21/11/2024
Este año se cumple una década de aparición ininterrumpida de nuestra revista-libro. En efecto, fue en 1996 cuando se publicó el primer número de Herramienta. Allí esbozamos la perspectiva de trabajo que, desde entonces, hemos tratado de cumplir:
...en los umbrales del siglo XXI, ni los más optimistas ideólogos del capital pueden ocultar el desarrollo rampante de viejas y nuevas calamidades. En este presente pleno de amenazas, afirmamos que es mas actual que nunca el antiguo "pronóstico alternativo" de Socialismo o Barbarie. Y la experiencia secular subraya también que la liberación de los trabajadores mismos será obra de los trabajadores mismos, o no será. Vale decir, si el movimiento obrero y socialista no forja el camino de su emancipación, la barbarie del capital reinará sobre la creciente destrucción de la humanidad y la naturaleza.
Resulta urgente comprender cabalmente el estado actual del capitalismo, sus contradicciones y tendencias. Simultáneamente, el movimiento obrero y revolucionario está impelido a reflexionar sobre el conjunto de experiencias acumuladas. [...] Esta labor [...] sólo puede llevarse adelante mediante un esfuerzo colectivo de reflexión crítico-práctico-constructiva. Aportamos esta Herramienta para contribuir en el trabajo, y por eso mismo la concebimos como una revista abierta a diversos aportes del pensamiento marxista o que aún sin provenir del marxismo propongan respuestas fundadas a los problemas que enfrentamos. Una revista que difunda opiniones, un terreno de debates constructivos, un acicate para nuevas investigaciones. Buscaremos confrontar ideas y experiencias, sin otra exigencia que la seriedad y el tratamiento respetuoso y leal de las diferencias."[1]
Diez años y treinta números después, nuestro compromiso no ha cambiado.
Continuidad y cambio, continuidad para el cambio
Destacamos la continuidad, porque en el caso de una revista teórica y por añadidura marxista, perdurar ya tiene su mérito: no es sencillo producir una publicación con autonomía intelectual y material, en un contexto donde las instituciones oficiales y académicas son hostiles al pensamiento crítico y no existen ni las mas mínimas facilidades para el desarrollo de empresas culturales contrahegemónicas. Vivimos las penurias materiales propias de un país tercermundista, pero a despecho de ajustes, corralito, devaluación, desocupación y pobreza, tres veces por año hemos puesto a disposición de los interesados un material cuyo nivel y calidad no es inferior al de las mejores publicaciones similares a nivel internacional.
Al mismo tiempo, también hemos cambiado: como protagonistas comprometidos, compartimos las convulsiones sociales y políticas que marcaron durante la pasada década la lucha de clases en el país y Latinoamérica, y la revista acompañó esta transformación: repasando la colección se tiene un registro crítico de gran parte de los acontecimientos, experiencias colectivas y debates que jalonan la lucha emancipatoria del último período. Podríamos decir continuidad en el cambio o, si se prefiere, continuidad para el cambio. Porque creemos que las publicaciones son revolucionarias si, tal como dijera Marx de las revoluciones mismas,
se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen constantemente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos. [2]
En este continuo recomenzar, conmemorar una década de existencia sirve para presentar un breve comentario sobre lo hecho, con el propósito de provocar y mantener a lo largo de este "año aniversario" un fecundo intercambio de opiniones e iniciativas con todos los colaboradores y lectores de la revista, que contribuya a proyectarnos con mas claridad y eficacia hacia adelante.
Una Herramienta colectiva
Conviene precisar, antes de seguir, que en el colectivo que materialmente produce la revista (el "Consejo de Redacción", según la fórmula convencional aunque imprecisa que utilizamos) somos muy concientes de constituir apenas una parte de un colectivo mucho mas vasto. Un colectivo con "fronteras" porosas que se ha venido conformando como producto de la praxis misma que implica la publicación. En la revista se consigna el invalorable aporte de algunas decenas de "Colaboradores", pero esa mención es un pálido reflejo de la realidad. Porque algunos de los mencionados resultan ser mas bien mentores e inspiradores y, sobre todo, porque para consignar a todos los que de una u otra forma colaboran deberíamos confeccionar una lista demasiado extensa y aún así, seguramente, incurriríamos en involuntarias omisiones. Sin hacer entonces mención de nombres, diremos sí que esta revista-libro se mantiene y puede superarse en cada entrega porque existe una red siempre creciente de compañeros que nos abruma con sus colaboraciones y estímulos. Y que esto nos compromete a redoblar los esfuerzos hasta ser capaces de responder a todos ellos en tiempo y forma, asegurando una relación mas continuada, fluida y productiva.
El colectivo que de hecho se viene conformando con decenas de colaboradores argentinos, latinoamericanos, estadounidenses y europeos que -desde muy diversas "disciplinas" y tradiciones teórico-políticas- convergen en Herramienta es, tal vez, el resultado mas promisorio del camino recorrido. Representa una plataforma para pensar y asumir nuevos y mas audaces proyectos, buscando en todo caso conservar e incrementar la diversidad temática, la riqueza de enfoques y la convergencia de trabajos con distintos "registros" en esta revista un tanto insólita, que se diferencia de la chatura dogmática y consignista de tantas publicaciones de izquierda, y simultáneamente rompe los límites políticos y cánones "disciplinarios" de las producciones académicas. Lo que nos exigirá un mayor empeño para el desarrollo y difusión de una elaboración que sea cada vez mas colectiva y tenga raíces mas profundas en la práctica social.
1996-2006: tiempo de cambios...
La decisión de lanzar en 1996 una revista de debate y crítica marxista pudo parecer a muchos descabellada. La izquierda "orgánica" -particularmente autoproclamatoria y voluntarista en Argentina- consideraba que no era momento de crítica y debate, sino de intensificar la agitación revolucionaria para que las masas los escucharan... Por razones muy distintas, la inmensa mayoría de lo que podríamos llamar "opinión pública ilustrada" (incluido el grueso de la intelectualidad y muchos izquierdistas arrepentidos o desalentados), consideraba que cualquier crítica de lo existente constituía un esfuerzo anacrónico y sin futuro.
Para nosotros resultaba en cambio una necesidad: expresar la visceral y a la vez reflexiva resistencia al asfixiante conservadorismo neoliberal que se nos presentaba por aquellos años como horizonte insuperable de la humanidad. Y hacerlo con la convicción de que persistir en el empeño emancipatorio, implicaba asimismo desprenderse de dogmas y tradiciones fosilizadas.
Fuimos (somos) en todo caso una revista intempestiva, porque intempestivo es el genuino despliegue del legado marxiano: después que se lo diera por muerto y enterrado bajo los escombros del Muro y el "socialismo real" (realmente inexistente, entiéndase), hoy puede advertirse su presencia en las viejas y nuevas discusiones suscitadas por el secular combate de los indígenas de Chiapas, Ecuador o Bolivia, en la búsqueda de respuestas a los dilemas que enfrentan los trabajadores de las fabricas recuperadas en Argentina o Venezuela, en el debate imprescindible para enfrentar el ecocidio imperialista... Nacimos en tiempos de derrota y mirando de frente las dificultades, pero siempre atentos a las cambiantes expresiones del antagonismo social. Por eso, a lo largo de estos diez años, pudimos dar cuenta de que Argentina, Latinoamérica y el mundo experimentaban grandes cambios. Nos referimos, por ejemplo, al generalizado agostamiento del neoliberalismo, a la bancarrota de los gobiernos latinoamericanos que presumían ser los mejores alumnos del imperio (en muchos casos, derrocados por levantamientos populares). También al desarrollo del movimiento altermundialista, y de crecientes (aunque desigualmente desarrolladas) movimientos de enfrentamiento a las políticas de guerra, explotación y dilapidación de recursos naturales característicos de esta fase del capitalismo. Pero debemos subrayar que la realidad muestra también la extensión y multiplicación de inequívocos elementos de militarización y barbarie.
"Socialismo o Barbarie", escribimos en la "presentación" de hace diez años, recuperando lo que no era una frase ingeniosa, ni una consigna, sino "un pronóstico alternativo" que planteara Rosa Luxemburgo. Y más que nunca, el siglo XXI aparece marcado por esta disyuntiva. Como ha escrito Mészáros:
Si tuviera que modificar las dramáticas palabras de Rosa Luxemburgo, debido a los peligros que enfrentamos ahora, agregaría a "socialismo o barbarie" "barbarie con suerte", en el sentido de que la exterminación de la humanidad es una consecuencia inherente al destructivo curso de desarrollo del capital.[3]
Nuestra crítica no se distrae buscando distinguir "el lado bueno" y el "lado malo" de la realidad: lo que importa es advertir la violencia extrema del antagonismo en todas sus expresiones, y la necesidad de encontrar el modo de cambiar el mundo. Al "pragmatismo" acomodaticio de quienes predican que las asimetrías imperiales y el orden del capital son infranqueables, no queremos oponer un ingenuo optimismo. Por el contrario, nuestro empeño es y será poner en evidencia que la fuerza del " principio esperanza" y las construcciones contrahegemónicas, surgen y pueden desarrollarse como rechazo radical de la creciente barbarización de las relaciones sociales.
Mas que una revista
En diez años, conformamos mas que una revista. Como ya destacamos, hemos ido tejiendo una red de relaciones teóricas, políticas y humanas que existe y se extiende porque, independientemente de discrepancias y discusiones más o menos fuertes, se valora la comunidad del esfuerzo digno, solidario y comprometido con todas las expresiones emancipatorias colectivas. Es una construcción que nos supera y desborda, en la medida misma en que, así, nuestro colectivo se articula e integra con otras publicaciones y múltiples emprendimientos teórico-político-culturales, tratando en todos los casos de aprender y aportar.
Y mas concretamente, porque Herramienta es hoy, materialmente, mucho más que la versión en papel de la revista:
La página Web de Herramienta (http://www.herramienta.com.ar), con un promedio de 500 visitas diarias, acerca la publicación a decenas de miles de lectores virtuales en todo el mundo, ganando personalidad y vida propia. Además de los textos de todos los números de la revista agrupados en categorías, avances de libros publicados y artículos completos de revistas o libros recomendados, se encuentran allí una "Cartelera de novedades" y Secciones especiales, como la que recoge centenares de aportes al debate sobre Cambiar el mundo sin tomar poder de John Holloway, y la más reciente "Lukács: Pensamiento vivido".
Ediciones Herramienta, iniciada con recursos financieros y materiales prácticamente inexistentes, logró ya producir y distribuir (en el país y el exterior) 22 libros, varios de los cuales debieron ser reeditados. En muchos casos, se trató de coediciones: con las Universidades Autónomas de Puebla, de México, y de Veracruz, con la Universidad de Salerno, con la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y con editoriales e instituciones locales como Imago Mundi y el TEL. En todos y cada uno de los casos, esto fue posible con una suma de esfuerzos que va desde los autores a la cadena de aportes militantes que está por detrás de cada libro: traducciones, correcciones, diagramación, tapas, impresión, distribución... y el lector que finalmente lo recibe.
Seminarios, talleres y encuentros de discusión organizados por Herramienta o impulsados junto a otras publicaciones e instituciones han sido una constante. Su cantidad desalienta todo intento de enumeración. A simple título de ilustración y recordando visitas del exterior recordemos que por ellos pasaron Ricardo Antunes, Werner Bonefeld, François Chesnais, Enrique Dussel, Ricardo Gómez, John Holloway, Domenico Losurdo, James Petras, Charles-André Udry...
La sede de Herramienta es, además del espacio físico en que se desenvuelve el equipo de trabajo que prepara la revista y las ediciones, un ámbito acogedor para charlas, talleres, o reuniones de trabajo abiertos, organizados por la revista y sus colaboradores pero también por otros colectivos y grupos de estudio que lo requieran.
En suma, con la revista y mas allá de la revista misma, queremos insistir en que lo hecho en esta década es por sobre todo una apuesta a la capacidad de pensar y actuar con otros en la lucha por la emancipación. Los resultados han sido alentadores, pero la magnitud de las tareas excede nuestras fuerzas y recursos. El desarrollo de todo esto dependerá, en gran medida, de la capacidad de sumar nuev@s compañer@s e iniciativas al empeño. Esperamos que, a lo largo de este año-aniversario, las críticas y sugerencias de todos nuestros lectores y amigos nos ayuden a lograrlo.
[1] "A modo de presentación", en Herramienta nº 1, agosto de 1996.
[2] Carlos Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. Buenos Aires, Editorial Polémica, 1972, pag. 20.
[3] István Mészáros, El siglo XXI ¿socialismo o barbarie? Buenos Aires, Ediciones Herramienta, 2003, pag. 94.