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19/06/2009
Por Vasilachis de Gialdino Irene , ,
Esta presentación tiene como objetivo dar cuenta de una serie de interrogantes de carácter, tanto epistemológico cuanto teórico y metodológico, que han surgido en el transcurso de un programa de investigación empírica que estoy llevando a cabo en la actualidad y que muestra la tensión entre los resultados de esas indagaciones y las representaciones sociales creadas tanto por el discurso de las teorías sociológicas como por el político, el jurídico, el científico, el de la prensa escrita, entre otros. Estas investigaciones responden a una perspectiva interdisciplinaria en la que se unen la sociología, el derecho y la lingüística y sus resultados serán expuestos en la contribución al Congreso ALAS XXIV.
La mayor parte de las teorías "vigentes", es decir, aquellas incorporadas para interpretar y/o explicar los acontecimientos y procesos que se estudian pero, también, para legitimar al conocimiento producido y al "lugar", favorablemente diferencial, de quien lo produce, si bien pueden haber abordado el vínculo entre las situaciones de pobreza y el trabajo y de ambos con la identidad y con los conflictos sociales no han sido creadas a partir de los datos, ni "respecto de", ni "para" interpretar y/o explicar las características actuales de las sociedades latinoamericanas. Los investigadores de estas sociedades no "reconocidos", salvo contadas excepciones, como "productores" de teoría se ven en la necesidad y, por qué no, en la tentación de comprender los fenómenos -aún de oposición a las formas de dominación impuestas por los países centrales- con teorías, conceptos, leyes, categorías creados en esos países y en vinculación con contextos históricos, económicos, políticos, sociales profundamente diferentes respecto de aquéllos que intentan analizar.
En virtud de las particularidades de esta forma de conocimiento, que gira en torno a la necesidad, implícita o explícita, de "verificar" teoría, los procesos, los fenómenos, los acontecimientos sociales "nuevos" y/o innovadores que no quedan comprendidos dentro del alcance de esas teorías, conceptos, leyes, categorías pareciera que no pueden ser analizados, interpretados, conocidos "científicamente". No me parece menester explicitar, aquí, las consecuencias, primero epistemológicas y luego ideológico-políticas, que acarrea esta postura en relación con el estudio de los procesos de cambio social, en especial, de los que tienen características inéditas.
Así, por ejemplo, según el conflicto social sea considerado como una etapa del orden, con carácter endémico y circunstancial o, según sea entendido como la condición de un progreso en el que la evolución no puede darse sino por la revolución -para mencionar sólo a los paradigmas positivista y materialista histórico- diversas serán las concepciones acerca del trabajo, del trabajador, de la pobreza, de la identidad. Estas concepciones difieren, por lo demás, de las provistas por el paradigma interpretativo. Ante estas circunstancias: ¿debe el investigador optar por un determinado paradigma? Si opta por uno de ellos ¿decidirá excluir de la observación a las relaciones de integración, o a las conflicto, o buscará el sentido que los actores otorgan a sus acciones y a sus relaciones? Esa decisión ¿no supone, acaso, una hipótesis acerca de la forma de ser de la sociedad? y ¿no estará esa hipótesis teñida con los modelos de sociedad que ese paradigma, o teoría consolidada como tal, considera "vigentes" y/o "posibles"?.
Estos y otros interrogantes me llevaron proponer a la Metaepistemología que reúne y complementa a la Epistemología del Sujeto Cognoscente -que se centra en el sujeto que conoce ubicado espacial y temporalmente y que comprende a los citados paradigmas y teorías- con la Epistemología del Sujeto Conocido que privilegia la perspectiva de ese mismo sujeto. Para esta Epistemología la identidad posee dos componentes: el esencial y el existencial y, mientras el primero constituye el aspecto común que identifica a los hombres/mujeres como hombres/mujeres y los iguala a los otros hombres/mujeres; el segundo constituye el aspecto diferencial que distingue a cada hombre/mujer de los otros hombres/mujeres y lo/a hace único/a en su diferencia frente a todos ellos. La igualdad esencial entre los seres humanos determina su igual capacidad de conocer y, por tanto, el carácter cooperativo de la construcción del conocimiento en las ciencias sociales.
Investigaciones referidas a la extrema pobreza en la ciudad de Buenos Aires me han permitido crear, a partir de los datos, una definición relacional de las situaciones de pobreza y considerar a las personas pobres como aquellas que se ven sometidas a un entramado de relaciones de privación de múltiples bienes materiales, simbólicos, espirituales y de trascendencia, imprescindibles para el desarrollo autónomo de su identidad esencial y existencial.
Entre esas relaciones de privación se halla la relación laboral la que, hasta el presente, no ha hecho sino degradar la identidad esencial y existencial de los individuos. El trabajo, a diferencia de la obra, se ha basado históricamente en el presupuesto del principio de la desigualdad, esencializándola, para consagrar la legitimidad de la diferencia entre el que trabaja y el que provee de trabajo.
Al interior de la Epistemología del Sujeto Cognoscente los estudiosos, abrevando de teorías que, por lo común, entienden a la sociedad como un sistema, se han ocupado de señalar los procesos "des" a los que se ven sometidos, entre otros, las personas pobres y los trabajadores con y sin empleo. Dentro de esta perspectiva adquieren sentido oposiciones tales como, por ejemplo: socialización/desocialización; estructuración/desestructuración; integración/desintegración, afiliación/desafiliación, calificación/descalificación, profesionalización/desprofesionalización.
De acuerdo con los postulados de la Epistemología del Sujeto Conocido que propongo deberían estudiarse, paralelamente, los procesos "re" desde la perspectiva de quienes se hallan sometidos a relaciones de privación. Esos procesos, en los que se incluyen los conflictos sociales, surgen como consecuencia de las que se perciben como relaciones de privación y, entre ellos, se encuentran los de resistencia, los de reivindicación, los de redescubrimiento de habilidades, los de recuperación de capacidades, los de restablecimiento de vínculos sociales, los de redefinición de la propia identidad frente a representaciones creadas por otros.
De esta suerte, se impone a los cientistas sociales sumar a la observación de los considerados tradicionalmente como conflictos sociales, la de aquellos otros que surgen y se renuevan día a día, no sin dejar de apreciar la propia capacidad de ser protagonistas de esos conflictos cuando, por ejemplo, por medio de la palabra, esencializan diferencias existenciales de los sujetos que estudian, o cuando naturalizan procesos sin señalar a los sujetos individuales o colectivos que los originan. La representación discursiva de un conflicto social, de las situaciones de pobreza, del trabajo, de su organización, de sus condiciones puede, por tanto, ser, a su vez, socialmente conflictiva y constituir una acción de privación de identidad.
En relación con los conflictos sociales quedarían, además, por resolver otros interrogantes, los que se asocian al sentido atribuido al término "violencia", el que es empleado, mayoritariamente, por la prensa escrita para calificar la acción de los que ejercen acciones reivindicativas. Seleccionaré sólo algunos de entre esos interrogantes: ¿Dónde reside la violencia, en la acción de privación del derecho de cada hombre o mujer de decidir por sí mismo/a el sentido de su existencia o en el ejercicio activo de ese derecho?; ¿a quién se debería calificar como violento, al que reivindica un derecho en un conflicto social o al que niega el derecho a la reivindicación?; ¿qué atenta más contra la democracia, la reivindicación o la represión? ¿qué bienes se defienden con la reivindicación y cuáles con la represión? ¿a quienes benefician esos bienes? o, por fin y resumidamente, ¿es que los conflictos sociales perturban la paz o es que la paz es alterada por la injusticia?.
En consonancia con la Epistemología del Sujeto Conocido que propongo, es violenta toda injusticia y es injusta toda acción que viole el principio de igualdad esencial entre los seres humanos. Esta Epistemología ha surgido, precisamente, de la resistencia hallada -a lo largo de las investigaciones- en el sujeto conocido a ser categorizado, estereotipado, definido mediante nociones previas y/o parciales que no den cuenta de su completa identidad. En el proceso de conocimiento que propone esta nueva forma de conocer se aspira a lograr una interacción cognitiva en la que el sujeto conocido se manifieste y en la que el sujeto cognoscente se transforme como consecuencia de esa manifestación. Se produce, entonces, con la Epistemología que propongo, una ruptura epistemológica no a nivel de la naturaleza ontológica de la realidad social sino a nivel de las características ontológicas de la identidad de los seres humanos. Esta ruptura posibilita la construcción cooperativa del conocimiento en la que dos sujetos esencialmente iguales realizan contribuciones diferentes.
Muchos de los interrogantes planteados aceptan disímiles respuestas, no necesariamente excluyentes, según cuál sea el paradigma al que acuda el investigador pero, también, estas respuestas variarán según ese investigador presuponga a la Epistemología del Sujeto Cognoscente o a la del Sujeto Conocido. Así como en un momento propuse la coexistencia de paradigmas, hoy postulo a la Metaepistemología en la que ambas epistemologías se unen y se complementan.
Otras obras de la autora, referidas en este articulo son: Métodos cualitativos. Los problemas teórico-epistemológicos, CEAL, Buenos Aires, 1992. La coexistencia de paradigmas: una nueva mirada sobre el mundo del trabajo, Estudios del Trabajo, Nº 10, 1995. "Sociological, juridical, and linguistic analysis of a labor reform bill", Discourse and Society, V. 8, N° 1, 1997. La construcción de representaciones sociales: el discurso político y la prensa escrita, Gedisa, Barcelona, 1997. "Las acciones de privación de identidad en la representación social de los pobres. Un análisis sociológico y lingüístico", Discurso y Sociedad, V.1 Nº 1, Gedisa, 1999. "Del sujeto cognoscente al sujeto conocido: una propuesta epistemológica y metodológica par el estudio de los pobres y de la pobreza" en Pobres, pobreza y exclusión social, CEIL-CONICET, Buenos Aires, 2000. "La construcción de identidades en la prensa escrita. Las representaciones sociales sobre los trabajadores y los pobres o las otras formas de ser de la violencia", Revista Sociedad Nº 15, Buenos Aires, 2000.
Trabajo e identidad: reflexiones epistemológicas a partir de la investigación empírica, Sociología del Trabajo, Nº 44, invierno 2002. Pobres, pobreza, identidad y representaciones sociales (en prensa), Gedisa, Barcelona.