28/03/2024

Nicaragua, el orteguismo en su laberinto

En las próximas elecciones del 7 de noviembre en Nicaragua, Daniel Ortega aspira a lograr su cuarto mandato consecutivo, el segundo junto a su esposa, la mística religiosa Rosario Murillo, eternizándose en el poder para continuar con la construcción de lo que ha dado en llamar un socialismo confesional. Pero a diferencia de las anteriores, se halla en el momento más complicado de su trayectoria como gobernante. Sus temores a perder el poder lo llevan a sostener una escalada represiva que tuvo su versión más feroz con las 328 víctimas en abril de 2018, cuando las protestas populares ocuparon las calles de Managua y otras ciudades. Esa política se ha mantenido hasta el día de hoy con decenas de presos políticos, entre ellos varios candidatos a las próximas elecciones, proscripciones y censura. La represión es su manera de resolver la crisis que el mismo creo.

El detonante de las protestas fue la reforma al sistema de Seguridad Social. El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) entró en un déficit que fue creciendo de forma continua durante años. El gobierno preparó una reforma del INSS con el asesoramiento del FMI, que entre otras medidas incrementaba los aportes tanto de empleados como de los empresarios. Las protestas involucraron a una diversidad de sectores, los campesinos amenazados por expropiaciones en interés de la concesión canalera al magnate chino Wang Jing, el movimiento feminista ultrajado por la aprobación de la ley antiaborto, los trabajadores y particularmente los jóvenes y militantes estudiantiles. A ello se agrega que terminados los años de crecimiento económico, el acuerdo de gobernabilidad con el empresariado se quebró y la confrontación con los partidos de derecha se agudizo.

Entre quienes son más perseguidos, están sus ex compañeros de lucha contra la dictadura de Somoza, varios de ellos integrantes del primer gobierno sandinista en los años 80. Miembros históricos del Frente Sandinista de Liberación a quienes no solo acusa, infundada y maniqueamente, como cómplices de EEUU, sino que incluso los lleva a prisión, como a Hugo Torres, que en 1974 dirigió el comando que consiguió la liberación de prisioneros sandinistas entre los que paradójicamente se hallaba el propio Daniel Ortega, Torres junto a la ex comandante guerrillera Dora Maria Tellez, también detenida recientemente, lideraron la toma del Palacio Nacional en 1978.

Auto considerado como el representante absoluto de la Revolución, el liderazgo cerril de Ortega, mesiánico y nepotista, se fue imponiendo a medida que se debilitaba la dirección colegiada y se burocratizaban las instancias de debate, conducción y participación de la militancia. Hacia fines de los 90 comenzó una purga dentro del propio FSLN, como respuesta autoritaria ante los cuestionamientos por sus métodos antidemocráticos, verticalistas y de intolerancia política. La ruptura devino en la creación del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) y también en la diáspora de dirigentes y militantes, algunos con una deriva hacia la socialdemocracia y otros defendiendo el ideario original de la Revolución. El temor del orteguismo que ante la crisis actual este sector le reste caudal electoral, explica la persecución y el encarcelamiento de sus principales referentes. Las fuerzas de seguridad, incluidas las maras paramilitares, han impuesto un clima de terror, con todo tipo de arbitrariedades, torturas incluidas.

La situación de descontento creada por la pandemia, que ha sido tratada por el gobierno con una política sanitaria que no previene ni atiende la situación y oculta los datos reales de contagios y fallecimientos, sumada a la crisis económica que golpea a amplios sectores de la población, especialmente a los más vulnerables, ha generado por parte del orteguismo un recrudecimiento de las medidas coercitivas y represivas, incluida la restitución de la condena a cadena perpetua. Todas acciones que Ortega pretende justificar con el relato que ubica al estallido de 2018 como un fallido golpe de Estado ligado la intervención extranjera.

La Revolución Sandinista, género entre quienes la vivimos en tiempo presente un enorme entusiasmo. Habían pasado ya dos décadas de la victoria de la Revolución Cubana y cuando en nuestro continente se cernía la oscuridad y el terror de las dictaduras cívico-militares, la victoria del FSLN sobre la dinastía somocista significo un quiebre esperanzador que rompía la dinámica reaccionaria.

“La revolución fue un gran movimiento político y social, un gigantesco movimiento popular que derrocó a la dictadura somocista y después siguió empujando cambios profundos en la realidad social de nuestro país. En el derrocamiento de la dictadura participaron todos, de todos los sectores, de todas las clases sociales, de diferentes posiciones políticas, en diferentes momentos y de diferentes maneras, pero el FSLN fue su catalizador y protagonista principal. Fue el referente ético y político de esa lucha histórica” Luis Carrion[1]

Conmovió el esfuerzo heroico por transformar la sociedad nicaragüense, a través de la reforma agraria, la campaña de alfabetización, los cambios culturales, la voluntad unitaria para contener la diversidad de pensamiento, la amplia participación popular en la vida política y social.

En una tierra devastada por décadas de dictadura y por el violento terremoto que prácticamente destruyo Managua, se construía una original y creativa experiencia revolucionaria, en medio de la feroz agresión del gobierno de Reagan, que armó y financió a los “contra” e impuso un asfixiante bloqueo económico.

Cuanta distancia entre esa épica gesta, y la actual política del gobierno de Daniel Ortega, a pesar que retóricamente apele a esa mística para legitimar sus actos. La disyuntiva hoy no es sandinismo versus antisandinismo, Ortega no es el continuador del sandinismo revolucionario y muchos de los que se le oponen practican sus mismos métodos.

Lamentablemente esta política, que corroe el valor de la historia antisomocista, como ha ocurrido no pocas veces, puede ser capitalizada por variantes de derecha auspiciadas por los EEUU, con el transitado argumento que sostiene que toda revolución, en su fase termidoriana, como el dios Saturno, termina devorando a sus propios hijos.

 

Sandinistas históricos, denuncian: “Ortega traspasó todos los límites morales y políticos”

Para describir el carácter del orteguismo, nada mejor que las voces de los históricos sandinistas, en la condena a la represión de abril 2018

 

Ernesto Cardenal

Emblemático y entrañable sacerdote y poeta, su obra ha sido traducida a 20 idiomas, militante del Frente Sandinista, lucho contra la dictadura somocista, en 1980 fue designado ministro de cultura, cargo que ejerció hasta 1987. Amonestado públicamente por el papa Juan Pablo II en 1986,quien lo suspendió del ejercicio del sacerdocio junto a su hermano Fernando Cardenal y a Miguel D'Escoto, debido a su adscripción a la teología de la liberación. Amigo entre otros de Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Gunter Grass y Garcia Marquez es reconocido mundialmente por la creación de la Comunidad Campesina de Solentiname. El autor de Rayuela lo visito clandestinamente en 1976,y sobre esa experiencia escribió el hermoso relato ”Apocalipsis en Solentiname” Ernesto Cardenal falleció en Managua en marzo de 2020.

 

"Exijo que pare inmediatamente esta represión que está sufriendo nuestro pueblo. Desde hace ya varios meses hemos tenido masacres en todo el país, y secuestros, prisioneros, torturas"

El mensaje, sirvió para que el sacerdote trapense de 93 años se dejara ver al menos en vídeo, y reiterara sus críticas al presidente y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

"Tanto Rosario Murillo como Daniel Ortega Nicaragua, pareciera como que son dueños de Nicaragua".

“Ahora todo el mundo se está enterando que en Nicaragua yo soy un perseguido político, me persigue el gobierno que tenemos, la pareja presidencial de Daniel Ortega y su mujer Rosario Murrillo. Ellos son los dueños del poder, de todos los poderes de Nicaragua"

Cardenal falleció en Managua marzo de 2020 y sus cenizas fueron esparcidas en la isla de sus amores”.[2]

 

Henry Ruiz

Ex comandante Sandinista, conocido en la lucha anti-somocista como Comandante Modesto, uno de los nueve miembros del Directorio Nacional del Frente Sandinista.

En México en 1970 entra en contacto con Carlos Fonseca, quien venía de ser rescatado de la cárcel de Costa Rica. En el año 1978 baja de la montaña y se encarga, en representación de la Tendencia Guerra Popular Prolongada, del proceso de unidad con las demás tendencias, que culmina con la firma de los acuerdos en marzo de 1978, integrándose a la Dirección Nacional Conjunta. Comandó el ingreso a Matagalpa en julio de 1979. Luego de la victoria revolucionaria, es distinguido como Comandante de la Revolución, nombrado Ministro de Planificación y luego Ministro de Cooperación Externa.

 

« En el gobierno de Ortega ya no hay ideología, no hay mística, no hay normas, no hay debate, no hay nada».

“Que no se dejen embaucar por un falso credo de izquierda. Y que no se dejen embaucar por una modernidad que no ha ingresado a la conciencia de los pueblos, esta cosa de que son revolucionarios porque lo hablan, lo predican. Aquí que nos juzguen por los hechos, a los nicaragüenses que dicen que el Frente Sandinista es revolucionario y que Daniel es revolucionario, que los juzguen por los hechos. Aquí no han sido favorecidas las masas, ha sido favorecido el gran capital, en una alianza que lo sostuvo durante once años en el poder. Abran los ojos, y que hagan una lectura honesta, primero con ellos mismos, y segundo con nuestro pueblo y con nuestro país”.

“La masacre de jóvenes de todos los estratos sociales y credos religiosos y trabajadores de todos los oficios es una herida, como estigma sagrado que no cerrará ni debe cerrarse en la memoria del pueblo”. “De las entrañas de los jóvenes que encabezan la insurrección cívica nació el lema ¡Ortega fuera! La pareja ha igualado a Somoza en muchas cosas y le ha superado en otras, porque dicen por ahí, que la historia se repite bien como comedia, bien como tragedia. Los nicaragüenses de hoy estamos repasando la tragedia de ayer”[3]

 

Jaime Weelock

Integrante del Frente de Liberación Sandinista desde 1967, fue nombrado miembro de la Dirección Nacional en 1973. Fue el líder de la "Tendencia Proletaria" en la década de 1970 y uno de los nueve comandantes de la revolución sandinista. Después de 1979 se convirtió en ministro de agricultura y reforma.

 

“Le aconsejó a Ortega que pida perdón al pueblo de Nicaragua porque aquí no solo ha habido errores, sino que han habido excesos que han llevado a Nicaragua a una tragedia, a la pérdidas de vidas de la juventud, como nunca se ha visto en la historia del país. El que tiene que resolver todos los problemas debe ser el próximo gobierno, pues no se le puede pedir a este ser otro gobierno”[4]

 

Luis Carrión Cruz,

Se integró al FSLN en 1972. Fundó la Tendencia Proletaria del partido, se mantuvo en la clandestinidad desde 1974, y en marzo de 1979, en vísperas de la ofensiva final contra Somoza, se incorporó a la Dirección Nacional de la que formo parte hasta 1994. Entre abril y julio de 1979 dirigió el Frente Guerrillero Oriental Carlos Roberto Huembes.

Fue viceministro de Gobierno de 1980 a 1987, durante el primer período del gobierno de Daniel Ortega y ministro de Economía de 1988 a 1990.

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“Ortega traspasó todos los límites morales y políticos de un gobierno. La paz aquí y la democracia de Nicaragua requieren que Ortega salga. Sin eso no va ser posible va ser posible la paz, no va ser posible justicia, no va a detenerse esta represión”. “Desde hace años creo que Daniel Ortega traicionó los principios fundamentales del sandinismo original, y por esa razón yo me separé desde el año 1995. Lo que sí no imaginé, fue que pudiera ser capaz de llegar a estos niveles de crueldad, de represión y de terrorismo que desde el Estado le ha impuesto al pueblo de Nicaragua”.

“Nicaragua, en este momento, se ha vuelto ingobernable para Ortega. La masacre cometida, las violaciones extendidas de los derechos humanos y la persecución que continúa sobre centenares de personas en todo el país, hacen que este país no pueda ser gobernado por Daniel Ortega” [5]

 

Dora María Téllez

Dirigió en 1978 y 1979 la insurrección en la ciudad de León, la primera en caer en poder de los sandinistas durante la ofensiva final contra la dictadura Somocista y proclamada “Capital de la Revolución”. Hace 39 años entró triunfante a Managua, encabezando el Frente Guerrillero Occidental Rigoberto López Pérez. Conocida como Comandante 2 el 22 de agosto de 1978 junto Hugo Torres dirigió la toma del Palacio Nacional de Managua en la conocida como Operación Chanchera, acción con la que se obligó al gobierno de Anastasio Somoza a liberar a 50 sandinistas presos. Fue vicepresidenta del Consejo de Estado, ministra de Salud durante los años 80 y diputada. En 1994, junto a Ramírez y un número importante de cuadros sandinistas, lanzó la proclama del MRS, Movimiento Renovador Sandinista, que planteaba la necesidad de emprender un proceso democratizador dentro del FSLN.

Téllez fue inmortalizada en la crónica de Gabriel García Márquez sobre el asalto al Palacio Nacional, cuando la describe como "Una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le habrían servido para cualquier cosa grande en la vida".

 

“Debemos tener un partido verdaderamente democrático en todos sus niveles, con amplios espacios de participación, debate y discusión. Un partido en el que los dirigentes electos respondan de sus actos a sus electores; un partido con una dirigencia renovada y capaz de asumir los retos de transformación que el sandinismo demanda. Una dirigencia con nuevos estilos, sin caudillismo de ningún tipo” No obstante ese planteamiento no cuajó en el verticalismo del FSLN ni en el liderazgo de Ortega. Téllez recuerda que concluyeron que no podrían generar ese cambio en el partido, así que fundaron el MRS.

“Daniel Ortega primero copó el poder dentro del FSLN y luego construyó un andamiaje sobre la base de presiones, demolió el FSLN. No hay dirección colectiva, no hay congresistas, no hay debate interno y se consagró como dictador del Frente al concederse la facultad de escoger y nombrar a su compañero de fórmula presidencial en 2016 y escoger a Rosario Murillo, su esposa. Ahí confirmó que no conoce límites”.

“Creo que el orteguismo va a morir, como fenómeno estructurado, organizado, así como desapareció el somocismo como aparato de poder. El orteguismo está totalmente condenado a muerte y quien lo ha condenado es la propia familia Ortega Murillo” [6]

 

Oscar Rene Vargas

Sociólogo co-fundador del Frente Sandinista y miembro de su dirección en los años 60, “cuando éramos unos 20 chavalos”. Es el director del Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN) en Managua. En Julio de 2018 denunció que existe una orden de captura en su contra, por lo que decidió abandonar su domicilio para evitar ser arrestado.

 

“Ortega no está leyendo bien lo que está pasando. Cuando digo leer bien, me refiero a palpar la realidad, que es diferente. A mi criterio dos cosas pueden estar pasando: está ciego, no está viendo, está sordo, porque no oye lo que está diciendo la gente. Y mudo porque no dice lo que tiene que decir. Sigue con la mentira, que iba a investigar, cuando sabe perfectamente bien quiénes son. Creo que se le fue de las manos. No sabe qué hacer. Están improvisando. Y al mismo tiempo creo lo siguiente: ellos crearon los monstruos, son los pandilleros que atacaron a los manifestantes.[7]

 

Víctor Hugo Tinoco

Miembro del Frente desde 1973. Fue guerrillero en la zona occidental junto al comandante Omar Cabezas. Luego del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, es nombrado embajador de Nicaragua en las Naciones Unidas; posteriormente, vice-canciller del gobierno de Nicaragua. En esa condición forma parte de los procesos de negociación de Grupo Contadora y con la Contra en 1989.

 

“Ortega tiene un apego enfermizo al poder, que contrasta totalmente con Sandino.

En 2009, durante una entrevista con el periodista David Frost, Ortega se mostró dispuesto a reelegirse continuamente en el poder. “Mi madre vivió 97 años”, amenazó entonces.

Estimo que hoy el núcleo del partido de Ortega no supera las mil personas. La demanda general del pueblo de Nicaragua exige, como primer paso, antes de convocar a elecciones democráticas, terminar inmediatamente con el gobierno Ortega-Murillo. En condiciones normales, una crisis política deber resolverse por medio de elecciones, pero en el caso de Nicaragua, el sistema electoral y el conjunto de las instituciones del Estado son corruptas hasta la medula”

“Frente a este espeluznante panorama, el régimen y sus secuaces se han quedado virtualmente solos. Únicamente los sostienen el control del aparato represivo (oficial e irregular) y algunos grupos, la nueva clase, que se han visto puntualmente beneficiados por ellos. La conclusión es clara: por el bien de Nicaragua, Ortega-Murillo deben cesar de inmediato la represión y abandonar el poder”[8]

 

Mónica Baltodano

Inicia a la edad de 15 años su militancia revolucionaria en el movimiento estudiantil. En 1974 pasa a la lucha clandestina sandinista como responsable político-militar urbana en el norte del país. Sufre prisión y tortura en 1977. Al recuperar la libertad integra el Estado Mayor del Frente Interno, que dirige la Insurrección de Managua y la toma de las ciudades de Jinotepe y Granada. En 1979, recibe el grado honorífico de Comandante Guerrillera. En 1986 fue condecorada con la Orden Carlos Fonseca, la máxima distinción otorgada por el FSLN a las personalidades nacionales y extranjeras que se han destacado en la lucha revolucionaria.

 

“La inmensa olla de presión fue acumulando molestias desde hace varios años. Desde que Ortega pactó con el derechista y corrupto Arnoldo Aleman hizo un claro giro hacia posiciones pragmáticas: Neoliberales en la economía, conservadoras en cuanto a derechos de las mujeres, oscurantista en términos de creencias y supresión del principio de Estado Laico, y dictatorial en términos de democracia”

“Cuando Daniel Ortega comenzó su primer mandato en 2007, construyó una alianza con el gran capital. Es el Modelo de Alianza Público Privado que aplaude la derecha mundial, el FMI, el Banco Mundial y las grandes Corporaciones e Inversionistas. La derecha económica y política, el capital en una sola palabra, es quien gobernaba junto a Ortega, hasta abril de este año en que se produjo la ruptura. Ese modelo permitió que el crecimiento económico favoreciera el enriquecimiento de la oligarquía tradicional de banqueros e industriales, y de una nueva burguesía, la Orteguista. Me niego a llamarle sandinista. Nicaragua, aun con crecimiento económico, sigue siendo el país más pobre de América Latina, después de Haití”[9]

 

Sergio Ramírez

Novelista, Premio Cervantes de literatura. En 1977 encabezó el Grupo de los Doce, formado por intelectuales, empresarios, sacerdotes y dirigentes civiles que apoyaron al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Presidió el Consejo Nacional de Educación y fundó en 1981 la Editorial Nueva Nicaragua (ENN).

En 1984 fue elegido vicepresidente de Nicaragua como compañero de fórmula de Daniel Ortega. Asumió el cargo hasta 1990. De 1990 a 1995 encabezó la bancada sandinista en la Asamblea Nacional de Nicaragua. En 1991 fue elegido miembro de la Dirección Nacional del FSLN del que se retira en 1994.

 

“Pensar que Daniel Ortega se va a ir mañana por su propia voluntad, que va a tomar un avión con su familia, eso realmente es una fantasía. Principalmente, mientras él siente que tiene este respaldo fanático, porque se trata de fanáticos los que lo rodean, todos estos enmascarados que s están allí defendiéndolo bajo el entendido de que él se queda, y no es que se queda hasta el 2021, es que se queda para siempre. Esa es la garantía que ellos tienen, que la única defensa con la que cuentan para los crímenes que están cometiendo es que Ortega siempre estará ahí, protegiéndolos”.

"El día que esa clavija maestra se zafe todo se derrumba; entonces, por eso va a seguir. Esto es un tornillo sin fin, él tiene que insistir en que se queda y así los otros lo respaldan porque va a perdurar, pero eso también es una fantasía, porque esta situación no puede seguir de aquí hasta el año 2021″.[10]

 

Gioconda Belli

 Poeta y novelista multipremiada, autora de 18 libros, entre ellos: Waslala, El país bajo mi piel, La mujer habitada, Sofía de los presagios y El país de las mujeres.

Durante la dictadura somocista, Belli fue perseguida y se exilió en México y Costa Rica, hasta que regreso a Nicaragua con el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979,. Fue miembro de la Comisión Político-Diplomática del FSLN y desempeño diversos cargos en el gobierno sandinista hasta su renuncia en 1994

 

“Las manifestaciones que dejaron decenas de muertos, heridos y detenidos los últimos días en Nicaragua han sido fruto de la arrogancia y la impunidad de las autoridades.

La solución de este problema es una: el presidente y su esposa deben de tener la valentía para darse cuenta de que se les terminó su tiempo. Deben renunciar. Sin que muera nadie más, sin obligar a los nicaragüenses a volver a las calles, deben renunciar.”

“El pueblo ha salido de su estado de callada condena y los están demandando a voces por su mal gobierno, sus arbitrariedades, su falta de ética, los fraudes electorales, el apañamiento de delincuentes, la malversación de las leyes, la entrega de nuestras tierras, la venta de nuestra soberanía, el descuido de nuestros recursos, la arrogancia de su opacidad informativa.”

“Su negativa a ser transparentes en los asuntos del Estado, la desconfianza hacia sus propios ministros que han tratado como peleles, el abuso de los empleados estatales para obligarlos a ‘rotondear’ (ir a mítines oficiales), bajo amenaza de despedir a quienes no sean sumisos y aduladores. Es la hora del juicio. Daniel Ortega y Rosario Murillo han sido juzgados como gobernantes: no son lo que queremos para nuestro país. Se les dio la oportunidad, pero no fueron dignos, los acabó la ambición, los cegó el mesianismo, la arrogancia de sus propias interpretaciones”[11]

 

 

Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy

Son los más importantes cantautores nicaragüenses. Participaron activamente en el gobierno sandinista con responsabilidades. Su obra, de contenido altamente social, es parte esencial de la historia de la música de Nicaragua y Centroamérica.

Sus canciones se transformaron en bandera de la Revolución Sandinista, las mas conocidas "Las mujeres del Cúa", "La tumba del guerrillero", "Himno a la Unidad Sandinista" y "Nicaragua, Nicaragüita". Crearon el álbum "La Misa Campesina Nicaragüense", donde Ernesto Cardenal les brinda un especial apoyo. Son autores de los temas para la Cruzada Nacional de Alfabetización y de la canción homenaje al fundador del FSLN: Carlos Fonseca Amador

 

Ambos le prohibieron a Ortega usar su música en los actos de gobierno. Carlos publicó en sus redes sociales una carta dirigida a Daniel Ortega donde le exige que pare la represión contra el pueblo nicaragüense.

“Quisiera tenerte de frente para mirarte a los ojos y decirte lo siguiente. Sé que esto es muy crudo y expresarlo pone en peligro mi vida. Lo asumo sin temor, porque tengo guardaespaldas más seguros que los esbirros que te cuidan. Esos guardaespaldas son el espíritu de Alvarito Conrado y esa legión de niños, adolescentes y jóvenes que mandaste a matar y que cuidan mis pasos noche y día: Daniel, por la sangre de tu hermano Camilo, asesinado por el somocismo en Las Sabogales, pará ya esta barbarie. Se acerca el 23 de julio y el recuerdo de la sangre de esa juventud aniquilada en León, tiene que llevarte a meditar”

Los Mejía Godoy se unieron al llamado nacional e internacional para que Ortega ordenara parar el ataque en la Universidad Nacional de Nicaragua (UNAN-Managua), obligando a estudiantes replegarse a una parroquia, la cual mantuvieron asediada con fuerzas paramilitares y agentes de la Policía.

“El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente, y corrompe a los demás, inclusive, llega a corromper al pueblo. Entonces, este es un proceso de deterioro, no solamente de una persona, es de un grupo de personas que secuestraron la bandera de un partido, la bandera de una revolución, no sus ideales, no secuestraron por supuesto sus principios, sino secuestraron lo que era una mística y se convirtió en un amor por el poder y nosotros estamos por el poder al amor y no por el amor al poder”

“Esto no sucedió del 18 de abril para acá, desgraciadamente hace muchos años venimos advirtiendo los nicaragüenses del acaparamiento de poder y riqueza que Daniel Ortega, su mujer Rosario Murillo y su gente más allegada, sus ministros, su gabinete y su círculo de hierro, han venido haciendo en Nicaragua. Si por algo luchamos nosotros contra Somoza, fue por eso, luchamos contra un hombre (Somoza) que quería ser el dueño de Nicaragua y tener al país como una finca”[12]

 

Artículo especialmente enviado para este número de Herramienta web 34.

Silvio Schachter es integrante del consejo de redacción de Herramienta


[1]   https://desinformemonos.org/

[2] http://www.pensamientocritico.org/un-monarca-absolutista-en-nicaragua/

[3] https://www.nodal.am/2018/06/adonde-va-nicaragua-por-iosu-perales/

[4] http://culturaeko.com/jaime-wheelock-aconseja-a-daniel-pedir-perdon-al-pueblo/

[5] https://www.vozdeamerica.com/america-latina/ortega-nicaragua-luis-carrion-sandinistas-crisis

[6] https://www.nodal.am/2018/06/adonde-va-nicaragua-por-iosu-perales/

[7]  https://rebelion.org/hacia-el-desmantelamiento-del-orteguismo/

[8]   https://www.laprensa.com.ni/2018/02/23/politica/2381415-por-que-daniel-ortega-no-es-sandinista

[9]   https://desinformemonos.org/ortega-serviles-traicionaron-la-revolucion-construir-una-nueva-dictadura-monica-baltodano-comandante-sandinista/

[10] https://www.nacion.com/el-mundo/conflictos/sergio-ramirez-quiza-lo-que-daniel-ortega/HFVWI52H5BFSDA5WCIKDAM3AWI/story/

[11] https://www.pressreader.com/mexico/milenio-laguna/20180426/282192241596261

[12]   https://www.servindi.org/actualidad-opinion/19/07/2018/daniel-detene-ya-este-genocidio-por-carlos-mejia-godoy

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