04/12/2024
Por Schachter Silvio
“¿Dónde deberíamos ir después de la última frontera; dónde deberían volar los pájaros después del último cielo? “ Mahmoud Darwish, poeta palestino.
"No puedes seguir victimizando a otra persona solo porque tú mismo fuiste una víctima una vez, tiene que haber un límite". Edward Said, escritor, crítico y teórico literario, activista palestino
El 11 de mayo, Shireen Abu Akleh, de 51 años, periodista de Al Jazeera, estaba cubriendo una incursión del ejército israelí en el campo de refugiados de Yenín, cuando un francotirador israelí le disparó en la cara. Fue trasladada en estado crítico al hospital, donde falleció poco después.
Los hechos
En su último correo electrónico a la red, Abu Akleh envió un mensaje a la oficina de Ramallah de Al Jazeera, a las 6:13 am, en el que escribió: “Las fuerzas de ocupación asaltan Jenin y asedian una casa en el barrio de Jabriyat. En el camino, les traeré noticias tan pronto como la imagen se aclare”. Jenin,Cisjordania es un punto crítico en el conflicto israelí-palestino, las Fuerzas de Defensa de Israel –FDI- han estado realizando incursiones casi diariamente.
Abu Aqleh llevaba puesto un casco y un chaleco antibalas claramente marcado como prensa. Por lo tanto, es obvio que el que le disparó quiso golpear una parte expuesta de su cuerpo. Ali Samodi, un productor de Al Jazeera que recibió un disparo en la espalda, declaró desde el hospital que contrariamente a las afirmaciones de los funcionarios israelíes, no había hombres armados cerca de los periodistas cuando fueron atacados. “La primera bala me alcanzó a mí y la segunda bala a Shireen, no hubo ninguna resistencia militar palestina en el lugar. No había combatientes alrededor, ni civiles, nada. Sólo los soldados israelíes y la prensa “Éramos cuatro periodistas, todos vestíamos chalecos, todos usamos cascos”, dijo la reportera Shatha Hanaysha: “El ejército de ocupación israelí, no dejó de disparar incluso después de que se derrumbó. Ni siquiera pude extender mi brazo para socorrerla debido a los disparos. El ejército se mantuvo firme en disparar a matar”.
El primer ministro, el millonario de derecha Naftali Bennett, sucesor de Benjamín” Bibi” Netanyahu, dijo inicialmente que: “había una posibilidad considerable de que palestinos armados, fueran los que provocaron la desafortunada muerte del periodista”. Pero más tarde el jefe militar israelí, el teniente general Aviv Kochavi, y el ministro de Defensa, Benny Gantz, admitieron que podrían haber sido los palestinos que le dispararon o disparos desde nuestro lado. Sin embargo, todos los testigos presentes en la escena del crimen aseguran que fue un francotirador israelí el que cometió el crimen de forma deliberada. El relato israelí también fue cuestionado por el grupo de derechos humanos B'Tselem, que visitó el lugar y descubrió a partir de las coordenadas GPS que era imposible que el tiroteo representado en el video distribuido por las FDI fuera el mismo tiroteo que golpeó a Abu Aqleh y Samodi.
Al Jazeera, con sede en Qatar, declaro que los periodistas fueron “atacados intencionalmente” y Abu Aqleh fue “asesinada a sangre fría”. Tras el crimen, la Autoridad Palestina y las facciones palestinas condenaron el asesinato por parte de la ocupación en el campamento de Jenin, y exigieron a la comunidad internacional que responsabilizara a la ocupación por este crimen, que describió como un día negro para la prensa mundial y para cada persona libre.
Miles marcharon desde el campo de refugiados de Jenin, acompañando el cuerpo, envuelto en una bandera palestina y con su chaleco apoyado sobre ella. Las banderas palestinas fueron ondeadas por quienes eludieron los controles de carretera en el este de Jerusalén ocupado para unirse a la procesión fúnebre el viernes 13. La presencia policial fue intensa durante todo el día, con bloqueos establecidos en los barrios palestinos y la entrada denegada en algunos puntos de la Ciudad Vieja, incluso a los periodistas acreditados.
Las fuerzas israelíes atacaron la procesión fúnebre pateando y golpeando a las personas con porras y causando que los dolientes que llevaban su ataúd perdieran el equilibrio y lo tiraran al suelo. La policía dijo que los dolientes estaban “perturbando el orden público”. Hanan Ashrawi, tuiteó : “las fuerzas especiales israelíes atacan con saña a la procesión fúnebre que lleva el ataúd”. https://www.youtube.com/watch?v=lm9wk9h0Wrw&t=4s
Shireen Abu Akleh
Nacida en Jerusalén en 1971, Abu Akleh estudió periodismo en la Universidad Yarmouk de Jordania. Comenzó su carrera periodística trabajando para Radio Monte Carlo y Voice of Palestine. También trabajó para UNRWA, Amman TV y la Iniciativa Palestina para la Promoción del Diálogo Global y la Democracia, conocida como MIFTA y se unió a Al Jazeera Media Network un año después de su lanzamiento en 1996, como uno de los primeros corresponsales de campo de la red en idioma árabe con sede en Qatar. Consiguió fama por su cobertura de la Segunda Intifada que comenzó en el 2000.
Durante más de dos décadas, cubrió los abusos contra los derechos humanos en el territorio palestino ocupado. Una generación creció viendola en la emisora Al Jazeera desglosar algunas de las noticias más difíciles de cubrir. Siguiéndola durante la Iintifadas; en los acontecimientos de Sheikh Jarrah, Al-Aqsa y la Puerta de Damasco en Jerusalem, su ciudad natal, asi como en toda Palestina.
Sus palabras durante la Intifada: “No olvidaré que la muerte estaba cerca de nosotras, no podíamos volver a casa. Sostuvimos cámaras y cruzamos controles militares y dormimos en hospitales para realizar nuestro trabajo”
Cubrió las protestas, las muertes, las demoliciones de casas y las violaciones de los derechos humanos con un comportamiento profesional, conteniendo sus emociones ante la cámara mientras realizaba su trabajo, relatando las acciones de los ocupantes israelíes, el vandalismo de los colonos en Cisjordania o la angustia de las víctimas palestinas.
La diputada palestina Khalida Jarrar dijo que” Abu Akleh era la voz de los palestinos y fue asesinada por “la monstruosidad del colonialismo y la ocupación israelíes”.
“Shireen siempre fue mi voz desde las celdas de la prisión”, dijo Jarrar a Al Jazeera, y agregó que un mes después de su última detención por parte de Israel, “Shireen fue la primera persona que vio en sus audiencias judiciales”.
La corresponsal de la televisión palestina Christine Rinawi, que a menudo acompañaba a Abu Akleh sobre el terreno en Jerusalén, dijo que la reportera era “una profesora en el mundo del periodismo”. “Nos reuníamos durante horas en el campo, nos arrestaban juntos, nos hirieron juntas. Shireen fue un mensaje durante toda su vida periodística, e incluso en su martirio, es un mensaje”, dijo Rinawi a Al Jazeera. Hasta el portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki , tuvo que reconocer que era “una leyenda del periodismo".
“Ella era la voz de Palestina para el resto del mundo árabe y su diáspora”, dijo Mezna Qato, historiadora de la Universidad de Cambridge. “Ella fue quien obligó al mundo árabe a recordar, lidiar y tomar en serio lo que significa desvincularse de la cuestión de Palestina”.
Jalida Ahmed Baba, es una periodista de origen saharaui que ha crecido admirando el coraje y la valentía de Shireen Abu Akleh: “Desde muy joven gracias al gran trabajo de Shireen Abu Aqleh he podido informarme de temas considerados irrelevantes para muchos medios europeos”.
Que fuera una mujer la que transmitiera las noticias a las audiencias de habla árabe de todo el mundo, tuvo una importancia especial. “Muchas chicas querían ser ella. Muchas aspirantes a periodistas me han dicho que se paran frente a un espejo y fingen ser Shireen”, dijo Dalia Hatuqa, periodista y amiga de Abu Akleh.
El rostro, la voz suave, las palabras fácticas de Shireen Abu Akleh quedarán grabadas para siempre en los corazones y las mentes de la mayoría de les árabes.
Están armados con cámaras
"El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños.” Escribió Eduardo Galeano .
El asesinato de Shireen Abu Akleh se produjo en la misma semana que, como todos los 15 de mayo, se conmemora la Nakba (la catástrofe, en árabe), en la que 750.000 personas se convirtieron en refugiados, miles murieron y cientos de pueblos fueron destruidos en el período previo a la formación del Estado de Israel en 1948. El día de la Nakba es el día en el que los palestinos conmemoran el inicio de su éxodo.
Según Amnistía Internacional los últimos dos meses han visto un aumento significativo de la violencia en Israel y Palestina, con la mayor cantidad de muertes en ese lapso desde 2008,. Amnistía ha documentado la muerte de 34 palestinos, incluidos seis niños, en marzo y abril, y 18 personas han muerto en ciudades israelíes en ataques en las últimas semanas.
Israel está llevando a cabo una amplia campaña para silenciar a los activistas, defensores de los derechos humanos y periodistas palestinos. En octubre pasado, Israel declaró que seis organizaciones palestinas de derechos humanos, muy conocidas y respetadas, eran grupos terroristas sin ofrecer ninguna prueba. La limpieza étnica, la opresión y la represión son parte de la tarea sistemática que despliegan las fuerzas israelíes, actos flagrantes que tienen escasa o nula repercusión en los medios masivos de occidente; la poca cobertura del crimen de Abu Akled, es un ejemplo de este silencio cómplice.
El Sindicato de Periodistas Palestinos (SPP), informa que cincuenta periodistas palestinos han sido asesinados desde el año 2000. Reporteros sin Fronteras afirma que al menos 144 periodistas han sido heridos por las fuerzas israelíes. Las oficinas de Al Jazeera en la Franja de Gaza, en un edificio que también albergaba a Associated Press, fueron bombardeadas por las fuerzas israelíes durante una ofensiva hace un año, y periodistas palestinos e internacionales dicen que las fuerzas israelíes les han atacado regularmente en la Cisjordania ocupada y Jerusalén Este. Ante las denuncias, el portavoz militar israelí Ran Kochav señalo: “Están armados con cámaras, si me permiten decirlo”,
El asesinato de Shireen es un ataque directo contra la libertad de prensa y la información veraz sobre Palestina y es un mensaje criminal para intimidar a los pueblos que resisten y sobreviven durante décadas de ocupación.
“Quiero que mi país sea libre. Entonces podré decir cosas buenas de Israel. Entonces podré elegir el exilio, si quiero. Deseo que mi país tenga una vida normal. No quiero ni héroes ni víctimas”. Mahmoud Darwish