23/11/2024
Por Revista Herramienta
RESEÑA: Esta conversación es el primer intento sistémico por capturar las ideas de Peter McLaren sobre las relaciones entre la pedagogía crítica revolucionaria y la virtualidad. Introduce los principales problemas con el posmodernismo educativo, explica el regreso de Peter hacia la trayectoria marxista humanista y aborda los desafíos contemporáneos del pensamiento dialéctico de Marx. Analiza los cambios globales en la estructura de producción y yuxtapone a la sociedad de masas moldeada por medios de comunicación unidireccionales como la televisión con la sociedad de las redes moldeada por la comunicación bidireccional potenciada por Internet. La conversación, revela los potenciales críticos de la ecopedagogía en su intersección con la educación y las tecnologías de información y comunicación y analiza los conceptos principales de Ivan Illich. Explora las características principales de las culturas digitales emergentes, identifica valores e ideologías subyacentes y los relaciona con las divisiones entre el sur global y norte global. Analiza características distintivas de los movimientos juveniles contemporáneos y repasa las transformaciones emergentes del concepto del estado. Observa las diferencias entre información y poder, explora la regulación algorítmica a partir de las innovaciones tecnológicas y analiza varios desafíos asociados a la “big data”. Por último, brinda una breve mirada sobre el modus operandi de Peter McLaren y sus pensamientos personales y sentimientos sobre las tecnologías de información y comunicación.
Para todos aquellos interesados en la educación crítica contemporánea, es difícil que Peter McLaren necesite presentación. Conocido como “uno de los arquitectos líderes de la pedagogía crítica” (Wikipedia, 2014) y “un maestro de maestros” (Steinberg, 2005: xiii), es reconocido “poeta laureado de la izquierda educativa” (Kincheloe, 2000: ix). Henry Giroux escribe que “como escritor, [McLaren] combina las raras capacidades del astuto teórico con las de narrador de historias en el estilo celebrado por Walter Benjamin” (1999: xxiii). En la contratapa de Pedagogía crítica y cultura depredadora, William F. Pinar escribió: “el sentido de certezaque posee McLaren sobre lo que es importante, así como su amplia erudición lo posiciona quizás como el teórico político central de la actualidad en el campo” (1995). Paula Allman (2000) describe la escritura de McLaren de la siguiente forma:
La escritura de McLaren es una mezcla brillante de pasión, compromiso análisis crítico yconocimiento. Es prosa y poesía en una danza íntima que toca, al mismo tiempo, el corazón y la mente de los lectores.
El libro Che Guevara, Paulo Freire y la pedagogía de la revolución de McLaren es… uno de los libros más importantes sobre educación crítica y, en consecuencia, sobre justicia educativa y social que se han escrito en el siglo veinte.
Por último, aunque no menos importante, Paulo Freire, el amigo de Peter escribió:
Peter McLaren es uno entre varios “parientes intelectuales” que “descubrí” y por quien yo fui a su vez “descubierto”. Había leído a Peter McLaren mucho antes de conocerlo personalmente… Cuando terminé de leer los primeros textos de McLaren llegaron a mí, estaba casi seguro de que pertenecíamos a una “familia intelectual” idéntica (Freire, 1995: x).
Entre numerosos reconocimientos, cinco libros escritos por McLaren han obtenido el premio American Education Studies Association Critics Choice Awards y su trabajo ha sido la base de la fundación de muchas instituciones, incluyendo a La Fundación McLaren de Pedagogía Crítica y el Instituto Peter McLaren en México y La Cátedra Peter McLaren en la Universidad Bolivariana de Caracas. Al momento de revisar este artículo, Paradigm Publishers (2004) publicaba la sexta edición expandida del libro premiado de Peter Life in Scholls: an introduction to critical pedagogy in the foundations of education.
Peter es Profesor Distinguido en Estudios Críticos en el Instituto de Estudios Educativos de la Universidad de Chapman; Profesor Emérito de Educación Urbana en la Universidad de California, Los Ángeles; Profesor Emérito en Liderazgo Educativo en la Universidad de Miami de Ohio y Director Honoris Causa del Centro para los Estudios Críticos en Educaciónde la Universidad Normal del Noreste en China, donde también tiene el cargo de Profesor de Cátedra. Ha publicado cuarenta y cinco libros y cientos de artículos y capítulos escolares que fueron traducidos a más de veinte idiomas y su nombre se ha vuelto, lenta pero firmemente, casi un sinónimo del proyecto contemporáneo de la educación crítica. El trabajo académico de Peter se funde con el activismo político. Por medio de sus conferencias por todo el mundo y su participación activa en varias luchas políticas, Peter vive la teoría y la práctica de la pedagogía crítica revolucionaria.
En este artículo, Peter discute con Petar Jandric sus ideas sobre las relaciones entre educación crítica y las tecnologías de información y comunicación. Petar es educador, investigador y activista. Es autor de dos libros y varios artículos académicos, capítulos en otros libros y artículos populares. El trabajo de Petar se ha publicado en croata, inglés y serbio. Su actual foco de investigación se ubica en las intersecciones post disciplinarias entre tecnologías, pedagogías y sociedad y sus proyectos en curso se orientan hacia la investigación colaborativa y la edición. Petar trabajó en la Red Académica y de Investigación Croata, en la Universidad de Edimburgo, la Escuela de Arte de Glasgow y la Universidad del Este de Londres. En la actualidad, se desempeña como Profesor Superior en el Politécnico de Zagreb.
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Petar Jandric: Peter, muchas gracias por aceptar esta entrevista. Por favor permíteme comenzar con una breve revisión de algunos fundamentos teóricos. Tus primeros trabajos estaban muy influenciados por el posmodernismo. Sin embargo, a lo largo de más de una década, se han perfilado, de forma lenta pero segura, hacia una “trayectoria marxista-humanista” abarcando desde diversos autores con tendencia marxista y neo marxista de la Escuela de Frankfurt hasta los trabajos originales de Marx (McLaren et al, 2008). El cambio del Peter posmoderno al Peter marxista ha sido tratado con amplitud (por ejemplo, en conversaciones con Marcia Moraes y Glenn Rikowski publicadas en Rage and Hope (2006). ¿Podrías, por favor, resumirlo en unos pocos párrafos?
Peter McLaren: Una de las relaciones sociales de base, que intercepta el acceso de los estudiantes a los medios necesarios para ver el mundo en forma crítica es, creo yo, la explotación de clases. Explotación que saquea comunidades y despoja a los trabajadores de su humanidad. La educación se opone a la escolaridad. Educación es aquella que se cuela en nuestros instintos e instrumentos mentales y los acrecienta; la que empuja nuestros pensamientos hacia los límites de las estrellas, donde pueden elevarse hacia nuevas visiones del ser y del llegar a ser y a nuevos niveles de solidaridad con nuestros compañeros humanos. Nuestra responsabilidaden la formación de ciudadanos críticos debe ser proporcional a nuestra situación de privilegio. Hoy, una buena educación ya no se percibe como una responsabilidad social, sino como una cuidadosa elección frente a una surtida opción de consumo, provista por nuevas compañías y corporaciones. Ofrecemos una infinita variedad de soluciones para nuevos tipos de discapacidades en el aprendizaje. Elije una. Ya por 1980, me preguntaba a mí mismo: ¿cómo reaccionamos ante los gritos de ayuda de la juventud de hoy, cuyos alaridos a todo pulmón se topan con el silencio inmemorial de la tradición pedagógica? La respuesta a esta pregunta exigía un alejamiento del irónico distanciamiento y del desinterés auto indulgente de las vulgares divas académicas, quienes claramente elegían políticas de identidad por sobre políticas de clase (y al hacerlo, se volvían cómplices de las mismas relaciones de desigualdad que formalmente rechazaban), mediante una detenida lectura de Marx y de otros teóricos marxistas, para culminar cautivado por el trabajo de educadores marxistas.
PJ: A partir de la Escuela de Frankfurt y la Teoría Crítica de la Sociedad, las teorías críticas de las tecnologías contemporáneas se han desarrollado en varias direcciones (incluyendo, pero sin estar limitado, los evasivos campos del posmodernismo) alejándose bastante de sus raíces marxistas: en la actualidad, éstas parecen haberse estancado en el lugar donde las dejaste hace más de una década. ¿Podrías por favor profundizar sobre tu regreso al marxismo como base teórica para reinventar la educación crítica en el contexto de las tecnologías de información y comunicación?
PM: Bueno, comencé con un enfoque marxista autónomo, la actividad propia de la clase trabajadora y al principio me atrajo el trabajo de importantes pensadores tales como Antonio Negri, Michael Hardt, Raniero Panzieri, Mario Tronti, Sergio Bologna, Mariorosa Dalla Costa, Francois Beradi y otros, si bien no trataba explícitamente con sus trabajos en mis escritos sobre educación. Me moví hacia una apreciación de la crítica marxista más clásicacon el trabajo de Mas’udZavarzadeh, Teresa Ebert, por ejemplo; después me interesé en el marxismo humanista de Peter Hudis, Kevin Anderson y Raya Dunayevskaya, y por supuesto en el trabajo de los educadores británicos Paula Allman, Mike Cole, Dave Hill y Glenn Rikowski. Luego empecé a interesarme en lo que ha sido descripto como una nueva era del desarrollo capitalista, bajo variados epítetos como “postindustrialismo”, “postfordismo” o “capitalismo postmoderno”.
Aquí el énfasis estaba puesto en la era de la información del capitalismo a través de las tecnologías de la información (computadoras y telecomunicaciones), usadas por el capital para generar movimientos de capitales a través de las fronteras nacionales y eventualmente por el estado de seguridad nacional, para extender su capacidad de vigilancia social. Aún a pesar de que mis varias visitas a Latinoamérica me convencieron de que de ninguna forma hemos dejado atrás la era de las chimeneas de las fábricas de producción, comencé a interesarme en las distintas formas en las que el capital había penetrado en toda la sociedad mediante instrumentos tecnológicos y políticos para generar un mayor nivel de productividad y con el objetivo de monitorear y reconstituir su reacción a la auto organización de la clase trabajadora por medio de esas nuevas tecnologías. Por supuesto, las innovaciones en el contexto de la producción de conocimiento y de la comunicación en la nueva sociedad de la información, no solo sirven como instrumentos de dominación capitalista, sino también se utilizan para la creación de movimientos alternativos y de oposición a un proyecto más grande de transformación de la sociedad capitalista hacia una alternativa socialista.
PJ: Mucha agua pasó bajo el puente desde que Marx desarrolló sus teorías. ¿Podrías abordar algunos de los desafíos contemporáneos a su pensamiento dialéctico?
PM: Soy crítico de marxistas autónomos tales como Hardt y Negri, quienes, en libros como Imperio (2001), argumentan que la multitud, que ha amasado el “intelecto general” necesario, está parada en una posición similar a una red de resistencia al capitalismo (nada más que rehusando reproducir capitalismo, sin ninguna filosofía unificadora de praxis). El teórico marxista humanista Kevin Anderson ve esto, con acierto, como un rechazo transcendente a favor de la inmanencia (ej. un rechazo a Hegel).
Escribe: Este error enorme en Empire tiene su raíz en el tipo de visión filosófica que han acogido, la que rechaza radicalmente toda forma de condenar la trascendencia para favorecer la permanencia en el plano de la inmanencia, por ej., tomando elementos de la realidad social como punto de partida…
Pero no tenemos por qué elegir entre alternativas unilaterales. Considerar la posición de Hegel, como la resumió Theodor Adorno de la Escuela de Frankfurt: “insistir con la elección entre inmanencia y trascendencia es volver a la lógica tradicional criticada en la polémica de Hegel contra Kant” (Adorno, Prisms: 31). De hecho, Hardt y Negri atacan con frecuencia a Hegel y a los filósofos de la ilustración por conservadores y autoritarios, mientras elogian las tradiciones republicanas de la preilustración, enraizadas en Maquiavelo y Spinoza. De esta manera, lo que obtienen porsí mismos, es la noción dialéctica de que puede emerger un futuro libre a partir del presente, si las variadas fuerzas y tendencias que se oponen al sistema pueden a su vez asociarse con una teoría de liberación que esbocen filosóficamente ese futuro emancipatorio que anhelan.
Ciertamente, Marx superó la división pre Hegeliana entre inmanencia y trascendencia. La clase trabajadora no existía antes del capitalismo y fue un producto del nuevo orden capitalista, y fue, por lo tanto, inmanente o interna al capitalismo. Al mismo tiempo, sin embargo, la clase trabajadora alienada y explotada luchó contra el capital, no solo por una porción de torta más grande, sino también comprometida en una lucha para superar al propio capitalismo, y fue en este sentido una fuerza para la trascendencia (el futuro en el presente) (Anderson, 2010: 11s.).
Aquí vemos, al igual que con Habermas, un rechazo a todas las formas de trascendencia radical y una negación a conceptualizar dialécticamente una alternativa al capitalismo. Como indica Anderson, hacer eso inspira miedo a la utopía, o peor, autoritarismo y presunción al colonialismo. Para Habermas, Hardt, Negri y Holloway, pareciera existir un miedo hacia el costado Prometeo del humanismo marxista que, indica Anderson, apunta hacia la trascendencia de lo dado. Por lo tanto, en el caso de Habermas, regresamos a un liberalismo reformista, y Hardt y Negri se mueven hacia un radicalismo pos estructuralista.
La solución, como propone Anderson, es “mirar a la cara a la negatividad” (para citar a Hegel), y trabajar dentro de una dialéctica variopinta que considere raza, etnia, género, sexualidad y juventud. No podemos tan solo negarnos a tomar el poder del estado, como John Holloway y otros recomiendan, dado que el estado con su lógica permisiva de dominación seguirá existiendo hasta que hayamos creado un nuevo orden social, que se base en la asociación libre del trabajo a escala mundial.
El vecindario se puso más interesante
PJ: Hoy, conceptos tales como “post industrialismo”, “post Fordismo”, “capitalismo posmoderno” y “sociedad de la información” se mezclan con frecuencia en un concepto global de Manuel Castells (2001) y Jan van Dijk’s (1999) denominado sociedad delas redes (networksociety[1]). Una de las principales diferencias entre la sociedad industrial y la sociedad de las redes radica en la estructura de producción: en la primera predomina la producción de artefactos físicos, mientras que en la segunda predomina la producción de conocimiento. Esto nos trae el concepto de economía del conocimiento, donde hordas de trabajadores de la información producen valor agregado haciendo malabares con bits y bytes invisibles e intangibles. Por cierto, es difícil negar que tú y yo, profesores de universidades de dos continentes diferentes, hayamos perseguido delgadas luces inmateriales en nuestras pantallas para producir valor tangible en forma de material impreso, como esta entrevista. Y no somos excepciones, al tiempo que la impiadosa industria reduce su fuerza de trabajo, se encuentra virtualmente con un flujo de “inmigrantes” que intercambian producción de artefactos físicos por producción de conceptos e ideas.
Esas tendencias están muy asociadas con relaciones sociales embebidas en la historia y arraigadas en la economía.En la teoría, los inmigrantes virtuales tienen más posibilidades de obtener trabajos decentes en línea que los inmigrantes clandestinos de África de Norte en la isla de Lampedusa. Al menos son legales. Sin embargo, ganar dinero en línea todavía es un raro privilegio para un reducido puñado de vecinos tuyos en Silicon Valley o una excepción, social y económicamente concebida, que apenas confirma la estereotipada imagen de un inmigrante pobre (Guy Standing explora esto en profundidad en sus excelentes libros ThePrecariat (2011) y A Pecariat Charter: from denizens to citizens (2014).
Por un lado, Peter, obviamente nos enfrentamos a la desmaterialización de las actividades económicas. Por otro, sin embargo, la producción de artefactos no tiene más opción que seguir de cerca el aumento de la población mundial y sus numerosos estilos de vida. Como dijiste antes “de ninguna manera dejamos la era de columnas de humo de la producción fabril”.Obviamente, esas tendencias están muy relacionadas con problemas educativos y de clase. Sobre esa base, Peter, ¿podrías por favor analizar los principales cambios contemporáneos en la estructura de producción?
PM: La sociedad del conocimiento se basa en la comunicación, en el diálogo, en la creación de conocimiento para el bien de la humanidad. La economía del conocimiento, por otro lado, se interesa en apropiarse de las tecnologías de comunicación con el propósito de producir información que pueda ser centralizada, supervisada y controlada por medio de una sistemática desprofesionalización de los trabajadores. De hecho, la economía basada en el conocimiento es en verdad una ilusión. Cuando podamos eliminar el sub empleo, entonces quizás ese término tenga alguna importancia real. Todavía tenemos una fuerza de trabajo educada con abundantes habilidades. Lo que necesitamos es una redistribución masiva de riqueza en forma de más trabajos. Entonces, no nos confundamos con toda esta charla sobre trabajo inmaterial. Intercambios sociales no son iguales, el trabajo inmaterial no está libre del capital. Las computadoras no nos han hecho productores libres e independientes. ¿Por qué incluso estamos cooperando, generando capital humano de alto calibre para las corporaciones?
Glen Rikowski lo expuso así hace poco: “convertirse en capital o humanizar nuestras almas” (McLaren & Rikowski, 2000). Me gustaría resumir algunos puntos importantes mencionados aquí por Rikowski (MsLaren & Rikowski, 2000). El capital humano, como Marx indicó, se volvió una condición de vida en las sociedades capitalistas. El humano es una forma de capital y el capital es una forma de vida humana. Mientras se cree que las ventajas competitivas provienen del conocimiento y la innovación, los trabajadores del conocimiento han sido exportados a todo el globo al igual que los trabajadores manuales. La economía del conocimiento orientada a las necesidades de los empleadores ha reducido los objetivos de la educación, marginalizando la pregunta crítica y las habilidades. De hecho, Rikowskillega tan lejos como hacer notar que la educación y el entrenamiento son en realidad parte de la economía del conocimiento, siendo que los estudiantes extranjeros con estudios superiores traen enormes ganancias de exportación.
El capital, como Ribowski lo describe, es un tipo de energía social, y no se auto genera. Depende de nuestra capacidad de trabajo, que crea el valor excedente, y luego varias formas de capital se desarrollan a partir de este excedente. La capacidad de trabajo produce tanto mercancías inmateriales como materiales. La capacidad de trabajo es hoy la mercancía más explosiva del mercado mundial, apunta Rikowskiy tanto la educación como el entrenamiento imponen límites a la producción social de capacidad laboral, evitando el desarrollo de esas capacidades que pueden romper las cadenas impuestas por la forma de valor del trabajo. Para poder cambiar nosotros mismos, para reinventarnos, para descolonizar nuestras subjetividades forjadas en el crisol del capitalismo, necesitamos transformar las relaciones sociales que sostienen nuestra forma de vida capitalizada.
PJ: Jan Van Dijk yuxtapone la sociedad de las redes con su predecesora (la sociedad de masas) y las vincula con características de los medios que las sostienen. Los medios predigitales de la sociedad de masas, tales como la radio y la televisión, pueden realizar comunicaciones unidireccionales desde los centros de poder hacia las periferias: unos pocos elegidos hacen y hablan, mientras el resto de la población mira y escucha. En contraste, la sociedad de las redes está asociada con redes de medios digitales y sociales y multidireccionales e “individuos, gente, grupos y organizaciones vinculadas a estas redes” (van Dijk, 1999: 24). Usando la jerga de las ciencias de la información, las tecnologías de la sociedad de masas permite una comunicación uno a muchos, mientras que las tecnologías de la sociedad de las redes proveen vías de comunicación muchos a muchos.
Otra diferencia importante entre las dos generaciones tecnológicas reside en su alcance. En los años 1980, la casa de mis padres estaba equipada con muchos aparatos diferentes de propósito único: radio, televisión, reproductor de casetes, reproductor de vinilos, Walkman[2], teléfono, cámara de fotos, cámara de video… y varios de estos aparatos podían contarse en más de uno. Las tecnologías de la sociedad de masas mantenían límites firmes entre los distintos medios: los casetes no podían reproducirse en un equipo de TV, y un Walkman no podía reproducir vinilos. Estaban fabricados para durar, como puede verse fácilmente en el ejemplo de la escena del audiófono, una vez que entrabas al mundo de los vinilos, te quedabas ahí por años y décadas.
Por el contrario, las tecnologías de la sociedad de las redes, son conceptualmente universales. La computadora es “un medio de la más amplia naturaleza general” (Carr, 2011). Cualquier tipo de información analógica puede digitalizarse, procesarse y entregarse, esencialmente de la misma forma y usando el mismo chip-set[3]. A pesar de la aparente diversidad de cosas que pueden hacerse con las computadoras, las tecnologías de información y comunicación nos han traído una gran unificación de actividades humanas: el trabajo contemporáneo, la comunicación y el entretenimiento, se realizan usando exactamente el mismo hardwarepotenciadoen base al software. La sociedad de masas se había basado en muchas tecnologías diseñadas para propósitos específicos y limitados, mientras que la sociedad de las redes se basa en adaptaciones de una misma tecnología para muchos propósitos diferentes. Esto es un simple esbozo de este complejo tema. Se puede leer más acerca de las diferencias entre las distintas generaciones de medios tecnológicos en el importante libro The Swallows: what the internet is doing to our brains escrito por Nicholas Carr (2011).
Hay algo general que aplica a todas las tecnologías: pese a las obvias innovaciones incluidas en cada generación de medios, sus relaciones dialécticas con la sociedad son profundamente históricas y embebidas en la naturaleza humana. En consecuencia, encuentro que la yuxtaposición de van Dijk entre tecnologías de la sociedad de masas y tecnologías de la sociedad de las redes es muy importante, y sugiere que deberíamos arrancar la discusión sobre los actuales medios digitales con el análisis de su predecesor analógico más importante: la televisión.
PM: Siempre aprecié el trabajo de Joyce Nelson, en especial su libro The Perfect Machine (1991), en el cual revela la colusión ideológica entre la industria televisiva y el estado nuclear, en su cruzada por la imperativa tecnológica ideal: la eficiencia. Nelson desnuda la relación entre el avance de la televisión,los contratos de defensa y las industrias de armas como General Electric, DuPont y Westinghouse. Yo crecí en los años 1950 y éramos una de las primeras familias que tuvo televisión porque mi padre comenzó a vender TVs cuando regresó de luchar con los Nazis al fin de la Segunda Guerra Mundial. Poco sabía mi padre que estaba diseminando el inconsciente tecnológico de nuestra cultura: un inconsciente tecnológico con raíces en el inconsciente nuclear.
La televisión es el ojo de nuestro inconsciente, como el ojo de Sauron en El señor de los anillos (Tolkien, 2012): coloniza nuestra subjetividad, actúa a través de nuestros sentidos de la irracionalidad. Reemplaza la conflictiva carne de nuestro cuerpo (que en secreto deseamos descartar) por la carne de nuestros sueños: nos recrea revalorizando la naturaleza masculina de la conquista y el control, y nos permite vivir en nuestras mentes la actuación de una realidadque es inmanejable e incontrolable fuera de ellas. Vemos la tecnología como veríamos la religión: nuestra salvación. Es el espejo en el cual esperamos encontrar la perfección reflejada hacia nosotros mismos mediante la adquisición de conocimiento universal, el conocimiento perdido cuando supuestamente fuimos rechazados por Dios del jardín del Edén. David Noble escribió sobre este tema con considerable perspicacia y aplomo (leer, por ejemplo, su libro Digital Diploma Mills [2001]).
Podemos ver el advenimiento de la televisión como un instrumento ideológico para deprimir la función del lóbulo frontal. El lóbulo frontal organiza, planifica y ordena nuestro comportamiento. Es fundamental para hacer juicios morales, para poder hacer evaluaciones correctas sobre lo que vemos. Sabemos, por ejemplo, que los juegos de computadora pueden generar una disminución en la actividad de los lóbulos frontales sobre estimulando partes del cerebro asociadas con el movimiento y la visión. El trabajo de Marie Winn (2002) ayuda a entender estoal analizar el efecto sobre el cerebro de los televidentes asiduos al nuevo panorama de medios. Está todo el tema de tener TV y los horarios en que los chicos la ven que se correlaciona con un decaimiento en los Exámenes de Admisión Estandarizados (SATpor sus siglas en inglés) de los estudiantes.
Winn ha dirigido nuestra atención sobre la extensa visión de la televisión y los efectos sobre el desarrollo verbal de niños jóvenes (distinto al desarrollo de sus capacidades visuales o espaciales) y de sus puntajes de lecturas. Las investigaciones que muestran los efectos negativos de ver TV en relación a los logros académicos son muy convincentes. Hay algunas evidencias que sugieren que las emisiones visuales y auditivas provocan daños en el desarrollo cerebral de los niños. Según algunos investigadores del cerebro, cuando vemos TV, nuestro cerebro en realidad se apaga y neurológicamente somos menos capaces de juzgar aquello que vemos y escuchamos en la pantalla. Estoy pensando en el trabajo del Dr. AricSigman (2007) sobre cómo la televisión crea una separación mayor entre pensamiento y emoción y que en realidad sirve para aumentar el comportamiento conformista. Entonces la TV se convierte en un gran medio de control y de ingeniería social. Es un instrumento perfecto para los anunciantes, la máquina de sueños húmedos del capitalismo. En la medida que, al mirar la TV, se evite engrosar los nervios de las neuronas del lóbulo frontal, se puede crear una generación completa de residentes de una colmena, con muy poco auto control, listos para ser manipulados por los gurús de la televisión y las máquinas de propaganda de las que forman parte.
Uno de mis profesores del Ontario Institute for Studies in Education, el Dr. Fred Rainsberry, quien tenía un interés especial en la teoría de la comunicación y el desarrollo del curriculum y formaba parte de la Royal Commision on Violence in the Commucations Industry, me sugirió que debería trabajar con Marshall McLuhan en mi investigación para el doctorado, pero el año que ingresé al programa, en 1979, McLuhan sufrió un derrame cerebral. Desarrollé un piloto televisivo para niños, llamado Kidding Around, para la entonces inexperta estación de televisión multilingüe de Toronto. La idea era visitar cada semana un sector étnico de la ciudad y entrevistar a la gente común para tener una idea de su vida. No pudimos conseguir ningún anunciante y el programa nunca fue pudo pasar del piloto.
PJ: ¿Puedes asociar estos conocimientos predigitales con las tecnologías de información y comunicación contemporáneas?
PM: Como hicieron notar David Harvey (1990) y otros, la computarización crea una compresión del tiempo y el espacio acelerando los tiempos de retorno en el proceso de la acumulación del capital y la aceleración en el intercambio y el consumoayudan a producir necesidades de consumo superficiales a través de los medios masivos (por ej.: los anuncios televisivos y la producción de espectáculos). Nos vemos a nosotros mismos como agentes del cambio en medio de estas mercancías superficiales que se descomponen en nuestras entrañas neoliberales y son expelidas rápidamente en un flujo ininterrumpido tan solo para hacer espacio a mercaderías aún más superficiales. En lugar de producir bienes e infraestructuras duraderaspara el bien común, somos propensos a la producción de deseo que reemplaza a los sistemas ininteligibles verdaderamente críticos que podrían ayudarnos a tener una visión más crítica sobre lo que nos está pasando. Nos volvemos activistas de cambios culturales que dependen de las mismas corporaciones contra las que despotricamos, en lugar de ser agentes para la transformación económica que producirá los productos y la infraestructura necesaria para ayudar a las poblaciones a cubrir sus necesidades en vez de subjetividades generadas digital y electrónicamente (cuerpos sin órganos), que no son nada sino lo que Alan Watts solía describir en los años 1960 como “sacos de piel”[4] (1966). Nos enfrascamos en políticas de inmanencia mientras ansiamos una política de trascendencia. Pero una política de trascendencia implicaría renunciar a la seguridad que tenemos incorporada en nuestra propia cultura corporativa mercantilista contra la que se supone que luchamos.
Si todo está comprimido en la superficie de una imagen descontextualizada, entonces todo puede substituirse por cualquier otra cosa. Los revolucionarios son tan solo conformistas que se amoldan a los deseos de otros revolucionarios y es mejor ser un conservador que busca y encuentra placer en la vida que un activista sin sentido del humor que sufre,aunque logre algunos progresos en la creación de un mundo más justo y equitativo. Estás condicionado a pensar que un nuevo cosmético es tan importante como la crisis en Ucrania. Ambas cosas son presentadas en los medios como equivalentes. Vemos a los millones de adictos al vestuario erótico de Miley Cyrus y a sus “errores de ropero” (accidentes a propósito) y podemos maravillarnos ante el poder de los medios para crear celebridades que nos distraen de los proyectos políticos sustanciales. Miley no va a despertarse un día siendo marxista para liderar una revolución. Pero cuando llegue la carta de despido, sus admiradores estarán buscando un nuevo trabajo sin cobertura médica.Y aun así son capaces de verse a sí mismos como consumidores culturales transgresores, mientras se dirigen hacia las colas del pan y los comedores populares.
Los avances tecnológicos nos están integrando funcionalmente a los circuitos ideológicos y a los imperativos globales de la clase transnacional capitalista, instigándonos a desarrollar nuestras identidades de acuerdo a la transcripción oculta de la agenda neoliberal: crear ciudadanos consumistas que formen una clase compradora ciber ciudadana y actúen como centinelas que aseguren la promulgación de una mentalidad colonial. De esta forma, la tecnología de la información sirve para encender la caldera de la represión interna y política, para apoyar la violencia estructural del capitalismo y habituarnos en el servicio al imperio. Ya no es necesario el temor a que nos obliguen bajo presión a estar al servicio del imperio: gracias a los avances tecnológicos que todos hemos llegado a “disfrutar” nos hemos transformado en productos ideológicos de las limitaciones fabricadas por nuestro propio interior. Todos somos Julian Assange, dando un sermón desde el palco de la embajada ecuatoriana.
PJ: En la sociedad de las redes, muchas ocupaciones han experimentado significativas transformaciones y los medios masivos fueron, obviamente, golpeados más fuerte que el resto de nosotros (Bird, 2009). Por favor ¿podrías mirar hacia atrás y analizar los principales desarrollos de los medios masivos durante décadas pasadas? ¿Qué ocurre con la prensa tradicional en la era de las redes?
PM: El periodismo solía ser un mediopor el cual los ciudadanos podían lograr quealgunas personas con poder dieran cuenta de sus acciones y las historias Upon Sinclair son citadas con frecuencia como el prototipo de los escarbadores de escándalos. Pero esos periodistas son pocos y alejados entre sí y sus carreras en los medios corporativos rara vez duran por mucho tiempo. Como Sonali Kolhatkar (2014) ha apuntado recientemente en una conversación con Glenn Greenwald, los medios principales se dedican a atacar a personas como Greenwald y Snowdende una manera en la que nunca tratarían a miembros del Congreso. Greenwald y Snowden se han convertido en ejemplos prominentes de los “criminales del pensamiento” de Orwell y el público ha sido condicionado para verlos como traidores a los Estados Unidos.
Tengo la opinión de que el 1894 de Orwell ha estado sobre nosotros desde hace tiempo. Al menos desde el 2001, cuando la prensa se convirtió en la cámara de resonancia de la administración Bush en su atroz declaración de guerra a Irak. Cuando los EE.UU. empezaron a creerse su propio mito de ser el eterno e invencible súper poder mundial, incapaz de declinar, 1984 se construyó sobre los restos de los cuerpos caídos y muertos de la yihad Americana. Cuando los EE.UU. empezaron a creer y a actuar bajo la idea de que podían remodelar el mundo, pero eligiendo hacerlo a través de la ira de la mayor fuerza militar en la historia todos en este país fuimos condenados, al darle luz verde a la NSA[5] y a las corporaciones, para que actúen con los mismos derechos que las “personas religiosas”, para que el gobierno apresure nuestra extinción mediante políticas que impactanmuchísimo sobre el cambio climático, la guerra yel trabajo forzado que convierte a los trabajadores en esclavos del salario de la clase capitalista transnacional y el ecocidio. Es un indicador de la sofisticación del aparato mediático de los EE.UU. tal que muchos americanos aún creen que viven en un país que ejerce la libertad de prensa. La prensa es libre, por supuesto. Libre de perseguir los objetivos e intereses de las corporaciones dueñas de los medios del mercado.
Aun cuando existe la posibilidad de que algunos periodistas investiguen una determinada historia, las corporaciones entran en acción por medio del soborno u otros medios disponibles para comprar el silencio de potenciales informantes. Hace poco tiempo, por ejemplo, un pequeño pueblo en Otawwa, Canadá, recibióU$S 28.200de la compañía de energía TransCanada Corp., a cambio de no brindar informaciónpor cinco años sobre el proyecto de oleoductos de arena asfáltica de Energy East. TransCanada acordó dar a MattawaU$S 28.200 para que el pueblo pueda adquirir un camión de rescate. Ahora pueden rescatar a alguien de un peligro a cambio de poner a la humanidad ante un peligro mortal:la propuesta de oleoductos Energy East tiene el potencial de generar cada año tres emisiones de gases causantes del efecto invernadero, lo que equivale a sumar más de siete millones de vehículos a los caminos (Atkin, 2014).
Las culturas digitales y la sustentabilidad de la ecopedagogía
PJ: En nuestra sociedad de alta tecnología, todo está directamente asociado atemas relativos al medio ambiente. Sobre esta base, el movimiento recién establecido de la ecopedagogía relaciona la ecología con la pedagogía crítica. En el 2007, presidiste el comité de descargo para la disertación doctoral de Richard Kahn sobre el movimiento. Tu libro, coeditado con J. Sandlin, Critical Pedagogies of Consumption: living and learning in the shadow of the ´shopocalypse´ (2009), es muy referenciado como una de las lecturas principales en este campo. Escribiste el prefacio para Occupy Education (2012), un libro sobre ecopedagogía escrito por Tina Lynn Evans y estoy seguro de que debe haber otras contribuciones que se escaparon de mi atención. ¿Podrías por favor analizar el potencial de la ecopedagogía para nuestras investigaciones sobre los enfrentamientos críticos entre la educación y las tecnologías de información y comunicación?
PM: No estoy seguro de poder dar una respuesta satisfactoria en relación a la eco pedagogía y los enfrentamientos críticos entre la educación y las tecnologías de información y comunicación. Después de todo, la ecopedagogía es un sub campo relativamente nuevo de la pedagogía crítica, si bien debo ser cuidadoso al referirme a ella como un sub campo, si bien con certeza está en la trayectoria de la pedagogía crítica revolucionaria. La pedagogía crítica se compromete cada vez más en hablar de los problemas de sustentabilidad socio ecológicos y del cambio social orientado a la sustentabilidad. Con las contribuciones de autores y activistas como RchardKhan, Tina Evans, David Greenwood, Samuel Fassbinder, Sandy Grande and Donna Houston (por nombrar solo algunos), el campo de la ecopedagogía tiene en este momento un potente empuje. Al incorporar sus contribuciones en la conversación, con los esfuerzos de Vandana Shiva, Joan Martinez-Alier, Joel kovel, Jason W. Moore y John Bellamy Foster, los ecopedagogos han cultivado un panorama de importante activismo transnacional. Estamos siendo testigos de una profunda demostración de eficaz integración de movimientos de justicia social, movimientos educativos y movimientos ecológicos. En contraposición con la disciplina capitalista, que contribuye a la crisis existente, las prácticas ecopedagógicas pueden ser catalogadas como una suerte de “disciplina ecológica” (Fassbinder, 2008) que asociará a las personas en defensa de las diversidades ecosistémicas y sociales en contra de su manipulación por el capital, como mercancías humanas.
En este sentido, Occupy Education (2012), un libro de Tina Lynn Evans, tiene mucho de pedagogía crítica de convergencia e integración, asociadas por la disciplina ecológica, e incorpora al diálogo el trabajo de estudiantes de la sustentabilidad europea y activistas con poderosas voces emergentes de las Américas, tanto para cuestionara las metrópolis steampunk manchadas de óxido y a las plantas rodantes sin raícesinternas al capitalismo neoliberal,como para trabajar en pos de la visión de un mundo liberado de las amenazadoras disciplinas del capitalismo neoliberal. Por supuesto, “ocupación” significa algo diferente para los pueblos indígenas que han luchado por mucho tiempo contra la ocupación imperialista. No obstante, el movimiento de ocupación fue valiente en tanto que denunció situaciones de desigualdad y nuevos “arcos sociales” para la utopía, en el mapa de las poblaciones coloniales europeas.
Lo que al principio golpea al lector, como un tema central en el proyecto de Evans, es el modo en el que se establece el amplio contexto del punto de partida, donde teorías de sustentabilidad y acciones localizadas, se aplican a múltiples contextos de experiencias prácticas, experienciasque han tenido un impacto incalculable por parte de los estragos de la globalización capitalista neo-liberal y su sostenida oposición a la misma. Los puntos de partida de Evans que emergen de este contexto son el sufrimiento delosoprimidos del planeta, en el proceso de apalancar teorías de la educación progresivas y radicales, que ella emplea a riesgo de perderse ella misma en el propio sistema que ha tratado de superar con tanta valentía. Evans rechaza el discurso reformista y sus aparatos hegemónicos y en cambio elige construir una pedagogía de sustentabilidad que puede ser usada como instrumento estratégico para la liberación, orientado a la educación pero que no obstante mantiene una posición de extraordinaria efectividad política. Pensadores indígenas radicales como Linda Smith (1999), han hablado mucho, por supuesto, sobre las tensiones entre la “asimilación” de sistemas educativos y las posibilidades de las pedagogías radicales dentro de los sistemas educativos formales.
El resultado de esto es la creación de lo que Richard Kahndenomina un “bloque contrahegemónico de alianza ideológica” entre educadores ambientalistas, académicos indígenas, trabajadores no académicos, y activistas políticos de variadas y diversas extracciones, o lo que Kahn en su propio trabajo innovador ha llamado “el movimiento ecopedagógico” (2010). El trabajo de Evans está construido sobre teorías profundas de la naturaleza y los propósitos de la sustentabilidad misma y Evans es plenamente consciente de que la política de sustentabilidad no es una historia de amor en perfecta armonía y puede ser fácilmente cooptada por los guardianes del estado, con promesas vacías para controlar las crisis en nombre de los intereses del bien público (siendo en realidadintereses de codicia privada). Los discursos sobre la sustentabilidad pueden ser apropiados por los mismos intereses que Evans está dispuesta a desenmascarar (ver por ejemplo, Who Cares about the Commons? de Josee Johnston, quien argumenta que “la sustentabilidad ahora implica tanto rentabilidades sustentables como ‘salvar la tierra’” [2003: 1]).
Entender cómo ocurre tal apropiación, cómo permanece vivo y en buenas condiciones el instinto imperial entre educadores progresistas y cómo esto viene con una tarifa fija y un compromiso no-negociable dereforma por sobre la revolución, puede asistir de manera brillantecomprometiéndose con los trabajos de la escuela de descolonización. Exponentes de esta escuela han trazado el terreno conflictivo conocido como el “patrón de poder colonial” y “el Eurocentrismo del patrón colonial/capitalista de poder”, cuyos investigadores y activistas que trabajan en las áreas de epistemologías y prácticas de descolonización incluyen a Ramón Grosfoguel, Anibal Quijano, Linda Smith, Enrique Dussel, Sandy Grande y otros.
Además de estar destinada a combatir el patrón de poder colonial, la pedagogía critica revolucionaria de sustentabilidad es tanto crear lo que Kahn llama la “ecología revitalizada de cuerpo/mente/espíritu” y la lucha por la “planetariedad”, como una tarea praxis para alcanzar objetivos específicos, acumulativos (2010). Así, por ejemplo, Grosfoguel (2008), como Quijano, Dussel y otros pensadores “descolonializadores”, sugieren abordar la ecología viendo las jerarquías dependientes del capitalismo, la espiritualidad, epistemología, jurisprudencia y gobernabilidad, el patriarcado e imperialismo, como un complejo de poder enmarañado y constitutivo semejante a una ecología global.
PJ: Leyendo tu respuesta, no puedo evitar el recuerdo del importante trabajo realizado por IvanIllich. Desde Deschooling Society (1971) y pasando por Tools for Conviviality (1973) hasta Medical Nemesis (1982), Illich ofrece muchas ideas innovadoras y estrategias para la descolonización de una compleja red de relaciones entre tecnologías, culturas, educación y ecologías. Por lo tanto, Peter, ¿cuáles son las lecciones más importantes que podemos tomar de Illich?
PM: Mientras que la idea de Illich sobre la desescolarización está basada en una imagen utópica de los seres humanos (se puede encontrar una profunda crítica a las ideas educativas de Illich en el contexto contemporáneo de Internet en el libro Wikiworld (2010), escrito por Juha Suoranta y Tere Vaden), su legado más perdurable reside en el profundo análisis de las relaciones entre la raza humana y su entorno. Barry Sanders, coautor con Illich de ABC: the alphabetization of the popular mind (Sanders &Illich, 1989), compartió la siguiente historia acerca de Illich, descripta como sigue por Richard Wall: En un momento, durante una conversación en Maine, en medio de una descripción de Ivan acerca de su desconfianza por la tecnología electrónica y su especial terror al email, un joven se puso de pie de un salto y exclamó: “Pero, Sr. Illich ¿no desea establecer una comunicación con nosotros?”. Ivan respondió de inmediato: “No, en absoluto, no tengo ningún deseo de establecer comunicación con usted. Usted no puede “conectarse” conmigo, ni yo quiero ser “descargado” por usted. En cambio, me gustaría mucho conversar con usted, observar la punta de su nariz, abrazarlo. Pero conectarme… No, eso no lo deseo” (Sanders &Illich).
Illich nos enseña a no tener miedo, ya sea desde un escenario o en la audiencia. El odiaría cualquier tipo de tecno fobia o imaginación distópica que destruya la valentía que necesitamos para movernos hacia el futuro.
PJ: Hasta ahora, realizamos una concisa introducción de tu conversión crítica del posmodernismo al marxismo, exploramos los cambios en la formas de producción en la sociedad de las redes, y examinamos los mayores potenciales de la ecopedagogía. Para sistematizar nuestras ideas, abordamos estos temas en una secuencia prolija, uno a uno, pero su naturaleza real no tiene nada de prolijo ni de secuencial. Los discursos científicos no separan los fenómenos sociales por su naturaleza, sino que los problemas aislados representan pedazos más pequeños de la realidad, y que así resultan mucho más fáciles de comprender para la media de los seres humanos. Sin embargo, la naturaleza dialéctica de nuestra realidad siempre encuentra la forma de salir a la superficie. En el campo de las metodologías de investigación, esto se refleja en la necesidad de explorar las relaciones entre tecnología y sociedad abordándolas de manera interdisciplinaria, multidisciplinaria e incluso anti disciplinaria (Jandric & Boras, 2012). En la vida cotidiana, esto puede ser más notable en conceptos dominantes, elusivos y aun así ineludibles e inevitables tales como culturas digitales (utilizo el plural deliberadamente para resaltar la multiplicidad de antecedentes, narrativas y perspectivas). ¿Cuáles son las características principales de las culturas digitales emergentes? ¿Cuáles son sus valores e ideologías subyacentes? Parafraseando a Freire (2000), ¿cómo se relacionan con nuestra lectura de la palabra y del mundo?
PM: C. A. Bowers y yo tuvimos algunos animados sino reñidos debates a lo largo de varias décadas, en especial sobre el trabajo de Paulo Freire. Al mismo tiempo, quiero reconocer la importancia de algunas de sus lúcidas observaciones sobre culturas digitales (Bowers, 2014). En primer lugar, es esencial que entendamos la naturaleza metafórica del lenguaje y que la inteligencia no está limitada a lo que puede explicar un estudio científico sobre las redes neuronales del cerebro humano. La consciencia, como Gregory Bates y así también Bowers reconocen, contiene las sendas de todo el pensamiento inconsciente, incluido aquél que es automático y reprimido, neural y hormonal. El almacenamiento cultural y el pensamiento impreso, que utilizan los desarrolladores de tecnología, no se basanni en la racionalidad ni en lo objetivo, sino que en realidad obstaculizan la consciencia de que lo que se está comunicando a través de esas múltiples sendas difieren de una cultura a otra.
Bowers tiene razón sobre esto y le preocupa que la tecnología de la computación y la digitalización desmedida del hombre nos ofrezcan una noción truncada de la inteligencia ecológica. Los técnicos de computación y científicos que trabajan en inteligencia artificial santifican datos e información cimentados en el almacenamiento cultural y del pensamiento lo que refuerza el conocimiento superficial, ignora el conocimiento tácito, representa un falso sentido de objetividad y en última instancia representa en forma errónea la intensa información emergente y relacional de las sendas de las ecologías culturales y naturales. Bowers es muy convincente sobre esto.La comunicación digital reproduce las concepciones erróneas codificadas en el lenguaje de capas metafóricas que con frecuencia se dan por hecho por parte de los técnicos digitales.
Los científicos de computación están utilizando un proceso de lenguaje basado en una alfabetización que reproduce los mitos y supuestos culturales en base a datos almacenados que influencian el pensamiento y la consciencia (lo que en realidad se promueve, son los mitos del individualismo y el progreso y lo que se silencia es la necesidad de conservar las culturas generales de culturas no occidentales, capaces de proveer sistemas no monetizados de colaboración mutua que dependen mucho menos de la explotación de los recursos naturales del planeta). Yo estoy de acuerdo con la idea profética de Bowers de que no se pueden reducir la cultura, los sistemas de conocimiento cultural y las formas culturales del conocimiento a datos e información (en especial, dada la dependencia en lo datos fijos que tienen los científicos de computación y del hecho de que existen seis mil lenguajes en el mundo). Como explica Bowers, las palabras son metáforas cuyos significados son encuadrados por analogías establecidas en eras pasadas. Cuántos conocimientos de oficios y sabias tradiciones indígenas se han perdido y reemplazado por vocabularios corporativos occidentales de rentabilidad, eficiencia y competencia.
Existen diferencias lingüísticas y culturales que no pueden ser capturadas por la inteligencia artificial. No podemos capturar lo que yace más allá de la superficie de la interrelación de ecologías individuales, culturales, lingüísticas. Aquí debemos escuchar con cuidado las críticas de Bower sobre las raíces metafóricas de los sistemas de conocimiento orientales y los efectos que estos tienen sobre la colonización de la vida de otros grupos culturales. La revolución digital ha cifrado peligrosos supuestos sobre el crecimiento ilimitado, el individualismo, y la profundización de la crisis ecológica. Las tradiciones ecológicas sustentables necesitan ser renovadas entre las generaciones. Las tradiciones de libertades civiles, de las complejas tradiciones no monetizadas de la cultura general que aún son viables en las culturas occidentales deben preservarse y las culturas generales no occidentales que no dependende la explotación de recursos naturales deben ser renovadas entre las generaciones. La tecnología de la computación está contribuyendo a la crisis ecológica debido a que las computadoras súper inteligentes dependen de un almacenamiento cultural fijo, cuyos supuestos culturales han sido moldeados en base a raíces metafóricas de las ideas occidentales de progreso e individualismo. Necesitamos una inteligencia centrada en la ecología de la tierra. La pedagogía crítica puede unirse a ese esfuerzo.
PJ: Las culturas digitales (utilizo el plural en forma deliberada para resaltar la multiplicidad de antecedentes, historias y perspectivas), adquirieron hace poco mucha atención por partede varios investigadores, tales como Sian Bayne, Jeremy Knox, Hamish A. Macleod, Jen Ross, Christine Sinclair y otros. En los últimos años, estas se han convertido en parte intrínsecas de la currícula de varios institutos y universidades. Incluso, desde 2009, existe la publicación científica Digital Culture and Education (2013). En esta mezcla de discurso posmodernista de grandes historias, glorificaciones y tecnologías, mientras varios escépticos y/o anticuados se preguntan acerca de la forma en que la gente utilizaba Internet para esto o aquello, analizan la relación entre lo local y lo global, los cambios en diversas actividades humanas como el arte, el comercio, el gobierno, la educación y otras, es fácil olvidar que las culturas digitales están muy ligadas a sus antecedentes no digitales. En particular, con las relaciones de poder. En base a tu extensa experiencia internacional, sobre todo en las Américas ¿se pueden asociar las culturas digitales con las distinciones entre el Sur global y el Norte global, con la globalización del capitalismo y los arquetipos de identidad?
PM: Es muy fácil distraerse por el mundo y la cultura digitalesal crear una identidad personal en un contexto digital. Está claro cómo los individuos quieren ser representados en ese mundo, y algunos prefieren vivir en ese mundo antes que comprometerse con el mundo real. Hace poco regresé de dictar un curso de educación popular y pedagogía crítica en México,en el cual discutimos el impacto negativo de los narcocorridos (canciones que idealizan a cárteles mexicanos de la droga como el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, el Cártel de Juárez, el Cártel de los Caballeros Templarios, Los Zetas, La Nueva Generación de Jalisco, el Cártel Independiente de Acapulco y La Barredora) sobre la juventud.Parte de un movimiento musical que se desarrolló en Culiacan pero que ahora se convirtió es un gran negocio comercial en Los Ángeles que se llama El Movimiento Alterado.
Estas son las palabras de una balada prohibida en el estilo musical Norteño, cantada por Alfredo Ríos, una canción sobre un notorio jefe de la droga:
Pa´ cuidar al Mayo
Aquí nadie lo traiciona…
Con cuerno de chivo y bazuka en la nuca
Volando cabezas al que se atraviesa
Somos sanguinarios locos bien ondeados
Nos gusta matar
Las canciones realzan la tortura, el asesinato y las decapitaciones. Esta canción en particular glorifica al cártel de Sinaloa y a sus jefes, Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquin “El Chapo” Guzmán y elogia a Manuel Torres, un presunto alto sicario de Zambada. A fines del 2011, la canción había sido descargada 5 millones de veces y su video 13 millones (USA Today, 2011).
Prohibidos en las estaciones radiales de México, los narcocorridos están por todo Internet. Unos hermanos gemelos ubicados en Burbank, Califormia, desarrollaron la cultura de El Alterado, que admira al cártel de Sinaloa por su estilo de vida violento y asesino. Un cantante que se da a conocer con el nombre de “El Chapo de Sinaloa” ganó un premio Grammy en el 2008. El tráfico de drogas y la tortura están siendo aceptados socialmente. Se han producido unas 40.000 muertes por la guerra a las drogas desde que el Presidente mexicano Felipe Calderón inicio una mayor ofensiva contra los cárteles, en su asunción en 2006. Uno de mis estudiantes al doctorado en México, hizo una presentación sobre El Movimiento Alterado. Entrevistó a una serie de estudiantes suyos de 12 años en Mexicali y les preguntó por qué les gustaba escuchar narcocorridos. Sus respuestas fueron muy similares:
Porque amamos la violencia.
Queremos torturar personas.
Queremos crecer para matar gente.
En Internet existe toda una cultura a esto: videojuegos en los que se puede violar a una mujer, en los que se puede matar sin esfuerzo, en los que es posible convertirse en un súper héroe. Entonces ¿cuál es la atracción?¿Refugiarse en el inconsciente y conectarse con todas las frustraciones asociadas a ser un tipo común en la vida real? ¿Ser más propenso a la violencia para resolver los potenciales problemas de la vida real? Para contra argumentar esta música, escuchamos música de protesta política, alguna muy contemporánea, como la de Calle 13, una banda portorriqueñafundada por dos hermanos: René Pérez Joglar, que se hace llamar “Residente”; Eduardo José Cabra Martínez, quien se llama así mismo “Visitante”; y su media hermana Ileana Cabra Joglar, también conocida como “PG-13”.
En cualquier caso, al regresar de México, caminaba cerca de la estación de tren cuando de repente me vi rodeado por superhéroes (Batman, Robin, Superman, Flash, La Mujer Maravilla, wolverine, Zombies) debido a que la ciudad estaba siendo sede de una convención de libros de cómic también conocida comonerd prom[6]. Me puse a pensar entonces hacia dónde dirigían sus energías estos adolescentes y jóvenes adultos. ¿Pensarán que por poner “Me gusta” en sus intercambios por Facebook son parte de una revolución? El contraste entre las discusiones y el trabajo que había realizado en México y la invasión de los nerds en San Diego fue llamativo. En México, la cultura de internet basada en Los Ángeles naturalizaba el tráfico de drogas y la violencia extrema, mientras que del otro lado de la frontera, en Gringolandia[7], se enfocaban en el mundo de sus superhéroes. La cultura consumista del capitalismo interfiere sobre los arquetipos de identidad y ninguno de ellos lucha contra el capitalismo. Pueden estar combatiendo capitalistas corruptos, pero no al capitalismo como sistema, como estructura de sentimiento, como pecado social.
Consciencia tecnológica crítica para una nueva humanidad
PJ: Peter, acerca de la juventud, no deberíamos tomar sus ideas a la ligera: en la historia, los movimientos juveniles siempre fueron importantes agentes del cambio social. Algunos aspectos de su lucha pueden atribuirse a los choques generacionales universales, mientras que otros pueden tener un potencial real para conducir a transformaciones sociales radicales. Para hacer una clara distinción entre lo intemporal y lo contemporáneo; entre la necesidad básica humana de luchar contra la autoridad y la discusión de real importancia sobre el futuro de nuestra sociedad; entre la batalla por superar posiciones de poder y la lucha principal contra las posiciones de poder; entre la lucha desesperada contra las tiranías del mundo como la de Saddam Hussen y la lucha por una sociedad mejor, más justa y más democrática; entre el genuino cambio político y el mero reemplazo de un maniquí político por otro; entre el verdadero desarrollo social y los pueblos digitales Potemkin;[8] ¿podrías puntualizar algunas características distintivas de los movimientos juveniles contemporáneos que emergen en el contexto de la sociedad de las redes?
PM: Hoy la juventud empieza a rechazar la cultura del individualismo como un antídoto a la pérdida de sentido de sí mismos, a una existencia establecida como agentes impersonales en una sociedad racionalizada muy competitiva, orientada a los logros y a la psicoterapia. La juventud contemporánea no se siente atada a una realidad de vida que se prolongará por años porque se la ha instruido para concentrarse en su estatus y confort personal. Ellos y sus seres queridos no tienen asegurada la protección contra la miseria y el olvido. La movilización estudiantil de Chile en el 2011, el activismo de la juventud nigeriana en la base Niger Delta de petróleo crudo de transferencia, las protestas de puño cerrado contra las decisiones de gobierno de Túnes, Egipto y Libia, la resistencia a las medidas de austeridad de la juventud en Portugal, España y en especial en Grecia, los estudiantes de la educación pública de Sudáfrica que luchan para asegurar instalaciones básicas tales como bibliotecas en sus escuelas, el movimiento de ocupación de Wall Street en los Estados Unidos: todos forman parte de una creciente cultura combativacon raíces enterradas en el pasado y con bucles arabescos arqueándose hacia el futuro, como resultado de incorporar lo recomendable del pasado en nuevas prácticas de rebelión.
En el proceso de injertos en plantas, una vez que los tejidos de cambium vascularesdel patrón y el vástago de las plantas han sido inoculados con éxito, el tallo del patrón es podado justo por encima del brote recién injertado. Pero las uniones formadas como resultado del injerto no son tan fuertes como las uniones desarrolladas de manera natural. Los movimientos sociales que han reconocido su débil conexión con el pasado no intentan empezar de nuevo desde el principio (lo que es una imposibilidad fundamental), sino que utilizan innovaciones tecnológicas jamás antes imaginadas en la historia de los movimientos sociales para redefinir la forma de organizar las protestas estudiantiles para resistir la cooptación de la aristocracia capitalista mundial y proveer nuevas potencialidades en red para aumentar la presión sobre los centinelas de la clase capitalista transnacional.
Los nuevos movimientos juveniles han revelado que la declinación del activismo político entre la juventud no es un hecho inevitable de la vida capitalista ni la apatía política juvenil es evidencia de profunda normalidad. Sin embargo, la juventud a veces es arrastrada en direcciones delirantes y por lo general no concluyentes. El espectáculo del capitalismo neoliberal nos habría hecho creer que la protesta de la juventud debería estar alentada por una constante estimulación de los sentidos y en consecuencia, opuesta al curso de la rutina de las normas diarias y la autolimitación. Pero la protesta no siempre requiere que la juventud deje de lado su rutina diaria por la cultura contestataria. La protesta puede, de hecho, ser parte de la praxis diaria, como lo es en el mundo de la cultura del hip hop. Las propuestas pueden erosionar nuestra capacidad subsecuente para resistir las extenuantes demandas de nuestra vida diaria, lo cual es, por supuesto, algo bueno, porque crea un espacio de liminalidad donde se puede cultivar la protesta como una forma de arte.La necesidad histórica no otorga el éxito por adelantado a estos movimientos, como tampoco se logra por orden divina. La pregunta solo puede ser respondida en el interior mismo de las luchas, y en términos del compromiso que la juventud tiene con el pobre, el desamparado, al desfavorecido y el marginado.
Las elites gobernantes que desean convertir la codicia en un derecho inalienable, están ahora más temerosas que nunca ante la posibilidad de que los movimientos socialdemócratas liderados porjóvenes, antes incautospor la política, puedan ahora generar un significativo incremento revolucionario entre las mayorías populares. Por esotransforman las exigenciaspor más democracia de nuestra juventud,en medidas anti democráticas que imponen brutales medidas de austeridad y aumentan la presión sobre la permanente guerra al terrorismo.
PJ: ¿Cuál es el rol de las tecnologías de información y comunicación en estos acontecimientos?
PM: Imagina a una abuela que pierde a su nieto por una enfermedad pulmonar. Sus lágrimas ruedan como un balde de perlas por el precipicio de sus ojos hundidos. Pero cuando pasa por la fábrica química responsable de la muerte de su nieto, esasmismas lágrimas salen disparadas de sus ojos como grandes chispas rojas escupidas desdelas entrañas de un antiguo volcán enterrado en el profundo océano de su pena. En ese momento, puede gritar en un tono agudo que supere las chimeneas que asesinaron a su nieto. ¿Pero puede hacer algo más que llorar con dolor y furia?
Puede armar una campaña contra la fábrica en los medios sociales. Puede demandar al gobierno. Puede convertirse en una activista ambientalista. Puede ingresar el mundo digital de la protesta. No estoy diciendo que los medios sociales sean inútiles en sí mismos. Pero hoy se hacen demasiadas demandas digitales. La firma se hace en menos de un minuto. Nos da la sensación de que estamos haciendo algo, de que estamos haciendo una diferencia, de que hay esperanza para el mundo, de que podemos intervenir. Mi preocupación es formar una coalición que se organice sobre la base de una iniciativa de clase, que atraviese razas, etnias y sexos, que confronte de manera directa los dictámenes del capital. ¿Es esto siquiera posible en la era digital? ¿Estamos predestinados a una fragmentación política, a campañas individuales que entierran luchas universales bajo la micropolítica de campañas aisladas, separadas de manera antiséptica de las relaciones de producción?
PJ: Si hablamos del orden social, debemos reconsiderar las transformaciones contemporáneas sobre el concepto de estado. Sociólogos como Jan van Dijk y Manuel Castells afirman que el capitalismo global neoliberal reduce de manera constante su rol en los asuntos diarios. A un nivel fenomenológico, parece haber una aceptación común de que las funciones más tradicionales del estado han sido transferidas a instituciones transnacionales como la WTO (World Trade Organization) y el FMI (IMF, International Monetary Fund, por sus siglas en inglés), corporaciones más ricas que muchos países y con mayores responsabilidades individuales sobre temas tales como educación y salud. Sin embargo, el lado izquierdo del espectro político (McLaren, 2006; Standing, 2011, 2014) enfatiza en forma constante que el rol del estado es tan importante como siempre, y busca mejorar su funcionamiento para incrementar la justicia social. ¿Qué conceptos de estado están emergiendo de los nuevos movimientos sociales? ¿Qué tan viables son?
PM: La oposición juvenil que asume la opinión de que vivimos en la era de la información en la que tenemos una economía del conocimiento basada en “trabajo intangible”, donde el capital productivo y las clases trabajadoras se vuelven cada vez más irrelevantes para la transformación social y que el estado nacional tiene poco poder en esa relación, es propensa a adoptar una posición de “sociedad civilizadora” (Holst, 2002) y a depositar su fe en nuevos movimientos sociales; en el “cognitariado” en lugar del “proletariado”. Muchos participantes de los movimientos juveniles actuales ven al estado como un “estado social”, aquí debo tomar prestados algunos términos de Tony Smith (2009), donde la filosofía simbólica y moral son la expresión sistemática de los principios normativos del estado de bienestar keynesiano. En otras palabras, es una versión del estado que ofrece trabajo asalariado como principios normativos de una sociedad moderna.
Algunos de los participantes en los nuevos movimientos sociales más conservadores y aún liberales de centro, toman al estado neoliberal como algo normal, lo que podríamos llamar el estado empresarial, en el que la producción generalizada de mercancía requiere de un mercado mundial y siguen el principio de Hayek de que debe seguirse la teoría de ley del valor del capital (1948). Algunos de los nuevos movimientos sociales buscan crear un nuevo modelo de estado que podría llamarse un “estado activista” que se basa, en gran parte, en el trabajo de Polanyi (2001) e incluye métodos de intervención agresiva del estado en su política industrial. El capital internacional aún predomina en este modelo, y habrá una inevitable dependencia gubernamental y del comercio globalcon el capital internacional. Por supuesto, aquellos que gobiernan el estado activista desean aplicar restricciones gubernamentales a sus leyes y regulaciones para atraer capital global de inversión. Por lo que hay una intención consensuadapor ampliar los peores y más explotadores aspectos del estado. Y de nuevo, tienes algunos movimientos sociales liberales de izquierda que prefieren el concepto de “estado cosmopolita”. Este modelo proviene en gran medida del trabajo de Habermas (1970), en el que las formas de gobierno del mercado global pueden son más intra nacionales que nacionales; aquí hay un foco sobre el desarrollo de una sociedad civil globalizada.
Los movimientos marxistas y anarquistas no adscriben a ninguno de estos modelos ya que les resulta claro que es imposible administrar con democracia el salario del trabajo a escala global imponiendo restricciones severas a los mercados financieros globales y a sus derivados. Después de todo, el salario del empleado solo parece incluir un intercambio equitativo.
PJ: Peter, estando yo mismo bastante cercano a las ideas anarquistas, estoy muy interesado en tu última declaración. ¿Significa eso que el marxismo y el anarquismo lograron superar la separación de Bakunin–Marx de la Primera Internacional? ¿Podemos esperar una reconciliación de las dos filosofías políticas como base teórica y práctica para la creación de un masivo frente anti capitalista?
PM: Como bien se sabe, existe una amplia variedad de anarquismo descripto en la literatura con diversos nombres tales como el anarquismo individualista, que rechaza toda forma de organización; el anarquismo estilo “Bloque negro”, que con frecuencia se involucra en actos violentos; el anarcosindicalismo y el comunismo libertario, que defienden los intereses de la clase trabajadora y se involucran en la luchas de clases; el anarquismo “primitivista” y el anarquismo verde, que desafían a la sociedad capitalista o buscan crear alternativas a esta. Tanto marxistas como anarquistas concuerdan en el objetivo de una sociedad sin estado. Algunos marxistas mantienen con estridencia que se necesita un partido revolucionario al estilo leninista para reconstruir la sociedad de sus cenizas capitalistas, un fuerte colectivo, que organice una fuerza que vaya más allá del llamado de Bakunin durante la Primera internacional para lograr una organización de masas espontánea.
Yo fui miembro de los Trabajadores Industriales del Mundo, o “Wobblies”, pero sentí que era necesario un mayor énfasis en la creación de una praxis parala liberación conducida por la filosofía, y eso me llevó hacia la Organización Internacional Marxista Humanista (2013), que busca conceptualizar formas de organización que eludan una elite vanguardista pero que ofrece una fuerza de organización hacia el desarrollo de una alternativa socialista al capitalismo. El desafío que tenemos ante nosotros es poder construir esa alternativa que pueda lograr una ascendencia hegemónica en las mentes de las mayorías populares a nivel mundial, de forma tal que puedan luchar para dar vida a esa alternativa.
PJ: ¿Puedes evaluar en forma breve la relevancia social de los nuevos movimientos juveniles? ¿Hacia dónde nos llevan? ¿Tienen suficiente poder para generar un cambio real?
PM: Como ellos mismos sostienen, los movimientos sociales nos preparan para el siguiente paso, en vez de llevarnos a un nuevo sitio, sobre todo porque desconocemos las transformaciones necesarias que nos prepararán para una alternativa a la ley del valor. Nos preparan para renacer con una consciencia transmutada y si bien han visto a la vieja vanguardia como un obstáculo para impulsar el cambio social, aún luchan con los tipos de organizaciones que se necesitan para transformar una etapa del mundo administrada por la clase transnacional capitalista.Estos nuevos movimientos sociales constituyen el frente de la consciencia del cambio, cuando lo que se necesita es un cambio en el subconsciente del agente histórico, es decir, ¿cómo logramos que en lo profundo de la mente aceptemos el hecho de que necesitamos construir un universo social por fuera de la estructura de valor del trabajo? ¿O se trata tan solo una visión juvenil milenaria? Algunos aspectos de nuestro objetivo deben permanecer sin especificarse, nuestro camino sin rastros, nuestros llantos sin sonido y nuestro destino incierto, o si no caeremos en la trampa de imponer una heliografía, o de recodificar viejas fórmulas. Pero como mínimo debemos adaptarnos a la necesidad migratoria de la historia para resolver aquello que negamos y para movernos hacia un mundo poblado de menor sufrimiento humano, explotación y alienación. Eso se sabe y debe aceptarse antes de que podamos construir sobre los vestigios de luchas pasadas para adentrarnos en un nuevo terreno de resistencia y trasformación.
La fuerza contenida de la sombra insatisfecha que merodea en nuestro consentimiento hacia la ideología predominante de la clase capitalista, tiene la capacidad de destruir la verdadera esencia de nuestras luchas pasadas. Se necesitan nuevas formas de organización. La imaginación política debe reconfigurarse de acuerdo a los desafíos del presente. Si vemos la acumulación del capital y la producción natural como una unidad dialéctica, necesitamos una nueva visión del futuro que pueda liberarse de las mega estrategias revolucionarias de la modernidad para poder pensar en una alternativa socialista al capitalismo de manera diferente, no como un salto cataclísmico por el cual avanza la vida, sino como pasos, algunos inseguros y otros firmes, por los cuales la vida se prepara para evolucionar. Debemos recuperar de nuestro pasado lo que el pasado consideraba utópico siendo rechazado por nuestros antecesores y ofrecer nuevas formas de rebelión que puedan asegurar que ese conocimiento volverá a impactar en el presente de manera más efectiva.
PJ: Dicho eso, Peter, has tocado un asunto muy importante: la relación entre información y poder…
PM: Por supuesto, creo que la información es poder. Necesitamos saber cómo operan las instituciones, cómo se comporta la gente que está dentro de ellas. Esto es crucial. Por ejemplo, pudimos aprender sobre la guerra, en base al valiente trabajo de JulianAssange y su equipo de Wikileaks, y de los esfuerzos de Edward Snowden y Chelsea Manning.Nos hemos enterado sobrela muerte de miles que de otra forma hubieran quedado relegados a los anales de la ignorancia, como abstracciones que podemos ignorar porque no logramos imaginarlas con tan abominable y sangriento detalle en nuestras mentes. Hay un montón de información ahí afuera, toda la comunicación se basa en la información, pero en esto lo que a mí me preocupa son los proveedores. ¿Quién provee la información, cómo se encuadra o se “enfatiza” y cuáles son los efectos ideológicos? ¿Y cómo manejan la información los seres humanos? Por ejemplo ¿cómo sobrellevan los norteamericanos, el saber que sus fuerzas militares han matado a millones en sus guerras de agresión (disfrazadas como condiciones necesarias para mantener la “democracia” al sacudir e intimidar a aquellos que no juegan bajo sus reglas) golpeándolos hasta someterlos a nuestro “imperialismo humanitario” y convertirlos en estados clientelares maleables? No hay país que supere a los Estados Unidos, en traicionar a los estados nacionales que se inclinan por propia voluntad ante quien sea que se encuentre en el poder de la Casa Blanca.
¿Cómo reacciona la juventud al hecho de que su país está involucrado en una “guerra sin fin” contra el terrorismo? O con el conocimiento de que podríamos estar salvando millones de personas llevándoles ayuda médica para aquellas enfermedades conocidas y tratables. Tenemos la tecnología para hacerlo, pero no lo hacemos. El capitalismo crea vastas inequidades entre grupos, dentro de los estados y entre estados. En el mundo en desarrollo, la polución en el aire,el agua, la sanidad y la higiene es responsable de más muertes que las enfermedades. Los países ricos pueden solventar la exportación de su polución a los países periféricos. Sabemos que nuestros compañeros humanos, ciudadanos del planeta, están siendo envenenados con plomo, con humo tóxico de la quema desechos en basureros industriales, con el consumo de cigarros, con mercurio, con cromo hexavalente y pesticidas obsoletos. Después de cierto tiempo, el costo de la muerte es demasiado alto para soportarlo, pero podemos pasar rápido todos los detalles desagradables y sacarlos de nuestra consciencia usando distracciones digitales. Nuestros mecanismos para sobrellevar estas cosas incluyen surfear por los canales de televisión o por Internet; no tenemos que permanecer en ningún lugar por mucho tiempo. Nuestros esfuerzos anti bélicos se manifiestan en realidad en el terreno de la protesta cultural (a través de la música, la vestimenta, las obras teatrales, los sitios de Internet) conectada a la rebelión contra la sociedad burguesa, como si la guerra no fuera más que otra característica de la sociedad burguesa.
Lo que me preocupa es cómo la guerra está conectada a la estructura de clases, al propio capitalismo, y estoy de acuerdo con Gary Leech (2012) en que el capitalismo en sí mismo es un tipo de guerra, un “genocidio estructural” y que para combatir este genocidio se necesitará mucho más que transgresiones en el terreno cultural. Todos participamos en este genocidio estructural tanto por las acciones que elegimos llevar adelante, como por lo que decidimos no hacer en nuestra vida diaria. Es la concentración del capital en el interior de las corporaciones, su control hegemónico de las estructuras de producción ideológica a través de los medios, lo que en su mayor parte hacen posible este genocidio y, por supuesto, las políticas de las agencias regulatorias internacionales. Aun cuando elegimos resistir, nos encontramos regulados de tal forma que nos permiten romper las reglas: nos dejan una parte del espacio público en donde podemos manifestar, corear consignas y cosas similares.
El anti racionalismo y anti universalismo posmoderno de nuestro profesorado vanguardista no nos ayudará con esto. La lucha depende de nosotros para asegurar que tenemos un verdadero registro histórico y que las defensas permanecen en su lugar impidiendo que las corporaciones y las agencias gubernamentales puedan borrar nuestra historia nacional. Porque sin memoria, sin memoria colectiva, la educación es imposible.Todo educador debe involucrarse para hacer historia en la lucha para que este mundo sea un lugar mejor, conectando sus preocupaciones locales con mayores preocupaciones globales (guerras, polución industrial, derechos humanos, liberarse de constantes vigilancias). Ahora, hay otro tema sobre los registros históricos. ¿Quién es el dueño de nuestro registro histórico personal? La historia personal de esta generación se registra de alguna forma ¿quién es su dueño? Quien sea que la tenga, puede controlarnos.
PJ: Tu análisis es muy certero Peter y tus últimas palabras llaman a profundizar el tema. En estos días, varios artefactos y servicios recolectan una enorme cantidad de datos personales a cambio de servicios “personalizados”. Por ejemplo, mi nuevo teléfono no navega por Internet sin conocer mi edad, ocupación, género y estado civil; a cambio, recibo recomendaciones de restaurantes de acuerdo a mis comidas favoritas y descuentos de vuelos en base a mis destinos más usuales. Más allá de su conveniencia, estos desarrollos conllevan en sí mismos sonsacar información con un bagaje ideológico que no está presente en nuestros contratos como clientes. Cuando nos suscribimos a este o a aquel otro servicio digital, una pequeña parte de nuestra existencia genera una vida digital por sí sola. Este proceso queda fuera de nuestro alcance y se impone como un mecanismo de control de nuestro comportamiento. ¿Cuál es el precio real de estas recomendaciones “gratis” de restaurantes, descuentos en pasajes y monitores cardiacos? ¿Cómo los antiguos nativos americanos, estamos entregando nuestras mejores pieles y oro a cambio de inútiles perlas de vidrio? ¿Cuál es el rol social de la metadata y cómo se relaciona esto con las relaciones de consumo y producción?
PM: Como escribió hace poco Evgeny Morozov en The Observer (2014), nuestro mundo “tecno kafkiano” también está siendo sometido a regulaciones algorítmicas a través de la innovación tecnológica y esto empeorará de manera exponencial en los próximos años. Nuestras actividades diarias serán vigiladas por sensores como parte de la “inteligencia” cotidiana. Google pronto mediará, vigilará e informará sobre todo lo que hacemos. Procter & Gable creó la Safeguard Germ Alarm que utiliza sensores para monitorear las tapas de los inodoros en los baños públicos. La alarma suena apenas uno se levanta del inodoro y solo se detiene al presionar el botón para dispensar jabón. Morozov menciona que Google tiene planes de expandir el uso de su sistema operativo Android a relojes inteligentes, vehículos inteligentes, termostatos inteligentes y más artefactos.
Colchones inteligentes que controlan tu ritmo respiratorio y cardíaco y cuánto te mueves durante la noche. Teléfonos inteligentes que cuentan cuántos pasos diste cada día. Herramientas que registran cuanto gastaste y cuánto ganaste (para combatir el fraude impositivo) y “avances” tales como automóviles controlados en forma remota, que pueden detenerse a la distancia si te está persiguiendo la policía. Todo esto regulará cada vez más tu comportamiento.Cuando Apple patentó la tecnología que incorpora en tu teléfono inteligente sensores que pueden bloquear la funcionalidad del mismo si detectan que estás conduciendo y utilizando el teléfono, y cuando los sistemas de reconocimiento facial se hacen públicos para evitar que el automóvil arranque si no reconoce el rostro del conductor (y envía una foto al dueño del vehículo), podemos regocijarnos o preocuparnos. Yo me inclino porpreocuparme. La época de la regulación algorítmica estipula que seremos como una colmena dentro de una sociedad de retroalimentación cibernética en la que los sistemas que controlen nuestro comportamiento mantendrán su estabilidad mediante un aprendizaje constante, auto adaptándose ante el cambio de circunstancias. Morozov plantea el punto importante de que las tecnologías que detecten fraudes con tarjetas de crédito o fraudes impositivos no harán nada por evitar que las familiasultra ricas que escriben leyes de excepciones impositivas o que hacen operaciones en paraísos fiscales pasen millones como por un embudo a sus cuentas bancarias. Estas tecnologías siempre serán evadidas por el rico y el poderoso.
Morozov cita al filósofo italiano Giorgio Agamben, quien escribe sobre la transformación de la idea de gobierno. Tenemos relaciones tradicionales jerárquicas entre causas y efectos. Estamos acostumbrados a ser gobernados por causas. Ahora esta relación ha sido invertida y somos gobernados por efectos. Esto, según Agamben, es emblemático de la modernidad. Si el gobierno ya no quiere controlar las causas sino tan solo lidiar con los efectos, entonces estamos en tiempos difíciles. No intentes buscar las causas de las enfermedades; trata de mantenerte fuera del sistema de salud manteniéndote sano. Según Morozov, es el modelo de regulación algorítmica de las compañías de seguro. Si nuestro ritmo cardíaco y nuestra presión sanguínea pueden monitorearse como una forma de protección proactiva ¿seremos considerados “anormales” si decidimos reusar el uso de estos dispositivos? En otras palabras ¿seremos castigados con primas de seguro más elevadas? En un mundo regulado cibernéticamente por la agenda pro privatizadora de Silicon Valley ¿seremos castigados si fallamos en asumir la esperada responsabilidad ante nuestra salud? ¿Se considerará nuestra culpa no lograr mantenernos sanos?
Bueno, Morozov acierta cuando dice que esto deja a las empresas de comida rápida libre de culpa, ni aborda diferencias de clase y ni cuestiones de inequidad. Todos deberíamos monitorear la condición de nuestras heces y si no nos cuidamos lo suficiente nosotros mismos, es nuestra culpa si enfermamos. ¡Olvídate de la explotación de las empresas de comidas y de las farmacéuticas! Esto es lo que Morozov llama políticas sin políticas: una política identificada con el “estado interesado” que se basa en la metadata. A medida que la correlación de datos colectivos de los individuos se vuelve más sofisticada, la información de los individuos va al mejor postor dado que nuestros datos personales se convierten en activos del estado. El estado algorítmico es obseso por la reputación y es empresarial. Un día, todo el mundo será su propia marca, y casi toda interacción social significativa será medida. Esto lleva a la cultura de la resiliencia en la cual se acepta que no podemos prevenir amenazas a nuestra existencia, por lo que debemos auto equiparnos con las destrezas necesarias para enfrentar estas amenazas individualmente.
Entonces este mundo que Morozov describe con despreocupación pasa por alto,o evita cuidadosamente,varios problemas que enfrenta la humanidad como son la desigualdad económica y la emancipación. Todo lo que importa en el mundo cibernético de los mecanismos de retroalimentación en tiempo real es la creación de homeostasis social en un mundo de superficies lustrosas, políticas atomizadas y relaciones sociales epidérmicas de consumo. Lo que impreciso y descontado son las relaciones sociales de producción y cómo estas relaciones se conectan con la centralización del control en curso de la fuente de información. Nos enfrentamos a un ensayo sin critica de Brave New World (Huxley, 1932) y mientras la soma podría tener buen sabor, toda la vida es un éter dentro de la caja de Internet.
PJ: A partir de desarrollos tecnológicos recientes en la recolección, almacenamiento y manipulación de información digital, hemos aterrizado en la era de la “big data” (y ciertamente Brave New World de Huxley se ha elevado de la ciencia ficción a la vida real). Por lo tanto, no sorprende que varios problemas relacionados con la big data generen una creciente atención en diversas comunidades de investigación, desde la ciencia de la información a la educación (por ejemplo, al momento de escribir este texto, PolicyFutures in Education tiene pendiente un artículo titulado “Big Data in Education and Learning Analytics” editado por Michael A. Peters, Robert Linguard, Tina Besley y JillianBlackmore). ¿Podrías por favor relacionar labig data con la manipulación? ¿Cuál es el rol de la ciencia en la lucha contra el Brave New World digital?
PM: Estoy seguro de que estás tanto, Petar, de que los científicos sociales de la Universidad Cornell, la Universidad de California, San Francisco (UCFS) y Facebook han revelado el resultado de un controvertido experimento (controvertido se hizo de manera encubiertautilizando información privada), en un artículo titulado “Experimental Evidence of Massive-Scale Emotional Contagion through Social Networks” publicado en línea en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (Kramer, 2014). En su intento por modificar las emociones de 600.000 personas, estos científicos violaron de manera indignante estándares éticos de investigación para descubrir, aparentemente, que las emociones pueden esparcirse entre usuarios de redes sociales en Internet, lo que puede ser tomado como significado de que las emociones expresadas por medio de las redes sociales (en este caso en textos embebidos de emociones) pueden influenciar o modificar el ánimo de otros (hicieron esto mediante un algoritmo controlado por Facebook que filtra con regularidad posteos, historias y actividades compartidas entre amigos).
Todavía no está claro si este experimento fue financiado por la Oficina de Investigación del Ejército Norteamericano o alguna otra rama del ejército estadounidense. Aún si no lo fuera, aprender cómo manipular la forma en que actuamos y sentimos en redes sociales tales como Facebook tiene obviamente un poderoso potencial para los intentos militares de controlar una gran cantidad de población vía Internet. Población que en todo el mundo está alimentada por la miseria del capitalismo y se ve forzada a aceptar los programas de austeridad de los gobiernos que lastiman al pobre y benefician a la clase transnacional capitalista. Por supuesto, un experimento que determine si 1,28 mil millones de usuarios de Facebook podrían ser potencialmente manipulados mediante un “contagio emocional a escala masiva a través de las redes sociales” (Kramer, 2014) no es tan solo una forma de comprender ante qué tipo de anuncios la gente tiende a responder, sino más bien una herramienta para establecer de forma científica cómo se pueden alterar las emociones de la gente para manipularla colectivamente.
Cuando te registras en Facebook, como condición de uso del servicio, otorgas un amplio consentimiento al grupo de investigación de esa compañía para usarte como potencial rata de laboratorio. En este caso, es obvio que los investigadores universitarios sacaron ventaja de esa letra chica para evitar el consentimiento informado de todos los sujetos involucrados. Aparentemente, sin embargo, en el caso de la Universidad de Cornell, la aprobación para la investigación fue otorgada después de que la recolección de datos se había completado. Debido a que la responsabilidad de la recolección y análisis de datos fue otorgada por los investigadores a Facebook, se consideró que los académicos “no estuvieron involucrados en forma directa en la investigación humana y que no por tanto no era necesario que la misma fuera revisada por el Programa de Protección a la Investigación Humana de Cornell” (CornellUniversity Media Relations Office, 2014). ¿Quiere decir esto también que los investigadores académicos pueden asociarse con cualquier organización, incluyendo al ejército estadounidense y así eludir las restricciones éticas?
Hoy, adonde quiera que vayas, te ves obligado a consumir información que ha sido probada para que se te pida contactar a ciertas empresas o comprar determinados productos o recordar alguna información. En aeropuertos, en algunos supermercados, en algunos teatros y en carteleras. Es muy difícil escapar de esta saturación social. Pero ser el objetivo de una deliberada manipulación emocional nos ubica como nunca en el sofocante mundo de 1984 (Orwell, 1949). Ya estamos ahí. ¿Alguna vez has tenido un sueño, Petar, en el cual estás soñando dentro del sueño y auncuando te despiertas sigues dentro de él?Los avances de la tecnología nos ayudan a despertar del sueño en el sueño, pero no nos ayudan a vivir fuera del sueño, en el dominio del insomnio. ¿Los avances de la tecnología son útiles cuando ya no tenemos la potestad de crearnos a nosotros mismos y en su lugar parecemos carne para moldear en manos del gobierno y de las corporaciones? Es por esto que la pedagogía crítica es hoy tan urgente. Otro mundo es posible y la pedagogía crítica puede tener un rol en su creación. Sí, yo creo en la trascendencia y a diferencia de Vattimo o Agamben, no creo que a trascendencia interrumpa los asuntos de forma prematura. Necesitamos una filosofía de praxis, una pedagogía humanista marxista dirigida por el deseo de vivir en un mundo de trabajo asociado libremente, donde el valor de producción ya no sea el motor de la existencia humana.
PJ: ¿Qué significa reinventarnos a nosotros mismos en la era de las redes? ¿Podrías por favor analizar el papel de la pedagogía crítica en ese proceso?
PM: Petar, en este momento estoy respondiendo a tus preguntas desde Ensenada, México. Ayer, en el Instituto McLaren de Pedagogía Crítica, estaba hablando con mis estudiantes sobre la importancia de estar atentos a los profundos supuestos culturales que proveen los marcos de profundidades morales y conceptuales para nuestras pedagogías. Estaba compartiendo con ellos algunos de los importantes trabajos de C. A. Bowers (2014), quien argumenta que las tecnologías digitales no pueden representar el conocimiento tácito ni las normas culturales de los intercambios diarios de la vida cotidiana de las personas. Conocimientos que sostienen las ecologías naturales de diversos grupos de personas que habitan nuestro planeta. Por ejemplo ¿cómo es que las relaciones cara a cara de la enseñanza que ayudó a crear la educación pública, puedan ser superadas por programas de computación como Blackboard y sistemas de almacenamiento y pensamiento basados en daos fijos tan famosos en las tecnologías digitales? ¿Cómo promueven los medios y la cultura digital controlados por las corporaciones, una forma particular de individualismo occidental dependiente del consumismo y, por ejemplo, el concepto de que el desarrollo y crecimiento económico es algo bueno de manera automática?Lo que, por supuesto, lleva a una mayor pobreza y a la pérdida de recursos naturales.
Claro que esto puede llevar a mucho más: a un genocidio estructural, a un ecocidio y al epistemicidio. La información y los datos no hacen a la sabiduría. Bowers cita las perspectivas neosociales darwinianas y neoliberales de Hans Moravic y RayKurzweil, quienes argumentan que las tecnologías digitales están por desplazar a los seres humanos en el proceso evolutivo mediante mecanismos de auto corrección de la inteligencia artificial. Aquí, en Ensenada, pienso en la historia de lo Cochimies, los Pai-Pai, los Kumiai, los Cucapa, los Guayaira, los Pericues ¿Cuáles fueron los así llamados grandes movimientos de progreso que destruyeron las culturas de sus pueblos generaciones atrás? y ¿Cuántos otros pueblos originales[9] serán destruidos en el futuro por la evolución de la inteligencia de las máquinas?
La vida es errática
PJ: A eso de las tres y media de la mañana, en uno de los períodos pico de nuestro intercambio de correos, recibo de pronto el siguiente correo de Peter:
Cuando la gente empezó a usar Internet, les dije a mis amigos que el vecindario se había vuelto más interesante.
Enviado desde mi iPhone
Esta frase sirvió de inspiración para la primer parte de este artículo. Más importante, sin embargo, es que brinda un vívido ejemplo del modus operandi de Peter. Empezamos nuestra conversación de la manera más tradicional: yo hacía preguntas y Peter las respondía. Para mi gran sorpresa, después de tan solo unos pocos correos, las cosas se dieron vuelta. Por supuesto que Peter respondía a mis preguntas con respuestas a puro texto, como cualquier otro entrevistado. Sin embargo, con mucha frecuencia, tan solo enviaba uno o dos enlaces o adjuntaba un artículo en un correo vacío. De la nada, enviaba una frase o una oración aparentemente sin relación con lo último que habíamos estado discutiendo (en cualquier momento del día y con frecuencia desde su teléfono). A veces casi podía sentir las fuentes de su inspiración: haciendo fila en el supermercado, bebiendo café en su bar favorito de Los Ángeles o hablando con varias personas durante sus numerosos viajes.
Nuestra relación se hizo mucho más profunda y fue más allá de lo formal. Los correos empezaron ser bastante personales y sin embargo nunca perdían su foco por completo. Hablamos sobre el concepto general de la humanidad y sobre el cariño por nuestros compañeros, sobre los cambios en la estructura contemporánea del empleo y sobre nuestras experiencias personales de trabajo, sobre las leyes inmigratorias y sus consecuencias para nuestras familias. De esta forma, poco a poco mi buzón adquirió una interesante colección de historias que no forman parte del discurso académico tradicional. Aun así, siento que sería una pena mantener esas historias en privado, por lo que decidí armar esta pequeña colección de pensamientos que no representan a Peter el científico, o a Peter el teórico crítico, sino que muestran principalmente sus sentimientos personales sobre las tecnologías. Después de todo, en el contexto de la praxis de la crítica revolucionaria, el contexto es tan importante como el contenido, y la visión personal sobre las tecnologías de información y comunicación, no pueden separarse de las necesidades y sentimientos propios.
PJ: Peter, si tienes tiempo, me gustaría involucrarte en un pequeño experimento mental. Imagina dos cajones. El primero contiene todos los trabajos de arte, música y literatura: Shakespeare, Hemingway, London, Kerouac… /Picasso, da Vinci, Michelangelo… /Zappa, Mozart, theRollingStones… el que quieras, está ahí. El segundo cajón contiene todos los logros científicos: física, química, sociología, antropología, historia… ¿Qué cajón, en tu opinión, contiene más conocimiento sobre el mundo que nos rodea?
PM: Yo elegiría el primer cajón pero intentaría robar todo lo que posible del segundo cuando nadie estuviera observando. De hecho, me interesa la teoría cuántica.
PJ: Estás bien familiarizado con Internet. Tiempo atrás, descubrí tu sitio web con la introducción de Hasta Siempre, algo muy adelantado para su tiempo. Pero ahora tienes un nuevo diseño… También tienes perfiles en varias redes sociales como Facebook y Academia.edu. ¿Qué es lo que te motiva a tener tanta presencia en Internet?
PM: Tengo dos páginas web, ambas creadas por otros muchachos, quienes se ofrecieron a configurarlas para mí. Ambos son sitios interesantes, uno está en España, desarrollado por el brillante Carlos Escano y el otro por Richard Kahn y Greg Martin. Greg es profesor en Australia y Richard es profesor en Los Ángeles, pero ahora lo administra Greg Misiaszek, quien es también un académico. Cada tanto publico algunas disertaciones que estoy dando o algo que considero que podría interesar a los lectores que aprecian mi trabajo. Ahora, Facebook es otro tema. No puedo recordar quien me dio de alta en Facebook, pero lo que posteo allí es en su mayor parte visual: posters, fotos, y un ensayo o aviso político ocasional. No me gusta nada mantener comunicaciones por Facebook. Recibo muchísimos mensajes y no tengo el tiempo necesario para responderlos.
PJ: Entonces ¿en realidad no te gusta el relacionamiento por redes sociales?
PM: Facebook promueve el narcisismo de la gente. Prefiero el correo electrónico. Tengo cierto aprecio por la estética visual y disfruto publicar fotos. Es sobre todo un vehículo para promover las causas políticas, eso es lo mejor. Ahora estoy sentado en un café de Los Ángeles. La gente ignora a sus acompañantes. Están obsesionados con sus celulares y sus iPads. Las personasson algo anecdótico.
PJ: Eres un ávido usuario de dispositivos digitales, por lo que sé, más de la mitad de esta entrevista ha sido escrita en tu teléfono inteligente. ¿Cómo te sientes sobre la tremenda asimilación de tecnologías de información y comunicación en nuestra vida diaria?
(Durante nuestra conversación en línea, Peter brindó tres breves historias diferentes asociadas a estos desarrollos. Las tres comparten el mismo mensaje general, pero exploran distintos ángulos y evocan distintos sentimientos. No creo que esté bien publicar solo una de estas historias y privar a los lectores del placer de las otras. Por lo tanto, tan solo voy a listar las tres respuestas en orden cronológico inverso).
PM: Primer historia (30 de junio de 2014)
Hoy llovía copiosamente en Jinhua, China. Chorros negros caían por las mejillas de los edificios como el maquillaje de aquellas madres que lloran por sus hijos perdidos. Me detuve en un restaurante empapado que servía comida al estilo campo, con el deseo de algún té Jiuqu Hongmei. Después de la cena, mientras admiraba unos posters del presidente Mao y del presidente Hua Guofeng, noté una ¿s diez meseras con uniformes naranjas en el comedor del área superior. Estaban todas sentadas en la oscuridad, sus rostros iluminados den manera espeluznante por sus grandes celulares Samsung. Estaban jugando y viendo videos. Todas estaban calladas. No había diálogo.
De vez cuando una mesera dejaba su silla para atender a un cliente y después regresaba al oscuro salón, al confort de su celular. Afuera del restaurante había edificios de concreto sin pintar y torres hidroeléctricas. También permanecían en silencio.
PM: Segunda historia (27 de junio de 2014)
Hace poco visité un templo budista de 1000 años de antigüedad en Hangbouz. Había figuras sagradas de la historia budista grabadas en piedra. Estatuas de Buda pintadas de oro se alzaban amenazantes sobre los visitantes, tanto devotos como curiosos. En uno templo, al menos cientos de monjes salmodiaban al unísono, al tiempo que grandes nubes de incienso llegaba a través de puertas abiertas. Bajando por el camino sinuoso desde el templo más alto de la colina, vi a uno de los monjes con su celular. ¿Tal vez estuviera consultando los resultados del Mundial? ¿O llamando a su departamento en Shanghai?
PM: Historia 3 (25 de mayo de 2013)
Detesto la tecnología, pero aun así, como muchos, soy adicto a ella. Odio los celulares, salvo para utilizarlos en emergencias, pero aun así tengo un iPhone que reviso con regularidad. Odio Internet, y aun así dedico tiempo en la web y todos los días la utilizo para revisar lo que he identificado como fuentes y autores confiables. Me irrita cuando las personas a mi alrededor hablan fuerte por sus celulares. Me disgusta mucho la ola consumista por los estuches de celulares y accesorios similares. Hay demasiada información disponible. Es apabullante. Todos crean sus propios mundos en internet, publican sus propios registros y blogs y a veces se logra encontrar algo interesante.
PJ: Por favor ¿podrías relacionar estos desarrollos con el mundo académico?
PM: Recuerdo algunos profesores de instituciones académicas que publicaron sus primeros libros y de repente se volvieron celebridades entre sus estudiantes. Cultivaban su imagen como críticos sociales, compraban con cuidado anteojos de sol para usarlos en clases, vestían corbata negra y se dejaban crecer la barba tipo sombra. Los estudiantes no tenían mucha idea acerca de si el trabajo de esos profesores era bueno o no, pero como habían publicado algunos libros, los trataban como celebridades académicas. Creo que es un poco como la película American Psycho (Harron, 2000), donde se hace mucho aspaviento por las tarjetas de presentación, la textura del papel, la impresión, el color. No es más que manejo de imagen. Los académicos se meten en su mundo de Internet, promueven su trabajo y todo eso.
PJ: En un reciente lanzamiento de International Journal of Critical Pedagogy, titulado “Paulo y Nita: compartir la vida, el amor y el intelecto”, (2013) está dedicado al “amor revolucionario” y al poder de éste para desafiar las relaciones sociales opresoras. Tu artículo en ese número, “Reflexiones sobre el amor y la revolución” (McLaren, 2013), muestran que el concepto de amor revolucionario va más allá de la esfera privada y se extiende hacia temas importantes tales como la re evaluación del rol contemporáneo de los académicos. Sin embargo, Paulo y Nita Freire vivieron en el mundo de los medios masivos unidireccionales tales como la televisión y los periódicos. ¿Podrías por favor, comentar sobre el concepto de amor revolucionario considerando las actuales tecnologías de información y comunicación?
PM: Yo creo que el amor es una relación social y no solo una cuestión enteramente privada. Creo que el amor puede ser productivo para la emancipación colectiva de la gente. Uno podría pensar que las innovaciones tecnológicas (los medios sociales, por ejemplo) han ampliado la posibilidad del amor expandiéndolo a una arena colectiva de desarrollo social. Pero los intereses de clase embebidos en el medio social (por ejemplo, la ideología del consumo personal, la mercantilización de subjetividades, en especial el individualismo mercantilizado del capital neoliberal con su exclusiva y singular moralidad), la explotación del trabajo social de otros (el tratamiento burgués de las personas como mercancía a “obtener” o poseer, que se incrementa con la dependencia económica y la división social del trabajo dominado por las relaciones de propiedad) han neutralizado el potencial emancipatorio del amor y de la solidaridad colectiva. Conocer las necesidades materiales de la gente (en lugar de tratar a las personas como “activos en desuso” útiles solo cuando pueden maximizarse para el aprovechamiento del fundamentalismo de mercado por su poder de compra) crea las condiciones necesarias que hacen posible el amor radical y la solidaridad necesaria para crear un mundo aliviado de la creación de valor, un mundo comprometido a la asociación libre de los individuos.
PJ: Hasta donde sé, Joe Kincheloe te apodó “laureado poeta de la izquierda educativa” (2000: ix). Tu primer libro, Cries from the Corridor (re editado y expandido en Life in Schools [McLaren, 2014]), es ampliamente considerado como una pieza maestra de la literatura. En años recientes, comenzaste a escribir poesía (algunos de tus poemas pueden encontrarse en MRZine [2013]). Por sobre todo, tu forma única de expresarte tuvo una enorme influencia en tu trabajo académico (se puede encontrar más información sobre tu relación con la escritura en la entrevista del 2008 para la universidad de Waterloo [McLaren y otros, 2008]). Al respecto, me interesa la “mecánica” de tu escritura. ¿Cómo escribes tus poemas? ¿Usas tinta y papel o escribes el texto en alguno de tus dispositivos? ¿Cómo escribes tus artículos? ¿Haces todo en pantalla o imprimes tus artículos y trabajas sobre ellos en cafés? ¿Por qué?
PM: Bueno, en relación a la escritura… bueno, es un proceso interesante. La gente ahora se aproxima por mi estilo idiosincrático, y eso es algo que no hacían años atrás, así que tal vez esa sea una señal de que estoy mejorando. Pero pienso que la gente está empezando a apreciarlo más y más. Mi estilo actual está relacionado con la escritura que hice en 1960, mi afinidad por los poetas Beat, por el ánimo que recibí al conocer a Allen Ginsberg, Timothy Leary y mucha gente muy creativa. Cuando escribo un artículo, hay secciones que están hechas tan solo para ser leídas pero hay otras que están hechas a propósito para transmitir ideas. Estoy tratando de traer mucha más gente joven hacia la pedagogía crítica, y a ellos les gusta el sentido de palabra hablada de algunos de mis párrafos.
A veces rasgo páginas de revistas, las mezclo y luego busco metáforas y combinaciones extrañas de palabras que tienen poca relación entre sí. No estoy seguro de quien fue que hizo lo mismo, quizás fuera William Burroughs. A algunos no les gusta mi trabajo porque lo encuentra demasiado cohibido, como si intentara demasiado estar a la moda, o ese tipo de cosas. Pero así es como veo el mundo, intento aportar un poco a partir de muchos aspectos diferentes en la naturaleza e historia de mi trabajo: artista, poeta, activista, ensayista, maestro, estudiante, interlocutor, y la escritura depende realmente de cómo te sientes cuando apoyas la pluma en el papel. En algunas ocasiones me siento más didáctico que en otras. A veces más como alguien que incita una idea.
En general escribo con lapicera sobre pedazos de papel. Después los paso a mi computadora. Luego otra vez al papel. Y de nuevo a la computadora, y así. Odio leer en la computadora. No puedo hacerlo, ni siquiera en pantalla grande.Tengo que imprimir borradores y leerlos en papel. Solo les encuentro el sentido sobre papel. La pantalla es tan solo una parte del trabajo en curso. Y luego necesito leer mi trabajo en páginas de prueba, con el tipo de letra definitivo. Solo entonces puedo juzgar mi trabajo. Soy conocido por hacer cambios de última hora en las páginas de prueba. Siempre, siempre hay errores en el libro o en los ensayos publicados. Siempre los detecto y siempre me molestan. Quedan pocos buenos editores, todos han sido desplazados por periódicos y editores que quieren recortar el proceso de edición.
PJ: Estoy seguro de que nuestros editores estarán encantados con tus cambios de última hora… ¿Y que hay sobre tus charlar públicas? ¿Cómo se relacionan con tu escritura?
PM: Siempre escucho mi propia voz al leer mi trabajo. Digo las palabras para mí mismo. Creo que muchos trabajos cobran vida cuando la persona correcta los lee. Disfruto leer mi trabajo en conferencias porque no soñaría con dar un discurso si no sintiera que tengo algo para decir y que las cosas que tengo para decir me apasionan. No soy un académico. No me interesan las convenciones académicas o la vida académica. De hecho, es un mundo brutal. Pongo mucha energía en mis charlas y pocas personas se quejan de que “leo mi trabajo” en vez de ser espontáneo, porque pueden apreciar que estoy muy comprometido emocionalmente con las causas sobre las que escribo. En ocasiones, me gusta hacer una pausa en la lectura de mi trabajo y ser extemporáneo. Ahora podrías estar preguntándote: “¿a quién le importa eso? Eres un revolucionario y no deberían importarte todos esos aspectos estéticos. Tan solo trasmite el mensaje. Escribe como un periodista en el estilo más accesible posible.” Respeto ese tipo de periodismo, pero nunca fui capaz de sostener ese clase de escritura. Me permití a mí mismo ser un estilista con la condición de que el estilo nunca supere la substancia, y si lo hace, ¡es momento de dejar a un lado la pluma!
PJ: Con Carlos Escano realizaste algunos videos sobre posibilidades para el cambio social como Sí se puede[10] y una divertida e inspiradora mezcla de realidad tecnológica e imágenes icónicas del Che Guevara llamado LifeisJerky(la vida es errática). ¿De qué se trata todo eso? ¿Otro vehículo para promover causas políticas, una nueva vía para expresar tus ideas o mera vena creativa?
PM: Me impresionaron los videos de Carlos en los que la imagen se sacude. Me dije a mí mismo: así es la mayor parte del tiempo. Ha habido poca calma en mi vida. La vida se transita a los sacudones. Prepararse y arrancar. Es como conducir un viejo automóvil que se sacude y luego se desarma. Lo único que queda, es el conductor en el asiento. El resto del vehículo está desparramado en pedazos a tu alrededor. Siento que el viaje que llamamos vida se parece mucho a eso. Puedo soportar los sacudones, y ser sacudido por las personas, por las circunstancias, por los cambios tecnológicos que me aceleran o me enlentecen, pero en ocasiones desearía que el camino tuviera menos baches. Claro que como mi vida estuvo llena de mucho trauma personal, los sacudones no parecen tan malos. Pero cuando estás a las sacudidas, es más difícil focalizar tu imaginación. Entonces necesitas tranquilizarte. Yo encuentro esa tranquilidad en la escritura o en el trabajo creativo.
PJ: Ahora que sabemos lo que Peter, el teórico crítico piensa de Internet, llegamos a la última y obvia pregunta: ¿cómo te sientes con Internet?
PM: ¿Cómo me siento en lo personal con Internet? Siento que es una tremenda fuente de adicción craneal. Las invitaciones para contribuir con ensayos en periódicos y libros solían llegar a por el caracol del correo y entonces tenías entre nueve meses y un año para producir un trabajo. Ahora las invitaciones llegan rápidas y furiosas y los editores esperan que prepares algo en menos de tres meses. Eso afecta en forma negativa la calidad del trabajo, pero por otro lado tienes la posibilidad de obtener ideas en vastas cantidades, lo cual es bueno si crees que lo que tienes para decir vale la pena para que el mundo sea un lugar mejor. Pero tiene un costo: es más difícil leer libros con atención, sin ser interrumpido por Internet, o mejor dicho, sin permitir que Internet te interrumpa. Es una feroz distracción ante las cosas que necesitan hacerse. Los celulares toman prioridad sobre las conversaciones con la familia y con amigos. Cuando te desconectas, entras en un mundo en el que todos los demás siguen conectados. Se ha convertido en una herramienta de manejo psicológico y de imagen. Es una realidad alternativa que te atrapa y que te hace sentir que te estás relacionando con las personas de una forma especial cuando, en realidad, probablemente tuno signifiques mucho para aquellos con quienes te estás comunicando. Para muchos estudiantes que conozco, se ha convertido en una fuente de bullying, de engaño. Revisar cientos de correos al día tan solo para identificar cuáles son relevantes demanda horas. Con frecuencia fantaseo con alejarme de la tecnología y quedarme en un bote cruzando el Atlántico únicamente con un radiotransmisor por si se aproxima una tormenta y, digamos, mis únicos compañeros en el bote son un tigre, un orangután, una cebra y una hiena…
Nota
Debido a la gran cantidad de material obtenido, esta conversación se publica en dos partes complementarias. La otra parte de la conversación será publicada en: P. McLaren & P. Jandric (disponible en 2015) El desafío crítico del aprendizaje en red: el uso de las tecnologías de la información al servicio de la humanidad, en Petar Jandric&DamirBoras (Edit.) El aprendizaje crítico en las redes digitales. Nueva York: en primavera.
Fuentes y reconocimientos
PJ: Para brindar una visión general más completa sobre las relaciones entre educación y virtualidad, esta conversación contiene elementos de trabajos previos escritos por ambos autores. De mi lado, conocimientos y descripciones esporádicos, incluyendo pero sin estar limitado a la interpretación de las diferencias entre la sociedad de masas y la sociedad de las redes, están en su mayor parte basadas en el reciente libro escrito en conjunto con DamirBoras, Critical e-learning: struggleforpower and meaning in thenerworksociety, FF Press&ThePolytechnic of Zagreb.
PM: Sin lugar a dudas Petar, no tiene sentido reinventar la rueda. Construido sobre la idea de recopilarun amplio rango de conocimientos sobre las complejas relaciones entre educación y virtualidad, partes de esta conversación fueron adaptadas de varios trabajos previos:
PM, PJ: Agradecemos en especial a Christine Sinclair por su invaluable conocimiento y las críticas a esta conversación.
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PETER McLAREN es Profesor Distinguido en Estudios Críticos de la Universidad de Chapman, Estados Unidos, en donde es también codirector del Paulo Freire Democratic Project. El Profesor McLaren es autor y editor de cerca de cincuenta libros y cientos de publicaciones profesionales sobre educación y justicia social. Sus escritos han sido traducidos a más de veinte idiomas. Uno de los premios recientes del Profesor Mc Laren incluye el Outstanding Educator in America Award entregado por la Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe.
Correspondencia: peter.mclaren1@gmail.com
PETAR JANDRIC tiene un Doctorado y es Profesor Superior en e-Learning en el Politécnico de Zagreb, Croacia. Ha trabajado en la Red Académica y de Investigación Croata, en el National e-Science Centre de la Universidad de Edinburgo, la Escuela de Arte de Glasgowy el Cass School of Education en la Universidad del Este de Londres. Petar ha realizado extensas publicaciones sobre interdisciplinas, transdisciplinas y antidisciplinas y sobre las relaciones entre la educación crítica, las tecnologías, el arte y la sociedad. Forma parte de comisiones de varios programas y de entidades asesoras, realiza revisiones para varios periódicos, publica sobre ciencia popular y realiza con frecuencia disertaciones frente a diversas audiencias. Entre sus más recientes publicaciones se encuentra el libro Critical e-Learning: struggle for power and meaning in the network society (2012).
Correspondencia: PJandric@tvz.hr
[1] N. del T. En inglés, en el original.
[2] N. del T.: en inglés, en el original.
[3] N. del T.: en inglés, en el original.
[4] N. del T.: “bags of skin” en inglés en el original.
[5] N. del T.: National Security Agency por sus siglas en inglés.
[6] N. del T.: paseo de nerds.
[7] N. del T.: en español, en el original.
[8] N. del T.: Del ruso Потёмкинскиедеревни, pa’tjɔmkɪn. Expresión utilizada para describir algo muy bien presentadoy que a primera vista parece bien hecho e impresiona, pero que sin embargo carece de una substancia principal.
[9] N. del T.: en español, en el original.
[10] N. del T.: es español, en el original.