29/03/2024

El Perú inestable

Perú acaba de ver la asunción del sexto presidente de la república en los últimos seis años, además de haber visto sesionar tres parlamentos, centenares de ministros y miles de funcionarios.

La causa de semejante inestabilidad solo debe poder explicarse por causas profundas. Las anécdotas sobre si alguien visitó o dejo de hacerlo a una autoridad, que uno tenga     animadversión hacia otra persona o situaciones personales de cualquier tipo no pueden ser razón suficiente para explicar una inestabilidad tan profunda como duradera.

 

ALGUNOS ANTECEDENTES

El ascenso al poder de Alberto Fujimori en 1990, significó el inicio de la aplicación de las políticas del Consenso De Washington, que aún se siguen en vigencia: Liberación de las políticas económicas, libre tipo de cambio, privatización de las empresas públicas y muchos despidos, tanto en el Sector Público, como en el Privado. Este periodo coincidió con una época de tasas de interés muy baja en los países metropolitanos que originó un flujo de dólares enorme hacia los países periféricos, incluido el Perú.

Gracias a ese inmenso ingreso de divisas, tanto Perú como Argentina y los demás países latinoamericanos pudieron salir de sus hiperinflaciones y abrir un proceso de crecimiento económico.

Este desarrollo fue desigual. Mientras la nueva economía, muy concentrada, se expandía a gran ritmo, también crecieron los pobres y los desocupados. La bonanza permitió a Fujimori tener el apoyo unánime del empresariado y simpatías de numerosos sectores rurales beneficiados con pequeñas obras públicas, tipo colegios, centros de salud, mejoramientos de caminos, etc.

La crisis de la deuda rusa, mexicana y del sudeste asiático, en 1997, originó el retiro de gran parte de la inversión extranjera que buscó la seguridad de los EE.UU. Ese fue el origen de una recesión económica muy profunda que rompe el frente empresarial con Fujimori que culmina, en las elecciones del año 2000, ganadas por Alejandro Toledo. Fenómeno simétrico al de Carlos Menem en Argentina.

En el 2003, comienza un proceso inesperado que dura hasta el 2014, el boom del precio de las materias primas. El cobre, el oro, el plomo, el zinc, triplican o cuadruplican sus precios, lo que abre un periodo de bonanza inusitado. Junto con las ganancias de las corporaciones mineras, crecen las reservas de divisas, el ingreso de impuestos, la ocupación de trabajadores y demás variables económicas.

La pobreza se reduce a la mitad, del 40 al 20%, la miseria del 12 al 5% y se incorporan al mercado, como nueva clase media, millones de ex pobres. En consecuencia, todas las empresas destinadas al mercado interno tienen un crecimiento exponencial. Las más importantes, se expanden, se internacionalizan y se convierten en multilatinas.

 

SURGE OTRO MODELO DE ACUMULACIÓN

Así, surge una nueva clase empresarial e importantes fortunas de origen “non santas” y un grupo de “emprendedores” que intentan hacer de la política y el acceso al presupuesto público su medio de hacer fortuna, sobre todo en los niveles municipales y regionales.

Mientras en las ciudades se vive la prosperidad, en las zonas rurales va tomando cuerpo un nuevo modelo de capitalización, la economía ilegal, basada muchas veces en la explotación sin autorización alguna de recursos naturales, generalmente en territorios prohibidos.  La minería informal de oro, el cultivo, procesamiento y tráfico de cocaína, la tala ilegal en la Amazonia, la pesca clandestina, son junto con el transporte informal, la educación superior de muy mala calidad, el complemento de la actividad más rentable, el saqueo del tesoro público. Lo que a primera vista sería el accionar de algunas mafias, la falta de trabajo formal en el país, los ha convertido en verdaderas ramas de producción que dan empleo y sustento a muchos miles de trabajadores y sus familias.

Así, surge una nueva clase empresarial e importantes fortunas de origen “non santas” y un grupo de “emprendedores” que intentan hacer de la política y el acceso al presupuesto público su medio de hacer fortuna, sobre todo en los niveles municipales y regionales.

Estos sectores tienen en común que para que puedan prosperar sus negocios están imperiosamente necesitados de contar con el apoyo de autoridades policiales, judiciales, fiscales y políticas quienes tienen que estar a su servicio o por lo menos “hacer la vista gorda”.

Para poder tener una idea de la magnitud de lo que estamos hablando, estudios especializados estiman que los desfalcos de fondos públicos pueden alcanzar entre los u$s 3000 y 4000 millones anuales (un 7 a 8% del presupuesto nacional); la minería ilegal unos u$s 2 500 millones; el tráfico de drogas, apenas supera los u$s 2000 (en el primer productor de cocaína del mundo, el TID es la tercera fuente de ingresos ilegales). Las 50 universidades privadas cerradas por su nivel insuficiente, atendían a más de 150 000 alumnos. Así podríamos seguir, pero estas cifras nos permiten apreciar el peso de esta “industria” que a falta de nombre mejor podríamos llamar “economía negra”

Todas estas actividades se mueven fuera de los dispositivos legales o a lo máximo en sus márgenes. Ya alcanzaron cuotas de poder en gobiernos regionales y municipales y su principal preocupación es eliminar toda norma de control y debilitar a los fiscalizadores para que puedan prosperar sus negocios.

Es decir, no solo funcionan por fuera de las instituciones legales, sino son muy activos ‘desinstitucionalizadores’

Tanta gravedad alcanza este proceso que ya comienzan a escucharse voces que plantean la secesión del país, la creación de la República del Sur.

 

EL PODER LOCAL NO LES ALCANZA, AHORA PRETENDEN TENER PODER NACIONAL

Desde mi punto de vista, las confrontaciones políticas y la inestabilidad resultante no es más que el conflicto entre los representantes de esta nueva economía que luchan por acceder a cuotas del poder central, contra el establishment, que detenta todos los resortes de gobierno desde siempre.

Años anteriores, este nuevo sector estuvo contenido dentro del fujimorismo junto a los grandes empresarios. La decadencia de este partido, al igual que la desaparición de los partidos tradicionales, permitió el surgimiento de ‘franquicias electorales’, personas con dinero que cumplían con los trámites ante los órganos electorales para poder presentarse a elecciones, quienes postulaban para ellos, o ‘alquilaban’ la franquicia para uso de terceros.

Desde mi punto de vista, las confrontaciones políticas y la inestabilidad resultante no es más que el conflicto entre los representantes de esta nueva economía que luchan por acceder a cuotas del poder central, contra el establishment, que detenta todos los resortes de gobierno desde siempre.

 

 

EL SURGIMIENTO DEL FENOMENO CASTILLO

La candidatura presidencial solo tenía por finalidad cumplir con las normas electorales y ver si obtenían algún que otro voto adicional. Nadie soñó, siquiera en su delirio más desatinado que pudieran ganar las elecciones.

En las últimas elecciones peruanas, como muestra del fraccionamiento político y el desarrollo de las ‘franquicias electorales’, se presentaron 18 candidatos a la presidencia, uno de los cuales era Pedro Castillo, cabeza de la lista de Perú Libre.

Este “partido” es propiedad de los hermanos Cerrón, uno de ellos ex gobernador de la región Junín, quienes intentaron dar el salto para tener presencia nacional. Su único objetivo era mantener la vigencia legal de su organización y ver si podían obtener algún parlamentario nacional. Las candidaturas presidenciales solo tenían por finalidad cumplir con las normas electorales y ver si obtenían algún que otro voto adicional. Nadie soñó, siquiera en su delirio más desatinado que pudieran ganar las elecciones.

Dada la imposibilidad de postular de Vladimir, por haber sido condenado por irregularidades económicas durante su desempeño, tuvieron que buscar un candidato y encontraron a Pedro Castillo, un maestro de primaria, de una aldea de Cajamarca, quien había dirigido, en 2017, una gigantesca huelga magisterial de más de 500 000 docentes y a la que llevó a la derrota cuando ya estaba ganada.

Pocas semanas antes de las elecciones, figuraba en las encuestas en la categoría ‘otros’, es decir, menos del 1%. En una sociedad profundamente segregada y racista, comenzó a desarrollarse un fenómeno de identificación emocional de la población rural, especialmente del centro y sur del país, quienes ignorados y maltratados durante siglos y encontraron un candidato de su mismo tipo racial y social. El aluvión lo llevó a ganar a la primera vuelta con aproximadamente 15% de los votantes contra unos 12% de Keiko Fujimori.

En segunda vuelta, Castillo gano por 40 000 votos, un 0.2%, contra una muy mala candidata. No solo hija de un dictador preso por violación de DDHH y delitos varios contra el patrimonio, sino ella misma acusada por financiación ilegal de su campaña electoral por muchos millones de dólares.

Keiko apeló, para compensar su debilidad, a una feroz campaña racista y anticomunista que haría palidecer de envidia al mismo senador americano Mc Carthy, produciendo una profunda polarización en el país que se mantiene actualmente en toda su plenitud.

 

LOS PROTAGONISTAS

Perú Libre

Una de las varias franquicias regionales, ésta, propiedad de la familia Cerrón. Se dice marxista leninista, pero en su gestión como Gobernador de Junín no exhibió ninguna política que así lo identificara. Para las elecciones nacionales agitó la consigna de Asamblea Constituyente, pero en momento alguno señaló como debería estar compuesta dicha Asamblea, como debería ser su elección y mucho menos mencionó que artículos deberían sustituirse. Tampoco realizó acción alguna que mostrara su interés en llevarla a cabo.

Sus relaciones con el presidente siempre fueron tirantes. Exigían cuotas de poder (ministerios) bajo la amenaza de votar a favor de su destitución.

Tiene aproximadamente un tercio de las bancas congresales. La bancada antes del año, se dividió en cuatro fracciones.

 

La extrema derecha

Se presentó a las elecciones dividida en tres partidos. El de Keiko Fujimori, uno más tecnocrático y el ultra conservador, próximo a Bolsonaro, encabezado por Rafael López Aliaga, sector que rápidamente tomo la dirección de toda la tendencia. Representa a la vieja clase media urbana tanto de Lima como de las principales ciudades del país, que están espantadas porque alguien que ellos consideran debiera ser su sirviente, ahora llegue a la presidencia. Tras suyo se alinean los antiguos sectores políticos desplazados del poder.

Sumados, alcanzan, aproximadamente, un tercio del Congreso.

 

El Centro

Representan a varias organizaciones políticas. Sin historia, sin programas en común, sin disciplina, son un conjunto disperso que en cada votación resuelven según los intereses personales de cada parlamentario. Es alrededor de un tercio de los congresistas.

Solo como dato, 40 congresistas, casi la tercera parte del total, cambiaron de bancada en poco más de un año.

 

El Establishment

El poder económico que detentó desde siempre el poder político. La organización más emblemática es la Confederación Nacional de Institucionales Empresariales del Perú (CONFIEP), el gremio de gremios empresariales. Si bien anticastillistas decididos, descubrieron rápidamente que pese los discursos, el mundo de los negocios continuaba cada día más floreciente. Las utilidades tanto del sector minero, como bancario, del consumo interno, la agroindustria, etc. son mayores cada año, por lo que establecieron un acuerdo tácito con el gobierno. Mientras respete un Ministerio de Economía, presidentes del Banco Central y de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP “profesionales y competentes”, con el resto del país, que haga lo que quiera. Han logrado que la política y la economía marchen por vías independientes.

 

Los EE. UU y la OEA

Cuando el escrutinio electoral de la segunda vuelta mostró el resultado ajustadísimo a favor de Castillo, la derecha puso el grito en el cielo alegando “fraude”. Las misiones de observadores de la OEA, norteamericana y de la Comunidad Europea, inmediatamente proclamaron la limpieza del proceso electoral y la legitimidad de los resultados.

Pocos días después, una comisión de notables de la derecha peruana viajó a Washington a solicitar la intervención de la OEA para impugnar los resultados.  Fue recibida por un funcionario de cuarto nivel que se limitó a firmar el cargo de recepción de la carta que estaban llevando.

Las embajadas norteamericanas, de la comunidad europea y canadiense emitieron diversos comunicados en el tiempo, respaldando al gobierno democráticamente elegido.

En un intento anterior del Congreso por vacar (destituir) a Castillo, Almagro, presidente de la OEA vino personalmente al Perú para evidenciar su respaldo.

Finalmente, cuando se planteó la 3° solicitud de vacancia en el Congreso, Castillo convocó a la OEA para tratar de cubrirse. Ésta, nombró una comisión de diplomáticos que vino a Lima para intervenir. El primer informe de este comité, si bien cuidadoso, recomendaba no tomar medidas unilaterales hasta que se formase una comisión mediadora para encontrar alguna solución de compromiso. Eso significaba que el Congreso no debería vacar al presidente. Nadie supuso que al final fuese al revés.

Castillo visitó EEUU dos veces en sus 15 meses como presidente. En ambas, se reunió con directivos de las grandes corporaciones solicitando que inviertan en el Perú, que el país les garantizaba sus capitales y el retorno de sus ganancias.

A la fecha, Perú no tiene ningún contencioso relevante con EEUU ni con empresas de esa nacionalidad.

 

Las FF. AA.

La caída de Fujimori en el año 2000, quien encabezara una dictadura cívico militar, originó una crisis en las FFAA que incluyó el apresamiento de toda la cúpula de las tres armas, condenadas por violación de los DDHH y sobre todo por inmensos latrocinios de decenas de millones de dólares

A partir de entonces hubo una marcada intensión de replegarse tras una estricta función “profesional”. Así es que, en este proceso de cambio de presidentes, en todo momento se mostraron pegadas a la Constitución y no expresaron ningún tipo de participación en tiempos particularmente agitados.

Si bien despreciaban al profesor campesino, formalmente lo respetaban y le rendían los honores del caso. No hubo ni una sola palabra de un oficial general en actividad que hiciera referencia a los hechos políticos.

Recién se manifestaron luego del discurso de Castillo que proclamaba el cierre del congreso y el establecimiento de un gobierno que se manejaría a través de Decretos, afirmando que ellos respetarían el orden constitucional, es decir, que no apoyarían el golpe de estado.

 

Castillo

Una persona carente de formación y experiencia política, nunca perteneció a Perú Libre, fue candidato invitado; de carácter débil, muy fácilmente influenciable. Sus quince meses de gobierno estuvieron caracterizados por los cambios, 80 ministros con 6 primeros ministros distintos (de un gabinete de 19 miembros). Solo 5 o 6 fueron censurados por el Congreso, el resto fueron cambiados por decisión presidencial.

Su principal preocupación fue durar. Evitar que el Congreso lo destituya. Para eso, se hubiese requerido 2/3 de votos del total de congresistas (87 de 130) por lo que la obsesión era tener 44 votos, los necesarios para bloquear la vacancia.

La gestión de gobierno fue muy pobre. Los cambios constantes y la poca competencia de los funcionarios impidieron la aplicación de cualquier plan en sector alguno. Junto con ello, las acusaciones de deshonestidad en los círculos más próximos, incluyendo su propia familia, terminaron por dar una imagen muy deslucida amplificada por una prensa que estuvo unánime y furiosamente en su contra.

 

Dina Boluarte

Previo a las elecciones, funcionaria de mando medio en una repartición pública. Tuvo un fugaz paso por la política como candidata a concejal municipal de un distrito de Lima, en que obtuvo una cantidad poco significativa de votos. Llegó a la fórmula presidencial para cumplir con el dispositivo legal que obliga a presentar listas mixtas. Expulsada de Perú Libre, luego de las elecciones, por manifestar públicamente que no compartía el ideario y el programa de dicho partido. Asumido el gobierno de Castillo, ocupó un ministerio, siendo una de las muy pocas que no fuera cambiada en los 15 meses que duró esta presidencia.

 

 

LA CRISIS

Es decir, en una situación de equilibrio inestable, quien pateó el tablero fue el mismo Castillo, lo que precipitó un cambio inmediato de presidente y el consiguiente fortalecimiento de la derecha.

Perú vivía, con Castillo, una situación de equilibrio inestable. Ni el presidente ni la derecha tenían los votos suficientes en el Congreso para imponer sus condiciones. En el fondo, ambos tenían la misma ambición, durar hasta el 2026. El presidente por el poder, los congresistas porque no quieren perder su sueldo de U$S 100 000 al año, más los ingresos que pudieran obtener por gestionar intereses privados.

Desde el principio, la derecha amenazaba destituir al presidente, aunque sabía que no conseguiría los votos suficientes.

Una de las razones, era que se suponía que en caso lo vacasen podría provocarse un levantamiento popular en la sierra y en el sur, zonas en las que Castillo obtuvo gran apoyo electoral y que tienen gran tradición combativa, lo que, a la luz de los hechos, se confirmaría tiempo después.

Todos los observadores confiables comentaban que ambos se “ladraban, pero no se mordían”. En caso fuesen destituidos el presidente y la vice, como podría ser, el presidente del Congreso tendría la obligación de llamar elecciones generales, presidenciales y parlamentarias, en pocos meses, es decir, se irían todos.

En ese contexto, la derecha pide la tercera vacancia (las dos anteriores habían fracasado). El consenso indicaba que nuevamente se frustraría. La sesión parlamentaria estaba citada para las 15 horas. Ese mismo día, 7 de diciembre, a las 11.25, aparece Castillo en la TV estatal anunciando: a) La disolución del Congreso. b) La intervención de todos los niveles del Poder Judicial y del Ministerio Público c) Que iba a gobernar mediante Decretos d) Que iba a convocar a elecciones para elegir un nuevo Congreso que tuviera también fines Constituyentes.

Dentro de la media hora posterior habían renunciado unos 15 de los 19 ministros, por haberse tomado semejante decisión sin haber sido consultados y porque atentaba contra el funcionamiento democrático. Los demás renunciaron un poco más tarde.

Como ya dije, las FFAA se pronunciaron conjuntamente por el respeto del orden constitucional, es decir, no reconocían el golpe de estado.

El Congreso, que adelantó su sesión, poco después de la una de la tarde, aprobó la destitución del presidente con más del 85% de los votos, incluyendo los de la mitad de la bancada de Perú Libre y también el de Waldemar Cerrón, uno de los dueños del partido de gobierno.

Ante esa situación, es llamada la vice presidenta para que asuma la primera magistratura.

No hay ninguna razón medianamente lógica que pueda explicar como un presidente se pueda atrever a romper con las instituciones constitucionales sin tener ningún tipo de apoyo acordado de antemano. La repulsa a esa declaración fue unánime.

Es decir, en una situación de equilibrio inestable, quien pateó el tablero fue el mismo Castillo, lo que precipitó un cambio inmediato de presidente y el consiguiente fortalecimiento de la derecha.

 

LAS MOVILIZACIONES

La caída de Castillo originó una gran movilización popular en el interior del país. Miles de personas salieron a la calle protestando por lo que consideraron que fue el derrocamiento de “su” presidente. Las características saltantes de estas movilizaciones fueron: a) Son espontáneas, no tienen ningún tipo de organicidad. No hay partido ni dirigente que centralice estas luchas. b) El método más utilizado es el corte de rutas. Las autoridades han reconocido que ha habido casi 120 caminos interrumpidos c) También se intentó tomar aeropuertos de provincias, lugares en los que hubo los peores enfrentamientos con el ejército. d) Sobre todo se han dado en la sierra y en el sur, lugares en que Castillo logró los mejores resultados electorales. e) La falta de centralización hace difícil saber a ciencia cierta cuales son las banderas de la lucha. Los temas más recurrentes son: 1) Que renuncie Boluarte 2) Que cierren el Congreso 3) Que se vayan todos. 4) Nuevas elecciones ya!!

 

LA REPRESIÓN

Desbordada la policía por la masividad del conflicto, el gobierno autorizo la salida del ejército para “restablecer el orden” y lo hicieron a sangre y fuego. Sus intervenciones más salientes fueron en la sierra sur, Andahuaylas, Ayacucho, Apurímac, Cuzco, Arequipa, en las que las tropas comenzaron a disparar al cuerpo de los manifestantes. El resultado fue una masacre de casi 30 personas muertas y algunos centenares de heridos. Desde la lucha contra Sendero Luminoso en los 80, no se vio matanza parecida.

 

PERSPECTIVAS

La atomización y pauperización política no permite abrigar mayores esperanzas que con las próximas elecciones se pueda resolver la crisis que ya lleva no menos de seis años

Aunque todavía es muy difícil de precisar porque las movilizaciones aún continúan, los rasgos más probables, a mi juicio, serán los siguientes:

  1. Las movilizaciones que sufrieron una tregua por las fiestas de fin de año, tienden a disminuir. Es probable que por su falta de dirección y centralización se terminen diluyendo en pocos días o semanas más.
  2. El Congreso que aceptó a regañadientes recortar su mandato desde el 2026 al 2024, intentará seguir maniobrando para ver como pueden obtener ventajas para el próximo proceso electoral. Son absolutamente insensibles a los reclamos populares.
  3. Dina Boluarte encabeza un gobierno extremadamente débil. No tiene partido ni siquiera un solo congresista propio. Formó un gabinete de tecnócratas sin pasado político. Su único sostén (y muy valioso) es que, si cae ella, simultáneamente los congresistas se tienen que ir; se debe llamar a elecciones generales de inmediato.
  4. Creo que intentará hacer un gobierno de “salvación nacional” buscando lograr algún acuerdo básico de gobernabilidad con el parlamento y al mismo tiempo dedicar tiempo y presupuesto hacia la zona sur del país para tratar de lograr una cierta pacificación que permita llegar a las elecciones de abril del 2024. Lo que está por verse es si lo podrá lograr.
  5. Sin embargo, las causas profundas de la inestabilidad del país, no han sido resueltas en absoluto. Los politólogos más reputados, coinciden en que no se ven perspectivas, hasta el momento, de lograr una cierta estabilidad de gobierno. La atomización y pauperización política no permite abrigar mayores esperanzas que con las próximas elecciones se pueda resolver la crisis que ya lleva no menos de seis años.

 

COMENTARIO FINAL

En un ambiente tan polarizado, en el que se han escuchado opiniones tan diferentes, estoy seguro que aquellos que tengan la paciencia de leer todo el trabajo, también manifestarán criterios discrepantes. Me parece bien. Por supuesto, no me creo el único dueño de la verdad y estoy abierto a escuchar a quienes tengan otros puntos de vista.

 

 

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