23/12/2024

De los regresos a Marx


 
El más mediático regreso a Marx en lo que va del siglo ha sido un pseudoregreso. Fue el de Pikkety con El Capital del siglo XXI, quien confesó que nada tenía que ver con el autor de la célebre obra. Un poco más acá, y con menos prensa y sin el matiz provocativo del economista francés, el filósofo alemán Joseph Vogl escribió un sugerente El espectro del capital.
Ello solo justificaría la aparición del trabajo que me ocupa: De regreso a Marx, nuevas lecturas y vigencia en el mundo actual (Editorial Octubre, 2015), editado por Marcello Musto y traducido por Francisco T. Sobrino.
Porque la apelación al teórico crítico más célebre del capitalismo en dos asuntos que conmueven hoy al mundo, en la desigualdad, uno, y en la crisis teórica y fáctica del capital financiero, el otro, aunque sesgada no puede eludirlo. Tal como inicia Musto su trabajo: “Pocos hombres han conmovido al mundo como lo hizo Karl Marx”. Y este libro es una panorámica de esa conmoción.
Panorama en un doble sentido. De las “Relecturas actuales de Marx”, una primera parte, y de “La recepción de Marx en el mundo actual”, la segunda. Con una ágil y clara introducción de Musto, a la que acompaña una erudita y útil tabla cronológica de los escritos más importantes. Es precisamente allí donde Musto vincula la primera crisis financiera, crisis que obsesionará a Marx, como síntoma del carácter histórico, no eterno, del modo de producción capitalista. Carácter históricamente determinado como modo de dominación cuya forma es esta desigualdad que escandaliza (y atemoriza) y que indujera ya al joven Marx a bucear en ella las causas de la enajenación. Y en la necesidad de las luchas por la emancipación humana.
 
La cantidad de temas y autores nos dan una idea de este fenómeno de difusión universal de las ideas marxianas, al mismo tiempo me eximen, obviamente, de una relación exhaustiva de las más de cuatrocientas páginas.
De la difusión universal y, según las épocas, en expresiones muy ricas y otras en pobres versiones oficializadas, provee un indicio la segunda parte. Desde la difícil tarea del traductor sintetizando en un artículo suyo la presencia de Marx en la América hispana en sus mojones más destacados, pasando por el texto dedicado a las dos últimas décadas en Brasil, bastante conocidos para nosotros, hasta la casi desconocida literatura en Japón.
Más frecuentadas por razones políticas y académicas son las del mundo anglófono, francés e italiano, algo menos el alemán. Particular interés tienen naturalmente las referencias a Rusia y China. Y, un logro muy particular es el referido a la obviamente dificultosa presencia de Marx en Corea del Sur.
Cabe decir que a pesar de la brevedad de las notas constituyen algo más que una noticia, pues sus redactores lucen un buen bagaje heurístico que las transforma en experiencias compartidas.
 
Quizá lo que señale la persistente vitalidad de Marx es que, tanto como se vuelve a acudir a él en momentos de graves trastornos críticos, también las discusiones perduran en el seno de sus líneas problemáticas, es decir, entre los que se reclaman de una u otra forma marxistas. Sea por lo que Marx haya escrito u omitido, sea por abarcar nuevos problemas o nuevas miradas sobre ellos. Aunque a veces se cuelen en la historia algunos inevitables “usos” o algunas discusiones especulativas.
 
Esa vitalidad en sus diversas formas aparece en la primera parte de la compilación. En un variado mosaico de perspectivas que conforman los “redescubrimientos”, particularmente en las sucesivas crisis capitalistas, como lo señala Richard Wolff.
En ese mosaico se destacan obras eminentemente eruditas respecto a la obra de Marx, como la revisita a la concepción de la alienación, del mismo Musto. Sobre el mismo tema, el no menos docto trabajo de Ricardo Antunes tratando de cercar las formas actuales de alienación y cosificación.
Asuntos no tratados, no tratados suficientemente por Marx (o maltratados, como las discutidas cuestiones de género) son objeto de estudio. Ejemplos son el dedicado a las sociedades no occidentales, el nacionalismo y la etnicidad de Kevin Anderson o el de Terrell Carver sobre las mujeres como clase.
Otros trabajos recorren no sólo el tratamiento hecho por Marx sino por los que le siguieron (o pretendieron seguirlo) sea en la teoría como en la práctica política. Y allí, naturalmente, no puede estar ausente, en diversas manifestaciones, el llamado “socialismo real”. “El mito del socialismo en el siglo XX, de Paresh Chattopadhyay, es uno de ellos.
Algunos tienen una clara intención de intervención política señalando las limitaciones de algunas posiciones. Así un texto de Michael Lebowitz incitando a cambiar el sistema y no sus barreras y el de Victor Wallis sobre el “mal menor” como argumento y táctica política, desde Marx hasta el presente.
 
Creo que tanto como para quienes hace muchos años transitamos, o intentamos transitar, algún camino en esa visión del mundo y de la vida que llamamos marxismo, como para quienes lo hacen desde hace menos tiempo, y aun de quienes sólo pretenden una información, la compilación es sumamente útil. No podría decirse que es completa, sería una pretensión inconducente frente a la riqueza de Marx, de muchos que le siguieron y de la propia historia.
 
Estos “regresos” no son apologéticos, son parte, me parece, de una re-visión de algunas bases con una clara intención de enfrentar, seguir enfrentando, la tarea de la emancipación humana del cerrojo inhumano del capitalismo. Un “capitalismo ‘universal’ comiéndose a sí mismo, devorando su propia sustancia humana”, dice Ellen Meiksins Wood. A través de sus nuevos modos de apropiación y desposesión de las condiciones de vida.
 
Un esfuerzo que, en mi opinión, debe tener aun mayor empeño, dado los cambios revolucionarios en los modos de producir que “iluminan” todo el conjunto de las relaciones sociales. Demostrar, demostrarnos, que a pesar de ello “en ninguna parte carecemos de alternativas”. Puesto que parte de la libertad es la “capacidad de unirse en la lucha contra la alienación en todas sus formas”, dice George Comninel.
Esta compilación es parte de ese esfuerzo por aprehender la complejidad de la trama y las tareas. Ejemplo, ella misma, de tal complejidad y, por eso, no fácil de reseñar en pocas líneas.
 
Edgardo Logiudice
Junio de 2016

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