Antropofagia. Colección Estudios de Antropología del Trabajo.
Buenos Aires, 2012, 302 págs.
Una década de investigación concebida entre dudas y certezas, viajes y retornos, relatos y experiencias ha sido condensada en el libro de Hernán M. Palermo cuyo título es “Cadenas de oro negro en el ‘esplendor’ y ‘ocaso’ de YPF”. Esta exploración tiene como punto de partida la legítima inquietud del autor por comprender las prácticas y representaciones de quienes han forjado con su experiencia la empresa petrolera más importante de Argentina. Como su título lo indica, el símbolo de las cadenas remite a la construcción y consolidación de una férrea hegemonía que no solo fundó un modelo de organización empresarial, sino que también configuró territorios y experiencias laborales que crecieron y declinaron al compás del esplendor y ocaso de YPF. Asimismo tales vocablos remiten en un encadenamiento significativo a los diferentes períodos que atravesó la historia de YPF durante la gestión estatal y privada de la misma.
La síntesis ambiciosa y al mismo tiempo rigurosa a la que apuesta Hernán M. Palermo con su investigación doctoral, apunta a recuperar una visión holística del mundo del trabajo y los trabajadores en una empresa que ha sido y es emblemática en nuestro país. En este sentido, se vislumbra como estrategia metodológica un exhaustivo trabajo de campo que problematiza algunas nociones preestablecidas sobre lo que significó el trabajo en YPF y fundamentalmente las características que asumió la dinámica de las relaciones entre capital y trabajo durante ambas gestiones. Ello configuró un proceso hegemónico impulsado desde las políticas empresarias que definieron el destino de la empresa hidrocarburífera y por lo tanto de sus trabajadores.
El autor realiza un recorrido histórico desde la constitución de YPF estatal hasta su devenir en Repsol, poniendo la lupa sobre los procesos sociales y las experiencias que apuntalan la hegemonía empresaria. Este concepto es clave para comprender la dinámica de las relaciones que se despliegan dentro y fuera del espacio laboral por diferentes sujetos que cuestionan y/o reproducen políticas específicas, construcciones simbólicas y configuraciones espaciales. El autor efectúa un trazado cronológico en tres etapas históricas diferentes: la gestión estatal donde se instituye la llamada “comunidad de fábrica”; el largo y doloroso proceso de privatización que el autor ha denominado certeramente como “la ruptura” en tanto allí se produce un quiebre en la trayectoria y memoria de miles de trabajadores; y por último lo que sería “el nuevo orden” que no es más que la instauración de un nuevo régimen laboral, social y productivo dirigido por capitales españoles bajo la denominación de YPF-Repsol.
Si pudiéramos remontarnos a la década del ’20 hallaríamos que YPF fue una empresa concebida bajo control estatal dado su carácter estratégico para el desarrollo industrial. Su fundador, el Gral. Enrique Mosconi y quienes lo secundaban como aliados dentro de una fracción del Ejército, estaban convencidos que Argentina solo podía insertarse en el mundo a través de la exploración y explotación de petróleo, quizás el recurso más preciado dentro del sistema capitalista. El nacimiento de YPF como principal industria de base gestó además el surgimiento de pueblos, escuelas, hospitales, rutas, caminos, cines, clubes y demás instituciones sociales que contribuyeron a la democratización del bienestar, como diría el historiador Juan Carlos Torres, para miles de trabajadores que se incorporaban progresivamente a sus Plantas ubicadas en los distintos lugares de nuestro país.
Dentro de un proceso hegemónico YPF fundó y posibilitó el crecimiento de territorios hasta entonces desolados como Comodoro Rivadavia en la Provincia de Chubut, centro-este de la Patagonia, en el corazón del Golfo San Jorge. También en la Patagonia contribuyó a la expansión de Cutral-Co y Plaza Huincul en el centro de la Provincia de Neuquén. Mientras que en el norte del territorio argentino han sobresalido como localidades ypefeanas Gral. Mosconi y Campamento Vespucio en la ciudad de Salta. Ha sido a través de estos territorios donde el emplazamiento de la empresa ha generado un proceso de identificación social y simbólica que el autor ha traducido en términos de la configuración de una “comunidad de fábrica”, con todas las connotaciones afectivas y valorativas que implica tal categoría.
Esas fisonomías ypefeanas han sido surcadas por los sentidos dominantes impulsados por la empresa respecto del desarrollo industrial, la soberanía nacional y el carácter estratégico del recurso petrolero, apropiados y resignificados por los trabajadores durante los diferentes períodos históricos. Para ilustrarnos respecto de estos sentidos el autor realiza un ejercicio de interpretación visual, mediante la incorporación de fotografías tomadas durante su estadía de campo, en pos de reconstruir el proceso simbólico donde se plasma espacialmente la hegemonía empresaria. El análisis de los símbolos -en este caso, monumentos, placas de bronce, diseños urbanos, etc.- nos ayuda a comprender las manifestaciones materiales de tales procesos hegemónicos que nacen en los espacios de trabajo y se reproducen fuera de los mismos. En tal sentido hemos de destacar la construcción de la masculinidad expresada en los monumentos al “trabajador petrolero” fuerte, vigoroso y pujante tal como lo necesitaba ‘la Patria’ para su crecimiento y expansión.
En el segundo apartado, el autor indaga muy detalladamente cómo fueron las estrategias políticas y sindicales que posibilitaron la desarticulación de ese orden sociolaboral, en apariencia indestructible. Retomando el punto de vista del actor registra cómo ha sido la experiencia de quienes vivieron ese largo y confuso proceso que fue la privatización de YPF durante los años ’90. El gobierno de Carlos Menem generó una intensa ruptura en el orden social, económico y simbólico existente. Según afirma Palermo transformó la concepción y uso del recurso petrolero que dejó de ser considerado un bien estratégico para convertirse en una mercancía más, incentivando su libre disponibilidad y exportación.
Entre los años 1990 y 1995 José Estensoro, interventor de YPF, impulsó el llamado “Plan de Transformación Global” que permitió, entre otras cuestiones, la enajenación de las acciones de YPF, abriendo las puertas al desembarco del capital privado. Asimismo el autor nos informa que, dicho Plan eliminó áreas fundamentales que habían sido desarrolladas por la empresa, según lo que la intervención entendía bajo los términos de “eficiencia y rentabilidad”. Sin embargo, no alcanzó con destruir la infraestructura de conocimiento productiva y territorial que había desplegado YPF estatal durante su larga trayectoria sino que también despidió a 35.689 trabajadores. Estos despidos, llamados eufemísticamente racionalización de personal desmoralizaron y desvalorizaron la experiencia de los trabajadores, al mismo tiempo que fracturaron su cotidianeidad laboral presionados para firmar tales retiros voluntarios.
El análisis del período post privatización está centrado en indagar cuáles son las políticas empresarias desplegadas por Repsol para disciplinar y controlar el colectivo de trabajadores. El objetivo teórico del autor en esta etapa denominada “el nuevo orden”, sigue siendo examinar e identificar aquellos mecanismos donde se representan los procesos hegemónicos en lo que refiere a la organización del proceso de trabajo, las condiciones de trabajo, así como las diferentes formas de contratación y uso de la fuerza de trabajo. En este sentido, el estudio de las políticas laborales y de recursos humanos de la empresa Repsol-YPF cobra significativa importancia dado que allí reside el núcleo de disciplinamiento de los trabajadores.
Por último el autor nos recuerda el devenir de algunas organizaciones que pudieron transformar la desolación ante la pérdida del trabajo y de la empresa en la que trabajaban o aspiraban trabajar dentro de su horizonte de vida, en organización, lucha y resistencia. Tal es el caso de los ex “ypefeanos” de la localidad de Gral. Mosconi en la Provincia de Salta, autodenominados Unión de Trabajadores Desocupados (UTD). Esa pérdida del trabajo, producida por la privatización de YPF, pudo ser transformada a partir de un proceso de lucha que devino en organización colectiva generando trabajo y sentidos de pertenencia para sus miembros. Fortalecida sobre los cimientos de las experiencias obreras en YPF, la UTD recupera el orgullo de ser petrolero transitando entre la valoración positiva que permite accionar colectivamente en el presente y la nostalgia respecto del pasado. En síntesis la lectura del libro y la nueva coyuntura política signada por la nacionalización de YPF nos invita a reflexionar sobre las ambivalencias de un territorio nacional y un colectivo de trabajadores que disputa un complejo proceso hegemónico.
Cynthia Rivero
Universidad de Buenos Aires