23/11/2024

Sobre el primer volumen de Rusia 1917. Vertientes y afluentes: actualidad de la revolución y el socialismo, de Aldo Casas

Conmotivo de la edición impresa del libro, publicamos nuevamente este comentario de Silvia Beatriz que indica algunas de las dimensiones que destacan la obra.

El último libro de Aldo Casas revisita la Revolución Rusa. El primer volumen, ya publicado, va desde sus antecedentes hasta la insurrección de octubre de 1917. Y anuncia el segundo volumen: después de la insurrección.

Esta obra tiene dos dimensiones. La primera es didáctica, en el mejor de los sentidos. Parte de la historia de la Rusia zarista, su estructura social y la dinámica de las clases en la línea del tiempo, describiendo las prácticas de las organizaciones que surgieron de sus luchas y en debate con las corrientes políticas de la Europa occidental. Estudia las reflexiones de los intelectuales militantes de esa vieja Rusia, cuando analizaban su inserción en la economía de acumulación dominada por las potencias occidentales, reconocían las posibilidades que las luchas locales abrían y las cotejaban con las corrientes emancipadoras que despuntaban entonces en el continente. Este esfuerzo historiográfico, por su carácter al mismo tiempo panorámico y sintético, es de gran utilidad para las nuevas generaciones. Con una ventaja con relación a otras obras sobre el mismo tema: la relevancia que le reconoce a la cuestión agraria y al papel decisivo del campesinado en la lucha por la emancipación en Rusia.

Pero el libro de Aldo Casas tiene otra dimensión: la del balance crítico. Aldo se detiene en el rico diálogo de los populistas rusos (Naródnikis) con Karl Marx en el siglo XIX, con sus reflexiones sobre las particularidades de la composición de la sociedad rusa, el lugar ocupado por la comuna eslava y las posibilidades de su papel en la transición para el socialismo. Esa elaboración fue dejada de lado por la naciente socialdemocracia rusa. Por un lado, debido al protagonismo que tuvieron intelectuales de formación más occidental que rusa. Por otro lado, por la preocupación de esa nueva generación de militantes de romper con las prácticas terroristas adoptadas por los movimientos populistas, prácticas éstas que poco ayudaban a organizar las luchas colectivas. Cuando la generación más joven de la socialdemocracia rusa se dedicó a desenmarañar las particularidades locales, la continuidad con aquel debate de los populistas con Marx ya se había roto. El desciframiento que hicieron del campesinado desde una perspectiva marxista partió de cero, como quien pretende nuevamente inventar la rueda. Tratándose de la sociedad rusa, la cuestión agraria no era un detalle secundario.

Por caminos torcidos, sin embargo, los bolcheviques llegaron a 1917 con dos ideas articuladas que les permitían aprovechar una brecha de la historia: la alianza obrero-campesina, y el poder a los soviets. Ambas tenían un significado para el conjunto de los trabajadores que se lanzaron a la revolución. Significaban: paz, pan y tierra. Sin paz y tierra no habría pan, es decir, vida, para nadie. La consigna, en la dinámica de su concreción, sintetizaba la superación de la lógica del capital. En ella confluían los anhelos de todos los sectores trabajadores. Pero, ¿cómo esa alianza prosperaría y se desarrollaría? La respuesta estaba en el poder de los soviets. El triunfo de octubre reside ahí.

Aldo Casas deja todas esas reflexiones armadas para pensar lo que ocurrió después de la insurrección. Los bolcheviques y los herederos radicales de los viejos populistas (los social-revolucionarios de izquierda), así como los anarquistas, llegaron a octubre confluyendo en ea propuesta. No era un invento de laboratorio. Era fiel a los latidos de los corazones, los cerebros y los músculos de las clases trabajadoras de Rusia.

Esa alianza obrero-campesina que crecía en los soviets fue abandonada en menos de un año por los bolcheviques. El oído apurado fue siendo eclipsado por una gran boca gritona. Aquel programa sintético, cuajado en las Tesis de Abril y esbozado en El Estado y la Revolución, fue atropellado por recetas torpes para resolver problemas inmediatos, que no eran pocos. La expectativa de que el llamado a la revolución proletaria fuese atendido en la Europa occidental quedó frustrada. La guerra continuaba. Al mismo tiempo, se reorganizaba el Ejército Blanco que pretendía la restauración del zarismo. La fórmula “paz, pan y tierra” suponía considerar tanto el tiempo para retomar las cosechas como para el progreso de la alianza del campo y la ciudad en los soviets. La lógica de la economía campesina tenía sus automatismos, La lógica de la economía campesina tenía sus automatismos, que sólo en los soviets podrían repensarse. Los bolcheviques, lejos de entenderla, le atribuyeron el signo de la reacción, de la contrarrevolución. Y no tardaron en ser perseguidas las soluciones desarrollistas. A partir de los paradigmas del “marxismo occidental” que, precisamente, torcían la nariz ante otras posibles dinámicas del proceso desigual y combinado de la historia. Por ahí entra la lógica de la competencia con la productividad del capital y de la “acumulación primitiva socialista”. En ese caldo creció el estalinismo.

Pero estoy adelantándome al tema del segundo volumen. Estamos ansiosos por leerlo. Porque lo que anima a Aldo Casas no es una mirada nostálgica sobre la memoria de la lucha socialista. Como a nosotres, lo que lo impulsa es pensar la transición. El año pasado fue lanzado en portugués su libro Los desafíos de la transición: socialismo desde abajo y poder popular, publicado originalmente en 2011. Es por eso que revisitamos la Revolución Rusa. Para mejor mecer nuestro anhelo urgente que meció también los corazones de los trabajadores más de un siglo atrás.

Referencias bibliográficas

CASAS, Aldo. Rusia 1917: vertientes y afluentes: actualidad de la revolución y socialismo. Volumen 1. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Herramienta, 2020.

___________. Los desafíos de la transición: socialismo desde abajo y poder popular. Buenos Aires: El Colectivo; Herramienta, 2011.

LENIN, Vladimir Ilich Ulianov. Tesis de Abril. Tafalla-Navarra-País Vasco: Txalaparta, 2015.

________________________. El Estado y la Revolución. Habana-Cuba: La Habana, 1975.

 

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