En febrero de 1989 una veintena de integrantes delMovimiento Todos por la Patria intento copar el cuartel de La Tablada situado en la periferia oeste de la ciudad de Buenos Aires. Esta unidad militar era un bastión de la fracción de las fuerzas armadas argentinas conocida como carapintadas; grupo fascistoide que encabezó distintos levantamientos militares, en la década del 80, levantando la bandera de la reivindicación del “terrorismo de estado” durante la última dictadura militar.
La acción del Movimiento Todos por la Patria, fue una iniciativa aislada de la lucha de las masas y el conjunto de fuerzas democráticas. Pero esta circunstancia no debe ser usada para ahogar la denuncia contra la represión salvaje e ilegal ejercida contra los militantes del MTP y contra el proceso judicial plagado de irregularidades, al que fueron sometidos.
Durante la recuperación de La Tablada por el ejército argentino y la policía de la provincia de Buenos Aires, se produjeron fusilamientos de militantes que habían depuesto las armas, se utilizaron armas prohibidas por las convenciones internacionales, se sometió a maltrato a prisioneros y se registraron escenas de sevicia con los caídos, incluyendo el pasar con un tanque de guerra por encima de los muertos. Varios de los integrantes del comando que ataco el cuartel se encuentran desaparecidos. La justicia burguesa que proceso a los sobrevivientes del ataque ignoró toneladas de pruebas en defensa de los presos (fotos, videos, grabaciones) tomadas de medios periodísticos argentinos y extranjeros y aportadas por organismos de Derechos Humanos. Estas pruebas demostraban muertes ilegales, apremios ilegales y comprometían seriamente a los organismos de inteligencia del Estadoen sórdidas maniobras de infiltración e incitación de la acción de los militantes del MTP, como parte de un intento de dirimir pujas internas entre fracciones de las fuerzas armadas y sectores del gobierno del presidente Alfonsín.
Los militantes del MTPque atacaron el cuartel de la Tablada, junto a otros que no tuvieron participación directa en los hechos, llevan diez años presos, a causa de un proceso que fue declarado nulo y violatorio de las garantías constitucionales por tribunales de justicia internacionales (OEA). La revista Herramientase suma al pedido del conjunto de organismos de derechos humanos y fuerzas de izquierda y democráticas que piden la libertad de los presos de la Tablada y reclaman la investigación de la represión ilegal ejercida en esa ocasión por los miembros de las fuerzas armadas y de seguridad. El proceso a los militantes del MTP, desnuda el hipócrita carácter de clase de la “democracia argentina”. El régimen que dejo impunes a los ejecutantes del terrorismo de estado, que mantuvo intacto el aparato represivo y se sometió una y otra vez a las presiones de la casta militar, no vacila en aplastar cualquier tipo de acción o hecho que cuestione el statu quo del orden político y social de los explotadores. Orden que ayer se defendía por la violencia genocida, y que hoy se presenta bajo el guante de terciopelo del régimen democrático, encubriendo el puño de hierro de la dictadura de clase.