15/05/2024

Pensar el Comunismo, el Socialismo, hoy. Apertura de la jornada por Aldo Casas y François Chesnais

Buenos Aires, 17 de septiembre de 2006

 

Aldo Casas

En primer lugar agradecemos vuestra presencia: en especial a François Chesnais, que es quien vino de más lejos, y a todos por el esfuerzo de hacerse presentes un domingo a la mañana…

La reunión se inscribe, por así decirlo, en un doble tipo de secuencia. Por un lado, para nosotros se liga con la conmemoración de los 10 años de haber comenzado a editar Herramienta (quiso la casualidad -o causalidad- que casi exactamente en la misma fecha y sin ninguna conexión, el compañero François empezó a sacar en Francia la revista Carré Rouge). Conmemorando estos diez años, impulsamos hace pocos meses una serie de actividades con Pablo Regalsky, un antropólogo con largos años de investigación y militancia de Cochabamba, Bolivia; ahora lo tenemos a François, y dentro de poco estará con nosotros, en un seminario y debates, John Holloway. Con estas actividades tratamos de resaltar el compromiso de Herramienta con una labor de elaboración y difusión de ideas que esperamos mantener e incrementar. Por otra parte, la discusión que vamos a hacer hoy se inscribe, más específicamente, en el esfuerzo de un grupo de compañeros y revistas europeas que, a comienzo de este año, dieron un primer paso en un esfuerzo conjunto de elaboración teórica y política, y este es el tema específico que nos convoca hoy.

A François, le digo que entre los presentes hay compañeros de varias generaciones, con participación en luchas sindicales, políticas, estudiantiles, sociales, y de distintas procedencias organizativas, o militancia partidaria. Un compañero que como José Vazeilles debe haber comenzado a militar allá por los ’60, en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), compañeros que han sido del Partido Comunista, compañeros de distintas vertientes del movimiento trotskista en la Argentina y Latinoamérica, como Ernesto Gonzalez, Nora Ciapponi y Ricardo Napurí; y compañeros que no vienen de ninguna de esas procedencias, algunos por razones de edad pues comenzaron a militar mucho después, como los compañeros del Frente José Martí… También están varios compañeros del colectivo que produce Herramienta, como Nestor López, "Chiche Vazquez", Andrés Méndez o Francisco Sobrino, entre otros. Es una composición que refleja por un lado la riqueza de la lucha social y política que se da en la Argentina y, por el otro lado, las dificultades para lograr que esa experiencia tan rica se sintetice en la construcción de un proyecto, de una perspectiva de lucha política capaz de contribuir de una manera efectiva al progreso de un proceso de emancipación. Y estas incertidumbres, estos problemas, hacen que sea para nosotros importante recoger y aprovechar esta convocatoria impulsada por el compañero Chesnais; y ver en qué medida podemos darle nosotros la debida continuidad, en relación con el esfuerzo de ellos y en relación, también, con nuestros propios esfuerzos y necesidades políticas, acá en la Argentina y en Latinoamérica.

 

François Chesnais

En primer lugar, traigo los saludos de Jean Pujade y de Charles-André Udry. Para nosotros, el hecho que sea en Argentina donde esta iniciativa nuestra haya recogido enseguida una respuesta es algo significativo. No es completamente sorpresivo, porque Argentina es uno de los países en los que la lucha de clases ha sido, históricamente, estudiada desde el marxismo y donde existe toda una elaboración política, pero al mismo tiempo no existía ninguna seguridad de que esto ocurriera. Por lo tanto para nosotros - Carré Rouge, A Contre Courant, L’ Emancipation Sociale, À l’Encontre- recibir esta respuesta es realmente muy importante.

En Europa ya se han incorporado compañeros italianos -no corrientes en cuanto tal, sino militantes de Italia-, y hay ahora compañeros ingleses que están sumándose al proceso, incluso István Mészáros manifestó su interés en esta forma de enfocar los problemas: esto nos alienta, pero la situación en Europa es muy complicada -tal vez tengamos oportunidad de hablar sobre esto- y no será fácil establecer en el marco europeo el espacio para el tipo de debate, de discusión, de elaboración teórica y política que el proyecto implica.

Quiero decir que realmente estoy aquí para participar en vuestro debate, para escuchar vuestras reflexiones sobre el texto. No voy a intentar presentarlo, o resumirlo: es un texto largo, y una lectura un poco atenta del texto revela contradicciones internas, que son la expresión de haber sido escrito por distintas corrientes y sensibilidades… Es un armado más o menos correcto, que indica muchos problemas a discutir. Entonces solamente quiero decir en nombre propio algunas pocas cosas.

En primer lugar, subrayar la gravedad de la alternativa de socialismo o barbarie. El hecho es que el capitalismo, ahora es realmente el capitalismo que corresponde al concepto mismo de capital. Estamos enfrentados al capital y al contexto del mercado mundial y a todas las consecuencias de un sistema empeñado en su auto reproducción, sin la más mínima consideración en relación a los impactos de su reproducción. Las intuiciones de Marx con respecto al mercado mundial y la forma en que el mercado mundial remite al concepto del capital tienen ahora su total desarrollo. Lo que en su obra eran intuiciones ahora las enfrentamos como realidades. Es un tema que estoy trabajando -y está recogido por el texto-: hay un salto que se da en el marco de la total realización del mercado mundial, un salto en la capacidad del capital de obligar a las clases trabajadores de distintos países a empeñarse en la competencia más brutal, con la mundialización del ejército industrial de reserva y una competencia con niveles de productividad convergentes entre obreros que tienen precios de reproducción de la fuerza de trabajo totalmente distintos.

Este capital totalmente orientado hacia su propia auto reproducción y luchando por incrementar la plusvalía, lleva a un proceso de destrucción de las condiciones socio físicas de vida en el planeta. La crisis ecológica, más que una crisis ecológica, es una crisis que alcanza a las condiciones mínimas de reproducción de la vida en este planeta, y ya afecta las condiciones de reproducción social en las regiones más vulnerables del planeta. Entonces, el esfuerzo por precisar el concepto y la idea del socialismo o del comunismo, tiene que abordar estos nuevos problemas, y problemas que en algunos casos (como el de la ecología) fueron desconsiderados por los marxistas. Estuvimos demasiado tiempo prisioneros de una idea de fuerzas productivas y de una versión particular de una ideología del progreso. Ahora tenemos que revisar todo eso en estas condiciones en que la crisis estructural del capital es, por el momento y ante de todo, la crisis del porvenir de la sociedad humana como tal.

Debemos encontrar una manera de abordar la crisis actual del capitalismo que no la considere por separado de la crisis de la vida social en cuanto tal y en todos sus aspectos. Y, por supuesto, el lugar central que tienen tantos años de guerra bajo múltiples formas es una expresión de eso.

Otro punto importante es que existen verdaderas debilidades o vulnerabilidades dentro del dominio del capital. Estas vulnerabilidades en el dominio del capital están relacionadas con su incapacidad de organizar el ciclo de reproducción del capital explotando algo más que una pequeña parte de la totalidad del trabajo mundial. Esto significa desempleo, destrucción masiva de fuerza de trabajo por una lado, y por el otro lado, para el capital, representa una vulnerabilidad que intenta compensar mediante procesos de acumulación de capital ficticio. Se construye un sistema de acumulación de títulos financieros y toda una economía totalmente dependiente de la ficción de la acumulación de títulos y de la idea de que esos títulos (en tanto pretensión de participación en el reparto de la plus valía) van a tener siempre vigencia, lo que tiene muy poco que ver con la realidad.

Sin embargo, en este momento, la fortaleza del capitalismo reside en la ausencia de una perspectiva emancipadora mundial. En Europa en particular, la toma de conciencia de que el llamado socialismo real -la Unión Soviética estalinista- había sido un desastre y no había tenido nada que ver con el comunismo y el socialismo, la pérdida de esperanzas, es un factor que realmente pesa en la situación política, y hay poca gente que, sacando el balance de todo eso y analizando la situación y tendencias actuales del capitalismo, asuma la necesidad de reestablecer una perspectiva emancipadora, reestablecer la actualidad del comunismo hoy. Esto se combina con una situación bastante generalizada de una actividad política e intelectual al margen de los movimientos sociales...

Nosotros, trotskistas leímos en el Programa de Transición que la lucha de clases no se detiene, no puede detenerse, lo que es cierto, pero dentro del marco de degeneración del capitalismo y su crisis estructural, que es crisis de la sociedad en cuanto tal, esa permanencia de clase se manifiesta a través de formas de lucha de los explotados que no son las formas clásicas y nítidas que hemos conocido… Si el obrero fabril vuelve a ser minoritario y la lucha de clases continúa, esta lucha de clases necesariamente se desplaza hacia un nuevo tipo de movimiento de los explotados al que se llama movimiento social. Y existe la probabilidad que esto se realice incluyendo procesos de auto actividad, de auto organización: las mismas condiciones de aislamiento de esas capas de dominados y explotados los obligan a encontrar formas propias de organización. Tenemos que encontrar la vía de acceder a todo esto que actualmente se procesa en la vida cotidiana de la sociedad, empezando por tener la capacidad política y teórica de reconocer y dar un estatuto teórico a esos nuevos procesos.

Y termino ahora con esta presentación, porque realmente para mí lo esencial es participar en vuestro debate y escuchar vuestras ponencias, aprovechar este día de debate que fue organizado por los compañeros de Herramienta y de Cimientos. Muchas Gracias.

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