21/11/2024
Cumplo en difundir la declaración “Con la resistencia del pueblo ucraniano” que recibí el 27 de mayo 2022, acompañada por una breve nota del compañero y amigo Jean Puyade que decía:
Querido compañero
Me permito hacerte llegar este importante llamamiento, fiel a una posición internacionalista. Si estás de acuerdo, sería positivo que lo dieras a conocer y lo difundieras entre quienes también se mantienen fieles al internacionalismo en la Argentina y en otros lugares. También sería positivo que si lo aprobás también lo firmes, como lo hicieron Hugo Blanco, Horacio Tarcus y Maristella Svampa, y que lo firmen otros compañeros de tu confianza.
Un gran abrazo
Jean
Al final del texto comparto mi respuesta, explicando porqué puedo difundirla pero no firmarla.
Aldo Casas, 27 de mayo 2022.
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Declaración "Con la resistencia del pueblo ucraniano. Por su victoria contra la agresión".
Como en la época de la lucha de liberación del pueblo vietnamita, siempre hemos estado del lado de los pueblos oprimidos o agredidos, ya fueran los agresores los Estados Unidos (y sus aliados de la OTAN) o la URSS (y sus aliados del Pacto de Varsovia).
Somos conscientes de que, atravesando diferentes océanos y continentes, la lucha por la liberación nacional y social de los pueblos es única y global.
Nunca hemos aceptado ni aceptamos ahora que ninguna potencia o bloque militar pueda impedir que un pueblo decida su propio futuro, contrariando el derecho de los pueblos a su libre determinación nacional.
Por estas razones estamos junto a la resistencia del pueblo ucraniano contra la agresión del imperialismo ruso y su intento de reconstruir el antiguo imperio zarista, convertido en soviético.
Al igual que con otras luchas de liberación nacional, nuestra solidaridad con el pueblo de Ucrania es incondicional e independiente de cualquier juicio sobre su dirección política, ya que corresponde únicamente a los ucranianos y ucranianas decidir el futuro de su país.
Del mismo modo, depende únicamente del pueblo de Ucrania decidir si continúa la guerra por la independencia nacional y los términos de la paz con el agresor.
La efectiva resistencia ucraniana a la invasión de la superpotencia rusa demuestra sin duda la fuerza del factor moral y cuál es la voluntad del pueblo, frente a esas teorías para-racistas que hacen de los ucranianos un juguete en manos de la OTAN. En este sentido podemos decir en cambio que el pueblo ucraniano ya ha ganado moral y políticamente. Por otro lado, la victoria militar que obviamente apoyamos será más difícil.
La guerra querida por el régimen semidictatorial de Putin:
- es una agresión contra la vida de los ciudadanos ucranianos y contra la independencia del pueblo ucraniano;
- es una agresión contra ciudadanos-soldados rusos de todas las nacionalidades, enviados al matadero y sacrificados para fortalecer el régimen político interno y el capitalismo ruso;
- es una amenaza del imperialismo y del nacionalismo gran ruso para todas las repúblicas pos-soviéticas;
- es una incitación a las demás potencias imperiales a realizar intervenciones militares en el mundo;
- ya ha tenido el efecto de fortalecer y ampliar la OTAN, aumentando el gasto militar;
- es una incitación a la proliferación de armas nucleares, ya que Ucrania había cedido voluntariamente ojivas estratégicas y tácticas a Rusia, y los portaaviones que la convertían en la tercera potencia nuclear del mundo. A cambio, en 1994 Rusia se comprometió a respetar la integridad y soberanía de Ucrania. Fue el primer estado en el mundo (después de Sudáfrica) en implementar un desarme nuclear unilateral.
Que el régimen semidictatorial nacionalista ruso, partidario de muchas organizaciones de la derecha europea, pretenda “desnazificar” Ucrania es un insulto a las víctimas del Holocausto, al antifascismo, al sacrificio de los propios pueblos soviéticos en la guerra contra el Tercer Reich.
No se puede decir que esta es una guerra entre imperialismos, porque Ucrania no es un país imperialista sino que está penetrado tanto por el capital ruso como por el occidental.
La paz no puede entenderse como un acuerdo entre potencias imperialistas que divide esferas de influencia por encima de los pueblos.
No podemos decir simplemente “alto a la guerra”, sino que debemos luchar por la retirada de las tropas invasoras o su derrota militar.
¡No se puede decir "¡Que el pueblo de Ucrania resista!" sin reconocer el derecho a procurarse las armas adecuadas para su legítima defensa, dónde y cómo pueda.
No puede haber equidistancia entre la resistencia de un pueblo y el agresor.
Por eso pedimos la máxima solidaridad ideal y material con la resistencia del pueblo ucraniano contra la invasión imperialista de Putin. Pedimos solidaridad con aquellos en Rusia que se oponen a la guerra arriesgándose a pasar muchos años en prisión y con aquellos soldados rusos que se niegan a seguir luchando contra sus hermanos ucranianos.
Además de las iniciativas locales de solidaridad con el pueblo de Ucrania, proponemos llegar a un Día mundial de solidaridad con la Resistencia Ucraniana, como ya lo fue para la lucha de liberación en Vietnam y contra la agresión imperialista en Irak.
Sobre la base de nuestra Declaración, nos adherimos a la iniciativa de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania y contra la guerra (ENSU).
Primeras firmas
(Argentina) Beatriz Sarlo, Vera Carnovale, Laura Fernández Cordero, Martín Baña, Alejandro Galliano, Maristella Svampa, Pablo Stefanoni, Horacio Tarcus
(Ecuador) Marc Saint-Upery
(Francia) Michel Antony, Michael Löwy, Richard Neuville
(Países Bajos) Jan Lust
(Italia) Antonella Marazzi, Roberto Massari, Michele Nobile, Giorgio Amico, Andrea Furlan, Laris Massari
(México) Rafael Mondragón
(Perú) Hugo Blanco
(Polonia) Zbigniew M. Kowalewski, Katarzyna Bielińska, Stefan Zgliczyński
(Uruguay) Gerardo Garay, Gerardo Caetano...
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Respuesta de Aldo Casas: Porqué difundo pero no puedo firmar la declaración de solidaridad con Ucrania
Querido Jean Puyade:
Gracias por enviar e invitarme a firmar esa declaración de solidaridad con Ucrania. Ya había visto circular el texto con esas firmas, pero no sabía quién lo impulsaba internacional o localmente.
El texto es bastante bueno, podría suscribir todo lo que allí se dice, pero... a mi juicio falta una línea, aunque más no sea una línea, de explícita condena a la política de la NATO y de los Estados Unidos, que (como el texto de algún modo reconoce sin extraer la debida conclusión) también interviene en el conflicto. Y lo hace en función de su estrategia general, consecuentemente contrarrevolucionaria y belicista, que bajo ninguna circunstancia podemos ni debemos dejar de denunciar y enfrentar.
Creo, y así lo he dicho, que el expansionismo de la NATO no explica y mucho menos justifica la agresión imperialista de la Rusia de Putin.
Pero también creo, y considero imprescindible decirlo, que la justa resistencia del pueblo ucraniano y su inalienable derecho a conseguir del modo que le sea posible las armas que necesita para defenderse, no deben servir para ocultar ni mucho menos justificar el desesperado intento de los EE. UU. por conservar su hegemonía internacional en desmedro de los intereses de los restantes pueblos y Estados del mundo.
Por lo tanto, puedo difundir el texto, y podría incluso firmarlo críticamente si ello fuese posible, en función de impulsar la solidaridad con la justa guerra del pueblo de Ucrania, pero tal como está presentado y circula, me abstendré de firmarlo.
Abrazo,
Aldo Casas, 27 de mayo 2022