03/12/2024
Por Contartese Daniel , ,
Buenos Aires, Ediciones Herramienta, Taller de Estudios Laborales, 2005, 264 páginas.
En general la sociología del trabajo se atiene a la realización de exhaustivas descripciones sobre el mundo del trabajo aislando la situación laboral del sistema económico y político en el que está inscrito. De esta manera la problemática principal se centra en una cuestión cuantitativa de inclusión o exclusión en el mercado de trabajo, en las formas de organización laboral en las empresas o, como máximo, las condiciones en las que se desenvuelve el trabajo, pero sin analizar la problemática de la alienación y la explotación o la lucha de los trabajadores contra ello.
Este libro, como el anterior del mismo autor publicado por nuestra editorial[1], se compromete llevando el análisis de las problemáticas laborales hacía otros ámbitos, sin olvidar el sistema social en su totalidad y logra de esta manera rescatar a la sociología del trabajo del ámbito de lo pro-sistémico para abordar una verdadera crítica a la situación social de nuestro tiempo.
La crisis de los patrones de dominación que el capitalismo arrastra desde hace décadas, que se refleja en la disminución de la tasa de ganancia, es originada entre otras cuestiones por el elevado costo del trabajo en la posguerra, el precio del petróleo y la intensificación de las luchas sociales de fines de los ´60 y comienzos de la década del ´70. El agotamiento del modelo de acumulación taylorista-fordista lleva al capital a buscar nuevas estrategias de dominación buscando una salida que le permita recomponer los patrones de dominación y por eso pasa del taylorismo al toyotismo o a la flexibilización-desocupación. En este libro el autor analiza esta crisis, su desarrollo y las respuestas que el capitalismo implementa para encontrar una salida. De esta manera se describen los distintos sistemas que el capital comienza a efectuar, conocidos bajo el nombre general de posfordismo. Como analiza con mayor detenimiento el autor para el caso ingles, se comienzan a utilizar algunos aspectos del toyotismo en la producción occidental, con mayor o menor énfasis en las innovaciones organizacionales o en las innovaciones tecnológicas o en su combinación. Es decir, la transformación de las grandes fábricas de producción en masa a la fábrica mínima y flexible. A la par se produce un mayor involucramiento de los trabajadores en los procesos de producción que es visto especialmente por la teoría regulacionista francesa con buenos ojos, por que acarraría una mayor autonomía de los trabajadores. En cambio Antunes critica esta falacia demostrando que estos cambios provocan una intensificación del trabajo y que la empresa continúa reteniendo "el carácter especialmente capitalista del modo de producción vigente y sus pilares fundamentales" (pag. 35).
Con el incremento de la competencia intracapitalista se advierte otra fase más de la irracionalidad del capitalismo, porque ello implica por lo menos dos consecuencias: por un lado, un evidente aumento de la utilización de nuevas tecnologías, que se renuevan casi constantemente, principalmente como instrumentos de control, para elevar las denominadas ventajas comparativas y, por lo tanto, la productividad y la intensificación de la extracción de plusvalía. Por otro, la menor duración de las mercancías. Si bien las empresas hacen énfasis en la "calidad total", en realidad el nuevo modo de producción capitalista se convierte en enemigo de la durabilidad de los productos, como dice el autor "cuanta más ¨calidad¨ aparentan las mercancías (y aquí la apariencia hace a la diferencia) menos tiempo de duración deben tener efectivamente. Desperdicio y destructividad acaban siendo sus trazos determinantes" (pag. 37).
Otro aspecto importante de este libro es analizar las características políticas de tales transformaciones. Aquí en el centro de la escena aparece la Crisis del Estado de Bienestar en Europa, el proceso de privatización de las empresas productivas estatales, el desmantelamiento de la seguridad social, la agudización del proceso de concentración y extranjerización de la economía a través de adquisiciones y fusiones de empresas monopolistas u oligopolistas. Así como también la liberalización de los flujos de capital entre los diversos países, cuyo principal efecto es un reordenamiento de la división internacional del trabajo, ya que el capital tiene menos ataduras para poder elegir los territorios donde el costo laboral es menor y elevar de esta manera la tasa de ganancia. Y un elementos central de este nuevo proceso es la ofensiva contra la clase que vive del trabajo, especialmente contra sus conquistas socioeconómicas con sus consecuencias: aumento del tiempo efectivo de trabajo, desregulación de las relaciones laborales, reducción de los salarios reales, reformas sindicales para restringir el movimiento de los delegados en las fábricas, la transferencia de las responsabilidades de calificación de los trabajadores hacia el propio individuo (liberando de ello a las empresas y al Estado), etc.
Tanto las transformaciones en la producción como en el Estado provocan cambios verdaderamente importantes en la conformación de la clase-que-vive-del-trabajo incrementando su diversidad, heterogeneidad y complejidad: el crecimiento de la cantidad de desocupados; la terciarización de la estructura ocupacional; la tercerización de algunas fases de la producción; aumento del trabajo femenino, pero incorporando a éstas de modo diferencial y desigual; incremento del trabajo part time, precarizado y desregulado; la transnacionalización en el mundo del trabajo.
Otros dos temas son centrales en este estudio. Por un lado, la crítica a la tesis de que la ciencia reemplaza al trabajo en la formación de valor. Si bien esta bien reconocer el papel creciente de la ciencia, no puede pensarse que ésta tenga una lógica autónoma o que pueda trazar un curso independiente del desarrollo del capitalismo, prisionera de ello puede decirse que "la ciencia ... no se sobrepone al valor, pero es parte intrínseca de su mecanismo" (pag. 113). Por último, la polémica con Habermas sober la centralidad del trabajo, donde destruye los argumentos que este autor utiliza para sostener que en la sociedad contemporánea la centralidad del trabajo fue sustituida por la centralidad de la esfera comunicacional o de la intersubjetividad (pags. 127 a 160).
Como todo trabajo crítico este ensayo además de analizar profundamente todos los aspectos de la problemática que aborda, abre un abanico de nuevas preguntas. Por ejemplo cuando señala que la occidentalización del toyotismo mezcla elementos presentes en el Japón con otros existentes en los nuevos países receptores, uno podría preguntarse ¿por qué el capitalismo occidental utilizó diferentes estrategias para la implementación de los métodos toyotistas en la producción, que no sólo se diferenciaron entre distintos países, sino también entre distintas regiones de un mismo país, y hasta entre distintas empresas de una misma región? ¿será porque el capitalismo utiliza diferentes estrategias para cerrar las fisuras que abren los trabajadores con sus luchas?
Cabe preguntarse también si el "compromiso" existente entre sindicatos, empresas y Estado durante el fordismo no encubría fuertes grados de explotación a cambio de salarios altos y beneficios sociales y qué consecuencias esto traía y traería en el futuro en las fuerzas sociales que además adaptaban estas formas de organización para sus propias organizaciones.
Cuando se refiere al tiempo de trabajo y al tiempo libre ¿esa separación entre una vida dentro y fuera del trabajo, no refiere ya a un extrañamiento, no es la alienación un proceso inseparable del adentro y el afuera del trabajo? Marx dice que la producción capitalista, es decir bajo el régimen de la propiedad privada implica no solo una alienación al proceso de producción, sino también al producto del trabajo y por esta vía al trabajador mismo, aún cuando duerme la siesta. Por ello, ¿puede existir un trabajo no alienado porque se trabaje menos horas? ¿es de esta manera que el trabajo se convierte en una actividad vital (work) (pag. 161) o es trabajo alienado por menos horas, que convierte el resto de la vida cotidiana también en alienación?. ¿Cómo puede superar el movimiento obrero o las fuerzas sociales la heterogenidad creciente de la clase-que-vive-del-trabajo?
Seguramente, conociendo la avidez de este autor, conoceremos en el futuro nuevos trabajos de investigación que abrirán nuevos cuestionamientos.
[1] Antunes Ricardo: "¿Adios al trabajo? Ensayo sobre las metamorfosis y el rol central del mundo del trabajo." Ediciones Herramienta, que ya va por la segunda edición.