23/11/2024
Por Revista Herramienta
Esta vez sí: tenemos ley. Con 38 votos a favor, 29 en contra y 1 abstención, y tras una sesión de casi doce horas, la madrugada del jueves 30 de diciembre el Senado argentino aprobó la ley de interrupción voluntaria del embarazo. En las afueras del Congreso, una multitud siguió el debate.
Es histórico, en la madrugada del 30 de diciembre de 2020 el Senado de la Nación Argentina aprobó la Ley de Regulación del Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo y a la Atención Postaborto. La norma legaliza el aborto hasta las 14 semanas de gestación (inclusive) de forma voluntaria y gratuita dentro del sistema de salud. Además, la Cámara Alta aprobó el Programa de los Mil Días, que busca fortalecer la atención de las mujeres durante sus embarazos y la salud integral de sus hijes en sus primeros años de vida.
La sesión comenzó a las 16:08, apenas unos minutos después de la hora citada, con la presencia de 67 senadores y senadoras. El tablero con el resultado de la votación se encendió a las 4:15 de la mañana con un resultado que ni los poroteos más optimistas esperaban: 38 votos a favor, 29 en contra y 1 abstención. El jujeño Guillermo Snopek (Frente de Todxs), que en 2018 había votado de manera negativa, decidió absternerse en un movimiento inesperado.
Carlos M*nem -internado en coma inducido- y José Alperovich -de licencia por una causa por abuso sexual a su sobrina-no participaron de la votación. La vicepresidenta Cristina Fernández estuvo poco: solo apareció para abrir el debate y volvió hacia el cierre. Dejó a cargo de la moderación a su compañera, la santiagueña Claudia Ledesma Abdala, y al vicepresidente del Senado Martín Lousteau (UCR-Evolución).
La Campaña Nacional, un actor político determinante para que sea ley.
La discusión avanzó rápido, sin demoras ni dilaciones. El proyecto había ingresado al Senado Nacional luego de que el 11 de diciembre de 2020, la Cámara Baja diera media sanción con 131 votos a favor sobre 117 en contra y 6 abstenciones y tras 20 horas de debate.
Los cambios prometidos por el oficialismo para la reglamentción de la ley fueron la prenda de negociación para sumar votos de indecisos y especuladores. La titular de la Banca de la Mujer, Norma Durango, fue la encargada de contar cómo darían lugar al veto parcial del artículo 4 inciso B que habilitaba la posibilidad de la realización de un aborto después de la semana 14 en caso de violación o en el caso de que estuviera en riesgo la vida o “la salud integral” de la persona gestante.
Sacar la palabra “integral” del texto era un pedido que venían haciendo el ex gobernador y actual senador por Río Negro Alberto Weretilneck y el entrerriano Edgardo Kueider: creían que esa expresión podía habilitar todo pedido de aborto.
Aunque no fue sorpresa, el discurso de Silvina García Larraburu (Frente de Todxs), fue uno de los más contundentes. Ella había votado en contra en 2018 y fue la primera senadora en anunciar su cambio de postura durante la jornada. Comenzó hablando de Marina, una chica que queda embarazada sin desearlo, para contar los obstáculos con los que se encuentran quienes quieren interrumpir un embarazo. “Hoy el Estado está solo ahí para condenar cualquier decisión que no sea la esperada”, dijo. “Estamos atravesando un cambio de paradigma y este cambio lo lideran las luchas feministas y ambientales. Comprendí que nada puede detener el avance de la historia y la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo es la demanda de las nuevas generaciones”, agregó la rionegrina y anticipó así su voto a favor.
“Como dirigente política tengo la obligación de cuestionarme, de comprender e involucrarme con las demandas de las nuevas generaciones porque, en definitiva, estamos legislando para su futuro. En este tiempo comprendí que más allá de mi postura personal y mi sistema de creencias, estamos ante una problemática de salud pública”, explicó García Larraburu y señaló que esta ley es una “propuesta integral y superadora, que dialoga de frente con el Plan de los mil días, pensada para que nadie tenga que interrumpir su embarazo por vulnerabilidad económica”. “Hace dos años me encontraba en este recinto sosteniendo una posición diferente a la de hoy. Aprendí mucho en estos dos años. Mi voto hoy es por una mujer libre, que pueda decidir por su propia conciencia; mi voto es un voto deconstruido, es un voto afirmativo”, cerró.
Otro cambio en relación a la votación de hace dos años atrás fue protagonizado por el senador salteño Sergio “Oso” Leavy. En 2018, como diputado nacional, votó en contra. Leavy ya había avisado que si se anotaba en la lista de oradores sería para justificar su cambio de postura y así lo hizo. “Me di cuenta de que esto no se trata de mí, sino de una situación que le compete a muchas mujeres. Si mi voto ayuda a que una mujer no muera, voto a favor”, dijo durante su intervención.
La neuquina Lucila Crexell había optado por la abstención hace dos años. “No cambié mis creencias personales. Cambié el enfoque del cual entiendo debe ser abordado. El aborto clandestino mata”, dijo.
Otro de los discursos más potentes de la sesión fue el de la senadora correntina Ana Almiron, una de las voceras del proyecto en la Cámara Alta. La legisladora se refirió a la situación de su provincia, declarada “pro-vida” en 2011: en Corrientes, cada 5 días, 2 niñas de entre 10 y 14 años son obligadas a parir. “Sin la implementación de la Educación Sexual Integral, sin la provisión de anticonceptivos, sin protocolo de interrupción legal del embarazo, las gurisas correntinas son obligadas a parir a los 10 u 11 años. Eso es lisa y llanamente la idea de la mujer incubadora”, dijo la legisladora tomando las palabras del ex senador Pino Solanas. “Los informes de la Red Argentina de Investigadores e Investigadoras de la Salud nos muestran que las provincias del noroeste argentino son las que tienen la tasa de fecundidad materna infantil y adolescente más altas del país. Y si miramos el mapa de la reciente votación en Diputadxs, vamos a ver que ese mapa se divide en dos: de la mitad para arriba, totalmente celeste, de la mitad para abajo, totalmente verde. Es el mismo mapa de la pobreza estructural que tiene la Argentina, es el mismo mapa de las niñas madres”, agregó.
El jefe del interbloque Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff tuvo un discurso encendido: “¡Nadie quiere el aborto! ¡No lo quiere la ley! La ley protege las desigualdades, y el punto de partida son la clandestinidad y la pobreza”.
Argentina se convirtió en el país con mayor población de la región con aborto legal. La lucha por el derecho al aborto recorrió el siglo XX y hoy es una de las principales demandas del movimiento de mujeres y feminista en todo el mundo. La legalización del aborto en la Argentina es una buena noticia para cada persona gestante del planeta.
Publicado por
diciembre 30, 2020
Fotos: SOL AVENA