18/04/2024

"Ontología del ser social: El trabajo, de György Lukács"

Por Salinas Martín , ,

Edición, introducción y notas de Antonino Infranca y Miguel Vedda.

Buenos Aires, Herramienta, 2004, 208 páginas.

En vista de que la recepción de la obra de Lukács se ha visto a menudo limitada por la escasa difusión que los espacios editoriales le brindaron, y por las no siempre justificadas malas interpretaciones, la presentación de los textos aquí reunidos ("Marxismo y lógica", "Los fundamentos ontológicos del pensamiento y de la acción humanos", la sección sobre el trabajo de la Ontología del ser social, y una selección de pasajes de los Apuntes sobre Ética) no solo contribuye a la divulgación de la obra tardía del filósofo marxista más influyente del siglo XX, sino que también expresa la feliz continuidad del trabajo iniciado por Antonino Infranca y Miguel Vedda, con la publicación de los textos -también inéditos en castellano- que integran el volumen Testamento político y otros escritos sobre política y filosofía (Herramienta, 2003).

Hasta la edición de los textos reunidos en el presente volumen, el lector de lengua española interesado en la Ontología del ser social (publ. en 1984/1986) tenía que circunscribirse a las entrevistas realizadas en 1966 por Abendroth, Holz y Kofler[1], en las que el filósofo húngaro comenta algunos de los aspectos que nutren la última de sus obras sistemáticas. La centralidad del capítulo dedicado al trabajo obedece a que en él Lukács no se limita a exponer el análisis realizado sobre el fenómeno originario [Urphänomen] en el proceso de hominización; también permite una relectura de obras que como Historia y conciencia de clase (1923) -puesta en contraposición con la Ontología-, o la Estética (1963), que, a pesar de su sistemática autonomía, prefiguran el método ontológico allí expuesto. Estas vinculaciones dan por tierra con aquellas interpretaciones que presentan la obra de Lukács como surcada por continuos quiebres, definidos en función de su presunta fidelidad a la ortodoxia comunista. Pero tampoco se trata de una continuidad tal que impida al lector no iniciado una correcta comprensión de las obras aquí presentadas; de hecho, la creciente relevancia que en la evolución de Lukács ha cobrado la vida cotidiana como base de sus análisis, ha influido en su modo de exposición filosófico, caracterizado por su estilo prolijo y accesible (la conferencia sobre "Los fundamentos…" ofrece un ejemplo de ello) A este fin, tanto el estudio preliminar, como la correcta tarea de la traducción, resultan de gran ayuda. En vistas del alcance de la empresa, este no es un dato menor. En el marco de un renacimiento del marxismo, y a partir de las bases que reconoce inherentes al pensamiento marxiano, desviado a lo largo del siglo XX, ya por tendencias caracterizadas por el objetivismo mecanicista propio de la Segunda Internacional, ya por una posición voluntarista, Lukács intenta establecer las bases de una nueva ontología, y de situarla en la tradición del pensamiento ontológico clásico (Aristóteles, Hegel).

La alternativa (para mencionar una de las categorías centrales de la ontología lukácsiana que prepara el terreno para la Ética, que Lukács finalmente no llegó a escribir) ante tales desvíos es encontrada por Lukács en aquella actividad que se halla en la base de toda práctica social: el trabajo -complejo constituido por las leyes causales por la que se rige la naturaleza, y por la posición teleológica (es decir: por la postulación de fines) por parte del ser humano. Solo a partir del análisis que representa el trabajo como actividad eminentemente humana, sostiene Lukács, es posible rastrear la peculiaridad concreta del ser capaz de una actividad ética. Y solo a través de su carácter procesual (la transformación de la naturaleza por parte del sujeto, que a partir de su propio campo de juego -la progresiva socialización de la naturaleza-, y por medio de la postulación de una finalidad previa a la actividad, se transforma a sí mismo), puede definirse la relevancia del factor subjetivo de dicha categoría. En el comentario a la Lógica de Fogarasi, la relación establecida entre la dynamis aristotélica y la potencialidad del trabajador desocupado, así como el acento puesto sobre la capacidad de autogestión que el hombre realiza a través del trabajo, muestran el modo en que Lukács concibe el pensamiento filosófico como una praxis social fuertemente anclada en la vida cotidiana. Las permanentes referencias a la Ética nos acercan a un texto que, a pesar de su forma fragmentaria, resulta fructífero gracias al detallado y no menos estricto cuerpo de notas que lo acompaña. El índice completo de la obra que se ofrece ayuda a percibir la amplitud de una obra ineludible.


[1] Hans Heinz Holz; Leo Kofler y Wolfgang Abendroth, Conversaciones con Lukács, Madrid, Alianza, 1971.

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