03/12/2024
Por , Claros Marcelo
La primera observación que voy a hacer sobre las posiciones de Dussel sobre las ciencias, (que él divide en funcionales y críticas) es que hace de la ética el soporte de la criticidad, (no tengo aquí la definición exacta), pero utiliza la palabra “fuente”, o “fundamento histórico de la criticidad”. Ustedes saben que, en la filosofía de las ciencias clásica, siempre se dividen el Contexto Descubrimiento del Contexto Justificación. Es ta es una clasificación de los estudios hecha por Reichembach, de la escuela de Berlín, y por Otto Neurath, de la escuela de Viena La clasificación responde al siguiente objetivo: una cosa es relatar como se desarrollan los descubrimientos científicos, como se descubre, como se investiga, que esto sería el contexto descubrimiento; otra es analizar a las ciencias críticamente, si cumple con requisitos metodológicos, o si tienen capacidad explicativa, si se cumplen las predicciones, si tiene coherencia interna una teoría, si su lenguaje satisface la simplicidad y no es anfibológico, etc. Esto es el contexto justificación, es decir, como se justifica la validez, o la verosimilitud, o la coherencia de una teoría.
Está claro que en el contexto descubrimiento, no puede haber una lógica ni una filosofía de las ciencias. Sólo podemos hacer una historia o una sociología de las ciencias desde este aspecto.
Dussel al plantear los criterios de demarcación, utilizando un procedimiento y un lenguaje popperiano, ubica su “tercer criterio de demarcación”, dentro del contexto justificación. Al reclamar que la ética es el soporte de la criticidad, y si nosotros tenemos en cuenta que la crítica de Marx es científica, es decir, la crítica es develar las categorías de la economía política burguesa, mostrar el carácter fetichista, mostrar lo real, descartando lo aparente, entonces la ética pasa a transformarse en el fundamento o la base a priori de la criticidad; y como ésta última es sustento de cientificidad, entonces la ética también es un elemento a juzgar en el contexto justificación.
Pero en Herramienta Nº 12, Dussel parece ubicar a la ética como parte del descubrimiento. La motivación ética ante el sufrimiento del “otro” lleva a descubrir. La ética es la condición que lo lleva a Marx a transitar en la ciencia crítica, y a elaborar un programa científico crítico. Aquí no habría problemas, pues los procedimientos para descubrir teorías o leyes son tan variados que no se atienen a ninguna regla ni normativa. Se puede descubrir por motivaciones éticas, por casualidad, por encargo, después de pacientes búsquedas colectivas de una comunidad científica, etc.
Resumiendo, Dussel, clasifica a la ética como parte de los criterios de demarcación, es decir como una categoría de la justificación. (Aunque también da elementos en el terreno del descubrimiento) Esto nos parece confuso, o por lo menos una clasificación descuidada.
Criterios de Verdad.
Si uno plantea que la ética es parte de la justificación de la criticidad, y también de la validez de una ciencia. Entonces tenemos un problema con la propuesta de Enrique. Pues hablando en el terreno de la filosofía, es necesario plantear qué criterio de verdad se utiliza. Es decir, en filosofía, para hablar de ciencia y su justificación, tiene que quedar claro qué se quiere decir cuando se menciona la palabra “verdad”.
Ustedes saben que hay varios criterios de verdad. Sólo los mencionaré a modo de ejemplo: tenemos el criterio de verdad por correspondencia. Es el clásico aristotélico, que redefinió en los años 30 Alfred Tarski, un lógico polaco. Lo formuló así: la proposición “la nieve es blanca” es verdadera, si y sólo si la nieve es blanca. Tenemos después el criterio de verdad por coherencia, que se usa en las ciencias formales; el criterio pragmatista, es decir de factibilidad o más elaboradamente de satisfactibilidad. Los anglosajones estudiaron el criterio de verdad por redundancia; Kuhn, por ejemplo, utiliza otro criterio, el de la verdad por consenso.
Hago estas menciones para decir que creo que Dussel tiene implícitamente un criterio de verdad distinto, que podríamos llamar la verdad por progresividad, o más bien del sujeto progresivo. Aclaro: para que una proposición sea verdadera no importa si esta coincide con la realidad existente, si es coherente, si hay consenso sobre ella, o cualquiera de los criterios que mencionamos antes, sino que algo es verdadero (una ciencia crítica, para decirlo a la manera de Enrique) si quien la levanta, quien lleva esa propuesta es progresivo. En el caso de Dussel, lo progresivo es el sentido ético, es una víctima, un oprimido. Para otros defensores de este criterio de progresividad sería simplemente un agente del cambio histórico. Es decir, aquí hay implícito otro criterio de verdad.
Este criterio Dussel no lo desarrolla, pero lo debe haber barruntado. No es nuevo. Adam Schaft lo trató, entre otros. Yo no me estoy oponiendo a éste criterio, sólo digo que habría que desarrollarlo, y es una lástima que Enrique no lo haga, porque instiga a pensar problemas muy importantes, por poner un caso, problemas entre los programas, las nacionalidades y las luchas de los distintos sectores sociales en la historia.
Juan B Justo tenía una frase que condensaba este criterio de verdad progresiva. “La rebelión obrera es santa hasta en el error”. Quería decir, nosotros estamos siempre con los obreros, aunque se equivoquen, aunque no tengan claridad, porque esa es la clase progresiva. Su rebelión es santa porque lo hace contra el capital, que es una farsa de la historia. La justificación científica de mi rebelión me la otorga el papel progresivo que ocupo en la historia o en la sociedad. Sin importar melindres tácticos o metodológicos. Este criterio se usó también para el tema de las nacionalidades oprimidas. Era progresivo apoyar a una nación contra otra, si la primera es oprimida. También se usó para determinar la progresividad de cualquier lucha social, determinando quien era el sujeto que la protagonizaba.
Pero para Dussel, ya lo dije, progresividad es sinónimo de víctima o de oprimido. Este es un tema para pensar y desarrollar y que tendría muchas repercusiones en la teoría de hoy. El criterio de verdad progresiva, o del sujeto. Pero creo que Marx no utiliza este criterio de verdad para justificar su crítica, o al menos no escoge la progresividad de un sujeto solo por la opresión o por la ética.
Ética o comunismo
Aquí ya nos volvemos más críticos de Dussel. No sólo nos parece un error colocar a la ética como un criterio de demarcación, que justifica por sí sola la criticidad de una teoría, sino que también creemos que la ética, como “ponerse del lado de la víctima”, tampoco es el disparador en el contexto descubrimiento, de los estudios de Marx. Asimismo, no creemos que el criterio de progresi-vidad que le otorga Marx a la clase obrera provenga del simple hecho de que ésta es oprimida.
Marx escoge “su sujeto” después de largos estudios históricos, de largas disputas política, y después de una lectura crítica de sus maestros (Hegel, Feuerbach). Elige al proletario no por razones éticas, ni por ser oprimido simplemente. Elige al proletariado no sólo porque es una clase relacionada con el trabajo, como explicó Enrique en el seminario, con el trabajo vivo. Es la clase que para liberarse necesita liberar a toda la sociedad. No puede erigirse como clase dominante si no es a costa de eliminar la propiedad privada, y así, libera a toda la sociedad. De lo primero que tiene que liberarse es de “las cadenas del salario” dice Marx. Trabajo asalariado, trabajo alienado. Al negar la propiedad privada, libera a toda la sociedad de la explotación y la violencia.
Entonces, aquí no hay una simple conmiseración de la situación opresiva del obrero. Hay una conclusión de roles sociales e históricos, deducidos de la ubicación en la producción social de cada agente social. No se lo eligió por que se puso del lado del oprimido. (Había, y hay otras clases también oprimidas por el capital).
En la interpretación de Dussel, hay una infravaloración de todos los trabajos de Marx anteriores a los Grundisse, es decir, anteriores a 1857. Un período muy fructífero en Marx. Como dice Joáo Neto, son quince años que van desde los Anales Franco Alemanes, hasta los Grundisse. ¿ Qué hizo Marx en esos quince años?
Estableció la alienación del trabajo, escribió el Manifiesto, polemizó con los Jóvenes Hegelianos, con Proudhon, estudió el salario, las crisis, Etc.
Pasa de ser un demócrata radical a definirse como comunista. Hay motivaciones políticas, históricas, y también éticas, pero todas englo-badas en una idea: el comunismo. El comunismo como una forma de arquitectura social, como proyecto de una sociedad mejor, más desarrollada, en todos los sentidos, para la humanidad. También el comunismo como crítica de lo existente e irracional. Por supuesto, dentro de las ideas comunistas hay una ética que se desprende de sus objetivos a lograr y de su lucha presente. Pero la ética no aparece como el motivador, sino como algo implícito y necesario dentro de un proyecto social.
Entonces, Marx define al sujeto histórico según su papel histórico, presente y futuro. El 5 de marzo de 1852, cinco años antes de empezar a escribir los Grundisse, Marx le escribe a Weydemeyer:
"... en lo que a mí respecta, no ostento el título de descubridor de la existencia de las clases en la sociedad moderna (...) lo nuevo que aporté fue demostrar 1) que la existencia de las clases está vinculada únicamente a fases particulares, históricas, del desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado; 3) que ésta misma dictadura sólo constituye la transición de la abolición de todas las clases y a una sociedad sin clases."
Esto pondrá los pelos de punta a más de uno. Pero es una prueba de cómo Marx elaboraba los conceptos. Desde el estudio histórico, determinando el papel en la producción, en la sociedad, encontró un sujeto; y con un proyecto social, un plan arquitectónico de la nueva sociedad a construir, si me permiten decir.
Desde 1843, en que escribía sobre la censura, los campesinos del Mosela, los derechos sobre la leña, etc. Hasta que empezó a escribir los Grundisse (1857), Marx fue buscando las bases de una teoría de la historia, leyes para la critica de la economía política y fue elaborando su idea sobre el “proyecto de una nueva sociedad”. Más que una ética, fue una crítica de la irracionalidad capitalista lo que lo inquietó. Aunque repito esta idea, esta crítica tiene una ética implícita.
Un dato: la única obra sobre ética, digamos, en el sentido corriente de ésta palabra, que Marx menciona es “El sobrino de Rameau” de Diderot, el prosista que más admiraba. Una ética materialista, y revolucionaria para su tiempo, y de la cual hay indicios claros, en las “Consideraciones de un joven al elegir una profesión”, creo que así se titula. Marx tenía 18 años al escribir esto. Parece casi un plagio de “El sobrino ..” Pero ya prefiguraba al Marx genial.
Resumiendo. La infravaloración de los textos anteriores a 1857, lleva a Dussel, a fortalecer una imagen de un Marx “ético”, de pésames por el oprimido. Si bien hay un Marx que denuncia la barbarie de la explotación capitalista, su gran acicate era la idea del comunismo, como crítica al capitalismo pero también como proyecto social futuro. Con lo que negamos que la motivación ética sea fundamental en el contexto descubrimiento. También negamos que el concepto de “ponerse del lado de la víctima”, que reivindica Enrique, haya sido el criterio que usó Marx para determinar su sujeto histórico. Escogió a la clase obrera no sólo por oprimida, sino como el portador de una misión, que estaba determinada por su ubicación dentro de la producción social del capitalismo.
Ciencias Funcionales y Ciencias Críticas
Para Dussel, el “ponerse del lado de la víctima”, el problema ético, transforma a una ciencia en crítica. Así, por ponerse del lado del oprimido, Paulo Freire sería un científico crítico, y Piaget un científico funcional, por no hacerlo. La economía neoclásica es una ciencia funcional, y el marxismo es una ciencia crítica por la misma razón. Pero tenemos un problema. Hay muchas corrientes de pensamiento que se colocaron del lado de la víctima, y sin embargo no se constituyeron en ciencias críticas. ¿ Porqué el marxismo, con contradicciones, con grandes lagunas, hoy aparece como una teoría social perdurable, y con aspiraciones científicas? ¿ Qué es lo que hizo pervivir al marxismo, en terreno de sus análisis, como corpus teórico, cuando otras corrientes, que estaban también con la víctima, fenecieron o quedaron olvidadas?.
Algunos responderán que el marxismo es una ciencia por su capacidad explicativa. Otros agregarán, tomando criterios popperianos, que el marxismo también explica otras teorías (es abarcativa). Esto lo pondría en ventaja al marxismo sobre otras ideologías, que también se ubicaban del lado de la víctima.
Y aquí llegamos a la crítica central. Si nosotros tomamos la idea de Marx de que la ciencia es aquello “que pone en esencia lo que estaba en apariencia”, o como diría Dussel, transformar lo que era un fetiche, lo que estaba oculto, patas para arriba, y hacerlo visible. “ No tomar como verdadera la engañosa apariencia de las cosas”, insiste Marx. Exorcizar las formas fantasmagóricas de lo ideológico, para mostrar lo real, la explotación capitalista. Si tomamos este criterio de Marx, entonces la división entre ciencias críticas y ciencias funcionales, el tercer criterio de demarcación de Dussel, se vuelve innecesario, fútil, y confunde.
Dussel comenta refiriéndose a la explicación de Marx sobre la acumulación capitalista, que se realiza sobre la base de la explotación, la miseria y la brutalización del obrero:
Esta es la ‘explicación’ científica (en el sentido estricto y según las definiciones actuales de ciencia) que Marx da como causa de la miseria del obrero.” Y continúa: “Esta conclusión permite comprender el estatuto científico del programa de investigación de Marx. Se trata de explicar la realización del capital como des-realización del trabajador, la acumulación como trabajo impago: explicación científica crítico-negativa por excelencia. (...) Esta conclusión es un ‘hecho’ ocultado a la observación del científico standard. Lo que acontece en la economía política se repite en otras ciencias sociales o filosofías ‘funcionales’. (Herramienta nº 9, p 110)
Esto es verdad. La economía burguesa oculta el “hecho” de la acumulación capitalista, la explotación, etc. Y lo hace a sabiendas. Porque es un simple panegírico del orden social existente. Practica conscientemente el fetichismo. Engaña y oculta por intereses político- económicos. Entonces ¿porqué la llamamos ciencia?
¿ Qué pensaríamos de un físico que oculta la ley de gravedad, o de un médico que combate la idea de que la asepsia evita enfermedades?
Enrique insiste en llamar ciencia (funcional) a la economía burguesa o otras corrientes sociológicas, que siendo apologéticas del capitalismo no hacen más que embarullar, “fetichizar”. Damos un ejemplo: el imperialismo tiene una práctica sobre el desarrollo científico basada en la eficiencia capitalista, y la aplica hasta la crueldad. Si un biólogo no descubre el origen de una enfermedad, o un bioquímico no descubre una droga, el laboratorio, pasado un tiempo prudencial, lo echa a patadas. Los monopolios aportan dinero para la investigación científica siempre y cuando les dé ganancias, digamos a largo plazo. Es una manifestación más del fenómeno de la competencia capitalista. Por eso no puede permitirse mantener a chantas. Pero hay dos excepciones: son la economía y la sociología. En estas dos disciplinas fomenta y mantiene, a impostores y charlatanes. Porque la misión de los grandes gurúes de la economía no es esclarecer sino confundir, ocultar las verdaderas consecuencias de la aplicación irracional de las políticas económicas. Véase, por ejemplo, las predicciones de Samuelson y de otros sobre las recientes crisis.
La economía neoclásica ni siquiera es “necesaria para la reproducción del sistema” (como diría Dussel), en el sentido de ayudar a prevenir las crisis. Solo le sirve al sistema como elemento ideológico, de explicación de lo inexplicable dentro del sistema. En general, su discurso tiende a la resignación, a presentar como inevitables las penurias económicas. Dan una idea de explicaciones racionales, con apelaciones a la “aritmética de los placeres”, “la racionalidad de los agentes ”, “el modelo de competencia perfecta”, etc. Recomiendo leer, para desterrar toda idea de cientificidad de la economía neoclásica, el libro de Pierre Salama, “Sobre el valor”, donde demuestra las contradicciones matemáticas, los razonamientos circulares y las inconsistencias deductivas de teorías como la marginalista. La misión de esta economía es ideológica, no científica, ni siquiera funcional. La verdadera ciencia es la crítica de esto, la que hace visible las contradicciones y olvidos de la economía burguesa. A esto Marx le llamaba ciencia.
Por esto, creo que la división entre ciencias funcionales y ciencias críticas (el tercer criterio de Dussel) es innecesaria y peligrosa, en el sentido de que eleva a ciencia a simples discursos ideológicos. Y digo esto sabiendo que toda ciencia parte de alguna base ideológica, del substrato de la época imposible de escapar. Acuerdo también que es imposible eliminar la cuestión valorativa de las teorías científicas. Pero cuando me refiero a ideológicas, quiero decir que son discursos intencionalmente elaborados para defender al capitalismo.
La demarcación de Dussel puede prestarse, también, a posibles interpretaciones, como apunta Achával, similares a las de ciencia burguesa y ciencia proletaria. Al poner a la ética, o mejor, “el lado de la víctima”, como criterio de demarcación, utilizando un criterio de verdad por progresividad, habría ciencias críticas, progresivas, que le convienen a la víctima, no por su valoración metodológica o empírica, sino por que “es mas progresiva” para el oprimido.
Las ciencias como conocimiento expropiado.
Tengo una crítica más a Enrique y a su demarcación entre ciencias funcionales y críticas.
Las ciencias, como un corpus de teorías, leyes, y practicas de una comunidad, son una conquista de la historia de la humanidad. Es el conocimiento de la humanidad, realizado a través de la historia, de sacrificios de generaciones que estudiaron y legaron a las siguientes bases, interrogantes, métodos, etc., para que los sucedáneos las mejoraran o directamente las descartaran. Este conocimiento que es patrimonio de la humanidad, de los pueblos, porque salió de sus entrañas(de sus cabezas) y de sus sacrificios, ha sido expropiado por el capitalismo. Sabemos que, en su nacimiento, el capitalismo fue un motor impresionante del desarrollo del conocimiento científico. Pero en nombre de este desarrollo los burgueses se apropiaron del saber científico universal y lo establecieron a su imagen y semejanza: para la producción de ganancias, para ahondar la explotación, y ampliar terriblemente las fuerzas destructivas (armas guerras etc.).
La división entre ciencias funcionales y críticas, nos embarca en otra discusión haciéndonos olvidar a ésta que es la fundamental. No se trata de renegar plañideramente contra las ciencias, asignándoles el rol de causante de los males actuales del planeta. Se trata de identificar la clase social que posee, dirige, planifica, y distribuye el poder del conocimiento científico en todas las ramas. Hoy las ciencias son dirigidas, planificadas, con arreglo a los intereses mundiales del imperialismo, sus guerras y su irracional metabolismo social. La irracionalidad capitalista, usufructuando la racionalidad científica, prepara la destrucción de la humanidad.
Para ayudar a la liberación del oprimido es imprescindible expropiar a los expropiadores de las ciencias. Todas las ciencias deberán ser “funcionales” al desarrollo armónico y pleno de la humanidad. La demarcación de Dussel, deja la puerta abierta a la dudosa idea de que los oprimidos nos bastamos con las ciencias críticas para nuestra propia liberación. No. No es posible elevar a la víctima del sistema capitalista dejándole a los opresores todo el arsenal histórico del conocimiento científico para que lo usen en contra de la humanidad. (Basta recordar el tema del genoma humano). La planificación, la determinación y el desarrollo de las ciencias deben ser expropiados al capitalismo para ponerlo en manos de la comunidad.
¿ Porqué renunciar sin pelear a poseer todo el poder de los Galileo, Kepler, Newton, Galois, Pasteur, Darwin, Einstein, Bohr, Ramón y Cajal , y hasta el propio Marx, dejándolos en manos de los estados imperialistas, o de Bayer, Microsoft, Toyota, o la Bell South?