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Somos un movimiento instituyente para amplificar derechos. Nos reconocemos como un movimiento de tensión en tanto reclamamos territorio y creemos que se tienen que multiplicar los movimientos de tensión.
No aceptamos tutelaje ideológico, nos enunciamos políticamente desde nuestra identidad ancestral y nuestras cosmogonías, saberes e identidades territoriales. Somos un movimiento beligerante.