23/11/2024

Estrategias de poder en una trama colonial

Por , , Lora Cam Jorge

"Ante el acceso al gobierno de alternativas políticas vinculadas al proceso de lucha popular , los movimientos sociales debemos mantener nuestra autonomía política y programática, impulsar la movilización social para avanzar en la consecución de nuestros objetivos y presionar contra cualquier adaptación de estos gobiernos al modelo neoliberal"

Llamamiento de las Asamblea de movimientos sociales. FSM-2006

América Latina andina vive un difícil trance, deambula entre la recolonización de estructuras marcadas por el colonialismo y la colonialidad del poder bajo la dirección del capitalismo imperial y la lucha por la descolonización conducida por los pueblos originarios. La fuerza del pensamiento único va de la mano con el crecimiento de la ideología anticapitalista de base étnico-clasista.

Bolivia es el caso paradigmático y estará en el centro de nuestra reflexión. Al cumplir 100 días de gobierno la situación se agravaba para un Gobierno entrampado entre la ambigüedad gubernamental y el caudillismo presidencial. La crisis de gobernabilidad aparecía como una amenaza constante, pues el Gobierno no reaccionaba como Dirección política y solo atinaba a monopolizar la política y colocar a las instituciones y a los sujetos sociales como interlocutores pasivos. ¿Cómo salir del pozo y responder a dos frentes de oposición?: el Gobierno decidió hacerlo con la renegociación de contratos en hidrocarburos y el uso de los mitos de la nacionalización y de la reforma agraria. En los aspectos operativos económicos, políticos y jurídicos, Venezuela le habría prestado asesoría -tutoría le llama Evo- que le costo reprimendas del gobierno neoliberal de Brasil, que otra vez más mostraba su verdadero rostro de derecha y sus ambiciones reeleccionistas. Un hecho práctico soberano mostraba quienes eran los amigos y quienes no, incluyendo las posiciones en el equipo de Gobierno de Evo. Los onegeistas neoliberales y ocultos defensores de las trasnacionales comenzaron a salir del entorno presidencial.

Fue sin duda un salto hacia delante acompañado por Chávez y Castro enarbolando el TCP ante la crisis de la integración en sus dos versiones la semineoliberal Mercosur-CAN y la neoliberal a ultranza ALCA-TLCs. Hechos que cambiaron el escenario del conflicto y que siendo un relativo avance mostraban dos cosas: a) la fuerza de las estructuras coloniales y la defensa del capitalismo por los implementadores del neoliberalismo b) que el único camino de salida era radicalizar la lucha contra la recolonización y apostar por la fuerza de los pueblos. Estas tensiones en su dimensión latinoamericana es lo que trataremos de explicar en este apartado. Aunque creemos que es más importante dilucidar desde la praxis si en la discusión acerca del poder y de la misma práctica política debe disociarse el antipoder, el contrapoder y la toma del poder; del mismo modo que desarticular las luchas por la emancipación, la autodeterminación y por la construcción del poder popular y las formas de resistencia y rebelión: elecciones, violencia revolucionaria, reivindicaciones y reformas, construcción de autonomías, economías autogestionarias, ocupación de tierras y viviendas, bloqueos, huelgas.

Evo: extravíos al andar

Hasta ese momento el Gobierno del MAS actuaba al tanteo, entre la conciliación onegeista y la autodeterminación.[1] Su único proyecto era intentar el control de los movimientos sociales para ganar la constituyente y una aparente conciliación-sometimiento ante las propuestas de las oligarquías regionales. En el primer caso una lucha étnico-clasista que pretende apropiarse de la CSUTCB a través de los cocaleros y de la COB mediante la CSUTCB, y crea paralelismos: en la CSUTCB con Isaac Avalos frente al Mallku, en los Sin Tierra con Moisés Torres frente a Ängel Durán, cuenta con su propio movimiento de mujeres, etcétera. En el segundo caso se busca superar la estrategia percibida por la derecha como la lógica amo-siervo que consiste en simular negociación y preparar el zarpazo. El problema estriba en que puede quedarse en la primera fase de esta táctica, como cada vez parece mas evidente. Después de la derrota en la aprobación de la constituyente al no aceptar las circunscripciones de los pueblos originarios, de los sindicatos y movimientos sociales; el Gobierno privilegia como estrategia las amenazas de grandes cambios: reforma agraria, investigar las fortunas malhabidas, renegociar los contratos en hidrocarburos respetando la juridicidad o sea sin sanciones a la ilegalidad, de una revolución educativa y cultural y una andanada de avisos y mensajes de advertencia en discursos y símbolos. La oligarquía ante esas intimidaciones y un previsible empate en la constituyente actúa coaligadamente a través de los Comités Cívicos de la "media Luna", el partido Podemos (ADN) las prefecturas, municipios y partidos tradicionales y deciden acciones para acumular fuerzas y reiniciar una ofensiva que frene al ejecutivo y de ser posible, con el apoyo de los Estados Unidos buscar la caída del Gobierno.

El Gobierno fue colocado por los movimientos sociales, decir otra cosa es inexacto. Esta dirección política solo representa parcialmente las aspiraciones y demandas de los movimientos sociales. Invertir la figura es buscar legitimidad desde una concepción jerárquica, con medidas expropiatorias del poder al pueblo, constituye una forma de Gobierno que da réditos políticos a corto plazo, pero que anulan la consolidación de un poder popular estratégico. En efecto el Régimen no quiere aceptar que fue colocado por los movimientos sociales y que por lo tanto ellos no son suyos, aunque en su generosidad estos lo vuelvan a apoyar ante las acciones desestabilizadoras de una peligrosa derecha. La lucha étnico clasista definirá la usurpación del poder y de las potencialidades de los sujetos históricos de hoy. Igual ocurre con la ciudadanía. Frente a la derecha prefieren la negociación y aceptan que el triunfo electoral no es un despojo ni le da garantías permanentes de superioridad frente a una fuerza organizada, activa, ideológicamente definida como neoliberal, y que sigue cohesionando el interés privado como utilidad general. De ahí la apuesta por la conciliación con la oposición neoliberal, que muestra sus límites en la acumulación de fuerzas, mas aun cuando los opositores ven la política como una relación amigo-enemigo. Amenazar simbólicamente con la represión y ganar mas espacios en las fuerzas armadas, invocar a un aleatorio Estado Mayor del Pueblo, le sirve al Gobierno en la coyuntura, pero a ello hay que darle sustento a través la construcción hegemónica y la conformación de un bloque histórico basado en el mandar obedeciendo, que tampoco entienden a cabalidad. Y esa construcción tiene su base en un plan estratégico antiimperialista y en proyectos de desarrollo endógeno, en una ideología anticapitalista unificadora, en la defensa de la soberanía popular y la autodeterminación y en permitir que los pueblos definan su destino histórico. Entre otros aspectos.

Es extraño que el Vicepresidente rodeado de un Gabinete y funcionarios onegeistas de pensamiento neoliberal vergonzante, recién busque definir la ideología de su Gobierno y la llame nacional-popular e impulsora de un capitalismo andino. En realidad estamos frente a un reformismo burgués que no puede ser otra que una ideología parcialmente tributaria de la ideología neoliberal del PNUD-BM-CEPAL-ONGs de salir de la pobreza a través de las mipymes de los pueblos originarios, con los excedentes de los hidrocarburos y el impulso del saneamiento de las tierras y el correlativo aumento de la productividad. Mientras que el Presidente ante la evidente debilidad ideológico-política y las fluctuaciones de sus colaboradores -feudatarios de la "ayuda" internacional y hoy clase media rica de izquierda- trate de llenar ese vacío y salvarse con medidas más estridentes que reales, como la renegociación de contratos en hidrocarburos. Aunque ligeramente diferente y mas contundente que el tratamiento dado a este tema por el Gobierno proto neoliberal de Paz Zamora con su formula del 50-50 y propiedad de los yacimientos y de la producción en boca de pozo. Más radical por que ahora el dueño del negocio es el Gobierno, al recuperar la propiedad, la comercialización, los servicios y acabar con el riesgo compartido. Las empresas seguirán ganando, si bien en menor medida en los megacampos. Aunque habrán confrontaciones internacionales y acechará la incertidumbre, todos esperan firmeza en la decisión[2].

¿Cúal es el grado de radicalidad de esta medida? ¿Es realmente la recuperación del territorio y poder de los pueblos originarios? En gran parte del mundo, incluyendo neocolonias del Medio Oriente los recursos hidrocarburíferos están bajo control de sus Estados. Pero cuando en países indígenas como Bolivia o Ecuador se revierte parcialmente la privatización, todas las potencias capitalistas -incluyendo a la derecha racista que gobierna Brasil- protestan y amenazan con medidas, el gobierno norteamericano y español, la Unión Europea, el FMI. Estas relaciones y otras de similar naturaleza son las que configuran la colonialidad del poder. Hay un retroceso en la recolonización pero no salimos del carácter semicolonial del Estado, hemos vuelto a 1990. Con el traspaso de acciones YPFB tendrá el control del 15% del gas nacional, como socia de Andina, Chaco y Transredes. Repsol y Petrobras seguirán siendo las empresas más grandes. Esta medida esta conectada a otros temas irresueltos por el Gobierno y que tienen que ver la Ley 21060, con las privatizaciones, el Fondo de Capitalización Colectiva y las AFPs: un entramado financiero contra las propiedades estatales y fondos de los trabajadores que solo podía desenredarse con la derogación de la mencionada Ley, la recuperación de los fondos de las AFPs, la reversión de la empresa aérea Lloyd y a otras empresas capitalizadas con acciones en manos de las AFPs, que administran esas acciones en fideicomiso: ENTEL, petroleras Chaco y Andina, Transredes, Ferroviarias Andina y Oriental, Guarachi, Corani, Valle Hermoso. Y cuando el Gobierno dispone por Ley 3958 y decreto 28701 la transferencia de las acciones a YPFB, el Presidente de la AFP Futuro de Bolivia declara que no transferirá las acciones a título gratuito por que las recibió como herencia del Citybank de Nueva York[3]. El Gobierno tuvo que emitir un nuevo decreto dándole un plazo para efectivizar la transferencia.

Y es que hubo otro tiempo de posibles decisiones cruciales que no se tomaron. Al no derogar la Ley 21060 y no recuperar estos fondos de pensiones en manos las AFPs cuando surgió el conflicto de Lloyd[4]. La nacionalización no es una nacionalización sino una renegociación para conseguir la recuperación de la propiedad de los hidrocarburos en boca de pozo. No significó expulsar a las empresas extranjeras, expropiar sus inversiones y estatizarlas, ni recuperar el control de la cadena productiva: exploración, perforación, producción y su probable transformación, sin indemnización considerando la ilegalidad de los contratos y las enormes ganancia habidas. Con este procedimiento radical se hubiesen logrado ingresos por mil trescientos millones de dólares para fortalecer el presupuesto y potenciar YPFB, e incluso bajar precios de los productos hidrocarburíferos para la población boliviana. Lo que hubo fue una negociación por etapas de modo concertado bajo un nuevo esquema tributario y distributivo con el que se conseguirán 300 millones de dólares anuales.[5]

Fue un primero de mayo, concientes del ridículo aumento salarial que iban a anunciar, un cuarto de dólar día al salario mínimo y la restitución del Art. 13 de la Ley general de Trabajo 1182 de 1990; todo esto con el apoyo publicitario de su excelente equipo mediático, empujando la reconstitución de un mas imaginario que real Estado Mayor del Pueblo. Los gobiernos de Cuba y Venezuela pusieron su grano de arena al anunciar la firma del TCP. Una derivación lógica del caudillismo presidencial que se ve forzado a tomar medidas para ganar unas elecciones de la constituyente casi perdidas y ante una derecha cruceña que tiene escaso espacio para respirar y que por primera vez se enfrenta a un errático poder central.

Dos hechos son relevantes en este proceso: 1. La intención de expropiación de su parcial potencialidad de poder y soberanía de los pueblos originarios, de los movimientos sociales y de las organizaciones de los trabajadores, que se expresa en la reelección del Presidente como conductor de los cocaleros del Chapare, en la intención de dividir la COB, la institucionalización del Estado Mayor del Pueblo, en el desconocimiento de la CSUTCB de Felipe Quispe, en su ingerencia en los sindicatos. 2. La incapacidad de manejar el Estado en su conjunto. Existen acusaciones de que los poderes no son tomados en cuenta, todos los problemas y demandas se procesan en el gabinete. Asuntos que podrían ser derivados al Congreso, al poder judicial o a las prefecturas, prefieren dilucidarlos en el Gabinete ministerial, cuando el Presidente no lo puede hacer. Además la experiencia micro de los funcionarios onegeistas no se traduce en capacidad de administración del país. Lo que se agrava con la esquizofrenia de todo ex miembro de ONGs, que un día son de izquierda y al otro neoliberales.

Las concesiones a la derecha tendrán repercusiones en la constituyente. De acuerdo con Miguel Lora: 1) Quienes mas posibilidades tienen son la derecha y la izquierda reformista y 2) Los radicales fueron excluidos y organizan una asamblea Constituyente paralela. Estamos hablando de la CONAMAQ, la CIDOB, la CPESC, la COR de El Alto, la Coordinadora del Agua y la Vida de Cochabamba, el MUSPA, el MIP, la COB, entre otros; pero además están los discapacitados, homosexuales, adultos mayores, afrobolivianos, etc.[6]

La ambigüedad se traduce en que no hay una sociedad o modelo de acumulación alternativo, no hay claridad en las nuevas relaciones con las regiones y su administración, no existe respeto a las opiniones de los pueblos originarios con su diversidad, ni a los movimientos sociales respecto a la constituyente y a otros temas, no hay una definición del significado de la autodeterminación estatal menos de las autonomías o de lo plurinacional.

Pero entonces, ¿por que la oligarquía regional de Santa Cruz y sus extensiones en la media luna iniciaron la ofensiva para una batalla más? ¿será solo una prueba de fuerza?. Como decíamos antes, en el centro del proyecto de los sectores hegemónicos del Comité Cívico esta la defensa de la tierra en una región donde esta se valoriza desde el cultivo de la soya, la producción de carbón, la deforestación y la llegada de inversionistas de Brasil y otros países, donde la coca es otro factor importante de acumulación. Los rentistas de Santa Cruz, el Beni, Pando y los comisionistas de trasnacionales por primera vez se ven afectados por este Gobierno con la expulsión de la brasilera EBX, con la renovación de los contratos en hidrocarburos y la nueva licitación del Mutún. Asimismo, hay que decirlo, el Gobierno también por primera vez toma una medida con decisión y firmeza. Estas medidas y las que se anuncian: investigación de las fortunas, la reforma agraria, el tratado de comercio de los pueblos, la intervención de los cubanos en el plan de alfabetización y en salud oftalmológica, están desatando odios en quienes ven su hegemonía amenazada. El odio lleva a las acciones irracionales , como la convocatoria al paro regional, que a quien mas hubiese afectado era a ellos mismos: empresarios y sus empresas, pero también a transportistas, gremiales, etc. El paro y los bloqueos sirven a los movimientos sociales pero no a los empresarios del Comité Cívico. El fracaso de la medida y la división del Comité se abre como posibilidad.

Sin embargo, la critica a la derecha fascista de Santa Cruz no nos puede hacer olvidar que este Gobierno tiene posturas nacional populistas -mas que nacional populares- que pueden derivar en una dictadura mas suave ante la oligarquía que frente al pueblo. Pero además no pueden actuar frontalmente contra la burguesía y sus políticos que aun defienden el proyecto neoliberal genocida, etnocida y racista, por que ellos también lo practican y defienden. En los mismos términos del proyecto de muerte solo hay solución de continuidad. La división jerárquica de la sociedad, la oposición a masas intelectual y moralmente autónomas, la oposición a una alianza de clases y étnica contra el capitalismo, la contención de un bloque histórico, la oposición a una organización que actúe como intelectual orgánico y moral, la obstrucción a la movilización, organización y politización permanente de los pueblos, la ausencia de respuestas a las demandas mas sentidas de los pueblos son limitaciones a la hegemonía.

Para suerte del Gobierno la derecha fracasó, en su desesperación calculó mal, no debió defender la ilegalidad de la empresa brasilera y comprometer su legitimidad ante sus doscientas bases con la demanda por ítems (puestos de trabajo) en salud y educación cuando sabemos todos que las arcas están semivacías, no obstante que hay ocho millones de dólares para financiar campañas para la constituyente y varios millones más para gastos reservados. No obstante los oligarcas querían medir fuerzas y mostrar su capacidad de acumulación y movilización social con todo el control de la mayoría de falsimedias, televisoras y diarios. No hubo paro ni se debilitó el gobierno. No obstante que el Comité Cívico posee historia y experiencia, bases sociales significativas y capital económico, social y étnico carece de intelectuales y de una estrategia de poder basadas en su acumulación de fuerzas.

Resuelto el tema de los hidrocarburos, el Gobierno decide enfrentar el problema de la tierra. De acuerdo a El Deber 3500 personas poseen 20 millones de Has. de un total de 36. Muchos de ellos las recibieron por ser allegados de los presidentes Hugo Banzer y Luis García Meza[7]. La derecha nuevamente reacciona demandando que las prefecturas sean las encargadas de esta reforma y un INRA descentralizado. Movilizan a todos los sectores sociales e instituciones bajo su control: CAO, CAINCO, IBCE, Comités Cívicos de la media Luna, medios de comunicación, prefectos (Beni y Santa Cruz) alcaldes, fabriles de la castaña, organizaciones indígenas y obreras. Organizan un Cabildo norte amazónico en defensa de los bosques. El Gobierno nuevamente negocia, desecha una reforma agraria y las medidas quedan reducidas a acelerar el proceso de saneamiento y titulación de tierras, a la reversión por no cumplir una función económica social y la expropiación con fines redistributivos. De esta manera se proponen distribuir entre 2 y 4 millones de hectáreas fiscales sin tocar las forestales. Este proyecto es similar a la propuesta no realizada del entonces Presidente Jorge Quiroga en el 2001.

El MIP propone abrogar la ley INRA por ser tramposa, burocrática, mercantilista y melgarejista; también sostiene que deben de desaparecer las superintendencias que se benefician con los negociados de tierras y el saqueo de recursos. Con esa legislación e instituciones se desconocen usos y costumbres y se respeta el orden colonial y a los usurpadores extranjeros. Al mismo tiempo que legalizan el trabajo servil y esclavista, no respetan la concepción territorial indígena y no se acepta la propiedad comunitaria. Proponen una política seria de desarrollo rural integrado al industrial, reivindican el territorio suelo, subsuelo y sobresuelo para los pueblos originarios. Proponen la creación redes de asistencia regional y la promulgación de leyes de registros de productos y del patrimonio cultural, así como una ley de derechos intelectuales de los pueblos indígenas. El Frente Patriótico Agropecuario de Bolivia también demanda la abrogación de la ley INRA y la CSUTCB exige confiscar todas las tierras para que se haga una reforma agraria desde cero.

El Gobierno acepta la propuesta de los poderosos de Santa Cruz y señala que los decretos de tierra serán consensuados. Al parecer terminarán por repartir una parte de los 2,1 millones de Has. fiscales certificadas y sanearán (legalizaran) 2,3 millones de Has.

Las estructuras y las estrategias recolonizadoras imperiales. La burguesía concesionaria, las multilaterales y fundaciones contra la integración de américa latina.

Solo una cabal comprensión de la relación entre colonialidad del poder- imperialismo-recolonización-acumulación por desposesión con todos sus mecanismos de explotación y dominación pueden permitirnos dar una respuesta multidimensional política, económica y jurídica al neoliberalismo y al pensamiento ideológico y teórico que acompañan a esa relaciones de poder y sus objetivaciones. Derogar leyes, desconocer tratados, acuerdos, contratos con el respaldo constitucional, enjuiciar a gobernantes y funcionarios debió haber sido el inicio y se escogió otro camino, el de la conciliación. Claro que pudo haber sido peor y optado simplemente por el camino neoliberal que eligieron Gutiérrez-Palacios, Lula, Kirschner, Bachelet y ahora Tabaré Vásquez. Ello explica parcialmente -pero no justifica- que Evo haya escogido negociar con las trasnacionales y los gobiernos en los que confiaba: Argentina, Brasil e incluso Chile, primero mostrarles sus conductas ilegales, colocarlos a la defensiva y después esperar que acepten sus decisiones. Y es que en todo actúan a la defensiva y colocan por delante la negociación, solo un ejemplo: en el caso de la coca postulan la industrialización y al mismo tiempo practican un programa de autoerradicación con quema de las cosechas.[8] ¿Con los hidrocarburos pudo haber sido a la inversa? ¿Desconocer todo lo realizado por los gobiernos neoliberales, ocupar los campos, hacer auditorias, denunciar internacionalmente el sistema de corrupción neoliberal?.[9] Pareciera que el MAS considera que el periodo preconstituyente solo es una primera etapa para desmontar elementos del neoliberalismo y que las medidas más radicales serán tomadas por la Constituyente. Si fuese así ganar la constituyente es un requisito y para ello no se están creando las condiciones políticas, orgánicas que mejoren la correlación de fuerzas.

Las redes imperiales capitalistas son muy fuertes y van desde imaginarios, mentalidades, teorías, hasta estructuras, sistemas jurídicos, acuerdos y tratados que lamentablemente la oposición al neoliberalismo comparte. Las empresas extranjeras controlan los sectores más dinámicos de la economía de América Latina y las ganancias que remesan significan el estrangulamiento de la reproducción económica regional. En el año 2000 de las 200 mayores empresas exportadoras de América Latina 98 son extranjeras y en la manufactura en el periodo 1998-2000 son 59.Controlan bancos, seguros, fondos privados de pensiones, actividades productivas. En la región entre 1980-2003 ingresaron 852 mil millones de dólares como ingreso neto de capital extranjero y por el pago de utilidades e intereses salieron 949,6 mil millones. En los últimos años es mucho mayor la salida que la entrada, en el 2004 el ingreso neto fue negativo en 12,5 mil millones y los pagos netos de utilidades aumentaron a 65,3 mil millones de dólares. La deuda externa que es ilegítima y varias veces pagada asciende a 744 mil millones de dólares en el 2003. Solo considerando un stock total de inversión extranjera los pagos son de 260 mil millones de dólares anuales en los últimos años. Con estos datos Orlando Caputo Leiva comprueba ese estrangulamiento de la reproducción económica.[10]

Hay que agregar dos consideraciones, la primera se refiere a la burguesía comisionista y trasnacional latinoamericana -esa que algunos llaman nacional- articulada en todos los sectores y ramas a trasnacionales extranjeras, están en los recursos naturales, la manufactura, los servicios y el comercio y es la que junto a las trasnacionales tienen los poderes en varios países y defienden los TLCs. Es la que junto a los corruptos políticos transformados en empresarios se quedan con las ganancias que van a los paraísos fiscales o se derrochan. Esto ocurre en todos los países pero mas en los países mas grandes: Brasil, Argentina y México. La segunda es que el imperialismo con sus trasnacionales y sus testaferros de las multilaterales y de los países donde actúan han construido sistemas blindados pero de ninguna manera indestructibles.

A esas estructuras tienen que enfrentarse los gobiernos ¿y cómo lo hacen si gran parte del equipo de gobierno no entiende estas complejas relaciones o no esta plenamente convencido en hacerlo? ¿o ambas cosas? Los políticos y quienes se benefician de las prerrogativas ofrecidas por las trasnacionales incluyendo a la CEPAL-PNUD o los directivos de muchas ONGs prefieren apoyar al sistema y modificarlo en sus márgenes. Mientras que el proyecto recolonizador se naturaliza y comienza a funcionar por inercia, los cambios en cada espacio se presentan como elementos desarticulados. Así ocurre con la reforma del sistema bancario, de las relaciones laborales, sistema político, del sistema judicial, de las fuerzas armadas, etc. Si los intelectuales-políticos no entienden estos relacionamientos, aunque muchos de ellos hayan implementado alguna pieza del modelo, menos aun los pueblos si es que aquellos no lo esclarecen.

Estos elementos que normalmente se presentan, discuten e imponen de manera aislada están profundamente compenetrados en el proceso de recolonización. Así como el FMI concierta los ajustes estructurales neoliberales implementados por la clase política enteguista, el BM articula las reformas estructurales. Los movimientos sociales pacíficos o armados reemplazan a los partidos de izquierda en la conducción de la resistencia política a esta recolonización. El cambio que opera el BM -como señala acertadamente Pablo Dávalos[11] es estratégico y estriba en separar la economía de la política. Cuando la institucionalidad esta atravesada por una profunda conflictividad los tratados aparecen como un asunto técnico que no se discute, sino solamente en los ejecutivos. Así lo hicieron en Perú y Colombia y en otros países como Bolivia aparece como un a demanda necesaria ajena de lo político. La cuestión de fondo es la naturalización del neoliberalismo y del pensamiento único, ahora en crisis, donde lo técnico corresponde a tecnoburocracia que diseña los mecanismos institucionales de la recolonización y que aun tiene un discurso hegemónico sobre los discursos económicos y del desarrollo, que también han sido penetrados por el neoliberalismo caso de la versión de la CEPAL bajo el nombre de regionalismo abierto o del Banco Mundial que sostiene que el mercado es el asignador de recursos y espacios de regulación social. Los movimientos sociales no entienden la lógica de la dominación neoliberal que incluye cierto discurso de las autonomías y de la participación local para consolidar la descentralización donde los movimientos sociales y sindicatos son transformados de sujetos históricos en actores sociales de la modernidad, a los movimientos indígenas en tecnócratas del etnodesarrollo y a las organizaciones en ONGs del desarrollo de las Mipymes. El sistema político en los Congresos les ofrecen la función de legitimar el nuevo Estado neoliberal como lo hicieron con las Supeintendencias y el acuerdo frustrado de inmunidad a las FFAA norteamericanas. Eso no significa que seguirán pugnando por convenios de protección a las inversiones a cambio del APTDEA, que en Colombia y Perú dejarán de operar pues ya tienen un mejor instrumento de presión los TLC. Además en Perú ya se discutía la salida del CAN.

Un acuerdo de libre comercio con EEUU aparentemente se inscribe en un ámbito técnico cuando la intención estratégica es provocar cambios políticos para lograr una reforma legal acorde con dicho tratado que consoliden el Estado neoliberal. Y es que la política exterior norteamericana es geoestratégica y recolonizadora, viene acompañada de compromisos con el saqueo de recursos naturales, mercados permanentes y aceptar proyectos de intervención como el Plan Colombia II. El lenguaje técnico esconde la transformación de las relaciones de poder. En ese sentido los tratados con Perú y Colombia secundariamente tocan el tema comercial, pero el discurso mediático habla de asegurar inversiones, empleo, ingresos y oportunidades. Acaso no es lo mismo que dicen algunos asesores de los empresarios del Comité Cívico cruceño y del Alto. Igual ocurre con las preferencias arancelarias contenidas en el ATPDEA. Se venden ilusiones a cambio de que se acepten sus propuestas políticas.

El ALCA es el neoliberalismo supranacional y pretende hacer irreversibles las reformas estructurales neoliberales. Hay partidos y centros de poder que aceptan el ALCA y rechazan el neoliberalismo. Eso ocurre nada más por que este último esta totalmente deslegitimado mientras que los TLC no. Los TLC atentan contra la CAN y si este organismo se somete al poder norteamericano como lo pretenden Toledo, Uribe y Palacio mejor optar por otro tipo de tratado como el ALBA o el Tratado de comercio de los pueblos. El caso de México es el más patético que en el 2002 es el que mas exportaba en América Latina, 160 mil millones de dólares, y sin embargo no solo tenía un déficit comercial como proporción del PBI(1997-2003) sino que estas fueron producto del comercio intratrasnacionales (maquila) y por el petróleo. Pero además las importaciones solo en un 12% fueron destinadas al aparato productivo. Ambas no están concatenadas al aparato productivo sino al interés de las trasnacionales. La inversión extranjera directa creció por la compra de empresas existentes, bancos y empresas productivas desconectadas del mercado interno.[12]

Brasil y Chile, tienen una vieja tradición geoestratégica que los acerca a Estados Unidos. Los primeros por mantener su fortaleza, décimo lugar en el mundo, en búsqueda de recursos naturales y mercados en América Latina y los otros por su debilidad espacial preguerra del Pacífico y escasos recursos. Brasil opta por la Comunidad Sudamérica de Naciones y la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), que es lo que mas se adecua a su proyecto hegemonista latinoamericano. De ahí que los gobiernos "socialistas" de Chile y Uruguay opten por el mercado norteamericano. Colombia, Perú y Ecuador por razones externas recolonizadoras y los intereses de una minoría burguesa trasnacional comisionista hacen lo mismo solamente que con una enorme oposición.

Por ello es importante la participación de los pueblos originarios en el control territorial y de los recursos naturales, tan importante como habría sido participar en la Constituyente en defensa de su potencial capacidad de definir sus destinos históricos, de no dejarse embaucar por un discurso democrático como recursos de concentración del poder o de un Congreso Constituyente que solo sirva para neutralizar las luchas sociales.

El Gobierno de los Estados Unidos, el BM, el PNUD y la oligarquía concesionaria y rentista seguirán pugnando por dar acceso a las trasnacionales al petróleo, el gas, la biodiversidad, el agua con la obsecuencia del gobierno masista. El territorio y las tierras serán los próximos ejes del conflicto donde los movimientos sociales deben hacer respetar su autonomía de trasnacionales, organismos multilaterales y Estado incluyendo al boliviano.

Los organismos multilaterales tras sus programas de lucha por el desarrollo y contra la pobreza, de la defensa de la exportación a toda costa y del libre comercio ocultan la recolonización y los costos económicos, sociales y ecológicos generados por las políticas agrarias fascinadas por la exportación y dominadas por esta[13], usándola como justificación de oposición a la reforma agraria. Donde el mayor consumo no sostenible de los países ricos en el menor consumo para sus necesidades básicas en los países pobres. Pero además desvía los recursos de tierra y agua de la satisfacción de las necesidades locales de alimentos al suministro a los mercados de exportación creando devastación ecológica, hambre y muerte. El pago por inseguridad alimentaria y ecocidio es mucho mayor que la exportación. Stiglitz, ex alto funcionario del BM señala los cuatro pasos de la reestructuración económica: privatización basada en la sobornización, liberalización del mercado de capitales, precios regulados de mercado y libre comercio.

Es en este contexto que su ubica la lucha contra la pobreza que en principio es erradicable -así como fue socialmente construido- si es que consideramos que no solo tiene su origen en un reparto desigual de la riqueza sino que esta se apoya en la acumulación por desposesión, en la reproducción de la pobreza y de la exclusión, donde el crecimiento esta condicionado por la reducción de los derechos sociales, la privatización de servicios y el aumento de la desigualdad y políticas macroeconómicas que acrecientan la riqueza y precariedad, expropian el patrimonio colectivo y uso de fondos públicos para la rentabilidad del capital. Políticas individuales, asistencialistas,, promotoras de Mipymes, de bancos de los pobres o de integración de los trabajadores al mercado no transforman las relaciones de acumulación, las condiciones de trabajo o las relaciones de poder. El Banco Mundial solo quiere pobres dóciles, mendigos respetuosos que crean en el mercado libre.

No es nada casual que en 1990 con la caída del Muro de Berlín y el triunfo neoliberal comiencen las políticas contra la pobreza del BM. Ellos sabían lo que se venía y era parte de su política de reducción de salarios. Cinco años después el PNUD publica su Informe sobre Desarrollo Humano y el FMI transforma sus planes de ajuste estructural en Programas de reducción de la pobreza.[14] Según el BM medio mundo vive en la pobreza, pero con seguridad muchos mas carecen de medios de existencia. Para salir de ella según el BM debe aumentar el crecimiento y para lograrlo hay que liberalizar la economía, el FMI contribuye condicionando los créditos a más privatizaciones, austeridad fiscal, flexibilidad laboral, pago de la deuda y seguridad jurídica a las inversiones. Los programas mas específicamente se centran en la autonomía personal, en hacerlos dueños de su destino, para que sean responsables de su vida y los medios que mejoren su calidad: que paguen sus impuestos, servicios. Lo que en un sistema dominado por el mercado solo favorece a los mas fuertes como los campesinos y pobladores urbanos medios, bajo la dirección de los políticos que se adueñan de las ONGs que son los que llegan a enriquecerse. Eso lo saben muchos dirigentes e intelectuales indígenas de América Latina.

Como bien precisa Petras las ONGs son brazos de los poderes internacionales que buscan despolitizar los conflictos de clase y estrangular el germen de organización social en las bases con políticas asistencialistas y la filosofía de la microempresa. En algunos países son apéndices de gobiernos que reciben financiamiento del Estado, organismos multilaterales como el BM, BID y fundaciones de las trasnacionales como la Ford con vínculos con los grupos de poder. Cuando los gobiernos recurren a ellas asociándolas a los ministerios buscan la división, la subordinación y el sometimiento de los movimientos sociales y a la creación en los márgenes de empresarios de la pobreza. Es la política paternalista de conciliación de clases con sus programas de microempresas y microdesarrollo. Las fundaciones son los centros de penetración y difusión de las ideologías colonialistas hegemónicas. El Estado es el lugar de conflicto que dispone de mayores recursos y que actúa de intermediario entre el mundo, los poderes imperiales, el mercado global y las comunidades.[15]

La incongruente lucha anticolonial.

Como vemos la integración latinoamericana para las trasnacionales y la acumulación por desposesión solo es la consolidación del colonialismo, la violencia y la muerte. Pero los movimientos sociales deben buscar entender que este proceso es mucho mas complejo, multiforme, multidimensional y que esta institucionalizado, estructurado y lo mas importante naturalizado en el imaginario y el pensamiento social, en particular por los intelectuales que han estado cerca de fundaciones, organismos multilaterales o en ONGs. Ellos -Gobiernos y sus pensadores orgánicos- no luchan por la desaparición del colonialismo y del capitalismo, se limitan a administrar el capitalismo a través de propuestas de un trasnochado inédito sistema y formas gobernabilidad que complacen al imperio. Si estos pensadores gobernantes releyeran a Bernstein se darían cuenta que su propuesta no tiene nada de originalidad. En América Latina -señala Pablo González[16]- el nacionalismo revolucionario se volvió desarrollista y populista y la socialdemocracia se hizo colonialista

En ese mismo artículo Don Pablo anota los cambios en el capitalismo neoliberal mexicano que nos permitirá tener un parámetro para examinar que han cambiado los gobiernos y movimientos de izquierda latinoamericanos: Un neocolonialismo y un imperialismo en que las megaempresas ocupan directamente los gobiernos y privatizan los estados-nación. Una creciente privatización del Estado-nación mediante políticas de corrupción y cooptación de funcionarios, de líderes y organizaciones de trabajadores. Un sistema gubernamental controlado por funcionarios, gerentes y tecnócratas de las megaempresas. Un sistema represivo con cuadros entrenados en las escuelas metropolitanas o sus subsidiarias. Un sistema de partidos que suplanta las verdaderas elecciones y constituye una válvula de escape a las presiones sociales y un filtro para la selección de "elites". Un sistema de mediación de la representación popular que consiste en la privatización de las decisiones finales sobre exenciones fiscales, subsidios, inversiones, educación, relaciones exteriores, fueros y seguridad para empresas, estados empresariales, propietarios y funcionarios. Un sistema de propaganda política que privilegia la publicidad política y que instaura una pedagogía "políticamente correcta". Un sistema electoral distraccionista con candidatos que no pretenden cambiar al sistema de acumulación y dominación. Un sistema de alternativas en que ninguna medida cambia el control de la política monetaria, crediticia y de desarrollo a cargo del Banco Mundial, ni el control de ingresos y egresos públicos por el FMI; ni la política de pago regular de la deuda, un tributo colonial. Un poder judicial que juzga a favor de los patrones y sus funcionarios públicos o privados. De criminalización de la política y de la oposición. Presidentes que proclaman gobernar para los empresarios, con programas depredadores que han hecho de la megacorrupción, el narcocapitalismo bases de destrucción de tejidos sociales y enriquecimiento al ritmo de la privatización y desnacionalización del país con unas política exterior que se inclina a Washington.

¿Qué ha cambiado y pueden cambiar los gobiernos autodenominados de izquierda?

La lucha étnico-clasista sigue, el colonialismo continua y subsiste metamorfoseándose en neocolonialismo. Mediatizada por la división del mundo en países metropolitanos y coloniales donde los primeros se unen contra los recolonizados. Capitalismo, colonialismo y violencia son lo mismo. Es la forma combinada de explotación colonial capitalista de nuestros países que solo produce exclusión y mayor miseria.

En Bolivia, después de 4 meses los onegeistas del gabinete ante la pérdida de apoyo social y la presión de los movimientos sociales giran hacía la izquierda renegociando los entreguistas contratos petroleros, aumentando el salario mínimo, adoptando una política exterior antiimperialista, expulsando a la empresa brasilera MMX, alejándose del FMI, modificando la legislación laboral, mejorando los servicios de salud oftalmológica con el apoyo de Cuba y por tanto disminuyendo ligeramente las desigualdades sociales. Sin embargo como ya dijimos -parafraseando al Ministro de Hidrocarburos Soliz Rada- solo en última instancia se aplicara la Constitución y se expropiara por causa de utilidad pública, mientras tanto continúan las políticas macroeconómicas neoliberales, las bases y agencias militares norteamericanas, la protección y apoyo a las trasnacionales. Su equilibrismo tendrá que definirse.

Desde 1993 hasta el 2005 se privatizó el sector hidrocarburos emitiendo los gobiernos en turno leyes y decretos para transferir campos, propiedad y control de YPFB a precio de remate y con "seguridad jurídica" blindada para las trasnacionales. Gonzalo Sánchez de Lozada, Hugo Banzer y Jorge Quiroga, el primero capitalizó el 50% de la exploración y explotación, mientras que Banzer y Tuto con la aprobación del FMI privatizaron el 100% de las actividades que estaban en manos de YPFB, incluyendo refinación, transporte y distribución de gasolina, diesel y GLP. Hubo trasgresiones a la ley y hay responsabilidades que el Ejecutivo actual no quiere asumir. Con Evo y su quipo volvemos a los contratos de Paz Zamora de 1990, cuando la propiedad de los yacimientos y la producción de hidrocarburos en boca de pozo era del estado, solo es una redefinición de los mismos y no una nacionalización, que implica expropiación y control total. Al aceptar la migración de contratos acepta y reconoce la ilegalidad de los mismos y la parafernalia organizada por expertos no la hace más nacionalista.

El recurso a las FFAA es más que simbólico en un país con 56 golpes de Estado entre 1934 y 1985.[17] No olvidemos que en los países de mayoría indígena las fuerzas armadas fueron el principal instrumento colonial en el periodo "poscolonial".

Las Fuerzas Armadas aun siguen siendo protagonistas en América Latina y se mueven en peligrosas relaciones con los movimientos indígenas y populares. Un cordón umbilical históricamente los une oscilando entre la patria y la antipatria, entre la contrainsurgencia y la insurgencia, reflejando su base social indígena y los cambios en la sociedad.

Los movimientos sociales ante la autodeterninación y la emancipación. Que hacer?

El manejo de la ideología, religiosidad, rituales, valores y tradiciones, en fin de la cultura y subjetividad construidas colonialmente, en agrupación y reclasificación étnica, tienen limitaciones al adaptarse a la resistencia pues no se rompe con el fetichismo ni con la colonialidad del poder.

Hablar de autonomía de los pueblos originarios no es lo mismo que hablar de las autonomías regionales. Esta última bien puede impedir el desarrollo de la primera. Y es que precisamente por que los indios y mestizos tienen derechos legítimos sobre los territorios con indiscutible prevalencia histórica de los primeros, la "nación camba" bajo dirección oligárquica no puede imponer su dominio sobre la región, que es lo que busca su autonomía. Para los pueblos originarios hay razones prehispánicas para mantener unificado el territorio y su lucha lo demuestra, pero la razón fundamental -no mencionada por el MAS en su inseguro e indirecto debate con el Comité Pro Santa Cruz - radica en que la lucha por la autodeterminación es la central en la coyuntura. La violencia de las guerras del Pacífico y del Chaco por un lado y la revolución del 52 y la lucha del Che por el otro expresan como los intereses antinacionales y los nacionales se confrontan. Hoy, la acumulación colonial por desposesión apoyada por la oligarquía, que sustenta el verdadero proyecto autonómico de la derecha nos coloca ante la necesidad de rechazar esta autonomía. El "modelo" no es la autonomía española con todas sus tensiones, ni la fracasada regionalización chilena, es la recolonización de comisionistas, subsidiarios y parásitos lo que los anima. Los otros son pretextos. Sin embargo, hay sectores cruceños que irán aceptando una autonomía territorial que sirva a todas las fuerzas sociales que luchan por la liberación nacional como paso previo a una mejor administración más equilibrada y equitativa para los pueblos.

El proceso de descolonización del indio no esta en la autonomía de la sociedad -en las categorías de Castoriadis-, es la verdadera revolución política en el sentido de que una sociedad autónoma implica la democracia directa donde no hay delegación sino participación directa, no hay gobernantes separados de la vida real de la sociedad. Democracia y capitalismo son incompatibles, pues este sistema significa la pérdida del nosotros indispensable para la existencia y producción de un proyecto colectivo. Si la sociedad quiere un proyecto para si misma debe terminar con las fuerzas depredatorias del mercado, con las privatizaciones de lo público, con la destrucción del medio ambiente y el conformismo que los acompaña.

Para Castoriadis la autonomía es alcanzada por el hombre cuando arriba al estado de reflexión, más allá del individuo socializado, cuando logra la capacidad de cuestionar las significaciones imaginarias sociales.[18]

Sin embargo estamos ante sociedades organizadas en países donde los criollos y sus sucesores construyeron estados coloniales en contra de las étnias oprimidas que son construcciones sociales desde el poder, que comparten características culturales, representaciones simbólicas e imaginarios de reproducción o resistencia, identidad histórica -que incluye desidentidad-, condiciones de producción coloniales y múltiples lazos con el capitalismo que definen diversas relaciones de clase, donde la mayoría son trabajadores del campo y la ciudad, que al mismo tiempo mantienen similares relaciones comunitarias y de sobrevivencia. Esas étnias constituidas en pueblos y organizaciones rebeldes solo pueden liberarse con los mestizos y los blancos -generalmente explotados, oprimidos y excluidos- que tienen una ideología y un proyecto de liberación nacional como requisito emancipador.

Las clases dominantes han mantenido sometidos a los pueblos indígenas para imponer la acumulación por desposesión y la recolonización con resultados diversos según el país de que se trate. En Perú hay una regresión ante un Estado terrorista construido en la guerra 1980-1993 -paradójicamente con un presidente japonés primero y otro indígena después-a formas de mimetismo, inconciencia identitaria y aceptación de la sumisión. En Bolivia el autorechazo, el disfraz, el mimetismo "anticolla" es dominante en el oriente, mientras que en occidente dominan las posturas etnicistas e indigenistas de rechazo al otro o de integración del indio al Estado, formas de conciencia negativa. Estas últimas formas de conciencia también las encontramos en Ecuador donde ha surgido una conciencia superior acerca de la opresión y la liberación nacional. En todos estos países la búsqueda de un proyecto alternativo incluyente de indios, mestizos y a todos los otros que estén por la liberación y emancipación; así como la mantención unificada del territorio nacional y la diversidad cultural ante la política imperialista de disgregación para el saqueo y la homogenización. Esta concepción antifetichista debe ir asociada a la autogestión y la construcción de consejos populares de poder de tal manera que los movimientos administren colectivamente la vida social.


[1] Esta afirmación queda comprobada con la separación de 9 de los 15 asesores más cercanos a la Presidencia por infidencia y servir a intereses ajenos y opuestos al proyecto.

[2] Se pregonan mas nacionalizaciones de los recursos naturales y ello esta impactando en el vecino Perú donde el país esta lotizado por cientos de trasnacionales principalmente mineras, que pagan miserables regalías en un verdadero ecocidio que destruye la agricultura.

[3] La Razón, La Paz, 11 de mayo de 2006.

[4] Cuando parecía resuelto el problema con Lloyd, tres meses después con el voto de las AFPs reeligen al gangster Asbún en la Presidencia de Lloyd y declaran ser propietarias de esas acciones

[5] Nos apoyamos en las declaraciones de Enrique Mariaca, fundador y ex Presidente de YPFB. En Nueva Economía, La Paz, 7 al 13 de mayo de 2006.

[6] Miguel Lora, "Los duelos regionales para La Constituyente", el Juguete Rabioso 151, La Paz, 23 abril del 2006.

[7] El Deber, Santa Cruz, 19 de mayo de 2006.

[8] Mientras esto hacia Evo y los cocaleros, la etnia Nasa de Colombia está produciendo Cocasek una soda de hoja de coca en su programa "consumir con identidad", que incluye vino, pomadas y galletas.

[9] Repsol es un caso que requiere mayor análisis. Desde su constitución como empresa dedicada al saqueo busca costos coloniales, un dólar por barril en Bolivia, de los mas bajos del mundo cuando el costo promedio es de 5.6 dólares. Con ello consiguió beneficios por 3,750 millones de euros en el 2005. Explota decenas de yacimientos destruyendo parques nacionales, reservas ecológicas, expulsa y devasta pueblos indígenas, pues se superpone a 17 territorios de pueblos originarios corrompe funcionarios, coimea, no paga impuestos, contrabandea, inscribe reservas como suyas. Pero además vende a 35 dólares barril en Bolivia cuando el costo es de un dólar. Repsol y Petrobras la mayor parte de sus accionistas son norteamericanos, gracias al neoliberal Cardoso.

[10] Orlando Caputo Leiva, La economía mundial a inicios del siglo XXI: La globalización y el estrangulamiento de la reproducción económica de América latina, www.rebelion.org diciembre 2005.

[11] Dávalos, Pablo, "Las batallas de la globalización: resistencia indígena al TLC en Ecuador". Inédito, a publicarse en Wifala N 3, Lima 2006.

[12] Alberto Arroyo Picard, "El México del TLCAN en el contexto latinoamericano y caribeño", Deslinde, Colombia, 2006.

[13] Vandana Shiva, "Crítica a la ONG multinacional Oxfam International Exportación a toda costa: La receta de libre comercio de Oxfan para el Tercer Mundo", Znet en español.

[14] Francois Houtart, "El sentido de la lucha contra la pobreza para el neoliberalismo" , La Haine, 2005.

[15] James Petras, entrevistado por Juan Pablo Palladino, La Haine, www.rebelion.org 7-03-2006.

[16] Pablo González Casanova, "¿Por qué estamos aquí?", La Jornada, México, 23 de marzo del 2006

[17] Es una expresión de la colonialidad del poder. En los países de mayoría indígena, con excepción de México se han dado más golpes de Estado en el siglo XX: Guatemala es segundo con 36, Perú es tercero con 31 y Ecuador quinto con 23, que bien sería cuarto si excluimos el golpe que separó a Panamá de Colombia.

[18] Cornélius Castoriadis, Los dominios del hombre: encrucijadas del laberinto II, Gedisa, Barcellona, 1986

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