embarcados en Marsella, los que sobrevivieron al viaje fueron vendidos a los turcos como esclavos.
Los cristianos que no aceptaron la corrupción papal fueron brutalmente atacados.Cuando el papa Inocencio III decidió detener la denominada herejía cátara y valdense, proclamó en 1209 una auténtica cruzada en el sur de Francia. Esta campaña duró veinte años y acabó con la vida decenas de miles de albigenses. Los cátaros eran culpables de promulgar una vida comunitaria pacífica y solidaria, a la que consideraban respetuosa de las enseñanzas de Jesús. Los ejércitos punitivos del papa al que los cataros llamaron como la bíblica “Ramera de Babilonia, fueron implacables, la ciudad de Beziers fue arrasada y todos sus habitantes, incluidos niños mujeres y ancianos, asesinados. Tres siglos mas tarde el 28 de agosto d 1572 en Paris, en la noche de San Bartolomé, los ejércitos del rey de Francia mataron a 25.000 hugonotes. El papa Gregorio XIII, decidió festejar la masacre de protestantes celebrando fiestas solemnes y un jubileo.
La cacería medieval de herejes se amplifico a todos los territorios donde la Iglesia pudo llegar, judíos, musulmanes, cristianos rebeldes o simplemente lectores de la Biblia, acto prohibido en esa época, fueron víctimas de los peores tormentos.
Fue en 1229, en el concilio reunido en Tolosa, en aquel sur de Francia reconquistado para la “verdadera fe", donde se instituyeron oficialmente los tribunales de la Inquisición. El papa Gregorio IX confió la celebración de los procesos contra los herejes a comisarios especiales elegidos entre los dominicanos y los franciscanos. Pocos años después Inocencio IV, legalizó el derecho a la tortura. La lucha contra la herejía se convirtió en un asunto de Estado. La alianza entre el trono y el altar para frenar un fenómenoque que amenazaba tanto a la autoridad civil como a la religiosa,sería uno de los rasgos constitutivos de la Inquisición. Los inquisidores eran al mismo tiempo policía, carceleros, acusadores y jueces. La Iglesia ya consolidada como una potencia política se convirtió directamente en una máquina de matar. Quien no moría en la tortura o la cárcel, terminaba en la hoguera. Particularmente brutal fue la Inquisición española. Sólo en Sevilla en 1391,en una misma noche, mataron a más de 4.000 judíos.
Los bienes apropiados a los acusados, unos de los objetivos “espirituales” que motivaron a los inquisidores, fueron también usados para financiar las expediciones colonialistas. La reina Isabel de Castilla, la Católica, recaudó de esa cantera del horror parte los fondos necesarios para la conquista iniciada con los viajes de Colón.
La Iglesia colonialista y racista
Los crímenes del colonialismo se hallan seguramente entre los más atroces. Entre los primeros colonizadores del África negra estaban sacerdotes católicos, fueron ellos quienes ayudaron a españoles y portuguesas a organizar la trata de esclavos. Se calcula que al menos veinte millones de personas fueron cautivas y deportadas a América. Para ellos, la expectativa de vida desde el momento de llegada era de siete años. Siete años de fatiga y miseria. Pero por cada negro que llegaba a América como esclavo, nueve prisioneros morían durante la captura, o en el viaje hasta el puerto de embarque o la travesía. Fue la iglesia, que no condenó la esclavitud, la que propuso reemplazar a los nativos americanos a los que se podía evangelizar, por los negros esclavos considerados infrahumanos.Las consecuencias que en ese continente diezmado por los negreros han tenido la esclavitud y el colonialismo se proyectan hasta hoy con las crisis humanitarias que hoy lo atraviesan.
En la conquista de América, decenas de millones de nativos americanos, murieron en las batallas, en las prisiones, o sometidos a condiciones de vida y trabajo inhumanas, exterminados por las enfermedades y la escasez. Solo en México la población de los pueblos originarios paso de 25 millones a en 1520 a menos de un millón en 1595. Con la espada y la cruz se dedicaron a extirpar sus tradiciones, su cultura y sus lenguas. Fueron sacerdotes cristianos quienes bendecían los Winchester que diezmaron hasta el exterminio a los nativos americanos del norte. Menos conocido es el genocidio de los nativos australianos y el secuestro generalizado de sus hijos que fueron educados a la fuerza en la fe en Dios y en la sumisión los blancos
Tres siglos mas tarde el 28 de agosto d 1572 en Paris en la noche de San Bartolomé, los ejércitos del rey de Francia mataron a 25.000 hugonotes. Informado de la masacre el papa Gregorio XIII, decidio festejar celebrando fiestas solemnes y un jubileo.
La iglesia de los fascistas y dictadores
A comienzos del siglo XX, los obispos castrenses fueron los encargados de consagrar las armas que se usaron para la carnicería humana de la primera guerra mundial y luego de los ejércitos monárquicos y burgueses que trataron de ahogar la Revolución rusa.
Durante la Guerra Civil española la Iglesia católica apoyó con entusiasmo la "causa nacional" calificando la sublevación contra la Republica como una "cruzada" o "guerra santa" en defensa de la religión, otorgando así al bando faccioso y al dictador, el "Generalísimo Franco “, una legitimidad de la que carecía. Fueron fieles al caudillo hasta su muerte, y siguen sosteniendo a la corrupta dinastía borbónica hasta nuestros días.
¿Y qué decir de Pío XII? Antes de ser Papa ocupó un cargo en Alemania, y por lo tanto sabía muy bien quiénes eran los nazis. Él firmo la orden de disolución de todas las organizaciones políticas católicas alemanas, allanando el camino a Hitler. Es conocido su silencio cómplice cuando los nazis se dedican a matar comunistas, judíos, homosexuales y gitanos. Más de mil jerarcas y miembros de las SS , Menguele, Eichmann, Priebke, Rauff y Stangl entre otros criminales, recibieron su ayuda para escapar de la justicia.
Curas franciscanos gestionaron, mitra en mano, uno de los campos donde los nazis masacran a más de un millón de serbios. “Cumplid con vuestro deber ante el Fuhrer” arengaba a las tropas de la Wehrmacht el obispo de Märchen, su colega el obispo Faulhaber, apodadoel León de Berlín,consideraba a Pio XII el mejor amigo de los nazis.
Esta profusamente documentada la conducta de la Iglesia que otorgó su bendición a los generales sudamericanos que asesinaron, secuestraron, torturaron, violaron e hicieron desaparecer a decenas de miles, se apropiaron de bebés recién nacidos y en casos comprobados participaron directamente en estos delitos, que incluyeron los crímenes de monjas y sacerdotes.Karol Józef Wojtyła envió cartas de aprecio y bendición a asesinos en serie como Pinochet, con quien incluso se entrevistó en uno de sus numerosos viajes. En 1982 en su visita a Argentina, durante la guerra de Malvinas, intentó salvar a la dictadura, y con ese objetivo llamó a preparar “los ánimos para la derrota” y “pacificar” los ánimos del pueblo
En Italia, cuna del clero, de la mano de un personaje siniestro como Giulio Andreotti , el amo de las sombras, siete veces primer ministro, se asociaron a la Mafia y a la logia P2, sus manejos financieros quedaron al descubierto con el escándalo del vaticano del Banco Ambrosiano usado para licuar el dinero de la Cosa Nostra, para ello no vacilaron en asesinar al propio papa Juan Pablo I.
En América Latina quienes intentaron un camino más afín con el primer cristianismo y se comprometieron con las causas populares tampoco lograron escapar a la ira de la institución, entre ellos los impulsores de la Teología de la Liberación, Leonardo Boff fue sometido a un proceso por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe y condenado al silencio. El sacerdote poeta Ernesto Cardenal fue atacado abiertamente por Juan Pablo II, durante su visita oficial a Nicaragua en 1983, quien lo recriminó públicamente por propagar doctrinas apóstatas y formar parte del gobierno sandinista.
La iglesia odia a las mujeres
La Iglesia odia a las mujeres. Miles de ensayos documentan la ferocidad de la que han sido objeto, cómo se adueñaron de sus cuerpos. Esos escritos nos dan testimonio de cómo quien practicara curaciones, quien ayudase en un parto, quien contrastase la autoridad de los curas, era acusada de brujería, y terminara , quemada en la hoguera.
Resulta difícil decir cuántas murieron, según estimaciones prudentes las victimas llegarían a 300.000. La doncella de Orleans, Juana de Arco, condenada por bruja murió ardiendo en la pira clerical, 25 años después, hipócrita y utilitariamente, fue canonizada. La violencia contra las mujeres, portadoras del pecado original, ha sido una constante desde su origen hasta nuestros días, siempre consideradas serviles máquinas reproductoras. El relato de Margaret Atwood, El cuento de las criadas, es también una atroz alegoría de la historia sobre la conducta de la Iglesia hacia las mujeres. El monje Tommaso Campanella, considerado un progresista dentro de la Iglesia, escribía:” Las mujeres que conciben en el útero vapores perversos de la sangre menstrual, se perturban y llevan a cabo actos para recibir demonios”, Cuatro siglos después, en 1930, dijo el papa Pio XI:” quienes empañan la castidad nupcial echan por tierra la obediencia de la mujer a su marido”.
El desprecio del cristianismo hacia la homosexualidad deriva, de una ancestral sociedad patriarcal, machista y guerrera, hostil a las mujeres. El varón homosexual, que se comportaba como una mujer, se consideraba digno de un profundo desprecio y atentaba contra el estático al orden del Universo querido por el mismísimo Dios.
¿Cuál fue el coste del terror a la sexualidad inculcado por la moral religiosa? ¿Cuántas vidas fueron privadas de placer? ¿Cuántos fueron los homosexuales, no sólo marginados, sino procesados, condenados y muchas veces ajusticiados? ¿Qué consecuencias sanitarias tuvo su decisión de prohibir al pueblo que frecuentara los baños públicos, considerados escandalosos? Hasta la idea de lavarse era considerada pecado. ¿Cuantas pestes que mataron en Europa hasta un tercio de la población, fueron hijas del culto cristiano a la suciedad? ¿ En cuántos camposantos de las iglesias se enterraron los restos de sus violaciones?
La iglesia contra la ciencia
La destrucción de los saberes acumulados durante siglos en la biblioteca de Alejandría, la censura y la quema de libros, sirvieron como antecedentes de la incineración producida por los nazis en la Bebelplatz, prácticas que tuvieron numerosos seguidores en todas las regiones del planeta. Durante la larga Edad Media, la liquidación de la ciencia clásica fue casi total. San Agustín declaró que las enfermedades eran obra del demonio, el exorcismo reemplazó a la medicina. Los científicos eran hechiceros y las mujeres brujas. Galileo y Giordano Bruno sus víctimas notables.
El negacionismo de la evolución biológica y de las ideas se mantiene vigente, con voceros aferrados dogmáticamente a textos escritos hace miles años, que aun sostienen en contra de la teoría del conocimiento la infalibilidad papal. Stephen Hawkings luego de una entrevista con el papa Juan Pablo II dijo: ”Me alegro que no conociera mis escritos sino podría haber corrido la misma suerte que Galileo”.
Condenaron los estudios sobre genética, las vacunas, la cirugía y la anestesia, las transfusiones, entre otros tratamientos por considerarlos sobrenaturales. Rechazan la fertilidad asistida, los métodos anticonceptivos, la educación sexual, y libran una virulenta campaña contra la interrupción voluntaria del embarazo. En nombre del Todopoderoso,se opusieron a la ampliación de derechos civiles, al divorcio y al matrimonio igualitario.
La iglesia de los pedófilos
En las últimas décadas sus miembros han sido denunciados por cientos de aberrantes casos de pedofilia, y sus autores protegidos por la institución. La Iglesia Católica de EEUU pagó más de 1.000 millones de dólares para resarcir a 11.500 víctimas de actos de pedofilia ocurridos en el último medio siglo. Un ejemplo relevante es el del mexicano Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, bendecido por Juan Pablo II, quien poco antes de su muerte fue condenado por ser un pedófilo contumaz durante décadas. Esta práctica no es reciente, tiene rango de habitualidad, aquí “el hábito” hace al monje. El papa Bonifacio VIII escribió “El darse placer a uno mismo, con mujeres o con niños, es un pecado tan insignificante como frotarse las manos”
La iglesia amenazante
El Papa Francisco en un nuevo acto de intolerancia clerical, de subestimación y agravio para quienes participan de la campaña por la despenalización del aborto, la calificó como una "moda" y la comparó con "lo mismo que hacían los nazis para cuidar la raza, pero con guantes blancos". Las iglesias evangélicas se han sumado a las amenazas y sin eufemismos declaran que no votarán a quienes apoyen la ley.
Quienes respaldan la campaña de la Iglesia contra la soberanía de las mujeres sobre sus propios cuerpos, los que se autodefinen como Pro-vida, un verdadero oxímoron, sosteniendo posiciones autoritarias para con toda la sociedad, oscurantistas, necias, con una chorrada de insostenibles sandeces, y se someten al chantaje social y político, que poco o nada tienen que ver con creencias, ya sea por genuflexos besamanos o por simple especulación política, son tan responsables como ella, no de sus crímenes históricos a lo largo de diecisiete siglos, si no de su ominosa e ignorante conducta actual.Como en los tiempos de la hoguera, la desobediencia es herejía, y la herejía se castiga, pero ya no hay milagros, ni destinos infernales, millones de mujeres han perdido el miedo, se apropiaron del fuego para que en él ardan el machismo, el patriarcado, la misoginia y la homofobia, para que ningún ensotanado nunca más les diga desde un púlpito como vivir sus cuerpos.
Buenos Aires, 4 de agosto de 2018