La selección argentina en Israel

 Por Silvio Schachter

Aclaro: me gusta el futbol, uno de los mejores inventos de la pérfida Albión, lo jugué, disfruté de ir a la cancha y lo veo cuando puedo. No me interesa hoy dar debate sobre sus polémicas aristas pasionales,ni la belleza de su coreografía colectiva, no me detendré en la lectura de la cultura machista que lo alimenta y la espiral de violencia que lo acompaña, tampoco me interesa aquí denunciar a la FIFA, esa gigantesca corporación mafiosa y sin escrúpulos, envuelta en casos de corrupción, al igual que las confederaciones regionales y las asociaciones nacionales. No quiero abundar en cómo se negocian sedes de eventos, se exigen imposiciones descabelladas, como mega estadios para que se jueguen uno o dos partidos, como el ejemplo absurdo de los mundiales de Sudáfrica y Brasil o el despropósito de jugar el próximo en Qatar. Tampoco me propongo analizar la apabullante utilización mediática para tapar, con ficticias identidades patrioteriles, los graves conflictos sociales.Mientras millones estén pegados al televisor, los señores del ajuste aprovecharan para apretarnos aún más.

Hoy quiero expresar mi indignación y mi repudio ante un hecho de gravisimo significado político y humanitario, que nada tiene que ver con la mentada pasión futbolera, que en todo caso será nuevamente manipulada.

La selección argentina jugará la próxima semana su último amistoso, antes participar en Rusia 2018, con el combinado de Israel en Jerusalem. Este partido se realizará cuando ese Estado es condenado mundialmente por haber fijado en esa milenaria ciudad su capital, violando todas las resoluciones internacionales que la definieron como una ciudad de dominio común entre israelíes y palestinos. Este partido se jugará en momentos que arrecia la agresión brutal contra el pueblo palestino, con cientos de víctimas indefensas, mientras se lo continúa sometiendo a una condición humillante, privándolo de todos sus derechos.

Este partido ni siquiera es parte de una competencia obligada, es un amistoso elegido capciosamente entre muchas otras opciones posibles. Todo parece indicar que es parte de la genuflexa política de Cambiemos con el señor presidente a la cabeza, un gesto hacia Trump, el energúmeno que ocupa la Casa Blanca, que fue el primero en disponer su embajada en este territorio de enorme significado para millones de creyentes. El ex presidente de Boca tiene una influencia decisiva en ese cachivache llamado AFA que programo el encuentro, el señor del FMI rápidamente corrió a tomarse una foto con los jugadores, para usurpar popularidad en tiempos de globos pinchados.

Seis canales dedican las 24 horas al deporte y al fútbol en particular, en su mayor cantidad de tiempo, decenas de charlatanes discuten y sarasean sobre el color de una camiseta, si tal o cual jugador está resfriado, si Higuain o Agüero o porque no está Icardi, muestran como si fuera noticia como suben o bajan de un micro, enfocan a los técnicos para ver si ríen, aplauden o putean, agotan todos los lugares comunes posibles en comentarios y reportajes obvios repitiéndose hasta el infinito, degradan así algo que alguna vez se llamó periodismo deportivo.Con todo el tiempo a su disposición, ninguno ha hecho el más mínimo comentario sobre esta decisión que es una mácula para el deporte argentino, como lo fue el “mundial de todos” durante la dictadura. Es como jugar en Sudáfrica en plena vigencia del apartheid. Tal vez quede como disculpa que es difícil esperar un comentario, cuando las señales donde trabajan, ESPN o FOX, son cadenas de EEUU y TyC sport pertenece al grupo Clarín.

Ninguna voz critica se escuchó de los ídolos deportivos que ganan millones de dólares-euros, no acepto el argumento que son profesionales que juegan donde les dicen, sus opiniones pesan y mucho. Recuerdo un gesto del controvertido Ronaldo cuando se negó a darle su camiseta a un jugador israelí por la misma causa que lo héroes locales del balonpie ignoran. Tampoco en nada sorprende el silencio oportunista de la mayoría de los políticos disque opositores.

Es una afrenta a la dignidad de ese pueblo que resiste todo tipo de agresiones en condiciones totalmente adversas, piedras contra tanques. Que sepan que esta selección no me representa, que mis sentimientos están con su lucha.

Buenos Aires, 31 de mayo de 2018