23/11/2024
“Probablemente todavía no ha existido persona que, al formularse el interrogante sobre la economía de Rusia, niegue el carácter transitorio de esta economía. Tampoco comunista alguno ha negado que la expresión República Socialista Soviética significa la decisión del poder soviético de realizar el tránsito al socialismo, y de ningún modo que las nuevas formas económicas puedan considerarse socialistas”
(XXVII; pág. 329; mayo 1918)
Este tema puede ser abordado desde dos puntos de vista: uno teórico, histórico el otro. No están separados completamente, ambos se condicionan pues no puede haber teoría sin contenidos históricos, y no puede haber análisis histórico sin premisas teóricas, conscientes o inconscientemente tomadas.
Histórico: se parte de tener en cuenta como lo fundamental de la construcción socialista, las condiciones socio-económico-laborales dramáticas de Rusia en la 1ra. G.M.: inflación, pobreza, desempleo, hambre, destrucción de instalaciones, invasión militar de Rusia por Alemania, operaciones de reconquista del poder por fuerzas militares reaccionarias, zaristas, caos financiero, etc. etc. que determinaron la adopción de medidas drásticas, perentorias, despóticas de dirección y administración del Estado y de la economía. Todo esto, se suele decir, planteó cambios en los objetivos esenciales, exigió medidas prácticas inmediatas, retrasó la construcción socialista, obligó a directivas autoritarias desde el Partido gobernante para “subsistir” y “derrotar” a los enemigos de la revolución proletaria de 1917 etc.
Teórico: sí, todo lo anterior y mucho más, fue contundente y probablemente imposible de no ser tenido en cuenta a la hora del balance, pero no menos cierto es que tales decisiones y políticas se basaban también en una lectura teórica de construcción socialista que quedó confinada en que la expropiación de los capitalistas y la planificación estatal era sinónimo de socialismo sin más discusión, aun con todas las modificaciones apuntadas arriba. El Partido Comunista consideró que para salir de aquella situación era imperativamente necesario mantener la separación de trabajadores y Mp con más la concentración de éstos en el Estado y la administración pública de los mismos, con drásticos llamamientos al orden y a la productividad del trabajo por parte de los directivos y jefes designados por el Partido.
Consideramos que el análisis teórico de los datos históricos es el camino más seguro para alcanzar una comprensión cabal de la experiencia histórico-económica que la revolución de octubre de 1917 en Rusia planteó como reto a la sociedad burguesa. Lenín fue la figura revolucionaria descollante, decisiva en la teoría y en la práctica, por eso partimos de él, de su pensamiento y de su obra constructiva.
I - Pensamiento fundamental y estrategia de Lenín para la construcción del socialismo en Rusia: capitalismo de Estado.
La cuestión del capitalismo de Estado en Lenín no fue algo que él planteó y defendió luego del “comunismo de guerra”. Ya lo había abordado en “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla” de septiembre de 1917. Dice en un fragmento del texto: “… el imperialismo no es otra cosa que el capitalismo monopolista. Que también en Rusia el capitalismo se ha transformado en capitalismo monopolista lo evidencian palpablemente los monopolios Produgol y Prodamet, el consorcio del azúcar, etc. El mismo consorcio del azúcar nos demuestra palmariamente la transformación del capitalismo monopolista en capitalismo monopolista de Estado.
¿Y qué es el Estado? Es la organización de la clase dominante; en Alemania, por ejemplo, la organización de los ``junkers´´ y capitalistas… Pues bien sustituid ese Estado de ``junkers´´ y de capitalistas, ese Estado de terratenientes y capitalistas, por un Estado democrático-revolucionario, es decir, por un Estado que destruya revolucionariamente todos los privilegios, que no tema implantar la democracia más completa, y veréis que el capitalismo monopolista de Estado, en un Estado verdaderamente democrático, revolucionario, representa inevitablemente, infaliblemente ¡un paso, pasos hacia el socialismo!...Pues el socialismo no es más que el paso siguiente al monopolio capitalista de Estado (Énfasis FHA). O dicho, en otros términos, el socialismo no es más que el monopolio capitalista de Estado puesto al servicio de todo el pueblo y que, por ello, ha dejado de ser monopolio capitalista… La guerra, al acelerar extraordinariamente la transformación del capitalismo monopolista en capitalismo monopolista de Estado, pone de este modo a la humanidad extraordinariamente cerca del socialismo: tal es, precisamente, la dialéctica de la historia”. (XXV; pág. 348-349. Énfasis Lenín).
En febrero de 1918 decía: “Confrontemos este hecho (la formación primero en Francia a fines del siglo XVIII de la base económica de un sistema de producción nuevo, capitalista, y luego como resultado una superestructura que barrió con el sistema feudal. FHA) con la situación actual de Rusia. Reina un cansancio increíble ocasionado por la guerra. No hay todavía un régimen económico superior al del organizado capitalismo estatal alemán, equipado con excelentes medios técnicos… todavía no tenemos un régimen económico nuevo y más elevado” (XXVII; pág. 14. Énfasis Lenín)
“¿Qué significa el capitalismo de Estado bajo el poder de los Soviets? En la actualidad, realizar el capitalismo de Estado significa imponer el control y contabilidad que practicaban las clases capitalistas. En Alemania tenemos un ejemplo de capitalismo de Estado. Sabemos que nos ha superado. Pero si se reflexiona un poco sobre lo que significaría poder implantar en Rusia, en la Rusia Soviética, las bases de este capitalismo de Estado, entonces veríamos que nadie que estuviera en su sano juicio, que no tuviera la mente atiborrada con fragmentos de verdad librescas, puede dejar de admitir que el capitalismo de Estado sería la salvación para nosotros (Énfasis FHA).
Dije que el capitalismo de Estado sería nuestra salvación; de tenerlo en Rusia, el paso al socialismo total nos sería fácil, estaría en nuestras manos; porque el capitalismo de Estado es algo centralizado, calculado, fiscalizado y socializado, y es precisamente lo que nos hace falta (Énfasis FHA); pues nos amenaza la fuerza elemental de la incuria pequeño burguesa, producto de la historia y de la economía de Rusia, que nos impide precisamente dar este paso, del cual depende el éxito del socialismo. Me permito recordarles que estas palabras mías sobre el capitalismo de Estado fueron escritas un tiempo antes de la revolución y es un absurdo enorme querer asustarnos con el capitalismo de Estado”. (XXVII; págs. 287-288. Abril 1918)
“El capitalismo de Estado sería un gigantesco paso adelante, incluso si…debiéramos pagar más que ahora, pues vale la pena pagar por el ``aprendizaje´´, dado que es útil a los obreros; lo más importante es la victoria sobre el desorden, la ruina y la incuria, ya que la continuación de la anarquía pequeño propietaria es el mayor y más tremendo peligro que, incuestionablemente, nos hará sucumbir (si no lo vencemos nosotros), mientras que un gran tributo al capitalismo de Estado, no sólo no nos hará sucumbir, sino que nos llevará al socialismo por el camino más seguro. Cuando la clase obrera haya aprendido a defender el orden estatal contra el anarquismo pequeño propietario, cuando haya aprendido a poner en marcha la gran organización estatal de la producción, tomando como base los principios del capitalismo de Estado, tendrá en sus manos –y pido disculpas por la expresión– todos los triunfos; entonces la consolidación del socialismo estará asegurada” (XXVII; pág. 332; Énfasis Lenín; mayo 1918)
Capitalismo de Estado alemán sobre el que volverá insistentemente y, en 1921 con motivo del debate y luego la implementación de la NEP, lo hará con energía demoledora y despliegue de argumentos notables.
“Para esclarecer más aún el problema (de la transición del capitalismo al socialismo FHA), mencionaremos ante todo un ejemplo concreto de capitalismo de Estado. Todos saben cuál es ese ejemplo: Alemania. Tenemos allí ``la última palabra´´ de la moderna técnica capitalista y de la organización planificada, subordinadas al imperialismo junker-burgués. Supriman las palabras que hemos subrayado y coloquen en lugar de Estado militar, junker, burgués, imperialista, otro Estado, pero de tipo social diferente, de distinto contenido de clase. Estado soviético, es decir, proletario, y obtendrán toda la suma de condiciones que dan como resultado el socialismo”. (XXXII; pág. 327. Mayo de 1921. Énfasis Lenín). Este párrafo resume de modo condensado la concepción y finalidad central de la estrategia de “transición” socialista de Lenín. Veamos las posturas de Lenín en la etapa del comunismo de guerra y luego lo que expone en 1921 para dejarlo a un lado y fundamentar la implantación de la NEP como tránsito decisivo hacia el socialismo.
II - Etapa del comunismo de guerra
Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado
Es un notable documento de Benín en el que se expone de forma breve, precisa y tajante la finalidad de la revolución de octubre de 1917. Aprobada por el Comité Ejecutivo Central de Rusia, fue presentada a la Asamblea Constituyente el 5 (18) de enero de 1918 que se negó de plano a discutirla. El 12 (25) de Enero la Declaración fue aprobada por el III Congreso de los Soviets de Rusia. Se lee en la Declaración:
“La Asamblea Constituyente resuelve:
I - 1º) Queda proclamada en Rusia la República de los soviets de diputados obreros, soldados y campesinos. Todo el poder, tanto en el centro como en las provincias, pertenece a los soviets.
2º) La República soviética de Rusia se constituye sobre la base de la libre unión de naciones libres, como Federación de Repúblicas Soviéticas nacionales.
“II - Habiéndose señalado como misión esencial la abolición de toda explotación del hombre por el hombre, la completa supresión de la división de la sociedad en clases, la represión implacable de la resistencia de los explotadores, la organización socialista de la sociedad y la victoria del socialismo en todos los países, la Asamblea Constituyente resuelve, además:
1º) Queda abolida la propiedad privada de la tierra. Se declara patrimonio de todo el pueblo trabajador toda la tierra, con todos los edificios, el ganado de labor, los aperos de labranza y demás accesorios agrícolas.
2º) Se confirma la ley de los soviets sobre el control obrero y el Consejo Superior de Economía del Pueblo, con objeto de asegurar el poder del pueblo trabajador sobre los explotadores y, como primera medida, para que las fábricas, talleres, minas, ferrocarriles y demás medios de producción y de transporte pasen por entero a ser propiedad del Estado obrero y campesino.
3º) Se confirma el paso de todos los Bancos a propiedad del Estado obrero y campesino, como una de las condiciones de la emancipación de las masas trabajadoras del yugo del capital.
4º) Queda establecido el trabajo obligatorio para todos, con el fin de suprimir las capas parasitarias de la sociedad.
5º) Se decreta el armamento de los trabajadores, la formación de un Ejército Rojo socialista de obreros y campesinos y el desarme completo de las clases poseedoras, con objeto de asegurar la plenitud del poder de las masas trabajadoras y eliminar toda posibilidad de restauración del poder de los explotadores.
III - … 3º) La Asamblea Constituyente considera la ley de los Soviets de la anulación de los empréstitos contratados por los gobiernos del zar, de los terratenientes y de la burguesía, como un primer golpe asestado al capital bancario, al capital financiero internacional, y expresa la seguridad de que el Poder de los soviets seguirá firmemente esa ruta, hasta la completa victoria de la insurrección obrera internacional contra el yugo del capital. …” (XXVI; pág. 405 y ss.).
El desarrollo de los hechos históricos, políticos y económicos harían que esta Declaración fuera superada, directamente considerada como un error por el propio Lenín, y en adelante jamás mencionada ni revalorada por el PCUS ni por Stalin.
a) Cimientos socialistas
Abolición de la propiedad privada de la tierra.
Concentración en el Estado de industrias, bancos, seguros, sector externo; etc.
Control obrero (Inspectores, supervisores obreros, etc.)
Trabajo obligatorio para todos; combate del parasitismo.
Administración y dirección unipersonal de las unidades económicas
Vigilancia obrera de la entrega de la dirección por los capitalistas de las empresas (Ver XXVII págs. 341-342-343)
En la Declaración como en todos los documentos posteriores del gobierno del PCUS no existe la menor alusión a la importancia clave de la superación del trabajo asalariado por medio de la efectiva socialización de los Mp, o bien su entrega en calidad de propietario colectivo a los trabajadores tal como se lee en muchísimas intervenciones y escritos de Lenín: la clase trabajadora se ha vuelto clase dominante por ser “dueña” de los Mp y ejercer el poder del estado lo escribe y sostiene en muchísimas ocasiones, con la siguiente aclaración en ciertas oportunidades: en verdad el Partido es quien, siendo la vanguardia consciente más firme y organizada de la clase, ejerce tal dominio y propiedad, lo cual era sinónimo inmediato del proletariado como clase dominante y en ejercicio del poder del Estado.
“El trabajo se ha unificado en Rusia sobre bases comunistas porque , en primer lugar se abolió la propiedad privada sobre los Mp, y en segundo lugar porque el poder estatal proletario organiza en escala nacional la gran producción en las tierras pertenecientes al Estado y en las empresas estatales, distribuye la mano de obra entre las distintas ramas de la economía y las diversas empresas y reparte entre los trabajadores grandes cantidades de artículos de consumo pertenecientes al Estado” (XXX; págs. 102-103)
Lo afirmado por Lenín en el fragmento anterior no era cierto. Que el trabajo se hubiera unificado “sobre bases comunistas” y la explicación que da en los renglones siguientes no podía ser concebido como una “economía comunista”, cosa ésta que pronto reconocerá el propio Lenín para fundamentar la NEP en 1921 señalándolo como un franco error.
“Después de derrocar a la burguesía y de conquistar el poder político, el proletariado ha pasado a ser la clase dominante: tiene en sus manos el poder estatal, dispone de los Mp ya socializados, dirige a los elementos y clases vacilantes e intermedios y aplasta con creciente energía la resistencia de los explotadores” (XXX; pág. 109. Nov. 1919. Énfasis Lenín). Que el proletariado tuviera en sus manos el poder estatal y poseyera los Mp ya socializados tampoco era verdad al confrontarlos con la realidad que se vivía, como lo hemos expresado renglones antes.
b) Socialismo en 1917-1920:
“El trueque de los productos de la industria por pan y un control severo y censo de la producción: he aquí el principio del socialismo. Sí, nosotros tendremos una República del trabajo. El que no quiera trabajar, no comerá”. (XXVI; pág. 275: nov. 1917)
“El socialismo no se crea por decretos, a su espíritu le es extraño el automatismo burocrático administrativo; el socialismo vivo, creador, es obra de las propias masas populares”. (XXVI; pág. 272. Nov. 1917)
“El proletariado debe convertirse en la clase dominante, en el sentido de guía de los trabajadores y en la clase dominante políticamente. Hay que luchar contra el prejuicio de que sólo la burguesía es capaz de gobernar. El proletariado debe hacerse cargo del gobierno… De una vez para siempre, rompamos con el prejuicio de que los asuntos de Estado, la dirección de los Bancos y fábricas, son tareas imposibles para los obreros. Pero todo esto sólo puede ser resuelto por medio de un enorme trabajo cotidiano de organización” (XXVI; pág. 346. Diciembre 1917. Énfasis FHA)
“Todos los ciudadanos, sin excepción, deben intervenir en la justicia y en el gobierno del país. Para nosotros es fundamental atraer a todos los trabajadores sin excepción a la administración del Estado. La tarea es enormemente difícil. Pero una minoría –el Partido- no puede implantar el socialismo (Énfasis FHA). Esta tarea la realizarán decenas de millones de trabajadores, cuando aprendan a hacerlo. Consideramos que nuestra responsabilidad es esforzarnos por ayudar a la masa a abocarse de inmediato a ello, sin esperar a estudiarlo en libros y lecciones” (XXVII; pág. 129. Ver págs. 148-152)
“El poder soviético es el camino al socialismo descubierto por las masas laboriosas; y por lo tanto un camino seguro e invencible” (XXIX; pág.- 243. 1919-1920)
“El socialismo es la supresión de las clases (Énfasis FHA). Para suprimir las clases lo primero que hace falta es derrocar a los terratenientes y capitalistas. Hemos cumplido esta parte de la tarea, pero es sólo una parte y no la más difícil. Para acabar con las clases es preciso, en segundo lugar, suprimir la diferencia existente entre obreros y campesinos, convertir a todos en trabajadores. Y no es posible hacerlo de la noche a la mañana” (XXX; pág. 106. Nov. 1919. Énfasis Lenín)
Ahora bien, ¿Cómo “convertir a todos, obreros y campesinos, en trabajadores” sin modificar la propiedad de los Mp siendo sus dueños los trabajadores mismos? ¿Cómo hacerlo manteniendo el trabajo asalariado? De la propiedad colectiva y del trabajo asociado nada se dice. Con esas medidas claras y bienintencionadas lo que se debe decir, sin embargo, es que no había cambio alguno en el “modo” de producción: he aquí la clave fundamental para entender que lo que se construía en Rusia ya bajo Lenín, no era socialismo, sino capitalismo de Estado sin más, al estilo “alemán”, como él mismo lo defendía, sólo que como etapa necesaria al socialismo según también lo sostenía y argumentaba.
c) Errores del comunismo de guerra (1917-1920)
“… un inmenso país agrícola con pésimas vías de comunicación, con un territorio vastísimo, con diversidad de climas, con distintas condiciones agrícolas, etc. presupone indefectiblemente cierta libertad de circulación mercantil de la agricultura y de la industria locales en el plano local. En este sentido cometimos muchos errores, fuimos demasiado lejos en el camino de la nacionalización del comercio y de la industria, al interrumpir la circulación local de mercancías ¿Fue un error? Sin duda alguna”. (XXXII; pág. 212. Énfasis FHA)
“Con esfuerzos casi sobrehumanos, en un país increíblemente arruinado, con las fuerzas del proletariado agotadas, nos entregamos a la labor más difícil: colocar los cimientos de la verdadera economía socialista, implantar un justo intercambio de mercancías (Trueque. FHA) entre la industria y la agricultura”. (Lenín; O.C. tomo XXXII; Cartago; pág. 18. Énfasis FHA)
“… para un país arruinado, atormentado, atrasado, se ha hecho muchísimo en cuanto a la transformación socialista de la sociedad”. (Ídem; pág. 41)
Sin embargo, no será sin resistencia y oposición a su proyecto de cambio de procedimientos políticos y económicos que Lenín justificará lo que consideraba como necesario e inevitable para evitar que la revolución sucumbiera por los errores que el Partido estaba cometiendo con el comunismo de guerra. En su afán de fundamentar con solidez el viraje de una etapa a otra en la política de construcción, o sea del comunismo de guerra a la NEP, Lenín llegó a decir que “... no hay un solo libro que hable del capitalismo de Estado que existe bajo el comunismo. Ni siquiera Marx sospechó la necesidad de escribir una sola palabra sobre ello, y murió sin dejar ni una cita precisa, ni indicaciones irrefutables”. Por eso ahora tenemos que esforzarnos por salir adelante solos”. (XXXIII; pág. 254). ¿Cómo dejaría Marx algún escrito sobre el capitalismo de Estado cuando toda su teoría derriba de antemano esta afirmación? Marx escribió y teorizó un cambio en el “modo de producción” no una continuación del trabajo asalariado ni de capital estatal alguno al que Lenín y el PCUS lo etiquetarían de antesala del “socialismo” cuando no directamente de “socialismo”; lo manifestado por Lenín era (es) un lamentable argumentum ad hoc.
III - La Nueva Política Económica. (1921)
Consideraciones y evaluaciones por parte de Lenín sobre la etapa anterior.
“Considerábamos -o quizás sea mejor decir suponíamos, pues no lo habíamos entendido bastante- poder organizar en forma directa, por la sola existencia del Estado proletario, al modo comunista, la producción y distribución estatales de productos, en un país de pequeños campesinos. La vida nos hizo comprender nuestro error, ver que son necesarias una serie de etapas de transición: el capitalismo de Estado y el socialismo (¿? FHA), para preparar por medio de un prolongado trabajo –que requiere varios años- el paso al comunismo. Y que no es suficiente ese solo entusiasmo, que hay que contar, sí, con ese fervor que engendra una gran revolución, pero unido al interés personal, al estímulo material, a la rentabilidad comercial, para comenzar a construir los sólidos puentes que nos llevarán, de un país de pequeños campesinos, pasando por el capitalismo de Estado, al socialismo. (Énfasis FHA). De otro modo no es posible acercarse al comunismo, aproximar a él a decenas y decenas de millones de hombres. Esto es lo que nos ha enseñado la vida y el desarrollo objetivo de la revolución” (Lenín; O.C. tomo XXXIII; Cartago; pág. 47. Énfasis Lenín)
“… hasta cierto punto suponía (La anterior política económica FHA) que se operaría una transición espontánea de la vieja economía rusa a la producción estatal y a la distribución sobre bases comunistas… cometimos el error de resolver el paso inmediato a la producción y distribución comunistas. Resolvimos que los campesinos debían darnos (al PCUS – Estado. FHA) la cantidad de trigo fijada por la requisición de los excedentes, la que sería repartida en las fábricas y talleres para obtener de esa manera una producción y distribución comunistas” (XXXIII; pág. 50)
¿Producción y distribución ya “comunistas” en Rusia 1918-1920, no socialistas?
“No debemos contar con el paso directo al comunismo. Es preciso construir en base al interés individual del campesino… Nuestro intento de solucionarla (A la transición FHA) en forma directa, mediante un ataque frontal, por decirlo así, terminó en un fracaso” (XXXIII; pág. 58. Énfasis FHA)
“Nuestra labor de construcción económica que habíamos elevado entonces a primer plano, era enfocada de manera unilateral. Se suponía que la transición directa al socialismo se realizaría sin pasar por un período previo de ajuste de la antigua economía a la economía socialista. Suponíamos que, al crear la producción y distribución estatales, habíamos entrado directamente en un sistema económico de producción y distribución diferente del anterior. Suponíamos que en tales condiciones ambos sistemas –el de producción y de distribución estatales y el de producción y distribución privadas- entrarían en conflicto y que podíamos organizar la producción y distribución estatales, quitándole posiciones paso a paso al sistema antagónico. Afirmamos ahora que nuestro objetivo no es tanto la expropiación de los expropiadores como la contabilidad, el control, la elevación de la productividad del trabajo y de la disciplina (Énfasis FHA)” (XXXIII; pág.76. Énfasis Lenín)
“La transición a la nueva política económica consiste también en que después de haber intentado la construcción directa del socialismo en condiciones extraordinariamente difíciles, en medio de la guerra civil, cuando la burguesía nos impuso la forma de lucha más enconada, nos enfrentamos, en la primavera de 1921, con una situación bien clara: no se trataba de la construcción directa del socialismo, sino de retroceder en varias ramas de la economía al capitalismo de Estado; no se trataba del ataque por asalto, sino de la difícil, dura y desagradable tarea de un sitio prolongado, unido a numerosos retrocesos. Esto era imprescindible para encarar la solución del problema económico, es decir, para asegurar la transición hacia las bases del socialismo” (XXXIII; pág. 81-82. Énfasis FHA).
Lenín “El papel de los sindicatos en la NEP”. Notable escrito de Lenín por lo que expone y por las premisas desde las que parte. (O.C. XXXIII, págs. 167-178):
La NEP “… no cambia la esencia del Estado obrero, aunque modifica de modo sustancial los métodos y formas de la construcción socialista, puesto que admite la emulación económica entre el socialismo en construcción y el capitalismo que aspira a resurgir; todo ello con el fin de satisfacer por el mercado las necesidades de millones de campesinos.
“Los cambios de forma en la construcción socialista se deben a que en toda la política de transición del capitalismo al socialismo el Partido Comunista y el poder soviético emplean ahora métodos especiales para este período, actúan en una serie de aspectos de manera diferente; conquistan una serie de posiciones ``por medio de un nuevo rodeo´´, para decirlo así, retroceden para poder pasar otra vez mejor preparados a la ofensiva contra el capitalismo. En términos concretos hoy se permite el desarrollo del libre comercio y el capitalismo, a los que se somete a una regulación estatal; por otra parte, las empresas socializadas del Estado se reorganizan sobre la base de la denominada rentabilidad económica, es decir, del principio comercial, lo que en medio del atraso cultural y del agotamiento del país hará surgir, en mayor o menor grado pero de modo inevitable, en la consciencia de las masas, la contraposición entre la administración de determinadas empresas y los obreros que trabajan en ellas”. (Énfasis FHA)
¿Y cuál era la estructura socio-económica de la cual parte Lenín para su análisis, o sea que da por supuesta Lenín?: a) masa campesina en parte propietaria de la tierra y en otra arrendataria del Estado que es el propietario; b) en las ciudades mantenimiento y aun expansión del trabajo asalariado; c) el Estado “proletario” autonomizado de la clase pero “representado” por el PCUS en el Estado afirmando que está en manos de los trabajadores (¿?). En definitiva, lo que estimula, fomenta, alienta, facilita y permite es la expansión de las relaciones capitalistas aun cuando la burguesía privada fuera débil e ínfima. Stalin & Cía. pondrán fin a este “experimento”, una vez muerto Lenín, hacia fines de 1928 comienzos de 1929, poniendo el acento en el Estado, sus empresas y la planeación económica, esto es, acentuarán el capitalismo de Estado abandonando la NEP. Con lo cual no se hacía otra cosa que “modificar” la política de “construcción” de un tipo de capitalismo “mixto” (estatal-privado) por otro tipo de capitalismo plenamente estatal al que se lo etiquetó, hasta hoy, de “socialismo”.
a) Hacia el socialismo mediante el restablecimiento del capitalismo
La decisión política de restaurar las relaciones capitalistas “… la dicta nuestro estado de miseria, de ruina y por el tremendo debilitamiento de nuestra gran industria”. (XXXIII; pág. 143)
NEP “…significa en grado considerable, un paso al restablecimiento del capitalismo. En qué medida, no lo sabemos con exactitud.” (Ibídem; pág. 53).
Lenín señalaba que era necesario mediante la NEP “… mantener a riendas cortas a los señores capitalistas, dirigir el capitalismo al cauce estatal y crear un capitalismo que se subordine al Estado y lo sirva”. (Ibídem; pág. 55)
“No podemos apartarnos de la rentabilidad comercial, debemos comprender que sólo en base a ella podemos crear condiciones tolerables en cuanto a que los salarios satisfagan a los obreros, en cuanto a las horas de trabajo, etc. Únicamente sobre la base de la rentabilidad comercial es posible organizar la economía”. (Ibídem; pág. 93. Énfasis FHA)
No hay ningún escrito de Lenín y de otros dirigentes e intelectuales soviéticos que aludan con energía y claridad sobre la implementación práctica e imperiosa de la iniciativa, creatividad, originalidad, etc. de la clase trabajadora, así como lo hacían, en especial Lenín, sobre la iniciativa personal del campesinado y de los pequeños propietarios para la NEP. La excepción es sin dudas la Oposición Obrera representada por Kollontai y Shliapnikov que fue prácticamente defenestrada en el X Congreso del PC(b) R. Refutando a esta Oposición que fincaba en la actividad de los Sindicatos como una institución apta para abrir la transición al socialismo, Lenín decía que “Ningún obrero que razone con sensatez estará de acuerdo en que ya se puede prescindir de la coacción, en que se puedan disolver los sindicatos, o entregarles toda la producción. Únicamente el camarada Shiapnikov podía decir semejante despropósito”, reafirmando que “Para gobernar hace falta disponer de un ejército de revolucionarios comunistas templados en la lucha; ese ejército existe y se llama Partido. Todo el absurdo sindicalista de las candidaturas obligatorias de los productores, todo eso hay que tirarlo al cesto de los papeles inútiles”. (XXXII; págs. 51 y 53. Énfasis FHA)
En la etapa del comunismo de guerra Lenín sí afirmaba en muchos escritos sobre aquellas virtudes y particularidades, pero para luego relegarlas como atrasadas, rudimentarias, desgastantes, no aptas para la administración de las grandes unidades centralizadas de las empresas debido a la carencia de cultura laboral y técnica que el capitalismo había extendido en los países avanzados. Ni siquiera la extraordinaria iniciativa de los trabajadores rusos cuando decidieron poner en práctica los “sábados comunistas” fue una alerta suficiente para Lenín, aunque lo exaltara y ponderara sin retaceos, como para extenderlo a la propiedad, dirección y administración de los Mp. por la clase misma sin que ello significara disminuir la importancia y responsabilidad del Estado en defensa de la nueva sociedad para desbaratar los planes terroristas y sanguinarios de la burguesía. El 1 de mayo de 1920 en el acto de poner la piedra fundamental del Monumento al Trabajo Liberado, todavía podía leerse en Lenín, en referencia al sábado comunista, que la burguesía llamaba (aún llama) a la esclavitud asalariada “trabajo libre”: “Sabemos que no es fácil organizar debidamente el trabajo libre, ni lo es trabajar en las condiciones del período difícil en que vivimos. El sábado comunista de hoy es el primer paso por este camino, pero si proseguimos por él de la misma manera, crearemos el trabajo auténticamente libre”. (XXXI; pág.119). Pues bien, este camino no se “prosiguió”, quedó sepultado por los avatares inmediatos de la construcción vía NEP y jamás se lo tuvo en cuenta. La esclavitud asalariada “prosiguió” en toda la historia de la URSS.
b) Resumen de las posiciones de Lenín y la NEP
Es innegable que las premisas básicas de la construcción del socialismo en lo que fuera la URSS se fundaban en el pensamiento de Lenín, y éste consistía abreviadamente en la siguiente suma de concepciones y de directivas prácticas que se desprenden de sus propias obras e intervenciones en el C.C. del PCUS, así como también de sus discursos e informes en diversas ocasiones ante las instituciones oficiales y obreras de la época.
“… la técnica capitalista + los procedimientos capitalistas de producción y organización planificados + la administración jerárquica de las empresas estatales + la alta productividad del trabajador asalariado + la conducción del partido-Estado soviético como poder político en representación del proletariado y como propietario de facto de los Mp”.
Esta suma constituía, para Lenín, las condiciones básicas, en la situación catastrófica de Rusia en esa época, del capitalismo de Estado que, al estar el poder político en poder del proletariado como clase dominante, según él lo afirmaba, aseguraba el camino expedito al socialismo. La Rusia de la NEP se transformará en la Rusia socialista aseguraba Lenín (XXXIII; pág. 409)
1.- Técnica capitalista
“… el socialismo es imposible sin aprovechar las conquistas de la cultura y de la técnica alcanzadas por el gran capitalismo… No. Únicamente son dignos de llamarse comunistas quienes comprendan que es imposible crear o implantar el socialismo sin aprender de los organizadores de los trust. Pues el socialismo no es una fantasía, sino la asimilación por parte de la vanguardia proletaria que conquistó el poder, la asimilación y la aplicación de lo que fue creado por los trust. Nosotros, el partido del proletariado, no tenemos de dónde sacar la capacitación para organizar la gran producción, tipo trust, como no sea de los especialistas altamente capacitados del capitalismo” (XXVII; pág. 343. Énfasis Lenín)
¡¡Notable frase!! El socialismo es la “… asimilación por parte de la vanguardia proletaria que conquistó el poder, la asimilación y la aplicación de lo que fue creado por los trust. Nosotros, el partido del proletariado, no tenemos de dónde sacar la capacitación para organizar la gran producción, tipo trust, como no sea de los especialistas altamente capacitados del capitalismo”. ¿Y la clase trabajadora? El partido fue su sustituto ¡¡“¡¡Nosotros, el partido del proletariado”!! Increíble, increíble. El Partido actuaba de hecho como una élite y así se consolidó para lo futuro.
“Mientras vivamos en un país de pequeños campesinos, habrá en Rusia una base económica más sólida para el capitalismo que para el comunismo. Es preciso recordarlo. Quien haya podido observar atentamente la vida del campo y compararla con la de la ciudad, sabe que no hemos arrancado las raíces del capitalismo, ni destruido el fundamento, la base del enemigo interno…. Este se sostiene gracias a la pequeña economía, y para destruirlo hay un medio: trasladar la economía del país, inclusive la agricultura, a una base técnica nueva, a la de la gran producción moderna. Esta base no puede ser otra que la electrificación. “El comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país” (XXXI; pág. 493. Diciembre de 1920. Énfasis Lenín)
¡¡Notable expresión!! Es como si hoy dijera: “el comunismo es el poder soviético más internet en todo el país” (¿¿¿¿???). ¿Podía decir esto cuando renglones antes había escrito que “no se habían arrancado las raíces del capitalismo ni destruido el fundamento, la base, del enemigo interno”? Es cual si fuera una creencia de que con la técnica capitalista sólo que estando el PCUS (no la clase trabajadora) en el poder político ya estaba implantando el comunismo (¿¿??). Y así efectivamente se puede leer sin duda alguna en lo que sigue: “Alemania y Rusia encarnan en 1918, con la mayor evidencia, la realización material de las condiciones económicas, productivas y económico-sociales del socialismo, la primera, y de las condiciones políticas del socialismo, la segunda” (XXVII; pág. 333. Mayo 1918)
“El socialismo es inconcebible sin la gran técnica capitalista, estructurada de acuerdo con la última palabra de la ciencia moderna, y sin una organización estatal planificada, que someta a decenas de millones de personas al estricto cumplimiento de una norma única en cuanto a la producción y distribución de los productos”. (XXXII; pág. 327; Énfasis FHA)
Este era el camino para Lenín que llevaría al socialismo a Rusia, por lo tanto, había que alentar vigorosamente: “… el interés personal, al estímulo material, a la rentabilidad comercial, para comenzar a construir los sólidos puentes que nos llevarán, de un país de pequeños campesinos, pasando por el capitalismo de Estado, al socialismo” (XXXIII; Pág. 47)
“La revolución se asignó en Rusia, como tarea directa e inmediata, un objetivo democrático-burgués: suprimir los vestigios medievales, barrerlos para siempre, limpiar Rusia de esa barbarie, de esa vergüenza, de ese enorme freno para toda la cultura y el progreso… ¿Cuáles eran las principales manifestaciones, supervivencias, vestigios del régimen de la servidumbre en Rusia en 1917? La monarquía, los estamentos, las formas de propiedad y de usufructo de la tierra, la situación de la mujer, la religión y la opresión de las nacionalidades… Resolvimos los problemas de la revolución democrático-burguesa sobre la marcha, de paso, como ``producto accesorio´´ de nuestra actividad principal y verdadera, proletario-revolucionaria y socialista. Hemos dicho siempre que las reformas son un producto accesorio de la lucha revolucionaria de clases. Las transformaciones democrático-burguesas –lo hemos dicho y demostrado con nuestros actos– son un producto accesorio de la revolución proletaria, es decir, socialista”. (XXXIII; Págs. 40, 41,43).
2.- Procedimientos capitalistas de producción y organización estatalmente planificados
“La reorganización de las empresas del Estado en base a la rentabilidad económica está vinculada de manera inevitable e indisoluble con la Nueva Política Económica, y en un futuro próximo no cabe duda de que este tipo de empresas será predominante, si no el único. Esto significa de hecho, en una situación en que se admite y desarrolla el libre comercio, que las empresas del Estado pasarán en grado considerable a regirse por el principio comercial”. Subrayaba Lenín “... la apremiante necesidad de elevar la productividad, de lograr que todas las empresas trabajen sin pérdidas y sean rentables…” (XXXII; págs. 168-169)
Transformación del Estado y del proletariado en “buenos comerciantes”
En noviembre de 1920 al conmemorar el tercer año de la revolución de octubre, Lenín señala la necesidad de cambiar actitudes y procedimientos en el camino de construcción del socialismo por parte del proletariado y del propio Estado proletario: “... no podemos terminar la obra de la revolución únicamente con entusiasmo, fervor y heroísmo: no podemos llevarla a la victoria total. Con eso pudimos repeler al enemigo cuando se arrojó sobre nosotros para estrangularnos, con eso se pudo vencer en el sangriento combate, pero no basta para llevar la obra hasta el final. Es poco, porque ahora tenemos por delante la segunda, mayor y más ardua mitad de nuestra tarea. Y de nuestro triunfo de hoy, de nuestra certidumbre en la victoria, debemos extraer las energías que nos permitirán en esta segunda etapa obtener una victoria igualmente decisiva. El entusiasmo, la abnegación de los obreros y de los campesinos dispuestos a morir, ya no bastan, porque esta segunda tarea es de las más difíciles: se trata de edificar, de crear… Ahora es preciso reunir a todos los trabajadores y trabajadoras y obligarlos a trabajar juntos”. (XXXI; págs. 385-386. Énfasis FHA)
“Es una idea por completo pueril pretender construir la sociedad comunista sólo con los brazos de los comunistas. Éstos son como una gota de agua en el mar para la inmensidad del pueblo… Lograremos dirigir la economía cuando los comunistas sean capaces de construirla con manos ajenas, cuando ellos mismos aprendan de la burguesía y la dirijan por el camino que deseen. En cambio, si pensamos: ``lo sabemos todo, somos comunistas responsables, triunfamos sobre gente mucho más importante que un empleado cualquiera´´. ¿Acaso era como ésta la gente que derrocamos en el frente?, resultará que nos dejamos llevar por ese estado de ánimo predominante, que es el que nos perjudica” (XXXIII; pág. 266. Énfasis FHA)
“El Estado proletario debe ser un ``patrono´´ diligente, cuidadoso y hábil, un buen comerciante mayorista; de lo contrario no podrá levantar económicamente a un país de pequeños campesinos; no hay, en las condiciones actuales, mientras tengamos por vecino al Occidente capitalista (todavía capitalista), otro camino que conduzca al comunismo. El comerciante mayorista se nos aparece como un prototipo económico tan apartado del comunismo como el cielo de la tierra. Pero esta es una de las contradicciones que en la vida real conduce, de la pequeña hacienda campesina, por medio del capitalismo de Estado, al socialismo. El estímulo material eleva la producción; y nosotros necesitamos ante todo y a toda costa que ésta aumente (Énfasis FHA). El comercio al por mayor establece un nexo económico entre millones de pequeños campesinos, les proporciona un interés material, los vincula entre sí y los conduce a otra etapa: a diversas formas de relación y vínculos en la producción misma”. (XXXIII; pág. 47. Énfasis Lenín)
El objetivo de la “nueva” etapa era entonces para Lenín entrar al campo de los negocios y del comercio burgueses para convertir a los comunistas en negociantes astutos, hábiles compradores-vendedores, eficientes en las negociaciones, etc. de manera que aprendiera de las trampas, de las triquiñuelas, de los ardides y trapacería del comercio, para reconstruir la economía y sentar las bases socialistas. (¿?)
¿Y los “nuevos” valores de la nueva sociedad, de la nueva cultura, etc. etc. ¿“emular” y “superar” a los capitalistas en las negociaciones y decisiones? ¿en verdad se podía considerar esto como tránsito al socialismo?
3.- Administración jerárquica de las empresas estatales
Primera etapa
“… debemos conceder plena libertad al genio creador de las masas populares. El antiguo gobierno derribado por la insurrección armada (Kerenski. FHA), pretendía resolver el problema agrario con el concurso de la vieja burocracia zarista mantenida en sus puestos”. (XXVI; pág. 247. Octubre 28 – 1917)
“Para la industria necesitamos ingenieros, cuyo trabajo apreciamos mucho. Les pagaremos de buena gana. Por el momento no pensamos quitarles su posición privilegiada. Cualquier persona que quiera trabajar será apreciada por nosotros, pero que no trabaje como jefe, sino como un igual, puesto bajo el control de los obreros. No guardamos ni la sombra de rencor contra las personas y no ahorraremos esfuerzos para ayudarlos a pasar a la nueva situación”, (XXVI; pág. 277; Énfasis FHA)
“De una vez para siempre, rompamos con el prejuicio de que los asuntos del Estado, la dirección de los bancos y fábricas son tareas imposibles para los obreros. Pero todo esto sólo puede ser resuelto por medio de un enorme trabajo cotidiano de organización”. (XXVI; pág. 346. Énfasis FHA)
“Oprimidos por el régimen capitalista, en la actualidad ni siquiera podemos imaginarnos con precisión qué riqueza de fuerzas se ocultan en la masa trabajadora, en las diversas comunas de trabajadores de un gran Estado, en las fuerzas intelectuales que hasta ahora trabajaron como ejecutoras inertes y mudas de las prescripciones capitalistas, qué riqueza de fuerzas se ocultan y pueden desplegarse en la estructura socialista de la sociedad. Nuestra tarea consiste únicamente en desbrozar el camino a todas esas fuerzas”. (XXVII; págs. 201-202. Marzo 1918).
Todas estas expresiones irán cambiando dramáticamente a tenor de la desastrosa situación social y económica de los trabajadores para, finalmente, dar fundamento a la implantación de la NEP.
Segunda etapa
Marzo-abril 1918
“La vanguardia más consciente del proletariado en Rusia (El PCUS. FHA) se ha planteado ya la tarea de elevar la disciplina del trabajo… Se debe plantear en la orden del día la aplicación práctica y la experimentación del trabajo a destajo (salario a destajo FHA), la utilización de lo mucho que hay de científico y progresista en el sistema Taylor… Hay que organizar en Rusia el estudio y la enseñanza del sistema Taylor, su experimentación y adaptación sistemáticas. Al mismo tiempo, y planteándose como objetivo la elevación de la productividad del trabajo, hay que tener presentes las peculiaridades del período de transición del capitalismo al socialismo, que reclaman, por un lado, el establecimiento de las bases de la organización socialista de la emulación y, por el otro, la aplicación de medidas de coacción (!), para que la consigna de la dictadura del proletariado no quede empañada por la inconsistencia del poder soviético en la práctica” (XXVII; Págs. 254-255. Énfasis FHA)
Abril-mayo 1918
“En la orden del día se plantean especialmente las medidas destinadas a elevar la disciplina laboral y la productividad del trabajo. Las gestiones ya iniciadas en este sentido, en particular por los sindicatos obreros, deben ser apoyadas, reafirmadas y reforzadas por todos los medios. Entre ellas figuran, por ejemplo, la introducción del salario a destajo, la aplicación de lo mucho que tiene de científico y progresista el sistema Taylor”. (XXVII; pág. 310. Énfasis FHA)
4.- Productividad del trabajador asalariado
Marzo 1913 – XVIII
El sistema de Frederick Taylor: “Taylor lo describe como ``científico´´ y su libro es traducido y propagado afanosamente en Europa… ¿En qué consiste ese ``sistema científico´´? En exprimir al obrero hasta extraer de él el triple de trabajo a lo largo de una misma jornada… El progreso de la técnica y de la ciencia significa en la sociedad capitalista el progreso en el arte de exprimir el sudor” (Pág. 584)
Marzo 1914 - XVIII
“El sistema Taylor hace al hombre esclavo de la máquina”
“El capitalismo no puede detenerse un solo instante. Necesita avanzar y avanzar. La competencia, que se agudiza en forma especial en épocas de crisis como la nuestra, obliga a inventar constantemente nuevos medios que abaraten la producción. Y el dominio del capital convierte esos medios en instrumento para una mayor opresión del obrero… El sistema Taylor –sin que sus autores tengan noción de ello y contra su voluntad– prepara el momento en que el proletariado tomará en sus manos toda la producción social y designará sus propias comisiones formadas por obreros para distribuir y ordenar acertadamente el trabajo de la sociedad en su conjunto. La gran producción, las máquinas, los ferrocarriles, el teléfono: todo esto brinda mil posibilidades para reducir a la cuarta parte el tiempo de trabajo de los obreros organizados, asegurándoles un nivel de vida cuatro veces mayor del que ahora conocen” (Págs. 149-150)
Marzo 1918
“... la situación extremadamente crítica y aun desesperada, del país, en lo que se refiere a garantizar, aunque más no fuere la subsistencia de la mayoría de la población, protegerla del hambre; dicha situación económica exige perentoriamente resultados prácticos definidos… la tarea del día consiste en separar rigurosamente las discusiones y los mítines del cumplimiento incondicional de todas las órdenes del dirigente”. (XXVII; Págs. 204 y 206)
Enero 1920
El problema de la organización y de la administración colectiva o unipersonal
“En las discusiones que se producen en torno de esta cuestión, el problema se plantea en el plano de los razonamientos abstractos, en los que se pone de manifiesto precisamente una preferencia por la dirección colectiva con respecto a la dirección unipersonal. Pero con ello nos alejamos mucho de las tareas prácticas actuales. ¿¿¿¿¿Esos razonamientos nos trasladan a la primera etapa de la construcción del poder soviético que ya hemos superado (????? FHA). Ha llegado la hora de pasar a un enfoque más práctico de la cuestión.
La dirección colectiva, como forma fundamental de organización de la administración soviética, es algo rudimentario e indispensable en la primera fase, es decir, cuando hay que empezar a construir. Pero al crearse formas más o menos estables, el paso al trabajo práctico queda vinculado a la dirección unipersonal como sistema (Énfasis FHA) que asegura ante todo una mejor utilización de la capacidad humana y real, y un control efectivo, no verbal, del trabajo.
“La experiencia vivida por el poder soviético en el terreno de la organización militar no puede ser considerada como una experiencia aislada… En el mejor de los casos, la dirección colectiva implica un enorme gasto de fuerzas y no satisface la rapidez y la precisión del trabajo que exigen las condiciones de la gran industria centralizada” (XXX; págs. 307-308. Énfasis FHA)
“en el momento de pasar de la guerra civil a las nuevas tareas, debemos volcar todo en el frente del trabajo y concentrar allí todas las fuerzas en máxima tensión, con una decisión militar, con una determinación implacable. Ahora no podemos tolerar ninguna desviación… (Énfasis FHA), así creando el Ejército del trabajo y poniendo en tensión todas las fuerzas de los obreros y campesinos, cumpliremos nuestra tarea fundamental” (XXX; pág. 310)
“Sólo es un proletario consciente el que sabe preparar al especialista burgués para la campaña que se avecina y el que no invierte un minuto de más en gastar la energía humana que siempre se derrocha en la dirección colegiada” (XXX; pág. 426. Énfasis FHA)
“... el democratismo socialista soviético no está en contradicción en absoluto con la dirección unipersonal y la dictadura, el problema de que la voluntad de clase la ejecuta a veces un dictador, que en ocasiones hace más él solo y con frecuencia es más necesario (??????? FHA)” (XXX; pág. 468)
5.- Conducción del Partido-Estado como propietario de facto
Primera etapa
“Hoy el Estado se transformó en proletario. La clase obrera pasó a ser la clase dominante en el Estado… Las cooperativas en la sociedad capitalista, como pequeñas islas, eran tienduchas. Las cooperativas. Cuando abarcan la sociedad entera, allí donde la tierra está socializada y las fábricas nacionalizadas, constituyen el socialismo” (XXVII; págs. 209-210)
“Debemos comprender con toda claridad que la vanguardia (El Partido comunista b. FHA) no puede por sí sola llevar a cabo el paso al comunismo. La tarea consiste en despertar la actividad revolucionaria de las masas trabajadoras, para que actúen por sí mismas y se organicen cualquiera sea el nivel en que se encuentren, para traducir la auténtica doctrina comunista, concebida para los comunistas de los países más evolucionados, al lenguaje de todos los pueblos; para realizar la labor práctica, inmediata, y para fundirse en una lucha común con los proletarios de otros países” (XXX; pág. 157. Diciembre 1919)
Segunda etapa
“El estado obrero es una formulación teórica (Énfasis FHA). En primer lugar, tenemos de hecho un Estado obrero con la particularidad de que en el país no predomina la población obrera, sino la campesina; y, en segundo lugar, un Estado obrero con una deformación burocrática” (XXXII; pág. 39)
“En el tránsito al socialismo es inevitable la dictadura del proletariado, pero esta dictadura no la ejerce la organización que comprende a la totalidad de los obreros industriales (Los Sindicatos FHA. Énfasis FHA) … el partido, por así decirlo, recoge en su seno a la vanguardia del proletariado, y esta vanguardia ejerce la dictadura del proletariado. Si no se cuenta con una base como los sindicatos no se puede ejercer la dictadura, no se puede cumplir las funciones estatales… no se puede llevar a cabo la dictadura del proletariado a través de la organización que engloba la totalidad del mismo, pues el proletariado está aún tan fraccionado, tan degradado, tan corrompido en algunos lugares (precisamente por el imperialismo en ciertos países) no sólo en Rusia, uno de los países capitalistas más atrasados, sino también en todos los demás países capitalistas, que la organización integral del proletariado no puede ejercer directamente la dictadura de éste. Sólo puede ejercerla la vanguardia (El Partido. FHA), que concentra en sus filas la energía revolucionaria de la clase. Tenemos pues, algo así como una serie de engranajes; tal es el mecanismo de la base misma de la dictadura del proletariado, de la esencia del tránsito del capitalismo al comunismo” (XXXII; págs. 11-12)
“El comunismo dice: la vanguardia del proletariado, el partido comunista, dirige a la masa de obreros sin partido, instruye, prepara, enseña y educa a esta masa (“escuela de comunismo”), primero a los obreros y después a los campesinos, para que pueda llegar y llegue a concentrar en sus manos la dirección de toda la economía nacional”. (XXXII; pág. 41)
“La clase obrera ejerce en Rusia la dictadura, es la clase gobernante en un país en el que los obreros son minoría; pero justamente porque dirige la clase obrera, porque el obrero sufrió y soportó el peso de la explotación capitalista, justamente por eso, la clase obrera tiene asegurada la simpatía y el apoyo de toda la masa de campesinos trabajadores, de todos los que no viven del trabajo ajeno” (XXXII; pág. 110) ¿¿¿???
IV - Algunas conclusiones
Ahora bien, este camino de construcción de la sociedad socialista pasando por el interregno del capitalismo de Estado (NEP), aun reconociendo todas las enormes e innegables limitaciones inmediatas de carácter económico, político y social que padecía la atrasada, acosada y arruinada Rusia durante esa época, cumplía todavía con las condiciones fundamentales de las sociedades de clase, no las eliminaba tal como eran presentadas y defendidas por Lenín y el PCUS, ni siquiera como “transición”: 1º) organización social del trabajo; 2º) la clase trabajadora (los productores); 3º) las relaciones de propiedad de los Mp sociales; 4º) El Estado y su poder de coacción e imposición a la sociedad; 5º) El Ejército como organización permanente y autonomizada en la sociedad responsable de la defensa y seguridad del Estado en cuestiones internas y externas.
¿Cómo se estructuraban estas condiciones en 1921 en la Rusia soviética con la finalidad política consciente de establecer como fin supremo pasar al socialismo y de éste ir hacia el comunismo? Lenín y el PCUS afirmaban sin sombras de dudas que en Rusia existía la “dictadura del proletariado”, basada en que el Estado era de carácter proletario, sosteniendo que el proletariado se había apoderado del mismo, no directamente sino bajo la representación y conducción del PCUS que era lo más avanzado y revolucionario de la clase obrera rusa (Esa minoría que según él mismo no podía implantar el socialismo); además la burguesía había sido prácticamente eliminada y si bien la NEP permitía una “reanimación” del capitalismo y por tanto de “resurgimiento” de la burguesía, su poder era ínfimo y el proletariado, partiendo de la economía planificada por el Estado vigilaba los límites en los cuales debía moverse y comerciar para evitar los peligros que tal situación “objetivamente” y peligrosamente planteaba a la Revolución.
Por otra parte, se enfatizaba desde Partido-Estado la perentoria necesidad de aumentar la disciplina laboral y la productividad del trabajo de la clase asalariada al punto de restringir los derechos de huelga en pro de un rápido crecimiento de las fuerzas productivas como condición sine qua non para el socialismo en construcción rodeado de enemigos acérrimos.
En diciembre de 1921 escribía Lenín que “... el Partido Comunista, el poder soviético y los sindicatos no deben olvidar nunca, ni ocultar a los obreros y a las masas trabajadoras, que utilizar la lucha huelguística en un Estado con un poder estatal proletario se explica y justifica sólo en caso de deformación burocrática de aquél, en caso de que se manifiesten reminiscencias del pasado capitalista en sus instituciones; esto por un lado; por el otro, debido a la falta de desarrollo político y el atraso cultural de las masas trabajadoras”. (XXXIII; pág. 170) , y sostenía enfáticamente que “... es necesario saber que el objetivo de la NEP, lo principal y decisivo, a lo que se subordina todo lo demás, consiste en vincular la nueva economía, que comenzamos a construir (mal, de modo muy torpe, pero cuya edificación hemos emprendido sobre la base de una economía socialista del todo nueva, de una producción y una distribución de nuevo tipo), y la economía campesina, de la que viven millones y millones de campesinos” (XXXIII; pág. 247)
¡Economía de “nuevo tipo” “sobre la base de una economía socialista (¿?) del todo nueva!”! ¡¿de una producción y una distribución de nuevo tipo?! Sin embargo, en el epígrafe transcripto decía que “...de ningún modo las nuevas formas económicas puedan considerarse socialistas” (¿?) ¡Sin dudas lo afirmado que se había emprendido “…sobre la base de una economía socialista del todo nueva, una producción y una distribución de nuevo tipo” no se compadecía con la realidad inmediata! ¿Economía socialista de nuevo tipo basada en la producción y distribución de nuevo tipo? ¿Cuál? ¿Dónde? ¿Cómo? Si era así ¿Por qué apelar entonces a la NEP y al capitalismo de Estado? Son frases, argumentos y posiciones ¡increíbles!
De esta manera en consecuencia, para el primer punto se iba determinando una forma “específica” de relación entre los trabajadores rusos y los medios de producción (Mp), que se explica por los siguientes puntos; a) la masa de productores la constituía la clase obrera “asalariada”, objetivamente despojada de los Mp aunque se proclamara lo contrario por las autoridades gobernantes; b) se estructuraba una economía entre trabajadores no propietarios dependientes y subordinados de hecho al propietario único que era el Partido-Estado; c) el Estado adoptaba el carácter de organismo político-administrativo “autonomizado” de la sociedad y por encima de ella dictando sus políticas al conjunto y no como emanación de ella, por medio de una masa de empleados, “especialistas”, “técnicos” burgueses (y hasta zaristas) que se señalaba eran dueños de conocimientos y experiencias de gestión de los cuales carecía la clase obrera a la que le demandaría décadas alcanzar a dominarlos; más aún, ese Estado, era concebido como “… complejo sistema de engranajes y no puede haber un sistema simple, pues, no se puede ejercer la dictadura del proletariado a través de la organización que lo abarca en su totalidad. No se puede llevar a efecto la dictadura sin varias ``correas de transmisión´´ que van de la vanguardia a las masas de la clase avanzada y de ésta a las masas trabajadoras. En Rusia las masas trabajadoras son campesinas”. (Lenín; O.C. Editorial Cartago; 1960; XXXII, págs... 12-13).
¿Adónde habían quedado las intenciones de que el proletariado debía acceder a la administración del estado y de las empresas estatales que hemos leído en transcripciones anteriores? El propio Lenín advertía claramente que: “… el socialismo existirá cuando no haya clases, cuando todos los Mp se encuentren en manos de los trabajadores. En nuestro país quedan todavía clases; su supresión requerirá largos años, y quien prometa hacerlo a corto plazo es un charlatán”. (XXXII; pág. 101. Énfasis FHA)
Nadie debería engañarse, los hechos históricos mostrarían que no se trataba realmente de la dictadura del proletariado sobre la burguesía y los restos feudales que pudieran aún existir, sino dictadura “sobre” el proletariado, dictadura no de la burguesía sino del Partido-Estado “proletario”: “En el tránsito al socialismo es inevitable la dictadura del proletariado, pero esta dictadura no la ejerce la organización que comprende a la totalidad de los obreros industriales” (O.C. XXXII; pág. 11. Énfasis FHA). Lenín no se engañaba ni engañaba, pero entonces ¿Cómo compatibilizar estas expresiones con la multitud de fragmentos en los que afirma enfáticamente lo opuesto?
Finalmente, el cuadro se completaba con la erección de una Fuerza Militar profesionalizada y también autonomizada, en la cual descansaba las decisiones de defensa y seguridad internas sin participación alguna de la población trabajadora (El Ejército Rojo). El pueblo trabajador entonces no estaba armado (en realidad fue mantenido “desarmado”) para esa tarea. Estas dos últimas instituciones (Estado y Fuerza militar) se fueron aislando de tal manera en la sociedad supuestamente “socialista en construcción”, que generaron privilegios y derechos económico, políticos, laborales, ahondando cada vez más la separación entre pueblo y gobierno hasta tal punto que no se podía advertir cuál era el carácter socialista superador del capitalismo cuando lo cotidiano era asalariados, burocracia, autoritarismo, ortodoxia, dogmatismo, represión, inercia laboral, desinterés e hipocresía sociales.
Lenín y el PCUS insistían imperturbables, a pesar de lo antes transcripto, en que los Mp pertenecían en propiedad a los trabajadores, y éstos eran “dueños” del poder del Estado; el poder de los explotadores había sido derrocado; lo decisivo era la clase trabajadora en alianza con el campesinado para que el camino de construcción se consolidara por medio de la NEP. Luego agregó algo no tenido en cuenta en 1921 y 1922: las cooperativas y su importancia fundamental para acceder a la sociedad socialista. Esto último parece mostrar que Lenín empezaba a advertir “inconsistencias” y/o “defectos” en la política de construcción tal como se estaba llevando a cabo bajo su conducción y su fundamentación, de manera tal que la Rusia de la NEP por sí sola, aun bajo la vigilancia “proletaria”, no se transformaría en la Rusia socialista.
En el escrito “Sobre la cooperación” señala aspectos que deberían ser tenidos en cuenta y que, manifiestamente, no se compadecen llanamente con sus ideas de los años mencionados:
1º) “… la cooperación adquiere en nuestro país una importancia en verdad extraordinaria.”;
2º) cooperación más NEP “… no es todavía la edificación de la sociedad socialista, pero sí todo lo imprescindible y suficiente para construirla”;
3º) “Al pasar a la NEP nos excedimos, pero no porque dimos demasiada preeminencia al principio de la industria y el comercio libres, sino porque olvidamos la importancia de la cooperación, no la valoramos como corresponde, dejamos de pensar en su enorme significación en cuanto a los dos aspectos arriba indicados (Mp en poder del Estado, y éste en manos del proletariado en alianza con el campesinado. FHA);
4º) “Se debe conceder a las cooperativas recursos del Estado, superiores, aunque sea en pequeña medida a los que se otorgan a las empresas privadas, elevándolas incluso hasta el nivel de los que se destinan a la industria pesada, etc.”;
5º) “Ahora debemos comprender, para obrar en consecuencia, que el régimen social al que hoy debemos prestar un apoyo extraordinario es el régimen cooperativo”;
6º) “… la cooperación se basa en una serie de privilegios económicos, financieros y bancarios; en esto debe consistir el apoyo de nuestro Estado socialista al nuevo principio según el cual debe organizarse la población”.
7º) “Si pudiéramos organizar en cooperativas a toda la población, podríamos decir que nos afirmamos con ambos pies en una base socialista”.
Se puede apreciar que estas ideas y razones ya no eran exactamente iguales a las que vigorosamente defendía en 1921 en contra de la oposición de izquierda, más aún, tienen todo el carácter de acercarse mucho a ella de manera general. Cierto es que Lenín no precisa cuál era el tipo de cooperativas a las que se refería, dicho de otro modo, no dice que se trataran de empresas colectivas de producción, más bien parece que alude a cooperativas de distribución, pero sí deja explícito que debería haber tres formas fundamentales de propiedad de los Mp: privadas (resurgidas en la NEP); estatales y cooperativas, las dos últimas rivalizando con las primeras y sometiéndolas al Estado proletario y socialista.
Como el lector puede advertir, las dos expresiones más utilizadas continuamente por Lenín, medios de producción (Mp) en propiedad de la clase obrera y Estado en poder de la clase obrera, eran indudablemente falsas, no se correspondían para nada con el proceso real de lo que se estaba construyendo, que como exponemos arriba el propio Lenín reconocía; sencillamente: los trabajadores no eran propietarios de los Mp y el Estado tampoco estaba en sus manos. Lenín y el PCUS identificaban al Partido con la clase toda y a ésta como clase dominante “dueña” del Estado, cuando en realidad la clase obrera rusa era una clase “asalariada” despojada de propiedad y obligada coactivamente a trabajar y elevar la productividad; en tanto los miembros superiores del PCUS y del Estado eran quienes, en lo inmediato, se comportaban como propietarios ejerciendo la administración económica y política del capital estatal: era, en consecuencia, una variante histórico-específica de acumulación capitalista; era capitalismo de Estado en su versión más cruda y dura que, por supuesto, de socialismo no tenía absolutamente nada, ni tampoco podía (ni puede) ser considerado como “transición” hacia él.
V - ¿Qué se construyó en definitiva en la URSS?
En consecuencia, los factores de “fundamento” como causa de la mal llamada implosión de la URSS eran estructurales: el “modo de producción” y la institución “político-militar” del Ejército como instrumento “profesional” de un Estado propietario. Breve: la persistencia asalariada del trabajo como contracara del no-trabajo de los propietarios estatales; y las FF.AA. “profesionales” como la cabal “muestra” de la población trabajadora “desarmada”, por tanto, sin condición alguna para “defender” supuestamente su “nueva” sociedad. Los medios de producción (Mp) separados, alejados, autonomizados, respecto del trabajador, concentrados en la nomenklatura estatal (PCUS-Estado) como propietarios-administradores, y la violencia de clase “autonomizada” y “concentrada” como Ejército en una élite de “especialistas” en Defensa y Seguridad constituyeron la verdadera estructura económico-social clasista nada socialista.
Esto fue precisamente lo que se construyó en la ex – URSS. Una vez expropiados los capitalistas privados y suprimidos, como hemos dicho, los Mp se concentraron en manos de una fracción de la sociedad rusa como dueña de los mismos (Partido) y al mismo tiempo dueña del Estado de manera tal que se produjo entonces de facto un cambio en el “tipo” de propietario ante la masa de trabajadores rusos “asalariados” y aquellos Mp adoptaron la forma de capital estatal para el planeamiento centralizado de la producción: como dice Marx, la separación, el mantenimiento y la reproducción se desarrollaban siempre en una escala cada vez mayor, constituyendo un proceso de producción basado en el capital estatal enfrentado a los trabajadores asalariados bajo la propiedad, administración y gobierno de un Partido-Estado, repetimos, funcionando de facto como propietarios, esto es, como un proto-burguesía “en funciones”, pero a la que denominaban (denominan aún) “socialismo”, expresión disparatada por su incongruencia esquizofrénica con lo que realmente estaban (están: Cuba; Viet-Nam; China) haciendo.
Entonces, lo importante para estar en condiciones de comprender lo que fue la URSS, es advertir críticamente la forma económica específica mediante la cual se le extraía el plustrabajo impago al productor directo (trabajador), que determinaba, finalmente, un tipo de relación de subordinación al Estado y de dominación de éste, tal como surgían directamente de la propia relación de producción establecida. Dicho de otro modo: en la URSS el “modo” de explotación del trabajo por el capital mediado por el salario no sólo permaneció sino que se expandió, de manera tal que su economía poseía el modo de producción y explotación del capital sin capitalistas privados, lo cual determinaba el “tipo” de ingresos resultante: salarios y ganancias (“rendimiento”) de las empresas estatales que no eran simples formas autonomizadas de la distribución, sino en rigor formas determinadas por la producción estatal construida. Leamos a Marx: “…las relaciones de distribución no son otra cosa más que las relaciones de producción, sub alia specie (bajo otra forma)” (Théories I; págs. 59; 95). Y, para mayor comprensión del tema, agreguemos lo que el mismo Marx decía: “En general, la forma del cambio de los productos corresponde a la forma de la producción. Modificad esta última y, como consecuencia, se modificará la primera”. (Marx; Miseria de la Filosofía; Siglo XXI; pág. 58).
Es éste “el secreto más íntimo, el fundamento oculto de toda la estructura social” creada en Rusia, o sea el “modo de producción” basado en la extracción de plustrabajo, que era exactamente idéntico al capitalismo, el que “en virtud de diferentes circunstancias empíricas” presentaba una variedad en su manifestación: capital de Estado, PCUS, burocracia de planeación y de administración, eliminación de propiedad privada, etc. En la ex-URSS ¡nunca se modificó la forma (el “modo”) de producción! Que el Partido-Estado hubiera suplantado a la burguesía privada no alteraba la estructura del estamento burocrático (Nomenklatura) como propietario-administrador y no que lo fuera la clase trabajadora rusa. La persistencia del trabajo asalariado y la propiedad estatal de los Mp. dejaban intactas las leyes de la sociedad burguesa capitalista.
De manera que, desde este planteo teórico, la URSS no fue otra cosa que una “variación” socio-económica “empíricamente comprobable”, repetimos, de la estructura capitalista de explotación del trabajo; capitalismo de Estado, en definitiva. De allí que sea inexacto afirmar que la URSS “involucionó” del socialismo al capitalismo, lo que ocurrió fue que se “desplazó” de un tipo de capitalismo (estatal) a otro (privado-monopólico), no hubo “implosión”.
Entonces, insistimos hasta el cansancio: es la estructura del proceso de producción la que determina inexorablemente las relaciones del proceso de intercambio (circulación) de lo producido en las sociedades. ¿Hubo tal cambio en la ex – URSS respecto del proceso capitalista de producción e intercambio, de modo tal que pudiera haber sido diferenciado radicalmente como “otro” modo de producción e intercambio no sólo distinto sino opuesto al del capital y la explotación del trabajo asalariado? ¡No! No lo hubo, ni lo podía haber ¿por qué? Sencillamente porque aquella estructura del proceso de producción y de intercambio era la del capital: trabajadores no propietarios (asalariados) productores de la riqueza social apropiada por no-trabajadores propietarios PCUS-Estado de los Mp (capital estatal).
Los trabajadores rusos producían mercancías bajo la égida del capital estatal planeación mediante; producían mercancías “capitalistas estatales”. El intercambio estaba determinado por este fundamento estructural: los trabajadores consumían su salario (trabajadores manuales y de administración-planeación) y las empresas ingresaban el excedente como “rendimiento económico” de las empresas estatales. El intercambio se hacía como distribución de ingresos e inversión en capital constante. De forma que el modo de producción del capital bajo la URSS no había cambiado respecto del capital privado, había habido sí una modificación de las relaciones jurídicas, de los sectores sociales en el proceso, pero jamás se modificó el proceso de exacción del trabajo asalariado.
Más aún, y de manera contundente, los responsables intelectuales, políticos y económicos de la URSS “en construcción”, mostraban (¡muestran aún en las experiencias existentes!) no entender que cuando el dinero se entrega a cambio de la compra de Ft (salario) como mercancía, actúa objetivamente como dinero transformado en capital dada la estructura socio-económica que la sostiene, esto es, trabajadores sin propiedad de Mp y propietarios apropiadores de la valorización de ese dinero. No terminan de comprender que el capital no se compone de “cosas” sino que es una “relación social de producción”; capital privado y capital estatal es una diferenciación interna pero ninguna oposición antagónica correspondiente a sociedades opuestas.
¿Qué otra conclusión importante o deducción decisiva se desprende de lo anterior? Pues que la planeación estatal centralizada de la economía sin burguesía pero con mantenimiento y expansión del trabajo asalariado no es ninguna característica determinante de oposición entre capitalismo y socialismo; dicho de otra manera: la planeación soviética no fue ni puede ser identificada como sinónimo efectivo de “sociedad socialista” opuesta a la sociedad burguesa capitalista; fue y es una variante capitalista nueva, razón por la cual no puede ni debe aceptarse que se “derrumbó” el socialismo, que “implosionó” la sociedad socialista o que lo ocurrido es igual a “fracaso” del socialismo. ¡¡Jamás hubo socialismo!! ni siquiera elementos que permitieran hablar de “transición al socialismo”, y no lo hay tampoco en aquellos países que aún persisten tozudamente y erróneamente en autoproclamarse como tal, el animismo fetichista del capital dominaba (domina aún) a quienes creían que estaban construyendo el socialismo.
Pero ¡¡Atención!! Que la planificación puesta en práctica en la URSS no fuera sinónimo directo e inmediato de socialismo, no significa en ninguna instancia cuestionar la planeación de los recursos sociales por parte de los trabajadores asociados: en estas últimas condiciones, habiendo cambiado el “modo” de producción, la planeación es una necesidad y un resultado superior al capitalismo de libre competencia, al capitalismo de la rivalidad monopólica-financiera, pero también a la planificación centralizada autoritaria del capitalismo estatal soviético.
En consecuencia, lo que llevó adelante Stalin, luego de la muerte de Lenín, estaba ya, en su génesis, estructurado de hecho como un modo de producción del capital: trabajadores asalariados sin propiedad versus propietarios no-trabajadores (Partido-Estado), lo que éste hizo fue poner en práctica medios bárbaros para salir de la barbarie asiática-feudal, cosa ésta que ya había sido planteada por Lenín mismo cuando sin tapujos decía que no había que detenerse “…ante métodos bárbaros de lucha contra la barbarie”. (O.C. Editorial Cartago; tomo XXVII, pág. 333).
Lo que debe señalarse respecto de esta situación consiste en que aún si el PCUS, sus dirigentes más conspicuos, no hubieran apelado a todos los procedimientos autoritarios, dogmáticos, persecutorios, burocráticos y privilegios, el resultado final no habría diferido de lo sucedido en 1991 quizás por otros medios políticos (Cuba y Viet-Nam son ejemplos actuales); dada la estructura económico-social, el modo de producción del capital estatal, determinaba que lo construido no era socialismo: en rigor, gobierno y sociedad padecían de una “aberración mental” (no aberración óptica o astronómica) producto de una aberración real: la de que “eso” era altisonantemente difundido como socialismo. Marx habría dicho que era el fetichismo del capital estatal.
El marxismo con el que Partido y Estado justificaban y defendían lo que hacían, no era otra cosa que una vulgar ideología animista-fetichista de una proto-burguesía estructurada como burocracia administrativa. Por esta razón se podría afirmar que la burocracia partidista y estatal no traicionó al pueblo ruso, ni al socialismo: simplemente porque ¡nunca hubo cimientos socialistas! de una nueva sociedad en construcción. Por supuesto que esto no quita responsabilidad a esa misma proto-burguesía burocratizada de haber actuado como actuó: represiva y sanguinariamente para con los trabajadores rusos y con los países que conformaron el “campo socialista” luego de la segunda guerra mundial invadiéndolos al menor signo de “desviarse” de la línea ortodoxa establecida, con más el rasgo lamentable de haberlo hecho en nombre y representación de un supuesto socialismo “realmente existente” (¿?)
Desconcertante.
Ahora estamos en condiciones de comprender, además, el por qué se caracterizaba de “socialista” lo que se hacía en la URSS: se definía como “socialista” en la Rusia de los años 20 no la transformación de las relaciones de producción hacia el cambio del “modo” de producción, es decir por las relaciones reales socio-económicas, sino, casi exclusivamente, por una característica superestructural: ¡el Estado!, que como lo hemos expuesto, se afirmaba sin derecho a discusión alguna, estaba en manos del proletariado y que los Mp principales constituían su “propiedad”, lo cual era completamente falso porque lo cierto era que se mantenía el trabajo asalariado separado de aquellos, tal como ha sido demostrado.
Y esto es lo que cuajó como verdad dogmática desde el MCI: en países atrasados las Fp deben ser desarrolladas sí o sí para alcanzar a los países capitalistas más adelantados y esto se logra mediante políticas de estímulo al capital y a la burguesía solo que “sometido” al Partido-Estado y sus directivas. Esto es una auténtica “esquizofrenia teórico-práctica” que nada tiene que ver con Marx y una supuesta construcción socialista por él teorizada.
La realidad de los hechos históricos ha mostrado y muestra que este “camino transitorio” es una verdadera quimera, un enorme contrasentido; que no hay, ni puede haber, construcción del socialismo mediante el mantenimiento y, peor aún, el estímulo a las relaciones capitalistas como “medio” para “acelerar” el crecimiento de las Fp y el acceso a la sociedad socialista; por este “procedimiento” no hay derrocamiento alguno de la sociedad del capital ¡por el contrario! lo que se hace es desarrollarlo y consolidarlo por “nuevos” mecanismos pero nunca su superación y supresión; esta situación no es ya tema de discusión, el proceso histórico-económico lo ha demostrado y lo demuestra todavía, insistimos, en China, Viet-Nam, Corea, Cuba, en estos países no hay socialismo; sí, arengas, proclamas, discursos, ensayos, textos, los hay muchos, demasiados, en los que se afirma y elogia lo que creen que es socialismo ¡sancta simplicistas! para decir lo menos.
Los partidos, movimientos, procesos revolucionarios de liberación marxistas deben tomar consciencia profunda y definitiva de la enseñanza que ha dejado la ex-URSS con más los lamentables ejemplos dados por China, Viet-Nam, Cuba: la transformación en propiedad del Estado de los Mp una vez suprimida la propiedad burguesa y la burguesía misma pero manteniendo el trabajo asalariado, no significa que se suprime el dominio del capital sobre las fuerzas productivas, en particular, sobre la clase trabajadora; lo que se construye de esta forma es el dominio de un “tipo” de capital distinto del privado, pero capital al fin, es el ¡capital estatal! Nueva forma o modalidad de acumulación y desarrollo del capital sobre la sociedad que llegado a un punto de su proceso exige, reclama e impone la libertad de intercambio y la rivalidad competitiva, esto es, la transformación del capital estatal en capital privado y la “resurrección” de la clase burguesa.
¿Qué podría ¡y debería! pensarse de alguien que, en la etapa de transición del feudalismo al capitalismo en el occidente europeo, hubiera dicho completamente convencido que para “acelerar” el desarrollo de las Fp había que facilitar e incentivar la iniciativa de la nobleza terrateniente concediéndole más tierras y más siervos, más esclavos, ¿solo que bajo la directa vigilancia del Estado que gobierna en “nombre y representación” de los siervos y de los esclavos? Lo más probable hubiera sido que fuera tachado como un imbécil redomado; pues bien, esto mismo es lo que ocurre con la “transición” del capitalismo al socialismo cuando se pretende argumentar “seriamente” que las famosas Fp sólo son patrimonio de la burguesía puesto que sabe cómo hacerlo, manteniendo la masa de trabajadores en su condición de asalariada por parte de un Estado que dice gobernar en su nombre ¿no es esto una atroz imbecilidad?
VI - Marx – Engels y el socialismo
Consideramos que no estará demás apoyarnos en Marx y Engels para alcanzar una mayor y mejor comprensión del tema bajo tratamiento.
Marx y Engels habían teorizado en profundidad la relación de explotación del trabajo asalariado por el capital: la expropiación de los expropiadores significaba no sólo quitar la propiedad de los capitalistas sino la transformación de los trabajadores asalariados en trabajadores propietarios de sus propias condiciones de producción, o sea directamente en productores, por tanto era la eliminación del trabajo asalariado como sostén del capital y su clase explotadora, ya que la existencia del capital reside en el trabajo como trabajo asalariado. No hay uno sin el otro y su antagonismo irreductible. Para ellos siempre se trató de un proceso de cambio en el “modo” de producción para lo cual el socialismo constituía su etapa primera al disponer la eyección de los obstáculos que la burguesía y el capital oponen ferozmente al mismo pero que no es aún desaparición de las categorías mercantiles (valor, valor de cambio, mercancía, mercados, división del trabajo, etc.) que sólo desaparecerán en el modo de producción asociado (sinónimo de comunismo) en el que la humanidad recupere la unidad del trabajo con los Mp en su condición de tales y no de capital, que le permitan un “metabolismo” de conexión y preservación con la naturaleza. De manera que mientras haya trabajo asalariado los Mp adoptarán la figura de capital en manos de una minoría que dispondrá de ellos como de su propiedad sea la burguesía, sea una burocracia partidaria (PCUS) y estatal.
La fundamentación teórica de lo anterior se puede encontrarla en casi todas las obras científicas de Marx que se inician con “Trabajo asalariado y capital” (1847); el “Manifiesto Comunista” (1848); “Contribución a la crítica de la Economía Política” (1859), que prosigue en El Capital y en el manuscrito de las hoy conocida Teorías sobre el Plusvalor como Libro IV. He aquí unos breves fragmentos de estas dos últimas obras.
“El capital como valor que se valoriza no sólo implica relaciones de clase, determinado carácter social que se basa en la existencia del trabajo como trabajo asalariado”. (K. Marx; El Capital; Siglo XXI Editores; Libro II; 4; pág. 123). De modo que claramente escrito: el capital se basa en la existencia del trabajo como trabajo asalariado.
“Resulta claro que el capital presupone el trabajo como trabajo asalariado” (K. Marx; El Capital; Libro III; 8; pág. 1049)
“El Capital son los medios de producción transformados en capital… son los medios de producción monopolizados por determinada parte de la sociedad, los productos y las condiciones de actividad de la fuerza de viva trabajo autonomizados precisamente frente a dicha fuerza de trabajo, que se personifican en el capital por obra de ese mismo antagonismo”. (K.M. El Capital; Libro III; 8; pág. 1038)
Y en las Teorías sobre el Plusvalor se puede leer que: “Las condiciones de trabajo se convierten en capital en la medida en que, ante el trabajador, funcionan como su no-propiedad y, en consecuencia, como propiedad ajena. Pero en tanto que tales, sólo funcionan en oposición al trabajo. Es la existencia de estas condiciones en su oposición al trabajo que convierte a su propietario en un capitalista y de esas condiciones de trabajo, que él posee, un capital”. (K.M. Théories; tomo III; pág. 544. FCE; 14; págs. 408-409. Énfasis Marx)
Esta clara y terminante concepción sobre la que se asienta el pensamiento teórico de Marx y que estructura el análisis de El Capital, jamás fue tenida en cuenta por los más grandes pensadores marxistas, tampoco por MCI (Movimiento Comunista Internacional) ni por los partidos que lo constituían. Hasta se podría hacer una paráfrasis del último fragmento sin que se altere su fundamento diciendo que: “… fueron la existencia de esas condiciones en su oposición al trabajo de la clase obrera rusa lo que convirtió a su propietario, el Partido-Estado, en capitalista y de tales condiciones de trabajo, a los Mp en capital estatal”.
Podríamos rematar lo antes expuesto con una notable y penetrante anticipación de Engels perfectamente aplicable a lo que sucedería con la URSS, que expone en el Anti-Dühring. En la Sección Tercera – Socialismo, apartado II – Cuestiones Teóricas, se puede leer lo siguiente: “El Estado moderno, cualquiera que fuera su forma, es una máquina esencialmente capitalista, un Estado de los capitalistas: el capitalista total ideal. Cuantas más fuerzas productivas posea como propias, tanto más se hace capitalista total, y tantos más ciudadanos explota. Los obreros siguen siendo asalariados, proletarios. No se supera la relación capitalista, sino que, más bien, se exacerba” (Editorial Grijalbo; 1964; pág. 276. Énfasis FHA).
Y más aún. Refutando a Dühring en relación con el tema de la división del trabajo entre ciudad y campo, escribe Engels como una crítica irrefutable antes de tiempo de lo que se puso en práctica en la URSS como socialismo: “Y ahora consideremos la infantil idea del señor Dühring de que la sociedad (El Estado FHA) puede tomar posesión de la totalidad de los medios de producción sin cambiar radicalmente el viejo modo de producir (Mediante el trabajo asalariado. Énfasis FHA), y, ante todo, sin suprimir la vieja división del trabajo”. (Ibídem, pág. 294)
¿Acaso no fue exactamente esto lo “construido” en la URSS? ¿Cuál socialismo? Fue verdaderamente tal como lo defendía Lenín y Stalin lo continuó un ¡capitalismo de Estado! No alemán sino ruso, tampoco como resultado de la NEP sino por una centralización estatal completa de los recursos eliminando aquella, pero sin suprimir la relación trabajo asalariado/capital, reemplazando de facto a la burguesía privada por el Partido como propietario y los planificadores, administradores y directores de las empresas como poseedores al mando de ellas y dando órdenes a la clase asalariada rusa.
Y si se quisiera insistir un tanto fatigosamente, veamos lo siguiente:
“… los obreros se aglomeran como obreros asalariados, es decir como overos forzados a vender su fuerza de trabajo, porque sus condiciones de trabajo los enfrentan de manera autónoma como propiedades ajenas, en tanto que potencia ajena, lo que implica que tales condiciones de trabajo los enfrentan como capital; que se presenta igualmente de la manera siguiente: los medios de subsistencia y los medios de trabajo o, lo que es lo mismo, la posibilidad de disponer de ellos por medio del dinero, se encuentra en las manos de los propietarios del dinero o de las mercancías individuales que, por esto, se convierten en capitalistas. Para los obreros, la pérdida de sus condiciones de trabajo se presenta como la autonomización de éstas como capital o como posibilidad de los capitalistas de disponer de las mismas”. (K. Marx; Théories sur la Plusvalue, Editions Sociales; III; París pág. 317; Teorías sobre la Plusvalía; FCE; 14; pág. 241)
Una vez que las condiciones de trabajo (Mp) se presentan bajo la forma de capital y sus propietarios como capitalistas ante los trabajadores separados de los mismos y obligados a trabajar no para sí sino para aquellos “… el mantenimiento y la reproducción de la separación se desarrollan en una escala siempre creciente, sobre la base del modo de producción capitalista hasta que se produzca el derrocamiento histórico.
No es la posesión de dinero lo que convierte en capitalista a un capitalista. Para transformar el dinero en capital es necesario que existan las condiciones previas de la producción capitalista: su primera condición histórica es la de la separación de la cual hablamos antes. En el cuadro de la producción capitalista misma, esta separación, en consecuencia, la existencia de las condiciones de trabajo como capital, está dada; es la base de la producción que se reproduce y se amplía continuamente” (Ibídem; p. 318; FCE; pág. 242).
Mayo-junio de 2022