29/03/2024

Consideraciones sobre un punto de inflexión en la historia del socialismo: la cuestión de la NEP en Rusia (1921-1928)

Por Godio Julio , ,

La NEP como "repliegue táctico"

La Nueva Política Económica (NEP) fue aplicada en la Rusia soviética a partir de 1921, abandonada en 1929 y sustituida por un plan de "desarrollo industrial forzado" a partir de ese año, cuando el partido y el Estado pasan a ser controlados por J.V. Stalin y su corriente político-ideológica. Por cierto que en la Unión Soviética (URS) la NEP fue, hasta la perestroika y la glasnost a mediados del decenio de los ochenta del siglo pasado, un tema tabú durante el largo período de hegemonía político-cultural estalinista en la URSS y en el movimiento comunista internacional.1

Pero las ideas de la NEP se introdujeron "vergonzosamente" y en silencio durante la inconclusa reforma económica y de las empresas en la URSS, en los principios de los años sesenta. También se aplicaron, sin hacer referencia a su origen, en varios países de Europa central en la época de las "democracias populares" (Hungría y Polonia, entre 1970 y 1989). Cincuenta años después de ser desechada -también sin referirse explícitamente a ella-, pero ahora en gran escala, la estrategia de la NEP ha comenzado a ser aplicada (reformulada) en China y Viet Nam, desde finales de los setenta, bajo la fórmula de "economía socialista de mercado".

La NEP ha sido un tema secundario en los estudios sobre la construcción del socialismo en la URSS. Está claro que ello se explica ante todo por el viraje estalinista en 1929, y los éxitos temporales de la economía de planificación central en la URSS y su extensión a los países de Europa central y oriental (y a China y Cuba) entre 1948 y 1979.* Salvo excepciones, tampoco ha sido un tema teórico de referencia para partidos de los países capitalistas, que para intentar diferenciarse del "socialismo real" formularon ideas "nepistas" como modelo económico socialista para sus propios países (por ejemplo, el Partido Comunista Italiano durante los setenta). En Europa occidental sólo algunos investigadores aislados, entre ellos Charles Bettelheim y Stephen Cohen, dieron importancia al tema de la NEP.2 El mayor historiador de la economía soviética, Alec Nove, en su importante obra La economía del socialismo factible, cita a la NEP en sólo tres páginas.3

¿Por qué un suceso de tanta importancia -dado que la NEP, que rigió en la URSS durante siete u ocho años, que implicó la edificación no sólo de un sistema económico sino de un régimen de alianzas políticas, económicas y sociales entre el Estado y la clase obrera, el campesinado pobre y medio y la burguesía urbana y rural- no ha sido estudiado con mayor relevancia hasta el ascenso al poder de Mijail Gorbachov en la URSS? Cuando el canto del cisne anunciaba la muerte del "socialismo real", las ideas de la NEP y la figura de uno de sus principales teóricos, Nicolás Bujarin, formaron parte de un desesperado intento de Gorbachov de recuperar el leninismo de los años 1921-1923. Fue por corto tiempo (1985-1989), porque la hoz de la muerte ya se había levantado y estaba lista para dar fin a la existencia del socialismo real.4

La NEP es un tema importante, porque forma parte de la experiencia fallida de construcción del socialismo en un país que llegó a ser una de las superpotencias mundiales, y que compitió con los Estados Unidos por el control del mundo entre 1948 y 1989. Se puede afirmar con seriedad que la NEP fue la única forma correcta de entender y aplicar la clásica fórmula marxista de que si bien el socialismo sólo podría nacer plenamente en los países capitalistas avanzados, en el caso en que previamente la revolución socialista se produjera en un país periférico (aunque geopolíticamente importante, como lo era el imperio zarista) ello requería inevitablemente de una estrategia política para garantizar que el socialismo "gobernase" una economía mixta en el país en que había triunfado la revolución socialista.

De esa estrategia "nepista" dependía que el socialismo triunfante en la URSS superase la corta fase de dominación (1917-1921) y se instalase como una larga fase de hegemonía, en el lenguaje de Gramsci. La NEP no fue una respuesta sólo desde la economía a la política en el Partido Comunista bolchevique (PCb) en un momento de crisis. Como veremos, abarcó no sólo la dimensión de las relaciones económico-sociales, sino la dimensión social y político-institucional. Sin duda, la NEP era condición básica para hacer compatible el desarrollo constante de las fuerzas productivas con la democracia socialista pluralista. La NEP es todavía un tema secundario, porque esconde en potencia aquello que Hegel denominó la "astucia de la historia", en este caso el experimento de fundar una "nueva civilización" (socialista) capaz de establecer una relación de confrontación y diálogo con la civilización dominante a escala mundial (capitalista).

Ahora bien, habiendo planteado en forma sintética la hipótesis central de este ensayo, ¿qué fue concretamente la NEP? La NEP fue ideada por Lenin y Bujarin,5 en 1921, como hemos dicho, como opción económica a los límites insalvables del "comunismo de guerra" (1917-1920). También la NEP surge para encontrar una respuesta a las rebeliones que se producen en 1921, en la base militar de Kronstadt, con la consigna "soviets sin comunistas", y a los levantamientos campesinos anti-bolcheviques en Ucrania y el sur de Rusia. Pero esos acontecimientos históricos sólo hicieron visible el problema nodal de la Revolución Rusa: la necesidad de implementar un modelo económico y social que representase las principales líneas de fuerza de esta revolución concentradas en la tarea de edificar una economía industrial-agraria, basada en la alianza obrero-campesina. En realidad, la economía política nepista fue la respuesta histórico-programática a un problema filosófico: cómo resolver epistemológicamente la entrada en la historia del socialismo como modelo económico-social y político dominante.

La NEP fue en su inicio una opción económica; como escribe Bettelheim:

Parte de la constatación del fracaso del "comunismo de guerra", y aun volviendo aparentemente a las concepciones de 1917-1918, formula en realidad, progresivamente, una nueva estrategia, una estrategia enriquecida por la experiencia y que tiene en cuenta, cada vez mejor, el hecho de que revolución proletaria en la Europa industrial no parece ya tan inminente, lo que obliga a plantear cada vez más claramente los problemas de la edificación del socialismo en un país de mayoría campesina y a definir, por tanto, una estrategia de clase y una estrategia económica nuevas diferentes de lo admitido hasta entonces.6

La primera pregunta que debemos responder es cómo se origina el concepto concreto de la NEP. La concepción inicial de la NEP es formulada por Lenin en la primavera de 1921, como "compromiso temporal" para "mantenerse hasta la victoria de la revolución internacional"7. Es fundamental entender el sentido de esa afirmación de Lenin, porque explica otro misterio de la Revolución Rusa, a saber: ¿por qué los bolcheviques tomaron el poder en Rusia sin un programa detallado de la formación económico-social a construir? Porque Lenin y su partido diseñaron a la Revolución Rusa como inicio o "primera palanca" para acelerar la revolución en algunos países capitalistas desarrollados, en primer lugar Alemania. Por lo tanto, para Lenin lo central programáticamente era derrocar al zarismo, liberar a los campesinos del yugo latifundista, paralizar-desarticular a la burguesía rusa urbana y rural (nacionalización de las tierras y empresas, control obrero, etcétera) y establecer una dictadura basada en la alianza del proletariado y los campesinos pobres. Esta alianza "estatal", basada en un nuevo ejército popular, impediría la formación de una nueva hegemonía liberal-burguesa. Pero el destino final de la Revolución Rusa se decidiría en el campo internacional, esto es, se la pensaba como parte integrante de la revolución "soviética" en Alemania. Triunfante la revolución alemana, los bolcheviques -dicho a grandes rasgos- confiaban que en ese país se crearía una poderosa industria socialista, la que se articularía con la Rusia campesina como formación económico-social socialista.

La NEP no pretendía inicialmente abrir una nueva vía hacia el socialismo. Comportaba el abandono de las requisas impuestas a los campesinos durante el "comunismo de guerra" y su sustitución por un impuesto en especie; el restablecimiento de cierta libertad a los intercambios comerciales entre los campesinos (el 90% de la población en los pueblos del ex imperio zarista) y la apertura al capital extranjero (industrial y financiero) para poner en marcha la industria. La NEP aparece así como una variante del "capitalismo de Estado" para mantener la alianza obrero-campesina y esperar (e incidir) en la "próxima" revolución proletaria en Alemania.

Lenin decide implementar la NEP con tres argumentos. El primero es que, partiendo de que el pequeño agricultor no quiere lo mismo que el obrero, pero que ha acabado la guerra civil, es necesario abordar el siguiente dilema:

"No bien acabamos de manera efectiva con el enemigo exterior [...] se nos plantea otra tarea: la alianza económica entre la clase obrera y el campesinado". El segundo argumento, planteado en el mismo texto por Lenin, es que es necesario reconstituir y desarrollar la industria y la electrificación del país: "La única base efectiva [...] para crear la sociedad socialista es la gran industria. Sin la gran fábrica, sin una gran industria de alto nivel, no cabe hablar siquiera de socialismo en general, con tanta mayor razón si se trata de un país campesino" 8.

El tercer argumento es que es central atraer al capital extranjero, no sólo por razones tecnológicas, sino porque es imperioso intentar abrir una brecha dentro del mundo del "gran capital" extranjero (imperialista), aliándose con algunos grandes países capitalistas para impedir que la cristalización de un acuerdo interimperialista angloamericano de carácter estratégico en la posguerra arrastre al resto de los países industrializados. Este tercer argumento permitirá recientemente a Hardt y Negri señalar que la estrategia de Lenin se concentraba en un punto: impedir la formación de lo que denominan el "imperio" como sistema de entrecruzamiento de redes del capital transnacional en escala mundial, y la emergencia de un imperialismo global gobernado por los Estados Unidos.9

En su conjunto, la primera versión de la NEP fue inicialmente, según las palabras de Lenin, un "retroceso táctico". Lenin no confiaba en el campesinado -ahora liberado de la opresión semifeudal y convertido en productor independiente, con usufructo sobre la tierra nacionalizada- por su mentalidad "pequeño burguesa". Por eso, la NEP debería ser una alianza entre el Estado proletario con el capitalismo de Estado para bloquear la "tendencia espontánea" capitalista del campesinado.

Una nueva política económica para resolver el "problema campesino"

Lenin manifiesta sobre los campesinos, en el III congreso de la Internacional Comunista (julio de 1921), que como:

[...] no se los puede expropiar, ni es posible deshacerse de ellos, debe librarse una lucha distinta. La significación del período que ahora se inicia en Rusia, desde el punto de vista internacional -si consideramos la revolución internacional como un proceso único- consiste esencialmente en que debemos resolver de manera práctica el problema de las relaciones del proletariado con la última clase capitalista [subrayado en el original, J.G.] [...] Pienso que podremos afrontar esta tarea. En todo caso, la experiencia que estamos viviendo será útil para las futuras revoluciones proletarias, y éstas sabrán prepararse mejor desde el punto de vista técnico para resolver el problema.10

En síntesis, Lenin piensa en 1921 que la NEP es una alianza del socialismo y del capitalismo de Estado contra la pequeña producción, y al mismo tiempo una forma de ayudar a los campesinos rusos a incorporarse al proceso de construcción socialista mientras no se produzca la esperada revolución en Alemania. En Rusia, dice Lenin, sólo existen "condiciones políticas" para el socialismo. La NEP es la vía para establecer relaciones regulares económicas entre el campo y la ciudad en la atrasada Rusia, en las condiciones de la "dictadura del proletariado". La NEP es la vía para transformar al capitalismo de Estado en socialismo.11

Lenin piensa así sobre la NEP en 1921. Es un año de hambre y la producción industrial no progresa. Entonces da un nuevo paso dentro de la NEP para ampliar las relaciones mercantiles monetarias entre el campo y la industria. En octubre de ese año, en un informe presentado a la VII conferencia del partido, ya modifica la definición de la NEP:

Decíamos esta primavera que no temeríamos el retorno al capitalismo de Estado, y afirmábamos que nuestra tarea era precisamente estructurar el intercambio de mercancías [...] proyectábamos realizar en todo el país un intercambio, más o menos socialista, de artículos industriales por productos del agro, y gracias a este intercambio restablecer la gran industria, como único fundamento de la organización socialista. Pero ¿qué ocurrió? [...] que el intercambio de mercancías fracasó y tomó la forma de compra-venta. Debemos admitir que el retroceso no fue suficiente, que es indispensable retroceder aún un poco más, dar otro paso atrás en la transición del capitalismo de Estado al control estatal de compra-venta y la circulación monetaria.12

El cambio propuesto por Lenin es profundo. En la teoría del capitalismo de Estado anterior, se pretendía establecer relaciones directas (no monetarias) entre unidades de producción, entre la agricultura y la industria, entre la ciudad y el campo. Ahora se plantea una segunda variante de la NEP, en la que la alianza entre el capitalismo de Estado y el socialismo da paso a la búsqueda de una alianza consensuada entre el Estado proletario y los campesinos, basada en las relaciones mercantiles, para renovar el "acuerdo político" entre los proletarios y los campesinos. Se renuncia al objetivo de subordinar a los campesinos a los aparatos económicos.

Es cierto que, en términos ideológicos, los bolcheviques mantienen la tesis de que la NEP es un "repliegue táctico", pero en los hechos es el inicio de un zigzag hacia lo que hoy se denominaría una "economía socialista de mercado". El viraje incluye el reconocimiento de que el partido bolchevique tiene débil implantación en el campo, y que sólo ganando a los campesinos es posible controlar el previsible fortalecimiento de los campesinos ricos (kulaks), a los que también puede favorecer esta "segunda NEP". Se trata de establecer, como hemos dicho, una alianza económica dentro de una alianza efectiva entre el proletariado y el campesinado medio que limite el poder de los campesinos ricos, comerciantes y usureros.

A esta altura del análisis se puede introducir el tema de una diferencia nítida que existió entre el jacobinismo y el bolchevismo. Es cierto que los bolcheviques compartían con los jacobinos una misma idea sobre la radicalidad de tomar y conservar el poder (la "dictadura"). Pero, mientras los jacobinos pensaban en una sociedad igualitaria de pequeños productores, sin destacar la importancia del mercado (lo que iba a contramano de la necesidad histórica de un derrumbe de la Revolución Francesa en el nacimiento de una sociedad burguesa, como quería Danton), los bolcheviques estaban intentado, por el método de ensayo y error, dar nacimiento a una sociedad industrial basada económicamente en la combinación dinámica entre un sector industrial socialista, una economía agraria cooperativa y un sector capitalista privado que incluía desde las inversiones extranjeras hasta una capa de empresarios rusos urbanos y rurales. Esto es, una economía socialista de mercado y un régimen de propiedad mixta con hegemonía de la propiedad socialista. Es demasiado simplista, y por lo tanto erróneo, subsumir el bolchevismo y el jacobinismo.13

El precio de tomar el poder sin un programa adecuado

Lenin comenzó a comprender un déficit teórico fatal que se escondía en el gigantesco hecho político de haber tomado el poder sin un programa socialista específico para Rusia, porque suponía inevitable la revolución en países de la Europa industrializada. Pero en Europa la esperanza de la revolución se desvanecía. Lo comenzó a comprender cuando empezó a ser evidente, luego de varios levantamientos fracasados, que la estrategia de contraponer la República de Weimar alemana con una supuesta república soviética en ese país era errónea. Pero lo más grave fue que ese esfuerzo intelectual lo hacía un hombre de gran inteligencia y cultura superior, pero gravemente enfermo. En 1922 se aceleró la enfermedad cardiovascular que lo llevaría a la muerte en dos años, luego de sucesivos ataques cerebrales. Sólo Bujarin estaba capacitado para acompañarlo, pero carecía del nivel teórico y de la flexibilidad dialéctica del pensamiento de Lenin.

Así, ya enfermo, Lenin se replanteó en 1922 el siguiente problema: ¿qué medidas, dado que la Rusia soviética está aislada internacionalmente, se deben considerar y adoptar para que el proletariado pueda realizar con los campesinos una alianza política de nuevo tipo para terminar de cumplir las tareas democrático-burguesas de la Revolución Rusa que permitan el avance hacia la formación económico-social socialista, con base en un régimen de propiedad mixto? En 1923, después del primer ataque cerebral, Lenin llegó a escribir tres artículos que pretendían dar consistencia teórica a la NEP: "Sobre la cooperación", "Nuestra revolución" y "Más vale poco, pero bueno".

Es interesante comentar esos tres artículos, escritos con esfuerzo sobrehumano por ese hombre, excepcionalmente inteligente pero ahora víctima de una enfermedad cerebral. En el artículo "Sobre la cooperación",14 Lenin produce un viraje teórico en la concepción de la empresa campesina y las relaciones sociopolíticas del campo. Hasta esa fecha los bolcheviques pensaban en un sistema de cooperativas nacionalizado y estatizado dentro de órganos soviéticos (aparatos administrativos centralizados). Ahora Lenin piensa en un régimen cooperativo "voluntario" y autoadministrado por los koljosianos como parte integrante del "régimen socialista". Rompe así con la visión "estatista" del cooperativismo propio de los bolcheviques (y de él mismo). La tierra continúa nacionalizada. Pero los medios de producción agrícolas pertenecerían a las cooperativas. Es que Lenin comienza a entender que el capitalismo de Estado corre el riesgo de convertirse en un "Estado burocrático", con una nueva burguesía de Estado dominante (lo que luego se denominará la "nomenklatura"). Elabora una concepción nueva sobre la relación entre la transformación de las relaciones de producción en la agricultura por la vía de la cooperación y la transformación del Estado, al que califica en el artículo "Más vale poco pero bueno" como "aparato zarista embadurnado de rojo"15.

No es casual que Lenin formule una nueva vía para desarrollar las relaciones económicas socialistas en la producción campesina, y al mismo tiempo se plantee luchar contra el aparato del propio Estado soviético. En el último artículo comentado, el Estado soviético no debe servir de "yugular" a la pequeña burguesía rural (aunque siga vigente la coerción del Estado contra las reglas de la vida económica establecida por la "dictadura del proletariado"), sino para convencer a las masas campesinas y poder así consolidarse.

En el artículo "Sobre nuestra revolución", Lenin aborda otro problema estrechamente vinculado con la cooperación rural voluntaria: los ritmos de industrialización. Lenin insistía en que era decisivo acelerar la industrialización, pero ahora ubica este objetivo dentro de una estrategia de desarrollo industrial, combinando la empresa estatal con "una gran iniciativa de la base" y el desarrollo de la pequeña industria local. Se trata de controlar la megalomanía y el irrealismo de los aparatos del Estado a través de las iniciativas provenientes de la base de los obreros y los campesinos, insistiendo así sobre la necesidad de una línea político-técnica de masas para la transformación revolucionaria de las relaciones sociales económicas. Se trata de aplicar una política que garantice el control de las masas sobre los aparatos del Estado y los propios comunistas.16 A principios de 1923, Lenin completa su nueva perspectiva (esbozada en 1922) de diseño del socialismo, insistiendo en la necesidad de una revolución cultural motorizada por el proletariado industrial, pero que penetre en el campo para sustituir a las "culturas pre-burguesas" (burocrático-feudales) por una cultura socialista capaz de asimilar los aspectos positivos de la fase revolucionaria democrática burguesa iniciada en febrero de 1917.

La tensión psicológica e intelectual de Lenin, que está en la antesala de la muerte, es gigantesca. Trata de producir una revolución cultural en el partido para que éste se oriente en la perspectiva de que el socialismo en la Rusia aislada sólo puede triunfar como resultado del ensamble entre las políticas del Estado y las iniciativas "conscientes" de los proletarios y los campesinos. Lenin ha llegado a la conclusión de que el socialismo debe "construir su propio mercado" y basarse en la diversidad de relaciones socio-políticas y técnicas que darán consistencia a un tejido social conformado sobre un régimen de propiedad mixto. Preservar la Alianza obrero-campesina es vital para enfrentar una situación internacional desfavorable, reconociendo que el centro de gravedad de la revolución se desplaza de Occidente a Oriente.

El PCb nunca llegó a entender el alcance estratégico de la NEP. Muerto Lenin en 1924, los dirigentes bolcheviques (salvo Bujarin, con limitaciones, Rikoff y Tomsky, y fuera de Rusia, Antonio Gramsci) siguieron fieles a la versión economicista de la NEP: una política económica impuesta como consecuencia de una "relación de fuerzas desfavorable". Esta visión estrecha de la NEP facilitaría (en un contexto de "pánico en las alturas" del PCb, por la momentánea resistencia campesina en 1928 a suministrar bienes agrícolas a las ciudades, afectando por lo tanto a los fondos de inversión dedicados al desarrollo industrial) que el estalinismo se transformase en sector dominante en el partido y el Estado en 1928. El estalinismo ejecuta, a través del Estado soviético, una "revolución desde arriba", de industrialización y colectivización. Uno de sus objetivos es controlar a los campesinos a través de la colectivización forzada (1929-1932), con los mismos argumentos de "asalto frontal" contra las relaciones capitalistas y mercantiles propios de los años del "comunismo de guerra". La NEP es sustituida con el estalinismo por una "economía no mercantil de planificación centralizada".17

Al cerrarse el corto período de la NEP, la economía rusa había superado los niveles de 1914: la producción agrícola y forestal había alcanzado el 109,1% respecto a la del año 1914; la producción industrial el 180%; el transporte 193%; el comercio, el 202,4% y el comercio exterior el 80%. El crecimiento anual acumulado de la renta nacional entre 1924 y 1929 -según datos del GOSPLAN- había sido del 45%. La producción de energía eléctrica había aumentado un 60%.18 Se habían desarrollado los sistemas de "sovjoz" y "koljoz", con sus respectivas dotaciones económicas, y se iniciaba la construcción en masa de tractores y máquinas agrícolas y la instalación en las aldeas de estaciones de tractores estatales. Pero, como hemos señalado, en 1928-1929 se produjeron los movimientos agrarios de sabotaje (de campesinos medios y ricos) para resistir la producción agraria según los precios fijados por el Estado.

Entre 1928 y 1929 se desarrolla la confrontación entre el bloque liderado por Bujarin, Rikoff y Tomsky, que pretende continuar con la estrategia de la NEP, y el bloque liderado por Stalin, mayoritario en el comité central, que plantea producir un viraje en la NEP y pasar a la ofensiva contra los kulaks y el capitalismo privado. Es interesante destacar que Stalin denomina a este viraje "la última etapa de la NEP". Dice:

La NEP se creó para preparar la victoria del socialismo sobre los elementos capitalistas. Al pasar a la ofensiva en todos los frentes, no renegamos todavía de la NEP, pues el comercio privado y los elementos capitalistas todavía existen y las finanzas no son una cosa muerta, pero al desencadenar nuestra ofensiva damos por terminada la fase inicial de la NEP y desarrollamos la fase actual, que es la última.19

Según Stalin, había llegado el momento de acelerar el ritmo de desarrollo, exigido "prematuramente" en 1926 por la oposición de izquierda (Trotsky, Zinoviev y Kamenev), y resistido por "irreal" en 1929 por el grupo "derechista" liderado por Bujarin. Esta contraofensiva se concretará con el plan quinquenal 1928-1933. Según Stalin, el XIV congreso del PCb (diciembre de 1925) había sido el de "industrialización", y el XV congreso (diciembre 1927) el de "colectivización". El primer plan quinquenal (1928-1933) fue aprobado en la XVI conferencia del partido bolchevique, en abril de 1929, sintetizando los objetivos de los congresos anteriores bajo la modalidad de "industrialización acelerada y colectivización forzosa". Se planteaba ejercer la violencia política como aspecto secundario, pero inevitable para desarrollar ante la resistencia de los kulaks, los "elementos burocráticos" (personal del Estado) y la burguesía intelectual (los kulaks ideológicos, ya mencionados). Las metas del primer plan quinquenal serían consideradas cumplidas en el XVII congreso del PCb (enero 1934), también conocido como el "congreso de los vencedores".

La constitución de la NEP como teoría desarrollada

Ahora bien, la NEP fue la política económica aplicada entre 1921 y 1928. Muerto Lenin, correspondió a Bujarin (con apoyo, entre 1924 y 1928, de Stalin) desarrollar sus lineamientos centrales. La NEP fue la primera estrategia para desarrollar la economía de la Rusia soviética, junto con la elección estratégica de construir el "socialismo en un solo país". La URSS se encontraba en los años veinte en las etapas iniciales de esta industrialización, comenzada a finales del siglo xix; era un país agrario, donde predominaban la pequeña producción y las formas de trabajo "pre-mecanizadas", y estaba devastado por la Primera Guerra Mundial, la guerra civil inmediatamente posterior y la intervención extranjera. Cuando finaliza la NEP, en 1928, recién se había completado lo destruido.

Con aproximadamente 160 millones de habitantes, Rusia estaba en 1928 en la misma etapa inicial de la transformación industrial de la economía que en 1914. Era un gigantesco país, núcleo de la URSS, con una baja productividad del trabajo; la proporción de los habitantes rurales era entonces cuatro veces mayor que los urbanos (el 81-82% contra el 18-19%), la proporción de los campesinos y sus familias era entre seis y sieteveces mayor que la proporción de la clase obrera (aproximadamente el 75% contra el 11-12%). La mitad de la población adulta era analfabeta. Pese a su enorme población, el Estado multinacional soviético producía dos a tres veces menos toneladas de hierro que Alemania, Inglaterra o Francia, con poblaciones de 40 a 50 millones de personas. La producción industrial per cápita era de cinco a diez veces menor que los países industriales (y aún menor que los Estados Unidos), y predominaba el trabajo manual. Mientras que en los países industrializados se había afirmado el trabajo tecnológico industrial, la URSS seguía en la etapa preindustrial.20

En esas condiciones tecnicoeconómicas atrasadas se había implementado la NEP. Como era lógico, se hizo bajo la exigencia imperiosa de cambios industriales rápidos para desarrollar las fuerzas productivas en un período de transición del capitalismo al socialismo. La principal tarea era lograr el paso del tipo de producción premecanizado al tecnológico industrial en todas las ramas de la economía. Ello implicaba -como había planteado Lenin- transformar las relaciones sociales y técnicas de producción en las condiciones de un sistema político de "dictadura del proletariado" y de una economía mixta en la que se entrelazaban e interactuaban las instituciones socioeconómicas de diferentes estructuras: la patriarcal, la pequeña producción, el capitalismo de Estado y las formas socialistas de organizar nuevas empresas. La NEP pretendió que los vínculos entre esas instituciones se constituyesen sobre la planificación socialista, pero con herramientas monetario-mercantiles.

La ausencia de Lenin se hizo pesar a partir de 1924, dado que los dirigentes de la sociedad soviética carecían de una gran experiencia histórica y no llegaban a imaginarse la diversidad de vías que era necesario recorrer. Estaba latente, obviamente, la alternativa de elegir una vía más sencilla, socializando los principales medios de producción y aplicando rigurosamente la planificación centralizada para forzar el desarrollo industrial, estrategia que finalmente emergió triunfante dentro del núcleo político-estatal que impulsó la NEP, esto es, el estalinismo. Apoyaban la NEP los obreros industriales urbanos, los campesinos medios y ricos, el aparato estatal-partidario y la juventud del Komsomol. Pero esos sectores no eran ni política ni culturalmente homogéneos.

La NEP se desarrolló en la atmósfera del "cerco capitalista" y la amenaza de guerra de una posible coalición anglo-americana-francesa. Sólo parecía seguro el flanco alemán, dada la debilidad de la República de Weimar y la colaboración técnica entre el Ejército Rojo y las fuerzas armadas alemanas. Como escribió el poeta Maiakovsky: "Abrí las páginas con un leve susurro y el olor a pólvora se esparció por todas partes". El peligro de guerra -sin duda exagerado, pero real- empujaba al Estado soviético a perder la serenidad y tratar de montar rápidamente una industria capaz de modernizar a las fuerzas armadas soviéticas, lo que chocaba con la filosofía de la NEP de elevar, junto con el crecimiento de la economía nacional, el nivel de vida y cultura del pueblo, y basar la acumulación de capital en el consumo ampliado de las masas campesinas y obreras.

En el informe presentado por Rikoff en el XV congreso del PCb, titulado "Sobre las directivas para confeccionar el plan quinquenal de la economía nacional", la idea central era lograr en el curso de la industrialización socialista la combinación más favorable de tres objetivos:21

a) lograr la acumulación en la industria estatal en base a la reproducción ampliada de la economía nacional en general, a partir del equilibrio entre el sector de bienes de capital y el sector de bienes de consumo;

b) elevar sistemáticamente la incidencia del sector socialista de la economía "mediante el incremento del papel del comercio y la industria socialista en la economía nacional y la cooperativización socialista de la vida campesina". Como señaló Bujarin en 1929 -en una de sus últimas intervenciones en el comité central del PCb-, "la marcha hacia el socialismo a través del cooperativismo, guiándose por su propio beneficio [...] sin ningún tipo de violencia"22.

c) elevar, simultáneamente con el crecimiento económico, el nivel de vida y de cultura del pueblo "para alcanzar un consumo ampliado en las masas campesinas"23.

El principal problema práctico de la industrialización bajo las condiciones de la NEP era la acumulación, que dada la inexistencia del financiamiento externo se planteaba como relación entre la producción y el consumo: se trataba de encontrar un equilibrio o "proporciones transaccionales" para distribuir la renta nacional entre el fondo de consumo y el fondo de acumulación, a través de la combinación óptima de ambos aspectos, entre la industria liviana y la industria pesada. La clave era lograr que una rotación más rápida en la industria liviana (producción de artículos de primera necesidad) permitiese aprovechar sus capitales para la construcción de la industria pesada.24

Se renunciaba así al punto de vista "superindustrialista", y se buscaba incorporar a los campesinos a la construcción socialista con un desarrollo acelerado del cooperativismo de producción (comunas, koljoz, sociedades de producción y fábricas cooperativas), con apoyo del Estado a las formas económicas viables y voluntarias de la hacienda colectiva. Era la vía para aislar a los kulaks sin recurrir a métodos extraeconómicos violentos (que serían utilizados principalmente con Stalin no sólo contra los kulaks sino contra segmentos de los campesinos medios y los intelectuales renuentes o "kulaks ideológicos" durante la colectivización). Se preveía para lograr estos objetivos un "tiempo prolongado".

Esta línea comenzó a hacer agua cuando en 1928 un bloque de campesinos ricos y medios se resistió a entregar los acopios de trigo a precios fijados por el Estado, rompiéndose así -según Stalin- la alianza voluntaria entre la clase obrera y el campesinado.25 Con la caída de la NEP en 1929 se desarticularía socialmente el modelo de planificación económica basado en la regulación de las relaciones monetario-mercantiles. Se inició entonces el plan de desarrollo forzado aprobado en el XVI congreso del partido (mayo 1930). Con el estalinismo se pasaría a un sistema administrativo de "ordeno y mando" para forzar la industrialización, y la sociedad soviética sería moldeada a través de métodos "extra-económicos" dentro de un régimen político-estatal autoritario que durante el decenio de los treinta se consolidaría a través de sucesivas purgas y represiones masivas (10 millones de personas) a campesinos primero, a representantes de la intelligentsia burocrático-industrialista luego (trotskistas, zinovievistas, bujarinistas, etcétera) y, finalmente, al alto mando del Ejército Rojo. La represión iría junto con la industrialización acelerada durante todo el decenio del treinta.26

Luces y sombras de la NEP

La NEP duró solamente entre siete y ocho años. En este breve período histórico sus principales logros fueron estabilizar la situación política del Estado multinacional soviético, a partir de la novedosa alianza obrero-campesina basada en un modelo económico socialista de planificación central en el que se complementaban las inversiones públicas de los sectores I y II de la economía (industria liviana y pesada) con la conformación de un mercado campesino basado en relaciones monetario-mercantiles integradas por medidas fiscales y comerciales con el Estado soviético. Durante la NEP se iniciaron políticas públicas socialistas masivas en salud y educación. Fue un período de construcción institucional (nació la URSS) y se conformó un ejército profesional moderno. La "dictadura del proletariado" se ejerció con niveles bajos de represión política.

Pero la NEP, como hemos analizado, no fue el producto de un diseño orgánico de la nueva sociedad socialista que deseaban construir los bolcheviques. Fue el resultado de un proceso motivado inicialmente por el retroceso programático para "acumular fuerzas", para luego retomar el camino y edificar una sociedad comunista estatalista. Fue un intento fallido de realizar una revolución dentro de la revolución.

La NEP surgió porque Lenin comprendió que no había continuidad entre el "momento revolucionario" (conquista del poder, instauración del régimen soviético y guerra civil) y el ensamble de la Rusia soviética con la revolución mundial. Lo que hizo fuertes a los bolcheviques -esto es, su correcta visión de que la revolución democrática sólo podía completarse con la revolución socialista-, terminó por conducirlos a un callejón sin salida que desembocó en el estalinismo, sencillamente porque carecían de una interpretación sofisticada sobre la "civilización burguesa". No es cierto que los bolcheviques fueran jacobinos (salvo en lo referente al derrumbe por la violencia del viejo régimen estatal, y su sustitución por un régimen estatal en el que la categoría de ciudadanos y ciudadanas era un monopolio de las clases populares), porque siempre dieron como supuesto que el socialismo sólo sería victorioso si subsumía los pisos civilizatorios generados por la empresa capitalista, la gestión burocrática del Estado-nación y los niveles de saberes y formas de organización socio-política de los trabajadores de los países industrializados.

Cuando Lenin escribe en El Estado y la revolución, sólo meses antes de tomar el poder, que el Estado socialista se "extinguirá" y desaparecerá para dar lugar a una sociedad autoadministrada de productores, no está pensando en ninguna utopía. Está pensando que esa "extinción" es la realización plena del socialismo, y que espera lograrlo en Rusia en tanto se produzcan revoluciones en uno o varios países capitalistas avanzados. Carece de rigor teórico adscribir a Lenin dentro del blanquismo. Blanqui, que teóricamente era un "revolucionario práctico", creía que el Estado sólo era una máquina coercitiva, y que bastaba con "tomarlo por asalto" para liberar a los trabajadores de la dominación capitalista. Lenin fue parte de un gran esfuerzo colectivo de los partidarios de la Segunda Internacional Obrera Socialista por conquistar la democracia política como vía de acceso a una "democracia social". Ello explica por qué el Partido Obrero Socialdemócrata ruso fue miembro permanente de la Internacional hasta su división en 1914. La división se produjo por la imposibilidad de los principales partidos de cumplir con el Llamamiento de Basilea (1912) de oponerse a la guerra interimperialista en ciernes con el levantamiento de los proletarios en todos los países, la "huelga general contra la guerra". Pero el error de cálculo de Lenin sobre la supuesta situación revolucionaria en Europa en 1918 condujo a una ruptura sectaria de los bolcheviques con la ahora reconstruida Internacional Socialista, y especialmente con el Partido Socialdemócrata alemán. Esto fue un error fatal, porque aisló a Rusia y la contrapuso con la República de Weimar.

Lenin no había estudiado a fondo a las sociedades industrializadas, ni participado en la acción política en los partidos obreros situados en los regímenes políticos liberales de los países industrializados de Europa occidental y los Estados Unidos. Tenía sí algunos asuntos claros: sabía que había construido un partido y una estrategia para dirigir a la clase obrera en un imperio decadente, en el cual era inevitable una revolución democrática burguesa contra la autocracia zarista. En la Rusia zarista era necesario coronar esa revolución democrática con un poder distinto al que pretendían la burguesía liberal y los partidos populista y socialista-reformista, dado que el país sobre el cual Lenin operaba era un país que carecía de la trama de intereses en pugna y negociación propia de una sociedad industrial, y era además un imperio que sometía a una decena de nacionalidades. Lenin sabía además que en su país la guerra perdida sería la antesala de la revolución democrática. Y, por último, sabía que esta vez, a diferencia de la revolución de 1905, la guerra que provocaría esa revolución en Rusia sería una guerra interimperialista que abarcaría a todos los países capitalistas desarrollados, y que sería mundial porque arrastraría o afectaría en uno u otro bando a decenas de países del mundo colonial o semicolonial.

Pero la formación intelectual de Lenin era incompleta, porque esa ausencia de práctica teórico-política en los países en los que vivió como exiliado establecía sus límites personales. Lenin tenía razón en oponer a la guerra imperialista la legítima consigna de la "guerra civil revolucionaria", pero subestimaba la capacidad de los estados de esos países para preservar la hegemonía, dado que sus instituciones políticas, económicas y culturales formaban parte de la sociedad civil. Sociedad política y sociedad civil contenían más lazos de cohesión que tendencias a la disolución. Por eso, su tesis de que Europa occidental había entrado en 1918 en una "situación revolucionaria" era falsa, especialmente en el país escogido por Lenin como aliado estratégico: Alemania.

Es cierto que se produjeron en algunos países grandes y pequeñas revoluciones: en algunos terminaron con grandes imperios (el alemán y el austro-húngaro); en otros la agitación obrera generó huelgas revolucionarias (Francia, Italia, Argentina); y hubo experiencias soviéticas cortas en otros (Hungría y algunas ciudades alemanas). Pero la civilización cristiano-occidental asentada en sistemas sociopolíticos capitalistas resistió la tentación de seguir el camino iniciado en Rusia en octubre de 1917. Como escribiría Gramsci en los años veinte, en Rusia el Estado era todo, y la sociedad era "gelatinosa", mientras que en Occidente la sociedad civil era vigorosa y organizada por estados con instituciones de hegemonía instaladas en la sociedad civil, en las escuelas, las fábricas, las iglesias, y principalmente en las culturas populares. La clase obrera industrial europea no tenía en su horizonte construir un régimen soviético sobre las ruinas del capitalismo, sino "ampliar la democracia", llegando a alcanzar democracias políticas, económicas y sociales.

A diferencia de Rusia, donde la situación revolucionaria condujo a una guerra de movimientos entre febrero y octubre de 1917, en Europa los procesos revolucionarios desembocaban, como escribiría Gramsci, en largas "guerras de posiciones". Gramsci, que captó la originalidad de la Revolución Rusa al calificarla de "revolución contra el capital", rescataba con su tesis de la "guerra de posiciones" que el socialismo sólo puede triunfar plenamente allí donde la sociedad burguesa se ha agotado históricamente.

Pero si Lenin y los bolcheviques se hubiesen rendido a las teorías socialistas reformistas de que la Revolución Rusa debía detenerse en su fase democrático-burguesa liberal, lo más probable es que el viejo imperio zarista hubiese experimentado un triple proceso de desarticulación territorial (separación y constitución de varios estados en Ucrania, Bielorrusia, el Cáucaso, etcétera), modernización capitalista restringida y supervivencia de la pobreza de masas y el atraso cultural campesino. Rusia, en el mejor de los escenarios, sería una democracia excluyente como lo es hoy la India. Sería un gigantesco vasallo y terreno de disputas territoriales del capital.

Lenin tenía una visión simplista de la sociedad burguesa. Era sin embargo, cauto en cuanto a los pasos a dar para lograr la revolución socialista en Europa occidental, como se observa leyendo su obra El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo. Pero creyó que la guerra interimperialista crearía las condiciones y para provocar una desarticulación del sistema de dominación mundial del capital, y que Rusia sería el "eslabón más débil" que, rompiendo con el capitalismo desataría un proceso de sucesivas revoluciones proletarias en el centro del sistema. Éste fue su error principal, y este error explica por qué la Revolución Rusa careció de un programa para construir una formación económico-social socialista en su país.

La NEP fue por eso un esfuerzo tardío de Lenin para diseñar "sobre la marcha" el programa. Lo hacía a contramano de su propio partido, al que él mismo había puesto en movimiento, y a la Internacional Comunista y los nuevos partidos comunistas, dentro de una estrategia de guerra de movimientos en Europa; cuando esta estrategia, como se demostrara también desde los años veinte, sólo era válida para ciertos países del mundo colonial y semicolonial (especialmente en China, bajo la forma de guerra popular prolongada). El marxismo-leninismo no pudo desplegar su potencialidad en Occidente, aunque logró desarrollarse a ritmos discontinuos (Alemania, España, Francia, entre los años veinte y treinta, y después de la Segunda Guerra Mundial, en Francia, Italia y Yugoslavia). Gramsci fue el principal político-intelectual que logró dar impulso teórico genuino al marxismo en Occidente. En cambio, como lo previó patéticamente Lenin meses antes de morir, su teoría tenía ahora la meta prioritaria y el destino histórico de desarrollarse bajo formas originales en Oriente (China, Indochina, etcétera).

La NEP fracasó en Rusia no porque las condiciones político-sociales la hicieran inviable -en el lenguaje de Stalin- sino porque fue aplicada, como hemos dicho, sin haber sido previamente elaborada teóricamente. La NEP debió haber sido el "núcleo" programático de los bolcheviques para resolver correctamente la articulación e interdependencia entre la fase democrática burguesa y la fase socialista de la revolución en Rusia. Pero esto sólo podría haberse producido si Lenin, Bujarin, Trotsky y otros grandes intelectuales bolcheviques hubiesen llegado a la doble conclusión de que: a) la civilización capitalista era históricamente vital, y podría superar crisis globales (económicas, políticas y sociales) como la de 1918-1923, y continuar produciendo "autorrevoluciones" dentro del sistema (la última de las cuales la estamos viviendo desde fines del siglo xx, con el nacimiento de la "sociedad de la información" dentro de la segunda ola de mundialización) y b) en estas condiciones históricas de vitalidad del capitalismo, el socialismo sólo podía construir en Rusia una sociedad socioestatal como "contrapoder" del capital fundada en un tejido diverso, compuesto por una economía "socialista de mercado". Este contrapoder suponía que el Estado eludiera el peligro alertado por Lenin de caer en una forma estatal totalitaria (como nueva versión del "modo de producción asiático"). El Estado socialista -aunque su origen fuera, como en toda revolución, una combinación entre democracia directa, violencia y coerción- no podía sustituir la necesidad histórica de garantizar prioritariamente el nacimiento de una sociedad civil vigorosa, construida a través de equilibrios entre el poder político público y contrapoderes que garantizasen los derechos de las clases y capas sociales involucradas en una economía de propiedad mixta. La NEP fue un esfuerzo titánico para imaginarse esta "alternativa civilizatoria" socialista.

Puede resultar forzado especular sobre qué impacto podría haber tenido una larga duración de la NEP sobre el sistema político soviético. Es probable que no alterase a corto plazo el régimen de partido monopólico del poder (como hoy ocurre en China). Pero la compleja trama de intereses sociales diversos que generaba el modelo de economía mixta podría haber estimulado en el plano político la ampliación de la democracia política y la formación de nuevos partidos (un "revival" de los partidos socialrevolucionario y menchevique) que intentarían representar a las diversas clases sociales y categorías socioprofesionales. La burocracia del Estado de la dictadura del proletariado difícilmente podría escapar a la necesidad de canalizar tensiones sociales derivadas de la compleja ingeniería de intereses que coexistían en la NEP.

Lo que sí es indudable es que el concepto de "dictadura del proletariado", en la medida en que surgió sin una conexión con un programa como la NEP, sirvió para crear un partido homogéneo ("centralismo democrático") y con voluntad política de instaurar un nuevo tipo de Estado capaz de garantizar la centralidad político-institucional (el Estado basado en soviets), pero que inevitablemente se iría transformando en una dictadura capitalista de Estado en proporción directa con el alejamiento de la perspectiva revolucionaria en Europa.

La NEP incluía enfrentar enormes desafíos, entre ellos se partía del hecho de que en Rusia la ausencia de revolución burguesa clásica tenía su correlato en una sociedad civil atrasada, inculta y "gelatinosa", en términos de Gramsci. Debía resolver el dilema de mantener objetivos y ritmos de industrialización compatibles con las demandas de bienes y servicios de los mercados locales, comprometer al campesinado con las políticas para construir una industria pesada y tecnología militar moderna en un país que tarde o temprano sería agredido militarmente (como ocurrió en 1941 con el fascismo alemán) y aceptar -en los hechos, y no sólo en las palabras- que el viejo imperio zarista podía terminar por disolverse, por tendencias separatistas de las nacionalidades históricamente controladas por la dominación rusa. Sin duda, Lenin, por más inteligente que fuera, no podía por sí solo resolver los complejos problemas que planteaba el socialismo en Rusia. Pero su perspectiva histórica estaba a kilómetros de distancia de sus pares en el comité central del PCb.

Para dar un ejemplo de esta distancia, recuérdese que sólo dos años después de que Lenin llegara a la conclusión de que la Rusia soviética debería coexistir por un largo período con el capitalismo y formulara la primera versión de la "coexistencia pacífica" (1923), se inició en el partido, muerto Lenin, una polémica confusa pero devastadora entre partidarios de la "revolución permanente" (Trotsky, Zinoviev y Kamenev) y partidarios del "socialismo en un solo país" (Stalin y Bujarin). Pero reiteremos que los bolcheviques -y en esto Lenin fue responsable principal- habían diseñado una política internacional orientada a provocar revoluciones "soviéticas" en Europa occidental, especialmente en Alemania, país prioritario para garantizar la cooperación con Rusia y favorecer la "coexistencia pacífica".

La NEP como alternativa civilizatoria al capital

La NEP fue el primer "ensayo general" de encontrar una vía segura para la larga batalla político-cultural contra la "civilización del capital". Como ensayo general, en su formulación coexistían viejas y nuevas ideas. Por ejemplo, estaba la vieja idea de defender el concepto de "capitalismo de Estado", cuando en el desarrollo real de la NEP desde 1922 este concepto era sólo aplicable a algunos aspectos de la nueva política económica (comercio exterior nacionalizado, propiedad estatal de empresas industriales estratégicas, etcétera). Pero este tipo de supervivencias de ideas viejas y simplistas también estuvo en Marx. Por ejemplo, cuando subsumió la riqueza política de las formas de participación obrera y ciudadana en la Comuna de París en la fatídica fórmula de "dictadura del proletariado". Ni la Revolución Rusa, ni China ni otras necesitaban de semejante categoría para asegurar la hegemonía de los trabajadores en los procesos revolucionarios. Bastaba con tener en claro que era necesario reemplazar un tipo de Estado por otro para garantizar la institucionalidad de las nuevas relaciones sociales de propiedad, como ha ocurrido en la historia de la humanidad desde antes del socialismo.

La fórmula correcta del "Estado proletario" la produjo en su primera versión Gramsci, cuando asoció la estabilidad de la dominación con la construcción de una hegemonía que permitiera el funcionamiento armónico de instituciones estatales especializadas en el consenso y la coerción.27

Asociando esta idea de Gramsci con una visión completa de la NEP se puede inducir que existió también la posibilidad de asociar en forma estable al proyecto socialista a sectores mencheviques, socialrevolucionarios y de la intelligentsia liberal, y eludir el fatal camino de la supresión y represión de esos partidos políticos durante los años veinte.

Los comunistas chinos parecen haber entendido bien la inutilidad del concepto de "dictadura del proletariado" porque, al lanzarse desde 1978 por la vía de construir una economía socialista de mercado, han señalado que en este proceso seguramente aparecerán otros partidos en competencia con el Partido Comunista chino. Hasta es posible que, de integrarse Taiwán (Formosa) a China bajo la fórmula de "un país, dos sistemas", se reinstale en el continente un nuevo Kuomintang. Pero, sin dudas, para pensar así se necesita el apoyo de una cultura milenaria -en el caso chino, construida sobre la filosofía racionalista confuciana- y pensar el tiempo histórico en siglos.

Así fue posible para Deng Tsiao Ping formular la aparentemente desconcertante frase: "Gracias al socialismo, China es hoy un país independiente y rico. Ahora para completar la modernización, debemos pasa por una fase capitalista. Cuando ésta termine, retomaremos la tarea de construir el socialismo". Esta premisa filosófica estaba presente, pero oculta, en el mundo ideológico de los bolcheviques durante el corto pero apasionante período de aplicación de la NEP. En realidad, a la NEP le faltó una versión socialista de la teoría de Keynes. Bujarin intentó fundamentarlo en su obra. El propio Keynes fue un tributario de las ideas de la NEP y la planificación socialista, en boga en los años veinte en los círculos académicos británicos.28

El despliegue de la NEP debía desembocar en un sistema civilizatorio nuevo, que reimplantase la multidimensionalidad del conocimiento. Esto es, conducía al reencuentro del marxismo con otras corrientes filosóficas, científicas y culturales propias de la modernidad. Recuérdese que el marxismo se desarrolló paralelamente con el empirismo lógico, la teoría de la relatividad, la genética, el psicoanálisis, el formalismo, el surrealismo, el Bauhaus y el arte de masas. Formaba parte de construcciones culturales y científicas de la humanidad en la época de la sociedad industrial, y debía dar cuenta de esa multidimensionalidad de los procesos de conocimiento. La incorrecta palabra "marxismo" ya establecía límites a la teoría para incorporarse como componente legítimo de una fase de salto cualitativo de conocimiento. No fue casual, por eso, que en la Revolución Rusa el formalismo, el constructivismo, el dadaísmo en la literatura y el arte, el psicoanálisis, el feminismo, etcétera, no se desarrollasen. La NEP, a su manera, estimulaba una "revolución epistemológica" en la gran teoría de Marx, reducida lamentablemente a un conjunto de recetas bíblicas en los áridos y tautológicos textos de Stalin. Este se apresuraría en el decenio de los treinta a considerar a esas corrientes científicas y culturales como "variedades de la ideología burguesa":

La NEP fracasó. También puede ocurrir que fracase la novedosa experiencia china de construir una sociedad moderna por la vía de la economía socialista de mercado. Pero en este caso no será un fracaso bochornoso, como fue el triste final del socialismo real fundado por el estalinismo, pensado para un milenio y muerto tempranamente en 1991. Habrá nuevas NEP. Como dijo Bujarin frente al brutal juez Vi-shinsky, en el juicio montado en 1937 que lo llevó al fusilamiento, acusado de "conspirar para lograr la restauración capitalista en Rusia": la historia universal es la historia del juicio final29.


Artículo gentilmente enviado por su autor especialmente para la publicación por nuestra revista.

Notas:

1. P.A. Gordon y E.V. Klopov, ¿Qué pasó? URSS: del stalinismo a la perestroika, Editorial Cartago, Buenos Aires, 1989.

2. Charles Bettelheim, Las luchas de clases en la URSS. Primer período (1917-1923), Siglo XXI, Madrid, 1976; Stephen Cohen, Bujarin y la revolución bolchevique, Siglo xxi, Madrid-Buenos Aires, 1976.

3. Alec Nove, La economía del socialismo factible. Siglo XXI, Madrid, 1987.

4. Mijail Gorbachov, Memorias, Plaza y Janes, Barcelona, 1996; t. I, pág. 591.

5. Sobre el papel de Bujarin en la elaboración y aplicación de la NEP, ver Stephen Cohen, op. cit., pág. 227.

6. Bettelheim, op. cit., pág. 436.

7. V. I. Lenin, Obras completas, t.32, pág. 293, de acuerdo con la edición francesa (Oeuvres complètes, Editions sociales, París, 1958-1972).

8. Lenin, op. cit., t. 32, pág. 402.

9. Michael Hardt y Antonio Negri, Imperio, Paidós, Buenos Aires, 2002, pág. 215.

10. Lenin, op. cit., t. 32, pág. 515.

11. Bettelheim, op. cit., pág. 441.

12. Lenin, op. cit, t. 33, pág. 83.

13. Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Crítica, Barcelona, 1996, pág. 372.

12. Lenin, op. cit, t. 33, pág. 83.

13. Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Crítica, Barcelona, 1996, pág. 372.

20. Gordon y Klopov, op. cit., pág. 18.

21. EL PCUS en las resoluciones y decisiones de los Congresos, Conferencias y Plenarios del comité central, Moscú, 1970, pág. 33.

22. Nicolás Bujarin, Trabajos escogidos, Dialéctica, Buenos Aires, 1989, pág. 163.

23. Ibíd., pág. 171.

24. Gordon y Klopov, op. cit., pág. 24.

25. Stalin, op. cit.

26. Arch Getty y Oleg Naumov, La lógica del terror, Crítica, Barcelona, 2001.

27. María Antonieta Macciocchi, Gramsci y la revolución en Occidente, Siglo XXI, Madrid, 1977, pág. 148.

28. Hobsbawm, op. cit., pág. 182.

29. Cohen, op. cit., pág. 485.

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