Trad. George Ciccariello-Maher y Stefan Gandler
Prólogo de Michael Löwy
USA: BRILL, Historical Materialism Book Series, 2015, 467 pp.
Original en alemán: Stefan Gandler, Peripher Marxismus. Kritische Theorie in Mexiko, Hamburg/Berlin Argument-Verlag: 1999, 459 pp.
Edición en español: Stefan Gandler, Marxismo crítico en México. Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría, México, FCE/UNAM/UAQ, 2007, 621pp.
Por Karla Sánchez Félix
La victoria de Trump ha despertado en nosotros una gran preocupación porque dicha victoria supone la omisión del fascismo y de la barbarie en la historia. Es por ello que justo ahora nos gustaría concentrarnos en las críticas radicales a la modernidad capitalista realizadas desde México. Recomendar especialmente la lectura o relectura del texto de Stefan Gandler, Marxismo Crítico en México: Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría. Publicado en español en 2007 y recién traducido al inglés por la editorial BRILL. Se trata de un texto de suma importancia, en tanto llevará a otras geografías parte del pensamiento de dos filósofos exiliados en México. Con ello, contribuir a la Teoría crítica de la sociedad. Sobre todo, en este momento de crisis, en el que se necesitan encontrar alternativas concretas para una forma de organización social no capitalista. Esperamos que esta traducción sea una invitación a leer también las obras de los filósofos mexicanos y ampliar el debate de sus planteamientos.
El libro de Stefan nos ofrece distintos caminos de lectura. Pero sólo nos detendremos en dos de ellos: aquel que refiere a su columna vertebral y aquel -de corte horizontal- que remite a la manera en que surgió el texto, las experiencias de Stefan en la crítica filosófica alemana y mexicana, el encuentro con los dos filósofos mexicanos, el asentamiento del título: “Marxismo crítico en México”, los temas que a Stefan le interesan resaltar y continuar debatiendo: el eurocentrismo y el diálogo –nunca realizado en vida- entre Bolívar Echeverría y Sánchez Vázquez sobre la modernidad capitalista.
Iniciando por la columna vertebral. La versión en inglés conserva el prólogo de Michael Löwy, quien de manera precisa, rescata el sentido expositivo crítico de Stefan a los dos filósofos mexicanos y su aportación crítica al eurocentrismo. Es quizá, este último punto de llamar la atención. Pues Stefan está convencido de que si realmente se quiere seguir el sentido del discurso crítico de Marx, de la Escuela de Frankfurt y de toda postura anticapitalista o de izquierda que quiera otra forma de organización social más emancipada, es necesaria una crítica radical, que sea antieurocéntrica, es decir, que vaya en contra de la falsa universalización y rescate lo singular de lo universal sin por ello anular los conceptos generales. Sea una emancipación colectiva. De ahí que no haya sido casual la elección de Stefan en investigar el pensamiento de Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría ni que el libro empiece con la exposición de la ley secreta que quiere combatir: el eurocentrismo, que enaltece un proyecto de vida falso y lo toma como modelo a seguir para todos. Esto es, el eurocentrismo no refiere –como el etnocentrismo a un ingenuo amor a una región y resentimiento social a lo europeo, sino que consiste en afirmar un único proyecto económico social, el “mejor” de todos, asentado por la civilización moderna occidental: limpieza, orden, meticulosidad, progreso. El eurocentrismo en este sentido aparenta universalidad pero en realidad apunta a una homogeneización o singularidad, presupone una historia lineal progresista, una sola cultura y el dominio de la naturaleza a través de la técnica. Se trata de una forma restrictiva, fascista, contranatural que reprime al hombre y va aniquilando su libertad.
El siguiente apartado está dedicado al contexto histórico-social y biográfico de Bolívar Echeverría y Sánchez Vázquez, con lo cual, Stefan no sólo echa una mirada a cada una de sus personalidades, al desarrollo de sus obras, sino que ubica sus conceptualizaciones teóricas en el marco de las cuestiones sociales y filosóficas de México y América Latina. En el segundo apartado analiza los conceptos de praxis y conocimiento que Sánchez Vázquez maneja en su libro Filosofía de la praxis. En el tercer apartado, Stefan revisa críticamente el concepto de valor de uso por medio del desarrollo de la categoría ethos histórico de Bolívar Echeverría. La cuarta parte es una forma de confrontar ambas filosofías, no para oponerlas, compararlas o sintetizarlas sino para ponerlas a dialogar, complementarlas. Pues ambos pensadores atisban sus reflexiones en el terreno teórico de la modernidad capitalista. Pero, mientras Sánchez Vázquez enfatiza la tarea de la filosofía de la praxis, de buscar maneras de erradicar la dictadura del capital. Bolívar Echeverría subraya la forma natural que resiste en la modernidad capitalista. Pues su destrucción implicaría una aniquilación total. Esto nos permite pensar que la filosofía de la praxis no está peleada con el discurso crítico sino que ambas nos dan elementos para replantearnos las formas de la modernidad capitalista. Sólo que la primera alude al aspecto de “transformación” y crítica ideológica, mientras que la otra al “pensamiento universal y concreto que tiene por objetivo radicalizar la crítica marxista a lo falso existente”. Esto lo hace Bolívar Echeverría con su propuesta de lo político dentro de la enajenación.
Yendo en la dirección transversal. Nosotros pensamos que el origen de algo, aquello que lo hace estallar o pone en movimiento, está ligado estrechamente a ciertas tradiciones, al carácter y a la forma en que se incorporan las experiencias, se hacen muy propias. En este caso, es interesante el desencanto que vive Stefan en Alemania en la década de los noventas. Se trata de un rechazo al dogmatismo que imperaba en las Universidades alemanas, en las que difícilmente se problematizaban las contradicciones sociales del capitalismo, o si llegaban a verse sus consecuencias catastróficas, las localizaban en algo tan lejano, que llamaron: países “subdesarrollados”. Ese desencanto de Stefan a la crítica filosófica alemana, y a la par, su encanto por la cultura mexicana y su discurso crítico, lo motivaron a salir de Alemania, a visitar la UNAM (1988) y tomar clases con Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría. En ellas encontró un sentido más crítico. Así, cuando Stefan regresó a Frankfurt, trabajó en su tesis doctoral sobre estos filósofos mexicanos. Presentó su examen de titulación en el verano de 1997 en la Universidad de Frankfurt, teniendo por tutor a Alfred Schmidt. Dos años después el texto se publicó en Alemania. Por eso, es comprensible que en las primeras páginas se presente con amplitud la biografía de cada autor mexicano. De lo contrario, hubiera parecido para el público alemán que estos dos filósofos mexicanos salieron de la nada.
El título del libro es: “Marxismo crítico en México”. El acento en este adjetivo se debe a la necesidad de no confundirlo con un marxismo dogmático, el cual da por sentado que la explicación del capitalismo quedó agotada en la obra de Marx porque en él se contienen todas las respuestas. El marxismo dogmático sigue una lectura de la historia lineal y progresista, cree en el mito de la revolución, piensa en el proletariado como sujeto homogéneo que busca la emancipación e intenta superar la falsa conciencia. Así, detrás de este marxismo dogmático persisten las huellas del eurocentrismo y del progresismo, lo que es problemático políticamente porque lleva a la falsa conclusión de que lo escrito por Marx para la sociedad inglesa tiene que repetirse de igual manera en todos los países, de lo contrario no se podría conseguir una transformación y superar la enajenación. Con lo cual se tendería a seguir el modelo de vida europeo, apoyar a la burguesía o a un grupo que ayude a la emancipación de los oprimidos. Este marxismo dogmático falsea porque: 1) niega cualquier otra forma de organización económico social, 2) rechaza la posibilidad de emancipación por parte de grupos heterogéneos, sean integrados por: indígenas, campesinos, normalistas, homosexuales, mujeres, etc. 3) fragmenta lo teórico de lo práctico, 4) no comprende la universalidad, 5) tiende a una lectura mítica de la revolución.
Por eso es importante resaltar el adjetivo de crítico, no como actitud defensiva sino como ese marxismo que va a contracorriente del proyecto civilizatorio occidental. Este marxismo crítico de Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría parte de las obras de Marx –sin hacer algún corte epistemológico althusseriano– considera la necesidad de dialogar paralelamente con él, ampliarlo, para comprender el capitalismo en sus diversas aristas. Así, se retoma la crítica al capitalismo de Marx, que muestra la forma en que las contradicciones entre trabajo abstracto y valor de uso generan una apariencia objetiva, en la que tiene cabida la subsunción de la forma natural por el valor. Pero niega la linealidad de la historia, la necesidad de un grupo que represente los intereses de los otros, la homogeneidad de clase y el mito de revolución. Este marxismo crítico es capaz de cuestionarse a sí mismo, de entrar en la discusión con otros planteamientos actuales.
Esta lectura crítica también la siguieron otros autores en México y en el continente americano durante los 70´s. Sin embargo, Stefan apunta su mirada en Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría porque cada uno aporta un discurso crítico de suma importancia en el horizonte universal y mantienen una postura política radical1: en tanto reconocen la urgencia de que la emancipación del hombre se dé ya, pues de lo contrario se seguirá el camino de su destrucción. La liberación sólo puede darse con la disolución de las formas del capitalismo y la transformación global del proyecto civilizatorio en cuanto tal. Pues, como Marx, no se trata de transformar una idea falsa o mixtificada sobre la realidad sino la realidad que engendra esa idea. Pero, mientras que para Sánchez Vázquez es importante centrarse en la crítica del conocimiento y la praxis. Para Bolívar Echeverría se tiene que atender a las diversas formas de la vida cotidiana, al modo en que el valor de uso se está consumiendo, gozando, digiriendo. Así como el modo de producirlo (con ciertos instrumentos y técnica), que hacen vivible lo invivible, que llevan a que a veces la sociedad afirme, omita, diluya o refuncionalice las contradicciones entre trabajo abstracto y valor de uso. Para Bolívar se necesita otra respuesta política si realmente se quiere incidir en nuestra forma de organización social aquí y ahora (Jetztzeit) y si realmente se quiere frenar la historia. Sobre todo hoy, cuando en muchas geografías, la izquierda da por natural seguir cierto progresismo en una historia lineal. Estas reminisencias a Benjamin están presentes en el filósofo mexicano-ecuatoriano, así como la de otros autores, como la de Saussure, Braudel, Sartre, Heidegger, Bloch, Korsch, Lukács, Horkheimer. Bolívar enriqueció su marxismo con otras lecturas, o más bien, con ello consiguió escapar del dogmatismo y sacar el eurocentrismo del marxismo. Su lectura a Marx no está sometida a un reduccionismo o a una lógica dominante.
Para Stefan –tanto en la médula conceptual de Sánchez Vázquez con el tema de la praxis, como en la de Bolívar Echeverría con el ethos histórico– se da indirectamente una crítica contundente al eurocentrismo. Y aquí, es interesante la manera en que Stefan relaciona el sentido de la praxis de Alfred Schmidt y el de Sánchez Vázquez por un lado; y confronta el concepto de ethos histórico de Bolívar Echeverría frente al de cosificación de Lukács o crítica a la ideología del marxismo occidental, por el otro. Formulándose la pregunta de si al final, Bolívar al ir por vuelos altos con su teoría de los cuatro ethe no paga un precio caro, al dejar de lado la crítica de la ideología que concibe la forma de producción de mercancías como fundamento de la falsa conciencia. Quizá aquí, entre otras cosas, habría de recordar que la obra de Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría es mucho más amplia, en el sentido de que existen otros elementos importantes en el desglose de cada pensamiento filosófico. En Sánchez Vázquez la estética y la ideología son temas relevantes porque impulsan el rumbo abierto, plural y antidogmático del marxismo. En el caso de Bolívar Echeverría, el tema de mestizaje cultural, americanización y la transición de una modernidad capitalista a otra no capitalista solidifican su teoría de los cuatro ethe. Temas mencionados por Stefan, y que debido a la amplitud del libro, no pudieron extenderse más.
Finalmente, parece que Stefan cumple una de las metas que se forjó al escribir este libro: dar elementos para una discusión internacional en la tradición de la teoría crítica no eurocéntrica. Nos parece importante que esta traducción difunda el aporte de estos pensadores a un mayor número de personas, que Stefan continúe el diálogo crítico a sus planteamientos, y sobre todo, profundice su reflexión en la crítica al eurocentrismo. Pues en este texto, Stefan señala: “Estamos profundamente convencidos que el eurocentrismo ‘filosófico’ y general es una de las razones principales del actual desastre que vive la humanidad a nivel mundial. Mientras no se supere la autolimitación existente en la llamada periferia en lo que concierne al derecho y la obligación de criticar, analizar el mundo en su totalidad y denunciar, así como atacar, directamente desde aquí los fatales errores del llamado centro, mientras esto no suceda, no hay razón alguna para tener esperanza”.